.
Acto 2: (Preludio)
Y al bajar del colectivo, me doy cuenta de que dejé en el laburo la hoja entera con el escrito del segundo acto de la trilogía.
Y me quedé pensando en la cantidad de personalidades que me iban a querer asesinar o al menos, torturar durante toda la noche (sobretodo, Super Yo).
Y me senté, miré la pantalla en blanco, pensé una y otra vez en lo bueno que me resulta escribir a mano en un cuaderno y con uno de mis bolígrafos preferidos.
Y me di cuenta de lo tradicional que soy. No solamente con la escritura, sino con la mayoría de mis ideales. Acudí a mis verdades, las revisé hoja por hoja, razoné sobre ellas, sonreí, me miré en un espejo imaginario y sonreí aún más.
Me sentí satisfecho con lo que el año 2013 dejaba de mi.
A pesar de ello, no fue un buen año, sino uno de los peores. Porque Fernanda me explotó en la cara, por última y gran vez, hecho que me dejó lidiando con mi superautocrítica, echándole culpas y echándome culpas aún más, alternadamente, según estados de humor. Toqué fondo, llegué bien abajo, perdí todo respeto ajeno y propio, siquiera pude ver más allá de mi sombra... para finalmente resurgir. Después de haber tragado tanta mierda, recuperé la memoria y, la primera decisión fue la de volver a respetar mis ideales y luego, recuperar la tradición Gabrieliana. Fui cerrado, lo admito, más cerrado que nunca pero... tras puertas cerradas fue que me levanté y sin ayuda de nadie siquiera, apenas con el aporte de las vocecitas.
Con ésto último quise decir que me arremangué solo, fui el único que se sacó los anillos. Nadie se puso a mi lado y me arrastró de la mano cuando paré a tomar aire. Hubieron voces, las más dulces, eso si. Pero nada de ensuciarse.
Es así como llego al fin de año con una tranquilidad que oculta ansiedad y bronca, pero en un nivel que mi personalidad puede controlar, algo impensado meses atrás. Hay control, hay camino, hay ideas y metas que me suenan más cercanas de lo que yo creo.
Hay futuro.
Más o menos eso, escribí.
G
PD: y salí sin tu ayuda Fernanda. Gracias por quitarte del medio, realmente estaba yendo a ninguna parte con vos.
martes, 31 de diciembre de 2013
sábado, 28 de diciembre de 2013
Media naranja egoísta
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¿Por qué importa?
Porque las cosas buenas de uno se disfrutaron de a dos.
Existe ése momento en el cual uno ve ciertas actitudes o "suerte" que lleva tu ex, como ésa sonrisa que ya no es para vos o ésa frase que la hace sentir perfecta y no por tus manos. Dentro de ése instante, también, existen deseos que te hacen falta cumplir y una posesividad insoportable que te obsesiona como un niño de cinco años que no puede tener lo que quiere. O la falta de roce, los mejores besos o simplemente la química y la mano que siempre tomabas cuando ibas por la calle.
Puedo seguir enumerando ejemplos, pero ya queda la idea.
Somos seres egoístas, en esencia. Queremos porque necesitamos ser queridos. Nos atamos con cuerdas emocionales porque es lo que nos hace sentir vivos. Pero cuando nos quitan la posibilidad de "respirar" o el primer egoísmo es el de la persona de enfrente, retrocedemos en entereza y nos encerramos en una habitación viciada de caprichos, depresiones y hasta extremismos. Nada conforma pero sigue importando, tanto como para pensar mil veces en porqué las cosas sucedieron para mal y porqué uno, a pesar de ser una persona que merece lo mejor, terminó tocando el fondo de sus sentimientos, quedando asolado. Y abandonado.
Párrafo aparte, el carácter realista suma también y a través de los errores propios que no se pudieron evitar. Hay claridad después de un tiempo, claro que sí, cuando uno alcanza una estabilidad no sincera pero controlada, al menos. Y luego, llegan los clavos, la vida sigue y blah blah blah. Tal vez mejor, tal vez peor.
Hablando del presente, importa. ¿Por qué? Porque uno es diferente, por tener medios pero no ambición. Porque tomamos los tiempos de manera más solitaria. O por lo que sea.
Pero sigue importando.
Tal vez no lo suficiente como para que todos lo entiendan.
G
¿Por qué importa?
Porque las cosas buenas de uno se disfrutaron de a dos.
Existe ése momento en el cual uno ve ciertas actitudes o "suerte" que lleva tu ex, como ésa sonrisa que ya no es para vos o ésa frase que la hace sentir perfecta y no por tus manos. Dentro de ése instante, también, existen deseos que te hacen falta cumplir y una posesividad insoportable que te obsesiona como un niño de cinco años que no puede tener lo que quiere. O la falta de roce, los mejores besos o simplemente la química y la mano que siempre tomabas cuando ibas por la calle.
Puedo seguir enumerando ejemplos, pero ya queda la idea.
Somos seres egoístas, en esencia. Queremos porque necesitamos ser queridos. Nos atamos con cuerdas emocionales porque es lo que nos hace sentir vivos. Pero cuando nos quitan la posibilidad de "respirar" o el primer egoísmo es el de la persona de enfrente, retrocedemos en entereza y nos encerramos en una habitación viciada de caprichos, depresiones y hasta extremismos. Nada conforma pero sigue importando, tanto como para pensar mil veces en porqué las cosas sucedieron para mal y porqué uno, a pesar de ser una persona que merece lo mejor, terminó tocando el fondo de sus sentimientos, quedando asolado. Y abandonado.
Párrafo aparte, el carácter realista suma también y a través de los errores propios que no se pudieron evitar. Hay claridad después de un tiempo, claro que sí, cuando uno alcanza una estabilidad no sincera pero controlada, al menos. Y luego, llegan los clavos, la vida sigue y blah blah blah. Tal vez mejor, tal vez peor.
Hablando del presente, importa. ¿Por qué? Porque uno es diferente, por tener medios pero no ambición. Porque tomamos los tiempos de manera más solitaria. O por lo que sea.
Pero sigue importando.
Tal vez no lo suficiente como para que todos lo entiendan.
G
jueves, 26 de diciembre de 2013
¿Venus o Watson?
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¿Qué es más importante? ¿Estar enamorado o simplemente acompañado?
Determinemos desde un principio que hablamos sobre el aspecto de la pareja.
Si empezamos con el amor, podemos compararlo como una ruleta rusa, donde los momentos de mayor éxtasis se precipitan tan sublimes cuando el gatillo dispara un espacio vacío y cuando llegamos al lado B, ésa bendita bala nos vuela la cordura por los aires, dejándonos vacíos de vida y sin capacidad de reaccionar a corto plazo. El amor es extremo, es un orgasmo de alma y la misma muerte que inevitablemente se va a llevar todo de vos. El amor contiene pasión, egoísmo, ansiedad, desesperación, desolación, inspiración... todo en un sólo paquete. Y te hace odiar, porque odiar arranca siempre desde el rencor y el egoísmo que el amor genera o la misma falta de él...
Éste último párrafo me resultó intenso de escribir.
La realidad se lleva todas tus creencias juveniles, eso es inevitable. Como remedio, nos queda la aceptación de la verdad y de las responsabilidades que la vida nos va poniendo encima, tanto buenas como malas. El amor puede durar para siempre pero su intensidad, no (no puedo generalizar sobre ésta afirmación, pero son pocos los casos que he visto y que han durado una vida; sin embargo...) Si la herramienta que nos da intensidad en la juventud es el amor, en la adultez se trata de comprensión y aceptación. Y es así cómo un "acompañamiento", con amor de por medio (ojo, hablando del mismo pero no en su plenitud) o no, puede llenar el vaso de cada uno y quitarnos de encima el gran peso que generan los extremos.
No se si me expliqué bien.
A veces pienso que no todas las personas están preparadas para amar o que no todas saben hacerlo... mejor dicho, tienen su manera poco común de hacerlo. El amor potencia todas las cosas, tanto las buenas como las malas pero, una compañía puede representar un poco menos de gravedad en nuestro mundo propio. Aclaro, no hablo de estar acompañado como alguien que te llevás a la cama y listo, sino una persona con la que compartís todo pero sin enredarte demasiado en pendejadas.
Oh, eso tiene que ver con madurar. Sorry.
xD
Toda ésta reflexión no inquiere que no debamos volver a enamorarnos. La vida hay que vivirla de la manera más intensa posible y si no nos sale bien, debemos asumir las consecuencias. Por mi parte, me inclino a conformarme con una compañera, pero eso no quiere decir que no quiera volver a enamorarme y que eso me haga volver a sacar rosas de detrás de una oreja.
G
¿Qué es más importante? ¿Estar enamorado o simplemente acompañado?
Determinemos desde un principio que hablamos sobre el aspecto de la pareja.
Si empezamos con el amor, podemos compararlo como una ruleta rusa, donde los momentos de mayor éxtasis se precipitan tan sublimes cuando el gatillo dispara un espacio vacío y cuando llegamos al lado B, ésa bendita bala nos vuela la cordura por los aires, dejándonos vacíos de vida y sin capacidad de reaccionar a corto plazo. El amor es extremo, es un orgasmo de alma y la misma muerte que inevitablemente se va a llevar todo de vos. El amor contiene pasión, egoísmo, ansiedad, desesperación, desolación, inspiración... todo en un sólo paquete. Y te hace odiar, porque odiar arranca siempre desde el rencor y el egoísmo que el amor genera o la misma falta de él...
Éste último párrafo me resultó intenso de escribir.
La realidad se lleva todas tus creencias juveniles, eso es inevitable. Como remedio, nos queda la aceptación de la verdad y de las responsabilidades que la vida nos va poniendo encima, tanto buenas como malas. El amor puede durar para siempre pero su intensidad, no (no puedo generalizar sobre ésta afirmación, pero son pocos los casos que he visto y que han durado una vida; sin embargo...) Si la herramienta que nos da intensidad en la juventud es el amor, en la adultez se trata de comprensión y aceptación. Y es así cómo un "acompañamiento", con amor de por medio (ojo, hablando del mismo pero no en su plenitud) o no, puede llenar el vaso de cada uno y quitarnos de encima el gran peso que generan los extremos.
No se si me expliqué bien.
A veces pienso que no todas las personas están preparadas para amar o que no todas saben hacerlo... mejor dicho, tienen su manera poco común de hacerlo. El amor potencia todas las cosas, tanto las buenas como las malas pero, una compañía puede representar un poco menos de gravedad en nuestro mundo propio. Aclaro, no hablo de estar acompañado como alguien que te llevás a la cama y listo, sino una persona con la que compartís todo pero sin enredarte demasiado en pendejadas.
Oh, eso tiene que ver con madurar. Sorry.
xD
Toda ésta reflexión no inquiere que no debamos volver a enamorarnos. La vida hay que vivirla de la manera más intensa posible y si no nos sale bien, debemos asumir las consecuencias. Por mi parte, me inclino a conformarme con una compañera, pero eso no quiere decir que no quiera volver a enamorarme y que eso me haga volver a sacar rosas de detrás de una oreja.
G
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Trilogía (Parte 1)
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Acto 1: Holograma
La premisa arrancó sin pareja (pero no solo), sin cocina propia y con una discusión ajena que desembocó en mi, el día anterior, de una persona que no tiene cabeza para pensar más que en sus razones y que no recuerdo la última vez que pensó con detenimiento las cosas.
Entonces, muchas caretas, en la casa de mis viejos. No hay mucho que hacer, poco que aportar, mucho para retraerse. Por eso, la careta, que siempre se acomoda fácilmente y trata a los comenzales con cordialidad y amabilidad. No es más que otra cena con bases rotas: al menos eso es lo que veo hace años.
Bases rotas...
Ya no tengo un profundo aprecio por mi familia. Con el tiempo, me fui desentendiendo de sus problemas, de sus debilidades, de sus pesares diarios y hasta de sus alegrías. Los sentimientos son parecidos pero no de unión, sino de singularidad. Mis peores histerias fueron foco de abusos y basureos que jamás perdoné; me pongo una careta pero no olvido. No existe enfermedad ni comportamiento impulsivo que justifique lo que cada uno diga...
Se dice, se hace y luego, se toma responsabilidad.
Perdón, me dejé llevar por la utopía con ésa última oración.
Hace años que dejé de creer en muchas conexiones importantes, como la familia, la amistad y demás etcéteras. En la pareja también, pero se que es una cuestión de malas experiencias, nada más. La diferencia, entre la gente y yo, es que yo no puedo dejar pasar ciertas libertades que se tomaron conmigo. O, mejor dicho, ciertos errores. Hay palabras que no puedo borrar de mi cabeza, acciones que mancharon la piel, miradas... que destruyeron grandes castillos levantados por mi. A diferencia de otros, no puedo sentarme al lado de quien me traicionó.
Como así pasa en éste primer acto, con una careta gigantezca que de a ratos, puedo sacarme cuando vuelvo a mi habitación.
Nada para recordar, siquiera la comida.
G
PD: Eso te incluye, "Girl From Easyland".
Acto 1: Holograma
La premisa arrancó sin pareja (pero no solo), sin cocina propia y con una discusión ajena que desembocó en mi, el día anterior, de una persona que no tiene cabeza para pensar más que en sus razones y que no recuerdo la última vez que pensó con detenimiento las cosas.
Entonces, muchas caretas, en la casa de mis viejos. No hay mucho que hacer, poco que aportar, mucho para retraerse. Por eso, la careta, que siempre se acomoda fácilmente y trata a los comenzales con cordialidad y amabilidad. No es más que otra cena con bases rotas: al menos eso es lo que veo hace años.
Bases rotas...
Ya no tengo un profundo aprecio por mi familia. Con el tiempo, me fui desentendiendo de sus problemas, de sus debilidades, de sus pesares diarios y hasta de sus alegrías. Los sentimientos son parecidos pero no de unión, sino de singularidad. Mis peores histerias fueron foco de abusos y basureos que jamás perdoné; me pongo una careta pero no olvido. No existe enfermedad ni comportamiento impulsivo que justifique lo que cada uno diga...
Se dice, se hace y luego, se toma responsabilidad.
Perdón, me dejé llevar por la utopía con ésa última oración.
Hace años que dejé de creer en muchas conexiones importantes, como la familia, la amistad y demás etcéteras. En la pareja también, pero se que es una cuestión de malas experiencias, nada más. La diferencia, entre la gente y yo, es que yo no puedo dejar pasar ciertas libertades que se tomaron conmigo. O, mejor dicho, ciertos errores. Hay palabras que no puedo borrar de mi cabeza, acciones que mancharon la piel, miradas... que destruyeron grandes castillos levantados por mi. A diferencia de otros, no puedo sentarme al lado de quien me traicionó.
Como así pasa en éste primer acto, con una careta gigantezca que de a ratos, puedo sacarme cuando vuelvo a mi habitación.
Nada para recordar, siquiera la comida.
G
PD: Eso te incluye, "Girl From Easyland".
domingo, 22 de diciembre de 2013
Versus
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A veces, la mejor manera de romper un vínculo es chocando violentamente contra él.
O sea, peleando con él.
No todas las personas pueden sentarse a hablar con otras, civilizadamente. El factor primario a poseer es la capacidad de razonamiento y la posterior comprensión del mismo, cuando alguien quiere interactuar políticamente con el de enfrente. Pero no todos poseen ésa actitud o virtud y son los que, normalmente, van a los tumbos por la vida, cambiando de gente constantemente o viviendo una ilusoria situación que les dice que todo está bien y que casi nunca se equivocan. No en todos los casos, pero en una gran parte de la sociedad, así sucede.
Como decía, llegar "a pelearse" representa el recurso más viable cuando la charla tranquila no funciona o no se alcanza ése estado de comprensión mutua. Por ende, cuando uno decide que ése vínculo no resulta más que en un vicioso porvenir, es mejor chocar contra ése asteroide y provocar el alejamiento incivilizado del mismo. Cuanto más lejos posible, mejor.
Lamentable, ¿no es así?
Lamentable que debamos chocar para darnos cuenta de las diferencias de pensamiento y en la falta de acuerdo que tenemos entre unos y otros. Lamentable que no logremos ponernos en el lugar del otro y darnos un minuto para entender el porqué de sus acciones, de sus pensares, de sus maneras de vivir. Lamentable que recurramos a una acción tan primitiva y por la cual se termina pagando un alto precio en consecuencias. Lamentable que se extienda a amigos, parejas, familiares, compañeros y demás etcéteras.
Quiero aclarar dos cosas, antes de terminar:
- A no confundir con aquellos que no saben discutir con respeto y van a los porrazos por la vida, peléandose con cualquiera que se cruce en sus caprichos. Hay quienes recurren a la colisión porque no son más que pedazos de roca sin neuronas.
- Jamás insultar la inteligencia del otro, al discutir, porque la premisa es juzgar con el respeto que se merece el de enfrente.
Somos seres humanos que no evolucionamos desde la edad de piedra... aún. Y que, simplemente, cambiamos los gustos.
No la capacidad de pensar.
Sin embargo, algunos, recurrimos a la discusión para distanciarnos de personas nocivas.
G
A veces, la mejor manera de romper un vínculo es chocando violentamente contra él.
O sea, peleando con él.
No todas las personas pueden sentarse a hablar con otras, civilizadamente. El factor primario a poseer es la capacidad de razonamiento y la posterior comprensión del mismo, cuando alguien quiere interactuar políticamente con el de enfrente. Pero no todos poseen ésa actitud o virtud y son los que, normalmente, van a los tumbos por la vida, cambiando de gente constantemente o viviendo una ilusoria situación que les dice que todo está bien y que casi nunca se equivocan. No en todos los casos, pero en una gran parte de la sociedad, así sucede.
Como decía, llegar "a pelearse" representa el recurso más viable cuando la charla tranquila no funciona o no se alcanza ése estado de comprensión mutua. Por ende, cuando uno decide que ése vínculo no resulta más que en un vicioso porvenir, es mejor chocar contra ése asteroide y provocar el alejamiento incivilizado del mismo. Cuanto más lejos posible, mejor.
Lamentable, ¿no es así?
Lamentable que debamos chocar para darnos cuenta de las diferencias de pensamiento y en la falta de acuerdo que tenemos entre unos y otros. Lamentable que no logremos ponernos en el lugar del otro y darnos un minuto para entender el porqué de sus acciones, de sus pensares, de sus maneras de vivir. Lamentable que recurramos a una acción tan primitiva y por la cual se termina pagando un alto precio en consecuencias. Lamentable que se extienda a amigos, parejas, familiares, compañeros y demás etcéteras.
Quiero aclarar dos cosas, antes de terminar:
- A no confundir con aquellos que no saben discutir con respeto y van a los porrazos por la vida, peléandose con cualquiera que se cruce en sus caprichos. Hay quienes recurren a la colisión porque no son más que pedazos de roca sin neuronas.
- Jamás insultar la inteligencia del otro, al discutir, porque la premisa es juzgar con el respeto que se merece el de enfrente.
Somos seres humanos que no evolucionamos desde la edad de piedra... aún. Y que, simplemente, cambiamos los gustos.
No la capacidad de pensar.
Sin embargo, algunos, recurrimos a la discusión para distanciarnos de personas nocivas.
G
martes, 10 de diciembre de 2013
Pensamientos prestados
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En la vida, ¿nunca te dijeron que la información es el mejor camino hacia la verdad? ¿Tomaste como se debe la frase y reflexionaste sobre lo que sabés antes de emitir juicio? ¿O sos de los que escuchan y ven, para luego repetirlo sin antes meditar? ¿Tenés neuronas o ganas suficientes para pensarlo?
Existe un tema con la política que me produce rechazo y que consiste en la falta de confianza que generan los que son votados. Es común, ¿no? Es una inquietud general, así como también se desconfía de la policía. Es común sentir desconfianza pero, últimamente, noto que no solamente ellos abusan de sus poderes, sino que también los medios de comunicación van más allá de la verdad y manipulan lo que tienen entre manos para influenciar a los lectores que los siguen. Digo "últimamente" porque soy sutil y no digo "hace décadas" porque empiezo a las puteadas.
Dado por hecho que cualquier, pero CUALQUIER medio de comunicación manipula la verdad a su favor, vuelvo a quienes la oyen y deciden qué hacer después.
Internet convirtió el chisme en moneda corriente y la opinión, en realidades alternas a la que todos recurren cuando usan en cero porcentaje cada neurona de su cerebro. Es así como veo gente que opina sobre qué hizo mal éste político y escribe "hiso", sin darse siquiera cuenta. O vamos al ejemplo de los saqueos, donde todos dicen que el pueblo se está muriendo de hambre y veo cómo una cadena de comentarios repetitivos y para nada originales se va sucediendo, sin parar. Ni hablar de lo que piensan ciertas personas sobre ciertas otras, solamente porque prejuzgan y no averiguan, porque prefieren tildar y no conocer. Repiten, se juntan, se idolatran y se mienten a sí mismos, como si no hubiéramos nacido con la capacidad de pensar.
Lo sé, no todos poseen la misma cantidad de razonamiento, ni las ganas, ni el tiempo. Pero veo todo ése reflejo social, una decadencia martirizada que señala con el dedo y no lo usa para mejorar su propia vida. Me he peleado con mucha gente que repite lo que dicen otros y no usan sus capacidades para reflexionar; una persona me dijo hace mucho que uno no debe quedarse con lo que ve, debe informarse, pensar, reflexionar, ir más allá de la apariencia y determinar juicio en base a lo tangible.
No todos Gabriel, no todos...
Lamentablemente, Facebook, Twitter y cualquier otra red social posibilitan que la mediocridad tenga lugar. Y yo, a nivel personal, tenga que borrar gente que no piensa antes de hablar.
G
En la vida, ¿nunca te dijeron que la información es el mejor camino hacia la verdad? ¿Tomaste como se debe la frase y reflexionaste sobre lo que sabés antes de emitir juicio? ¿O sos de los que escuchan y ven, para luego repetirlo sin antes meditar? ¿Tenés neuronas o ganas suficientes para pensarlo?
Existe un tema con la política que me produce rechazo y que consiste en la falta de confianza que generan los que son votados. Es común, ¿no? Es una inquietud general, así como también se desconfía de la policía. Es común sentir desconfianza pero, últimamente, noto que no solamente ellos abusan de sus poderes, sino que también los medios de comunicación van más allá de la verdad y manipulan lo que tienen entre manos para influenciar a los lectores que los siguen. Digo "últimamente" porque soy sutil y no digo "hace décadas" porque empiezo a las puteadas.
Dado por hecho que cualquier, pero CUALQUIER medio de comunicación manipula la verdad a su favor, vuelvo a quienes la oyen y deciden qué hacer después.
Internet convirtió el chisme en moneda corriente y la opinión, en realidades alternas a la que todos recurren cuando usan en cero porcentaje cada neurona de su cerebro. Es así como veo gente que opina sobre qué hizo mal éste político y escribe "hiso", sin darse siquiera cuenta. O vamos al ejemplo de los saqueos, donde todos dicen que el pueblo se está muriendo de hambre y veo cómo una cadena de comentarios repetitivos y para nada originales se va sucediendo, sin parar. Ni hablar de lo que piensan ciertas personas sobre ciertas otras, solamente porque prejuzgan y no averiguan, porque prefieren tildar y no conocer. Repiten, se juntan, se idolatran y se mienten a sí mismos, como si no hubiéramos nacido con la capacidad de pensar.
Lo sé, no todos poseen la misma cantidad de razonamiento, ni las ganas, ni el tiempo. Pero veo todo ése reflejo social, una decadencia martirizada que señala con el dedo y no lo usa para mejorar su propia vida. Me he peleado con mucha gente que repite lo que dicen otros y no usan sus capacidades para reflexionar; una persona me dijo hace mucho que uno no debe quedarse con lo que ve, debe informarse, pensar, reflexionar, ir más allá de la apariencia y determinar juicio en base a lo tangible.
No todos Gabriel, no todos...
Lamentablemente, Facebook, Twitter y cualquier otra red social posibilitan que la mediocridad tenga lugar. Y yo, a nivel personal, tenga que borrar gente que no piensa antes de hablar.
G
jueves, 5 de diciembre de 2013
Monólogo
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"El mono no salió por sí mismo de la jaula."
Acabo de oír ésa frase, deambulando por la casa. Y fue a parar acá, a mi gran blog, mi gran pensamiento contemporáneo... Amo éste lugar, habla de mi, de mis inquietudes, de mis problemas, de mis grandes victorias y fracasos, pero con una pizca de objetividad que cuesta pero llega. Y es mío, otra vez lo digo.
A lo que corresponde.
Cuarenta minutos hablándole a mi ex por una cuestión material, en la más absoluta tranquilidad y razón. Corto y sigo con mi rutina, pensando en todo lo que dije (siempre es "todo lo que dije" y no "todo lo que hablamos") pero desde un costado poco sensible. Minuto después del llamado, miro el contacto de una amiga y no la llamo, como siempre acostumbro a modo de descarga. No la llamo, no me altero, sigo...
Dos cosas.
La primera es sobre no llamar a una amiga confidente: el simple hecho de que ella también comparta tiempo con mi ex, de vez en cuando, no significa para mi que mi amiga esté en falta, sea una traidora o cualquier otra estupidez caprichosa sin sentido. Para mí, ponerla en el medio o dejar que ella se ponga sola, no tiene espacio para el entendimiento cuando es algo que puede volverse evitable. Plus, no poseo mucho amigos (no confío mucho en la gente) y por lo tanto, una de las pocas personas valiosas para mí, que deba compartirla con una persona a la cual aún le guardo cierto rencor (el amor no tiene razones para ello) o simplemente, no superé... me suena inaceptable.
La segunda, algo que ya dije: las broncas me duran horas y no días. Las intensidades bajan de revoluciones y encuentro un centro, algo que hace mucho no logro por mí mismo, sin tapones, ni clavos, ni alfombras. Ella se deja llevar y me quiere contar sobre sus relaciones fuera de mi pero levanto la voz una milésima de segundo y ella se queja, pero me escucha, a pesar de que su cabeza filtre la mayoría de las cosas que diga. Y eso es todo, ella respetando mis semáforos y yo, abriendo blog para repensar sobre el hecho de no sentirme alterado ni nada extremista, sino, simplemente... con ganas de ir a laburar tranquilo y de comprarme un LED nuevo.
G
"El mono no salió por sí mismo de la jaula."
Acabo de oír ésa frase, deambulando por la casa. Y fue a parar acá, a mi gran blog, mi gran pensamiento contemporáneo... Amo éste lugar, habla de mi, de mis inquietudes, de mis problemas, de mis grandes victorias y fracasos, pero con una pizca de objetividad que cuesta pero llega. Y es mío, otra vez lo digo.
A lo que corresponde.
Cuarenta minutos hablándole a mi ex por una cuestión material, en la más absoluta tranquilidad y razón. Corto y sigo con mi rutina, pensando en todo lo que dije (siempre es "todo lo que dije" y no "todo lo que hablamos") pero desde un costado poco sensible. Minuto después del llamado, miro el contacto de una amiga y no la llamo, como siempre acostumbro a modo de descarga. No la llamo, no me altero, sigo...
Dos cosas.
La primera es sobre no llamar a una amiga confidente: el simple hecho de que ella también comparta tiempo con mi ex, de vez en cuando, no significa para mi que mi amiga esté en falta, sea una traidora o cualquier otra estupidez caprichosa sin sentido. Para mí, ponerla en el medio o dejar que ella se ponga sola, no tiene espacio para el entendimiento cuando es algo que puede volverse evitable. Plus, no poseo mucho amigos (no confío mucho en la gente) y por lo tanto, una de las pocas personas valiosas para mí, que deba compartirla con una persona a la cual aún le guardo cierto rencor (el amor no tiene razones para ello) o simplemente, no superé... me suena inaceptable.
La segunda, algo que ya dije: las broncas me duran horas y no días. Las intensidades bajan de revoluciones y encuentro un centro, algo que hace mucho no logro por mí mismo, sin tapones, ni clavos, ni alfombras. Ella se deja llevar y me quiere contar sobre sus relaciones fuera de mi pero levanto la voz una milésima de segundo y ella se queja, pero me escucha, a pesar de que su cabeza filtre la mayoría de las cosas que diga. Y eso es todo, ella respetando mis semáforos y yo, abriendo blog para repensar sobre el hecho de no sentirme alterado ni nada extremista, sino, simplemente... con ganas de ir a laburar tranquilo y de comprarme un LED nuevo.
G
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Lobo por cordero
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Los recuerdos no son más que rosas con espinas.
Todos los días me pregunto qué hacer con ellos, los más vívidos y aún irreemplazables, los que me traen sueños verdugos de la verdad, pesadillas en forma de hacha. Hay días en que se matan por proyectar sobre la mirada mental, imaginaria, y existen otros, en los que se muestran agradables, hasta felices... pero solamente para dejarse agarrar y llenar tus manos de heridas que no cicatrizarán a corto plazo.
Los recuerdos son huecos, como un vacío debajo de los piés.
Llenan de felicidad pero, al estirar la mano, son inconsistentes, de sabor arenoso pero imposibles de ignorar. Uno puede reemplazarlos con la misma materia, uno puede perder el interés en ellos o puede taparlos con emociones fuertes y nuevas. O con catarsis... Pero nunca llenarán el todo y hasta intentarán devorarse la escasas solidez, la poca entereza del suelo que de a poco nos animamos a pisar.
Los recuerdos son como una mano que arruga una buena carta.
Existe una calma, cercana a la transparencia, que nos abriga pero nos desnuda. Avanzar, seguir, fortalecerse y todas esas actitudes no caben juntas en el corazón si el consuelo aún procura comodidad, cuando uno es abandonado o se siente despojado de una parte de él. Día a día, uno se siente cansado, decepcionado, "arrugado" de alma y por la mano que escribió nuestra mejor biografía descaradamente autorizada.
Los recuerdos están llenos de dobles sentidos.
Y las únicas dos herramientas que se poseen son el tiempo y la escritura.
Que la sinceridad de la tinta y la paciencia de ése tiempo, me ayuden.
Amén.
G
Los recuerdos no son más que rosas con espinas.
Todos los días me pregunto qué hacer con ellos, los más vívidos y aún irreemplazables, los que me traen sueños verdugos de la verdad, pesadillas en forma de hacha. Hay días en que se matan por proyectar sobre la mirada mental, imaginaria, y existen otros, en los que se muestran agradables, hasta felices... pero solamente para dejarse agarrar y llenar tus manos de heridas que no cicatrizarán a corto plazo.
Los recuerdos son huecos, como un vacío debajo de los piés.
Llenan de felicidad pero, al estirar la mano, son inconsistentes, de sabor arenoso pero imposibles de ignorar. Uno puede reemplazarlos con la misma materia, uno puede perder el interés en ellos o puede taparlos con emociones fuertes y nuevas. O con catarsis... Pero nunca llenarán el todo y hasta intentarán devorarse la escasas solidez, la poca entereza del suelo que de a poco nos animamos a pisar.
Los recuerdos son como una mano que arruga una buena carta.
Existe una calma, cercana a la transparencia, que nos abriga pero nos desnuda. Avanzar, seguir, fortalecerse y todas esas actitudes no caben juntas en el corazón si el consuelo aún procura comodidad, cuando uno es abandonado o se siente despojado de una parte de él. Día a día, uno se siente cansado, decepcionado, "arrugado" de alma y por la mano que escribió nuestra mejor biografía descaradamente autorizada.
Los recuerdos están llenos de dobles sentidos.
Y las únicas dos herramientas que se poseen son el tiempo y la escritura.
Que la sinceridad de la tinta y la paciencia de ése tiempo, me ayuden.
Amén.
G
domingo, 17 de noviembre de 2013
Lectoescritor
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Un post corto.
Siempre leo el diario Olé en el laburo y hoy, me detuve en la columna de un ex futbolista de Boca, Diego Latorre. Leí su opinión sobre un tema X y me terminó interesando su estilo de narrativa y la manera de opinar que tiene. Dice buenas frases también.
Rápidamente me reflejé en su lugar de redactor y me di cuenta de que, transitando el mismo camino de idea-reflexión, escribo al menos, igual de bien. O incluso, mejor.
En otras palabras y circunstancias, hoy mismo escribo para Olé y Latorre me lee.
G
Un post corto.
Siempre leo el diario Olé en el laburo y hoy, me detuve en la columna de un ex futbolista de Boca, Diego Latorre. Leí su opinión sobre un tema X y me terminó interesando su estilo de narrativa y la manera de opinar que tiene. Dice buenas frases también.
Rápidamente me reflejé en su lugar de redactor y me di cuenta de que, transitando el mismo camino de idea-reflexión, escribo al menos, igual de bien. O incluso, mejor.
En otras palabras y circunstancias, hoy mismo escribo para Olé y Latorre me lee.
G
sábado, 16 de noviembre de 2013
El codo y el jarrón
.
Éste es un mundo lleno de aparadores con jarrones.
Hay momentos en la vida en los que atravesás una especie de duda generalizada sobre lo que sos, lo que decís, lo que influís... tu poder sobre los otros... Bien, ahora, cuando los resultados de ésa interacción "experimental" o rutinaria son negativos, nos volvemos dubitativos (siempre y cuando nos importe). Y esos resultados son consecuencia de la interacción de varios factores importantes: la misma sociabilidad, los humores propios y ajenos, las circunstancias, las maneras de hablar, las proyecciones, la confianza, el amor por los demás...
Si vamos por partes y hablo de mí, digo que me siento como si caminara por un pasillo angosto, lleno de aparadores con jarrones. Tengo que andar con cuidado y no carezco de tal, pero soy una de esas personas que cometen errores cuando dejan de prestar atención y... suelo distraerme seguido... Por tanto, a veces no quiero mirar atrás y descubrir cuántos jarrones tiré. ¿Por qué jarrones? Porque la recepción ajena es de porcelana y defino ésto con objetividad: quien declara una frase que puede involucrar subjetivamente al que la oye, éste no resulta ser más que un punto de incertidumbre y si los canales no involucran las expresiones completas (ejemplo, por mensaje de texto, solamente palabras), las variables se multiplican exponencialmente. Tomemos de ejemplo el aconsejar a una amiga a la que la pareja dejó: por más que lo hayamos vivido, que conozcamos la experiencia, que seamos comprensivos y todo lo que se les ocurra, no podemos determinar si el consuelo o el consejo va a terminar siendo considerado o aceptado, porque la receptora puede sentirse incomprendida (con o sin razón), inconformista, incapaz de centrarse, depresiva, a cara de piedra, etc. Estamos ahí pero... el resultado de un comentario, es como un jarrón a centímetros del codo, respectivamente.
Los humores, la manera de decirlo, la confianza... y el respeto. No me olvido de tan importante detalle. Y a no confundirse, porque amar no inquiere respeto asegurado. En la mayoría de los casos, van de la mano, pero eso no significa que surjan diferencias y terminen peleándose a muerte.
Qué se yo... ahora mismo pienso que también el ego de uno tiende a creerse indomable en situaciones comunes, sin sentido. Otra variable.
Y cuando nos queda entre manos el resultado, para nada positivo, lo único que se puede hacer es tomar responsabilidad y acarrear con las consecuencias, solucionarlas, agachar la cabeza si se debe, ser conciliador, no dejar que los egos manden. Y blah blah blah. ¿Por qué? xD Porque no estoy acá para darles soluciones. Solamente escribo para desmenuzar cuestiones estúpidas tan frágiles que merecen ser señaladas con el dedo.
Como dije, jarrones.
Qué difícil es interactuar con el mundo, a veces. Hasta entrar en puntas de pies puede ofender a quien no debe. Todo es muy relativo, nada ni nadie es obviedad. Lo único obvio en todo ésto es quien piensa lo que dice dos veces y, aún así, continúa ofendiendo a terceros.
G
Éste es un mundo lleno de aparadores con jarrones.
Hay momentos en la vida en los que atravesás una especie de duda generalizada sobre lo que sos, lo que decís, lo que influís... tu poder sobre los otros... Bien, ahora, cuando los resultados de ésa interacción "experimental" o rutinaria son negativos, nos volvemos dubitativos (siempre y cuando nos importe). Y esos resultados son consecuencia de la interacción de varios factores importantes: la misma sociabilidad, los humores propios y ajenos, las circunstancias, las maneras de hablar, las proyecciones, la confianza, el amor por los demás...
Si vamos por partes y hablo de mí, digo que me siento como si caminara por un pasillo angosto, lleno de aparadores con jarrones. Tengo que andar con cuidado y no carezco de tal, pero soy una de esas personas que cometen errores cuando dejan de prestar atención y... suelo distraerme seguido... Por tanto, a veces no quiero mirar atrás y descubrir cuántos jarrones tiré. ¿Por qué jarrones? Porque la recepción ajena es de porcelana y defino ésto con objetividad: quien declara una frase que puede involucrar subjetivamente al que la oye, éste no resulta ser más que un punto de incertidumbre y si los canales no involucran las expresiones completas (ejemplo, por mensaje de texto, solamente palabras), las variables se multiplican exponencialmente. Tomemos de ejemplo el aconsejar a una amiga a la que la pareja dejó: por más que lo hayamos vivido, que conozcamos la experiencia, que seamos comprensivos y todo lo que se les ocurra, no podemos determinar si el consuelo o el consejo va a terminar siendo considerado o aceptado, porque la receptora puede sentirse incomprendida (con o sin razón), inconformista, incapaz de centrarse, depresiva, a cara de piedra, etc. Estamos ahí pero... el resultado de un comentario, es como un jarrón a centímetros del codo, respectivamente.
Los humores, la manera de decirlo, la confianza... y el respeto. No me olvido de tan importante detalle. Y a no confundirse, porque amar no inquiere respeto asegurado. En la mayoría de los casos, van de la mano, pero eso no significa que surjan diferencias y terminen peleándose a muerte.
Qué se yo... ahora mismo pienso que también el ego de uno tiende a creerse indomable en situaciones comunes, sin sentido. Otra variable.
Y cuando nos queda entre manos el resultado, para nada positivo, lo único que se puede hacer es tomar responsabilidad y acarrear con las consecuencias, solucionarlas, agachar la cabeza si se debe, ser conciliador, no dejar que los egos manden. Y blah blah blah. ¿Por qué? xD Porque no estoy acá para darles soluciones. Solamente escribo para desmenuzar cuestiones estúpidas tan frágiles que merecen ser señaladas con el dedo.
Como dije, jarrones.
Qué difícil es interactuar con el mundo, a veces. Hasta entrar en puntas de pies puede ofender a quien no debe. Todo es muy relativo, nada ni nadie es obviedad. Lo único obvio en todo ésto es quien piensa lo que dice dos veces y, aún así, continúa ofendiendo a terceros.
G
viernes, 8 de noviembre de 2013
Words that kill
.
Estoy llegando a un punto en mi vida donde ciertas tuercas necesitan ajustes urgentes.
Una de esas cosas tiene que ver con la reacción que ciertos allegados a mí demuestran cuando les pido que no tengan actitudes que puedan molestarme, a la larga. Como cuando uno deja que lo boludeen pero pide que no se pasen y se pasan igual... por ejemplo. Tengo muchos de esos y de carácter reciente, que provienen de gente que se toma muy a pecho que les diga "no presionen dicha tuerca".
El quid de la cuestión recae más en mi, porque uno procura pedir las cosas sin que los demás se ofendan y si bien no siempre lleva a una charla entre dos seres humanos, en la mayoría de los casos procuro ser elocuente, sin atisbos de discusión. Sin embargo, la gente se ofende igual. No se si tendrá que ver con la euforia que se traen al boludearte o la costumbre que tienen de que no les reproches siquiera un alfiler, pero se terminan ofendiendo y hasta incluso teniendo actitudes completamente extremas. Entonces, ahí es cuando te preguntás si realmente te tienen en estima o respeto, si no se están dando cuenta de lo mucho de mambo que se están yendo o el dolor que te está causando que te sigan retorciendo el brazo.
Como sea, el ejemplo más reciente es el de mi viejo, Norberto, ayer. Fui a pedir que no entren a mi habitación sin mandarme un mensaje (quieren jugar a la ps3 los más chicos), tan sólo eso, un mensaje pedí y se terminaron ofendiendo terriblemente. Bueno, menos mal que era mi habitación... que no sabés si está ordenada o dejo plata por ahí, si se rompió algo de la cama, si a mi gato se le ocurrió mandarse una cagada, etc. Preguntar, nada más. No voy a negarme, eso es seguro.
O pedís que se moderen con los chistes y siguen... También que no te llamen de cierta manera delante de otros y lo hacen igual. Que no te cuenten cosas de ciertas personas, te las cuentan igual y después se ofenden. O aquellos casos en los que das consejos sanos y se ofenden porque "sos un metido", a pesar de llevar más de diez años de amistad. Blah...
El punto es, que a partir de hoy dejaré de pedir disculpas por lo que tenga que ajustar ni tampoco pienso seguir dando explicaciones. Diré lo que tenga que decir y a quien no le guste, mala leche viejo, la gente crece, madura y cambia. Tal vez, en el proceso, se vuelva más fuerte.
Saben bien que no soy una persona de carácter débil.
G
PD: decidí hacer el post en primera persona porque quería que sonara más fuerte en experiencia, pero he visto que le pasa a mucha gente y no lo admite.
Estoy llegando a un punto en mi vida donde ciertas tuercas necesitan ajustes urgentes.
Una de esas cosas tiene que ver con la reacción que ciertos allegados a mí demuestran cuando les pido que no tengan actitudes que puedan molestarme, a la larga. Como cuando uno deja que lo boludeen pero pide que no se pasen y se pasan igual... por ejemplo. Tengo muchos de esos y de carácter reciente, que provienen de gente que se toma muy a pecho que les diga "no presionen dicha tuerca".
El quid de la cuestión recae más en mi, porque uno procura pedir las cosas sin que los demás se ofendan y si bien no siempre lleva a una charla entre dos seres humanos, en la mayoría de los casos procuro ser elocuente, sin atisbos de discusión. Sin embargo, la gente se ofende igual. No se si tendrá que ver con la euforia que se traen al boludearte o la costumbre que tienen de que no les reproches siquiera un alfiler, pero se terminan ofendiendo y hasta incluso teniendo actitudes completamente extremas. Entonces, ahí es cuando te preguntás si realmente te tienen en estima o respeto, si no se están dando cuenta de lo mucho de mambo que se están yendo o el dolor que te está causando que te sigan retorciendo el brazo.
Como sea, el ejemplo más reciente es el de mi viejo, Norberto, ayer. Fui a pedir que no entren a mi habitación sin mandarme un mensaje (quieren jugar a la ps3 los más chicos), tan sólo eso, un mensaje pedí y se terminaron ofendiendo terriblemente. Bueno, menos mal que era mi habitación... que no sabés si está ordenada o dejo plata por ahí, si se rompió algo de la cama, si a mi gato se le ocurrió mandarse una cagada, etc. Preguntar, nada más. No voy a negarme, eso es seguro.
O pedís que se moderen con los chistes y siguen... También que no te llamen de cierta manera delante de otros y lo hacen igual. Que no te cuenten cosas de ciertas personas, te las cuentan igual y después se ofenden. O aquellos casos en los que das consejos sanos y se ofenden porque "sos un metido", a pesar de llevar más de diez años de amistad. Blah...
El punto es, que a partir de hoy dejaré de pedir disculpas por lo que tenga que ajustar ni tampoco pienso seguir dando explicaciones. Diré lo que tenga que decir y a quien no le guste, mala leche viejo, la gente crece, madura y cambia. Tal vez, en el proceso, se vuelva más fuerte.
Saben bien que no soy una persona de carácter débil.
G
PD: decidí hacer el post en primera persona porque quería que sonara más fuerte en experiencia, pero he visto que le pasa a mucha gente y no lo admite.
martes, 5 de noviembre de 2013
Inercia, con I de ícono
.
Sí, aún tengo cosas para decirte.
Pero van a quedar dentro del único lugar donde no entrás.
Inercia, sabés bien lo que significa. Vivir por inercia, dejar el piloto automático, seguir los instintos (aunque nos lleven por caminos mal consecuentes), decir que sí... porque sí. En el fondo, nuestras vidas no se diferencian tanto, si hablamos de consecuencias, la razón escondida detrás de tantos años de convivencia y querer. Podemos odiarnos, "dejar" de querernos, estar con otras personas, cambiar... pero jamás combatir la razón de fondo, la que nos trajo una y otra vez al mismo punto, donde ambos nos abrazábamos por la cintura e inventábamos legiones de defectos mutuos. Sep, no crecíamos estando juntos pero siempre estábamos. Siempre estamos.
Mi cabeza está con vos, porque nadie más llama mi atención. Tu cabeza está acá, porque todo eso que te gusta es superficial y no dura para siempre.
Inercia, con I de ícono. ¿Sabés lo que son las cuentas pendientes? Claro que sí, pero preferís mirar hacia otro lado y esperar que la suerte te de mejores cosas. Preferís jugar a la mujer responsable enamorada, aquella que pretende tener un hombre al lado que le de la seguridad que todas las mujeres quieren a nivel material, siempre y cuando no se olviden de quitar las sábanas que te separen de él. Suena perfecto, isn't? Resulta que también a mi me va mejor...
Recuerdo que me corregiste la última vez que hablamos, sobre una palabra en inglés. Es impresionante que jamás te tomaste el trabajo de aprender ése idioma estando conmigo y ahora, cuando tenés alguien cerca que también sabe, sabés más. Supongo que se trata de quién inspira y de quién no, ¿me equivoco? Pity... Porque no importa la suciedad bajo las uñas de Dios, imperios caen y nuevos se levantan, personas comunes se inmortalizan al morir y los genios, tildados de locos e incapaces de entender a la gente.
Importa, lo suficiente para que te sueñe y tenga que suplantarte con mucho trabajo, juegos y espacios en éste blog. Mi catarsis se transformó hoy en día en algo comercial pero ahí está, donde estás, con otro nombre pero con tu sabor y con tus actitudes, sobre cada escena donde brille una mujer.
Tantas ideas emocionales y tan pocas reflexivas.
I'm fine.
G
Sí, aún tengo cosas para decirte.
Pero van a quedar dentro del único lugar donde no entrás.
Inercia, sabés bien lo que significa. Vivir por inercia, dejar el piloto automático, seguir los instintos (aunque nos lleven por caminos mal consecuentes), decir que sí... porque sí. En el fondo, nuestras vidas no se diferencian tanto, si hablamos de consecuencias, la razón escondida detrás de tantos años de convivencia y querer. Podemos odiarnos, "dejar" de querernos, estar con otras personas, cambiar... pero jamás combatir la razón de fondo, la que nos trajo una y otra vez al mismo punto, donde ambos nos abrazábamos por la cintura e inventábamos legiones de defectos mutuos. Sep, no crecíamos estando juntos pero siempre estábamos. Siempre estamos.
Mi cabeza está con vos, porque nadie más llama mi atención. Tu cabeza está acá, porque todo eso que te gusta es superficial y no dura para siempre.
Inercia, con I de ícono. ¿Sabés lo que son las cuentas pendientes? Claro que sí, pero preferís mirar hacia otro lado y esperar que la suerte te de mejores cosas. Preferís jugar a la mujer responsable enamorada, aquella que pretende tener un hombre al lado que le de la seguridad que todas las mujeres quieren a nivel material, siempre y cuando no se olviden de quitar las sábanas que te separen de él. Suena perfecto, isn't? Resulta que también a mi me va mejor...
Recuerdo que me corregiste la última vez que hablamos, sobre una palabra en inglés. Es impresionante que jamás te tomaste el trabajo de aprender ése idioma estando conmigo y ahora, cuando tenés alguien cerca que también sabe, sabés más. Supongo que se trata de quién inspira y de quién no, ¿me equivoco? Pity... Porque no importa la suciedad bajo las uñas de Dios, imperios caen y nuevos se levantan, personas comunes se inmortalizan al morir y los genios, tildados de locos e incapaces de entender a la gente.
Importa, lo suficiente para que te sueñe y tenga que suplantarte con mucho trabajo, juegos y espacios en éste blog. Mi catarsis se transformó hoy en día en algo comercial pero ahí está, donde estás, con otro nombre pero con tu sabor y con tus actitudes, sobre cada escena donde brille una mujer.
Tantas ideas emocionales y tan pocas reflexivas.
I'm fine.
G
viernes, 25 de octubre de 2013
Virtud de Aquiles
.
Ok, hablemos de virtudes defectuosas o "debilidades", como el lunfardo bien diría.
Entre las tantas virtudes que poseemos (incluso, hasta el mas hijo de su madre), existe una que vino fallada. Esa virtud defectuosa, es la que nos convierte en personas débiles a nivel personal y, esa debilidad, puede ser conducida por cualquier sentimiento o emoción saludable que elija ésta virtud, que puede recaer en la confianza, la paciencia, la indulgencia, la ignorancia (mitad virtud), el querer, la benevolencia, la compadecencia, el compañerismo, etc. Entre otras tantas, claro está.
Tomemos un ejemplo: tener paciencia se vuelve a menudo sinónimo de idiota, porque eso es lo que terminan pensando de nosotros las personas en quien confiamos e ignoramos sus equivocaciones para mejor; la indulgencia nos lleva sobre suelo lleno de vidrios; el querer... a querer hasta lo indefendible, a perdonar... El compañerismo, a compartir momentos con personas egoístas y que luego no se acuerdan.
Al final, el resultado será el mismo: nos olvidaremos de quiénes somos. Perderemos el rumbo, navegaremos por actitudes desconocidas, afrontaremos tormentas que se llevarán nuestros brazos y piernas para que, luego en la calma, seamos recordados por ése lado oscuro que desatamos en consecuencia. No somos los primeros en juzgar pero sí somos los primeros en ser juzgados, nadie tiene tanta paciencia y muy pocos se hacen cargo de los platos rotos.
Cuesta mucho centrarse.
No podemos evitar aflojar el paso. Muchas veces, cuando mezclamos rutina y gente, cedemos en pos de la aceptación o la igualdad. Ahí es cuando nuestra "virtud de Aquiles" queda puesta a prueba y medimos cuán culpables somos por haberla expuesto como tal. Lamentablemente, uno necesita depositar virtudes en manos ajenas y el resultado no es siempre bueno. Claro que, al final, todo te enseña, ¿no? Lo bueno y lo malo... digo... A veces, creo que nacemos para vivir equivocándonos.
Recientemente, alguien me dijo que las cosas se aprenden con dolor, que así es cómo mejor quedan grabadas.
Entonces, queda en cada quién el detectar su virtud defectuosa y ponerle especial atención cuando entre en juego, ¿no lo creen? Éste mundo no perdona y suele recordar mayormente nuestros errores. Digo... de vez en cuando, ¿por qué no aprender a controlar nuestra debilidad con algo de egoísmo decente?
G
Ok, hablemos de virtudes defectuosas o "debilidades", como el lunfardo bien diría.
Entre las tantas virtudes que poseemos (incluso, hasta el mas hijo de su madre), existe una que vino fallada. Esa virtud defectuosa, es la que nos convierte en personas débiles a nivel personal y, esa debilidad, puede ser conducida por cualquier sentimiento o emoción saludable que elija ésta virtud, que puede recaer en la confianza, la paciencia, la indulgencia, la ignorancia (mitad virtud), el querer, la benevolencia, la compadecencia, el compañerismo, etc. Entre otras tantas, claro está.
Tomemos un ejemplo: tener paciencia se vuelve a menudo sinónimo de idiota, porque eso es lo que terminan pensando de nosotros las personas en quien confiamos e ignoramos sus equivocaciones para mejor; la indulgencia nos lleva sobre suelo lleno de vidrios; el querer... a querer hasta lo indefendible, a perdonar... El compañerismo, a compartir momentos con personas egoístas y que luego no se acuerdan.
Al final, el resultado será el mismo: nos olvidaremos de quiénes somos. Perderemos el rumbo, navegaremos por actitudes desconocidas, afrontaremos tormentas que se llevarán nuestros brazos y piernas para que, luego en la calma, seamos recordados por ése lado oscuro que desatamos en consecuencia. No somos los primeros en juzgar pero sí somos los primeros en ser juzgados, nadie tiene tanta paciencia y muy pocos se hacen cargo de los platos rotos.
Cuesta mucho centrarse.
No podemos evitar aflojar el paso. Muchas veces, cuando mezclamos rutina y gente, cedemos en pos de la aceptación o la igualdad. Ahí es cuando nuestra "virtud de Aquiles" queda puesta a prueba y medimos cuán culpables somos por haberla expuesto como tal. Lamentablemente, uno necesita depositar virtudes en manos ajenas y el resultado no es siempre bueno. Claro que, al final, todo te enseña, ¿no? Lo bueno y lo malo... digo... A veces, creo que nacemos para vivir equivocándonos.
Recientemente, alguien me dijo que las cosas se aprenden con dolor, que así es cómo mejor quedan grabadas.
Entonces, queda en cada quién el detectar su virtud defectuosa y ponerle especial atención cuando entre en juego, ¿no lo creen? Éste mundo no perdona y suele recordar mayormente nuestros errores. Digo... de vez en cuando, ¿por qué no aprender a controlar nuestra debilidad con algo de egoísmo decente?
G
lunes, 7 de octubre de 2013
Through the glass
.
Cuando tu mente no es más que una zarza prendida fuego con ciclotimia, es normal que tus ramas se agiten con el viento que pasa a saludar y así, termines salpicando a todo aquel que se acerque a mirar.
Lamentablemente, ésto se tomó la insana costumbre de aparecer cada dos semanas, cuando un anónimo G deja un vaso revuelto sobre la mesa de Gabu. No siempre fue así... antes me veía como una persona que acumulaba hasta explotar pero, hasta hace no mucho, mis cambios de humor repentinos o fácilmente influenciables, han relegado la bomba atómica al segundo lugar en la lista de defectos Gabrielianos. Pero no es justamente sobre el primer puesto del que quiero hablar, sino de las mismas influencias que me tienen como "engripado" constantemente...
Changos... soy terriblemente influenciable y sobretodo, en el humor. Y sobre mi vida, que una pendeja de ocho años y medio menos pudo estancarme con gran facilidad. Admito que en mi sangre reside el gen de los "problemas neuronales" pero me doy cuenta TARDE de que mis alrededores marcan mi ritmo de vida, directa o indirectamente.
Es así como uno se ve afectado por las imperfecciones ajenas, por las faltas de respeto innecesarias, por los comentarios que cansan, por el histeriqueo inconstante... e infinitos etcéteras.
Veo muchas actitudes impropias hacia mi persona y yo mismo me declaro incongruente; las buenas actitudes comienzan a escasear y me pregunto si esa es la razón por la cual me encuentro tan inestable... Con ésto quiero decir: el problema siempre es mío, es mi cabeza la que resulta frágil, es la seriedad de cartón que inspiro, es la falta de humanidad a la que me encamino. Doy poder sobre personas cuando ya no confío en ellas y aún necesito recuperar la cordura. Ya lo dije, la gente ya no sabe qué hacer con el poder de la influencia yo, tampoco recuerdo dónde dejé el punto de equilibrio, ni cómo ponerle una camisa de fuerza a mi cabeza.
Por eso mismo es que decido cada día y por voluntad propia, quedarme solo.
Háganse la siguiente pregunta: ¿hace cuánto que no me ven en sus casas?
G
Cuando tu mente no es más que una zarza prendida fuego con ciclotimia, es normal que tus ramas se agiten con el viento que pasa a saludar y así, termines salpicando a todo aquel que se acerque a mirar.
Lamentablemente, ésto se tomó la insana costumbre de aparecer cada dos semanas, cuando un anónimo G deja un vaso revuelto sobre la mesa de Gabu. No siempre fue así... antes me veía como una persona que acumulaba hasta explotar pero, hasta hace no mucho, mis cambios de humor repentinos o fácilmente influenciables, han relegado la bomba atómica al segundo lugar en la lista de defectos Gabrielianos. Pero no es justamente sobre el primer puesto del que quiero hablar, sino de las mismas influencias que me tienen como "engripado" constantemente...
Changos... soy terriblemente influenciable y sobretodo, en el humor. Y sobre mi vida, que una pendeja de ocho años y medio menos pudo estancarme con gran facilidad. Admito que en mi sangre reside el gen de los "problemas neuronales" pero me doy cuenta TARDE de que mis alrededores marcan mi ritmo de vida, directa o indirectamente.
Es así como uno se ve afectado por las imperfecciones ajenas, por las faltas de respeto innecesarias, por los comentarios que cansan, por el histeriqueo inconstante... e infinitos etcéteras.
Veo muchas actitudes impropias hacia mi persona y yo mismo me declaro incongruente; las buenas actitudes comienzan a escasear y me pregunto si esa es la razón por la cual me encuentro tan inestable... Con ésto quiero decir: el problema siempre es mío, es mi cabeza la que resulta frágil, es la seriedad de cartón que inspiro, es la falta de humanidad a la que me encamino. Doy poder sobre personas cuando ya no confío en ellas y aún necesito recuperar la cordura. Ya lo dije, la gente ya no sabe qué hacer con el poder de la influencia yo, tampoco recuerdo dónde dejé el punto de equilibrio, ni cómo ponerle una camisa de fuerza a mi cabeza.
Por eso mismo es que decido cada día y por voluntad propia, quedarme solo.
Háganse la siguiente pregunta: ¿hace cuánto que no me ven en sus casas?
G
lunes, 30 de septiembre de 2013
Tomándole el codo a la esperanza
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La gente posee un defecto, un defecto que se tilda diariamente como cualidad.
Esperanza.
Cuántas veces se tiene la esperanza de que ciertas cuestiones se resuelvan de buena manera. O la esperanza de que al menos una de tantas personas aplique criterio, sabiduría, entendimiento, compañerismo... aunque fuese una sola vez. Cuántas veces esperás que alguien actúe distinto o que algún currículum inspirase a cierto empleador. Cuántas veces se tiene la esperanza de que algo va a salir bien...
Sin embargo, hoy en día, resulta ser alimento de egoístas. "Tener esperanza sobre alguien es como sufrir un mantenido en casa". Uno da lo mejor de sí mismo o lo que en su sano juicio logra repartir, mientras que otros se toman el codo y abusan de sus malditas formas de ser, pisoteando cada actitud, hablando por las espaldas, deseando el mal a quien lo entiende, creyendo ser los dueños de la verdad. Nosotros mismos tenemos poco y nada de santos pero existen quienes arrastran a los que no comparten sus ideas y sufren todo tipo de malas actitudes, viendo cómo queman toda herramienta ajena a sus criterios o cómo las vuelven inútiles. Y quienes no piensan como ellos, son personas equivocadas.
Todo un circo.
Existen un par de personas a las que les debo dos buenas cagadas a trompadas y no se las doy porque existen dos buenas personas que me detienen. Y son personas con las que tuve esperanzas sobre sus actitudes maliciosas y egoístas pero no logré buenos resultados. Esperé a que cambiaran, tuve una paciencia enorme, me callé... porque entendí que quien tiene huevos no siempre debe de llevarse al mundo por delante y esperé... tuve la esperanza de que dejaran de ser la mierda que casi siempre fueron. Pero no. Fueron, decepcionaron y en el futuro, van a seguir siéndolo, porque no saben valorar a quienes les tienen paciencia. ¿Ejemplos? Se quieren levantar a tu ex inmediatamente después de tu ruptura o te cambian diez años de amistad por seis meses de garche. También existen los que solamente te tocan el timbre para pedirte plata o el que te llena de promesas con respecto a laburar y mantener a tu hija pero no dura tres meses en cualquier laburo. Ni hablemos de los padres que te bardean por una deficiencia física o el jefe que no te paga las tres horas extras que te quedaste ayer.
Ni hablar.
Por todos ellos, se tiene esperanza. Aunque se sepa que pertenecen a la clasificación de "gente nociva", se sacrifican horas y sueño de vida para que, al final, te defrauden. Si no fuera por ésa "inconsciencia" de la que todos se aferran y que les permiten seguir saludando a los casos perdidos, éste mundo sería un lugar lleno de rencor y guerras diarias, donde nadie se diría "hola" ni se daría un abrazo. Lo se, ése tipo de personas
Por mi parte, yo sí vivo del rencor. Y es uno de mis mayores defectos, ,no lo niego y soy consciente de las desventajas que representa vivir con ello. Hoy por hoy, asumo plenamente que ni olvido ni perdono, pero que sí acepto mis errores y hago meaculpa, que no puedo dejar pasar un segundo más de mis días sin ignorar cualquier otro décimo segundo error. De ahora en más, creo firmemente en que un tropezón no es caída pero que mi mano solamente estará para ayudar una sola primera vez y que la esperanza, será dedicada hacia aquellos a los que no les agrade caerse arriba de los demás.
En otras palabras, no más gente nociva. son como drogadictos que no se quieren curar.
No sirven, háganme caso. No perdonen más de dos veces.
G
La gente posee un defecto, un defecto que se tilda diariamente como cualidad.
Esperanza.
Cuántas veces se tiene la esperanza de que ciertas cuestiones se resuelvan de buena manera. O la esperanza de que al menos una de tantas personas aplique criterio, sabiduría, entendimiento, compañerismo... aunque fuese una sola vez. Cuántas veces esperás que alguien actúe distinto o que algún currículum inspirase a cierto empleador. Cuántas veces se tiene la esperanza de que algo va a salir bien...
Sin embargo, hoy en día, resulta ser alimento de egoístas. "Tener esperanza sobre alguien es como sufrir un mantenido en casa". Uno da lo mejor de sí mismo o lo que en su sano juicio logra repartir, mientras que otros se toman el codo y abusan de sus malditas formas de ser, pisoteando cada actitud, hablando por las espaldas, deseando el mal a quien lo entiende, creyendo ser los dueños de la verdad. Nosotros mismos tenemos poco y nada de santos pero existen quienes arrastran a los que no comparten sus ideas y sufren todo tipo de malas actitudes, viendo cómo queman toda herramienta ajena a sus criterios o cómo las vuelven inútiles. Y quienes no piensan como ellos, son personas equivocadas.
Todo un circo.
Existen un par de personas a las que les debo dos buenas cagadas a trompadas y no se las doy porque existen dos buenas personas que me detienen. Y son personas con las que tuve esperanzas sobre sus actitudes maliciosas y egoístas pero no logré buenos resultados. Esperé a que cambiaran, tuve una paciencia enorme, me callé... porque entendí que quien tiene huevos no siempre debe de llevarse al mundo por delante y esperé... tuve la esperanza de que dejaran de ser la mierda que casi siempre fueron. Pero no. Fueron, decepcionaron y en el futuro, van a seguir siéndolo, porque no saben valorar a quienes les tienen paciencia. ¿Ejemplos? Se quieren levantar a tu ex inmediatamente después de tu ruptura o te cambian diez años de amistad por seis meses de garche. También existen los que solamente te tocan el timbre para pedirte plata o el que te llena de promesas con respecto a laburar y mantener a tu hija pero no dura tres meses en cualquier laburo. Ni hablemos de los padres que te bardean por una deficiencia física o el jefe que no te paga las tres horas extras que te quedaste ayer.
Ni hablar.
Por todos ellos, se tiene esperanza. Aunque se sepa que pertenecen a la clasificación de "gente nociva", se sacrifican horas y sueño de vida para que, al final, te defrauden. Si no fuera por ésa "inconsciencia" de la que todos se aferran y que les permiten seguir saludando a los casos perdidos, éste mundo sería un lugar lleno de rencor y guerras diarias, donde nadie se diría "hola" ni se daría un abrazo. Lo se, ése tipo de personas
Por mi parte, yo sí vivo del rencor. Y es uno de mis mayores defectos, ,no lo niego y soy consciente de las desventajas que representa vivir con ello. Hoy por hoy, asumo plenamente que ni olvido ni perdono, pero que sí acepto mis errores y hago meaculpa, que no puedo dejar pasar un segundo más de mis días sin ignorar cualquier otro décimo segundo error. De ahora en más, creo firmemente en que un tropezón no es caída pero que mi mano solamente estará para ayudar una sola primera vez y que la esperanza, será dedicada hacia aquellos a los que no les agrade caerse arriba de los demás.
En otras palabras, no más gente nociva. son como drogadictos que no se quieren curar.
No sirven, háganme caso. No perdonen más de dos veces.
G
miércoles, 25 de septiembre de 2013
De la gloria al suicidio
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A veces, me pregunto si así es cómo se sienten los suicidas, antes de perder el valor de sus propias vidas: depresivos, desganados, ciclotímicos, inconformistas, solos, incapaces...
Tengo mis ratos de lucidez pero me siento autosaboteado o, en realidad, siento que perdí las ganas de ser distinto, de que me conozcan y se sientan obligados a interactuar conmigo. No me siento indispensable ni maravilloso, pero sí como quien trepó por una escalera de la cual, hoy por hoy, no sabe bajar. Probé tantas veces el amor, eso es... probé y me encuentro ahora saboreando interrelaciones que no me llenan: ni la amistad, ni la camaradería, ni el contacto, ni la familia, ni el trabajo, ni nada, ni nadi. Todo es aburrido y desechable. Y me siento miserable, me siento egoísta y se que está mal, pero todas las otras opciones son iguales o peores.
Al parecer, carezco de equilibrio emocional. Es fácil cuando alguien espera algo de vos y te ponés una careta. Lo difícil es conformarte con verlos contentos mientras vos reventás, sin encontrar una manera de sobrellevar los fracasos y las derrotas. Fer no fue el amor de mi vida, pero fue aceptada por mis ideales y como la "última mujer"; por eso es que le guardo tanto rencor, porque la dejé hacer lo que nadie y hasta hundirme, con su personalidad deteriorante. Pero jamás le alcanzó y tuvo que tirarme a la basura, tantas veces. Ya se, YA SE que puedo repetirme una y otra vez, pero mi estado depresivo es constante y lo que para los demás es la mala experiencia de un tercero, para mi es subir y no poder bajar, porque no tengo un centro al cual recurrir cuando pierdo todo.
Perdón, hice una pausa para ir a vomitar el almuerzo y toda la histeria que me cayó mal.
Y con respecto a los terceros... Sigo esperando el día que dejen de hacerse los pelotudos y que no me hablen hasta que se me pase, que cuando ellos tienen sus problemas, yo los llamo enseguida. Pero a mi no, dejen que el loco se la aguante solo. Ni un llamado.
Que tarde o temprano, voy a terminar medicado, como mi viejo.
G
A veces, me pregunto si así es cómo se sienten los suicidas, antes de perder el valor de sus propias vidas: depresivos, desganados, ciclotímicos, inconformistas, solos, incapaces...
Tengo mis ratos de lucidez pero me siento autosaboteado o, en realidad, siento que perdí las ganas de ser distinto, de que me conozcan y se sientan obligados a interactuar conmigo. No me siento indispensable ni maravilloso, pero sí como quien trepó por una escalera de la cual, hoy por hoy, no sabe bajar. Probé tantas veces el amor, eso es... probé y me encuentro ahora saboreando interrelaciones que no me llenan: ni la amistad, ni la camaradería, ni el contacto, ni la familia, ni el trabajo, ni nada, ni nadi. Todo es aburrido y desechable. Y me siento miserable, me siento egoísta y se que está mal, pero todas las otras opciones son iguales o peores.
Al parecer, carezco de equilibrio emocional. Es fácil cuando alguien espera algo de vos y te ponés una careta. Lo difícil es conformarte con verlos contentos mientras vos reventás, sin encontrar una manera de sobrellevar los fracasos y las derrotas. Fer no fue el amor de mi vida, pero fue aceptada por mis ideales y como la "última mujer"; por eso es que le guardo tanto rencor, porque la dejé hacer lo que nadie y hasta hundirme, con su personalidad deteriorante. Pero jamás le alcanzó y tuvo que tirarme a la basura, tantas veces. Ya se, YA SE que puedo repetirme una y otra vez, pero mi estado depresivo es constante y lo que para los demás es la mala experiencia de un tercero, para mi es subir y no poder bajar, porque no tengo un centro al cual recurrir cuando pierdo todo.
Perdón, hice una pausa para ir a vomitar el almuerzo y toda la histeria que me cayó mal.
Y con respecto a los terceros... Sigo esperando el día que dejen de hacerse los pelotudos y que no me hablen hasta que se me pase, que cuando ellos tienen sus problemas, yo los llamo enseguida. Pero a mi no, dejen que el loco se la aguante solo. Ni un llamado.
Que tarde o temprano, voy a terminar medicado, como mi viejo.
G
lunes, 23 de septiembre de 2013
Dilema circular
.
Todo ésto de ponerle títulos a todo no es más que el orden establecido por la dictadura perfeccionista. Si bien reconozco que un poco de desorden me vendría bien, no creo ser el indicado para navegar dentro de ésa profundidad anárquica.
Charlar con cierto tipo de personas de carácter estricto, puede sentirse molesto en principio pero siempre digo que hay que saber escuchar a los que vivieron más que nosotros. No obstante, vivir por nosotros mismos, equivocarnos, sentir dolor, levantarse, seguir... Todo eso enseña más, porque es a través de esas experiencias que uno aprende realmente cómo es cruzar la línea. Y para enseñar, hay que absorber primero. Ese mismo dolor es el que endurece la piel.
Por ejemplo, ésta persona estricta me explicó porqué un padre no es amigo de sus hijos, desde su punto de vista. Según él, los padres deben aspirar a criar personas que superen sus propios logros, que vivan una vida mucho más excepcional que la de ellos y que éstos hijos suyos, alcancen la trascendencia de vida, donde el mundo deba reconocerlos por sus logros y vivir en base a ellos, mejorando así sus propias trascendencias colectivas. Ésto no deja de basarse en la proyección egocéntrica de cada uno, donde un padre busca que sus hijos logren lo que él no pudo o mejoren lo logrado hasta ése momento.
De todo eso, voy a tomar la idea abstracta de cómo se puede dejar real huella en la vida de cada uno.
Todas estas cuestiones que mencioné, que en conjunto resultan contradictorias, deben formar parte del criterio personal de elección. Cada decisión merece una mínima contemplación y basada en la seriedad con la que el alma madura. Las emociones, la ansiedad, el mismo dolor, la libertad... todo eso representa un gran obstáculo a la hora de elegir y, lamentablemente, ser humano multiplica el grado de imperfección del que, a la larga, sufrimos. Deseos, sueños, impulsos, cualquier herramienta sugerente colabora y convierte éste análisis en algo inconsistente.
Sin embargo, la vida es circular y son esas mismas "manzanas" las que nos llevan a sufrir y aprender con dolor. Se demanda criterio para lograr perfeccionismo pero, sin haber perdido ese mismo criterio ni haber sobrepasado los límites, no podemos basar nuevas decisiones en la consistencia que solamente la experiencia nos puede dar.
Perturbador.
Pero está en nosotros acercarse un poco al equilibrio, aunque fuese sólo un poco. Y de paso, convirtamos ésto de ponerle títulos a las cosas o personas en un simple acto de respeto.
G
Todo ésto de ponerle títulos a todo no es más que el orden establecido por la dictadura perfeccionista. Si bien reconozco que un poco de desorden me vendría bien, no creo ser el indicado para navegar dentro de ésa profundidad anárquica.
Charlar con cierto tipo de personas de carácter estricto, puede sentirse molesto en principio pero siempre digo que hay que saber escuchar a los que vivieron más que nosotros. No obstante, vivir por nosotros mismos, equivocarnos, sentir dolor, levantarse, seguir... Todo eso enseña más, porque es a través de esas experiencias que uno aprende realmente cómo es cruzar la línea. Y para enseñar, hay que absorber primero. Ese mismo dolor es el que endurece la piel.
Por ejemplo, ésta persona estricta me explicó porqué un padre no es amigo de sus hijos, desde su punto de vista. Según él, los padres deben aspirar a criar personas que superen sus propios logros, que vivan una vida mucho más excepcional que la de ellos y que éstos hijos suyos, alcancen la trascendencia de vida, donde el mundo deba reconocerlos por sus logros y vivir en base a ellos, mejorando así sus propias trascendencias colectivas. Ésto no deja de basarse en la proyección egocéntrica de cada uno, donde un padre busca que sus hijos logren lo que él no pudo o mejoren lo logrado hasta ése momento.
De todo eso, voy a tomar la idea abstracta de cómo se puede dejar real huella en la vida de cada uno.
Todas estas cuestiones que mencioné, que en conjunto resultan contradictorias, deben formar parte del criterio personal de elección. Cada decisión merece una mínima contemplación y basada en la seriedad con la que el alma madura. Las emociones, la ansiedad, el mismo dolor, la libertad... todo eso representa un gran obstáculo a la hora de elegir y, lamentablemente, ser humano multiplica el grado de imperfección del que, a la larga, sufrimos. Deseos, sueños, impulsos, cualquier herramienta sugerente colabora y convierte éste análisis en algo inconsistente.
Sin embargo, la vida es circular y son esas mismas "manzanas" las que nos llevan a sufrir y aprender con dolor. Se demanda criterio para lograr perfeccionismo pero, sin haber perdido ese mismo criterio ni haber sobrepasado los límites, no podemos basar nuevas decisiones en la consistencia que solamente la experiencia nos puede dar.
Perturbador.
Pero está en nosotros acercarse un poco al equilibrio, aunque fuese sólo un poco. Y de paso, convirtamos ésto de ponerle títulos a las cosas o personas en un simple acto de respeto.
G
miércoles, 18 de septiembre de 2013
Moneda de un centavo
.
Hace unos días, me crucé con la primer persona que al segundo intento adivina mi edad. Ante la pregunta mía de si había tirado por tirar un número, me contestó que no. "La edad se lee a través de los ojos". No era una mujer, mala leche... xD Era un viejo, gritón, demasiado suelto para mi gusto, uno de esos que se ven y desatan prejuicios. Sin embargo, uno nunca sabe dónde encontrarse el talento de la sinceridad, no solamente sobre uno mismo, sino en la proyección hacia terceros.
Soy una de esas personas, que ahora mismo está en desuso. No obstante, he tenido mis años dorados y he sido quien inspiraba a las personas a ser sinceros, consigo mismos y con los demás. A pesar de todo, me di cuenta de que existen personas a las que les gusta vivir en la mentira, para sí mismos y para los demás.
He intentado en vano jugar cartas sin hacer señas, de ganar con las mejores y no, mentir con tres cuatros. Pero existen personas a las que no les importa eso, que prefieren ver arder el mundo con tal de no perder una miga de pan de sus bolsillos. Hay gente que no puede dar si tiene que quitarse de sí mismo, que da porque le sobra únicamente, que usa los secretos para defenestrar la moral de quien acarrea su bronca, que se molestan con tan sólo sentir que las cosas no salen como ellos quieren, que son eternamente egoístas...
Una de las cuestiones es que sigo rodéandome de ése tipo de gente. Mantengo distancia, eso es un gran paso pero, recién ahora, es que dejo de lado y alejo del todo. No contemos a mi ex, ella se alejo sola y por lidiar con sus defectos, con los míos y con la falta de madurez. Pero sí, existen otras personas que no valen dos centavos, a la larga. Con éstas dos afirmaciones de fondo me doy cuenta de que no vale la pena sacar lo peor de mí, que actúo por consciencia y se me toma por villano, que pienso dejar que mi ex sea la única que pueda activar mis peores instintos, los que nadie conoce, los que quedaron atrás.
Digamos que siempre fui una persona a la que no le faltó cercanía, siempre tuve personas con las que relacionarme. Incluso, las indeseadas vinieron, tantos búmerangs... gente que dice extrañarme, camas gratuitas que rechacé... Hace poco, un viejo, me dijo que los verdaderos amigos no existen y que la mejor relación que puede existir es la de una pareja, que otro tipo de confianza tan ciega no puede lograrse. Sin contar ésta última afirmación, ya dejé en claro mi decisión de alejar gente, por una cuestión de desconfianza hacia terceros y consecuencias que aún, no me siento capaz de manejar.
Es por decisión propia que no dejo entrar gente nueva a mi vida, lo vuelvo a decir, no porque el mundo se aleje de mí. Quien quiera creerlo bien y quien no, dejen de perder el tiempo leyendo éste blog.
G
Hace unos días, me crucé con la primer persona que al segundo intento adivina mi edad. Ante la pregunta mía de si había tirado por tirar un número, me contestó que no. "La edad se lee a través de los ojos". No era una mujer, mala leche... xD Era un viejo, gritón, demasiado suelto para mi gusto, uno de esos que se ven y desatan prejuicios. Sin embargo, uno nunca sabe dónde encontrarse el talento de la sinceridad, no solamente sobre uno mismo, sino en la proyección hacia terceros.
Soy una de esas personas, que ahora mismo está en desuso. No obstante, he tenido mis años dorados y he sido quien inspiraba a las personas a ser sinceros, consigo mismos y con los demás. A pesar de todo, me di cuenta de que existen personas a las que les gusta vivir en la mentira, para sí mismos y para los demás.
He intentado en vano jugar cartas sin hacer señas, de ganar con las mejores y no, mentir con tres cuatros. Pero existen personas a las que no les importa eso, que prefieren ver arder el mundo con tal de no perder una miga de pan de sus bolsillos. Hay gente que no puede dar si tiene que quitarse de sí mismo, que da porque le sobra únicamente, que usa los secretos para defenestrar la moral de quien acarrea su bronca, que se molestan con tan sólo sentir que las cosas no salen como ellos quieren, que son eternamente egoístas...
Una de las cuestiones es que sigo rodéandome de ése tipo de gente. Mantengo distancia, eso es un gran paso pero, recién ahora, es que dejo de lado y alejo del todo. No contemos a mi ex, ella se alejo sola y por lidiar con sus defectos, con los míos y con la falta de madurez. Pero sí, existen otras personas que no valen dos centavos, a la larga. Con éstas dos afirmaciones de fondo me doy cuenta de que no vale la pena sacar lo peor de mí, que actúo por consciencia y se me toma por villano, que pienso dejar que mi ex sea la única que pueda activar mis peores instintos, los que nadie conoce, los que quedaron atrás.
Digamos que siempre fui una persona a la que no le faltó cercanía, siempre tuve personas con las que relacionarme. Incluso, las indeseadas vinieron, tantos búmerangs... gente que dice extrañarme, camas gratuitas que rechacé... Hace poco, un viejo, me dijo que los verdaderos amigos no existen y que la mejor relación que puede existir es la de una pareja, que otro tipo de confianza tan ciega no puede lograrse. Sin contar ésta última afirmación, ya dejé en claro mi decisión de alejar gente, por una cuestión de desconfianza hacia terceros y consecuencias que aún, no me siento capaz de manejar.
Es por decisión propia que no dejo entrar gente nueva a mi vida, lo vuelvo a decir, no porque el mundo se aleje de mí. Quien quiera creerlo bien y quien no, dejen de perder el tiempo leyendo éste blog.
G
sábado, 14 de septiembre de 2013
Poder de decisión
.
Tengo muchas cosas para hablar pero no puedo explayarlas todas en un sólo post. Además, no me gusta la diversidad de temas, así que prefiero hablar de uno solo y quedar más o menos claro...
Maso, dije.
El poder de decisión es demasiado para la gente común. Si bien en grandes decisiones de la vida, llegamos TODOS a equivocarnos feo, cometemos errores que más adelante terminamos por arrepentirnos o sentirnos, al menos, con vergüenza; que nos hacen vivir consecuencias no deseadas y ataques de consciencia que nos matan. No a todos, claro está... A pesar de todo eso, hay pequeñas decisiones que uno presta cada día a la gente con la que sociabiliza y que uno lo hace porque es de buena fe, porque está en su naturaleza, porque no es egoísta, etc... pero que la gente convierte en abuso o estancamiento.
Abuso, porque la más mínima decisión logra que se tomen el codo y nos pasen por encima, porque uno presta su confianza y terminan robándote el respeto, porque pueden, porque no les importás realmente. Hay personas a las que les ofrecés un descuento y eligen lo mejor de lo mejor, que les ofrecés un cigarrillo y te vienen a pedir otro, que les das una hora de tu vida gratis y te piden más, que te hacen esperar una hora y te hacen esperar siempre, que las dejás volver porque las querés y siempre se van... y vuelven otra vez... para irse de nuevo.
Duda, porque existen aquellos en los que confiás una decisión y se quedan pensando o no saben qué hacer con tanto poder. Existen personas que no pueden llevar ésa responsabilidad, que te atrasan o terminan por estancarte, personas a las que les das opciones e incluso, confiándoles tu propio ser y nada, se sienten incapaces de sobrellevar hasta la más diminuta decisión. ¿Ejemplos? Si les doy papel metálico o transparente, muchos tardan o hasta responden que les da lo mismo. ¿A dónde vamos? "No sé, elegí vos". ¿Tomamos cerveza o whisky? También podríamos tomar Seven Up pero... ¿Compramos una tele? Puede ser pero, nos quedamos sin plata, pero quiero una igual, no sé... Elegí vos, "YO NO QUIERO ELEGIR" o "¿POR QUÉ YO?". Y el peor de todos: uno no quiere forzar a la otra persona a que lo quiera y, sin embargo, te contestan "yo te quiero pero también lo quiero a él".
Demasiado poder en manos inexpertas y les digo, es algo que veo todos los días. Suelo decirme que exagero con mis ideas, con mis pensamientos, con mis prejuicios pero, la verdad, es que encuentro cada día una razón nueva para creerme diferente y ver al resto como la mediocridad conjunta. Es difícil confiar las decisiones en aquellos que hasta queremos pero, me doy cuenta de que es mejor tomar ciertas decisiones uno y por el bien mayor, porque entre abuso y duda, ya se siente el cansancio de lidiar con esos miles de ojos perdidos en la corriente.
No dejen que los demás tengan ése poder. Decidan por ustedes y por los demás, al menos en cuestiones en que ellos puedan fallar.
G
PD: Durante ocho años, concedí el poder de decidir siempre, a mi ex pareja. Y así es como se volvió ex.
Tengo muchas cosas para hablar pero no puedo explayarlas todas en un sólo post. Además, no me gusta la diversidad de temas, así que prefiero hablar de uno solo y quedar más o menos claro...
Maso, dije.
El poder de decisión es demasiado para la gente común. Si bien en grandes decisiones de la vida, llegamos TODOS a equivocarnos feo, cometemos errores que más adelante terminamos por arrepentirnos o sentirnos, al menos, con vergüenza; que nos hacen vivir consecuencias no deseadas y ataques de consciencia que nos matan. No a todos, claro está... A pesar de todo eso, hay pequeñas decisiones que uno presta cada día a la gente con la que sociabiliza y que uno lo hace porque es de buena fe, porque está en su naturaleza, porque no es egoísta, etc... pero que la gente convierte en abuso o estancamiento.
Abuso, porque la más mínima decisión logra que se tomen el codo y nos pasen por encima, porque uno presta su confianza y terminan robándote el respeto, porque pueden, porque no les importás realmente. Hay personas a las que les ofrecés un descuento y eligen lo mejor de lo mejor, que les ofrecés un cigarrillo y te vienen a pedir otro, que les das una hora de tu vida gratis y te piden más, que te hacen esperar una hora y te hacen esperar siempre, que las dejás volver porque las querés y siempre se van... y vuelven otra vez... para irse de nuevo.
Duda, porque existen aquellos en los que confiás una decisión y se quedan pensando o no saben qué hacer con tanto poder. Existen personas que no pueden llevar ésa responsabilidad, que te atrasan o terminan por estancarte, personas a las que les das opciones e incluso, confiándoles tu propio ser y nada, se sienten incapaces de sobrellevar hasta la más diminuta decisión. ¿Ejemplos? Si les doy papel metálico o transparente, muchos tardan o hasta responden que les da lo mismo. ¿A dónde vamos? "No sé, elegí vos". ¿Tomamos cerveza o whisky? También podríamos tomar Seven Up pero... ¿Compramos una tele? Puede ser pero, nos quedamos sin plata, pero quiero una igual, no sé... Elegí vos, "YO NO QUIERO ELEGIR" o "¿POR QUÉ YO?". Y el peor de todos: uno no quiere forzar a la otra persona a que lo quiera y, sin embargo, te contestan "yo te quiero pero también lo quiero a él".
Demasiado poder en manos inexpertas y les digo, es algo que veo todos los días. Suelo decirme que exagero con mis ideas, con mis pensamientos, con mis prejuicios pero, la verdad, es que encuentro cada día una razón nueva para creerme diferente y ver al resto como la mediocridad conjunta. Es difícil confiar las decisiones en aquellos que hasta queremos pero, me doy cuenta de que es mejor tomar ciertas decisiones uno y por el bien mayor, porque entre abuso y duda, ya se siente el cansancio de lidiar con esos miles de ojos perdidos en la corriente.
No dejen que los demás tengan ése poder. Decidan por ustedes y por los demás, al menos en cuestiones en que ellos puedan fallar.
G
PD: Durante ocho años, concedí el poder de decidir siempre, a mi ex pareja. Y así es como se volvió ex.
lunes, 9 de septiembre de 2013
DES - confianza
.
Hoy discutí con mi jefe y por un error que no cometí. Me llamó "tiro al aire" y me instó a prestar más atención. Más, de la demasiada que ya presto. "Tiro al aire", cuando voy a laburar con diluvio y hasta enfermo. Por supuesto, me sentí despreciado, desestimado, blah, ya que el error constó de dejar los candados del puesto colocados pero sin cerrar. No está de más aclarar que reviso al cerrar unas tres veces, ya que me he olvidado alguna que otra cosa y ha desaparecido, ya que el puesto está en el medio de la vereda. Ni hablar de que atiendo con una simpatía a prueba de bajones y que vendo, claro está. Me agradecen la atención, se rien, toman mate conmigo, me dan propina, vuelven. BLAAAAH. No obstante, mi jefe siempre minimiza mis acciones y ésta no fue la excepción: discutimos hasta que levanté la voz y me dijo, entre líneas, que por ser un hombre mayor que yo, merece respeto...
Este tipo, me trata a veces como si fuera un pibe de diez años. O su hijo. Y yo, de padres, estoy lleno pero, a la vez, vacío de agachadas de cabeza. Fue, no retrocedo más.
Y yo digo: nadie, pero NADIE puede obligarte a pensar que sos de X forma o decirte cómo tenés que ser. Este mundo está lleno de cretinos que te descalifican en todo lo bueno que hacés. O que lo ignoran pero que, cuando te equivocás, te lapidan. Y todo ése barullo que sale de sus bocas no es más que un mute que te ponen para que no seas distinto pero sí, igual de mediocres. Puede que no se den cuenta pero eso de discutir y creerse ellos los dueños de la verdad absoluta, no es más que humo que disimula una vida vacía de latidos.
Pero te arrastran, si los dejás.
Es por eso lo que dije que puntualizo ahora sobre la falta de respeto que me tienen cuando se confían demasiado de mi simpatía. Serán tiempos sensibles míos, me lo tomo muy en serio, qué se yo. Pero lo que sí se es que se confunden, que ésa misma simpatía no es razón para un comportamiento irrespetuoso. Y últimamente, aprendí más a calentarme que a ignorarlos, por ende...
Ojalá fuera al revés.
La verdad es que siguen viendo al cara de pendejo y no al Gabriel adulto, al que no traiciona, al leal y que trata de "usted". No. Ven solamente al pibe, al que sabe poco o se rie mucho, a un mediocre más, de esos que se sumergen en la muchedumbre y cambia de cara, todos los días.
Todos los días.
G
Hoy discutí con mi jefe y por un error que no cometí. Me llamó "tiro al aire" y me instó a prestar más atención. Más, de la demasiada que ya presto. "Tiro al aire", cuando voy a laburar con diluvio y hasta enfermo. Por supuesto, me sentí despreciado, desestimado, blah, ya que el error constó de dejar los candados del puesto colocados pero sin cerrar. No está de más aclarar que reviso al cerrar unas tres veces, ya que me he olvidado alguna que otra cosa y ha desaparecido, ya que el puesto está en el medio de la vereda. Ni hablar de que atiendo con una simpatía a prueba de bajones y que vendo, claro está. Me agradecen la atención, se rien, toman mate conmigo, me dan propina, vuelven. BLAAAAH. No obstante, mi jefe siempre minimiza mis acciones y ésta no fue la excepción: discutimos hasta que levanté la voz y me dijo, entre líneas, que por ser un hombre mayor que yo, merece respeto...
Este tipo, me trata a veces como si fuera un pibe de diez años. O su hijo. Y yo, de padres, estoy lleno pero, a la vez, vacío de agachadas de cabeza. Fue, no retrocedo más.
Y yo digo: nadie, pero NADIE puede obligarte a pensar que sos de X forma o decirte cómo tenés que ser. Este mundo está lleno de cretinos que te descalifican en todo lo bueno que hacés. O que lo ignoran pero que, cuando te equivocás, te lapidan. Y todo ése barullo que sale de sus bocas no es más que un mute que te ponen para que no seas distinto pero sí, igual de mediocres. Puede que no se den cuenta pero eso de discutir y creerse ellos los dueños de la verdad absoluta, no es más que humo que disimula una vida vacía de latidos.
Pero te arrastran, si los dejás.
Es por eso lo que dije que puntualizo ahora sobre la falta de respeto que me tienen cuando se confían demasiado de mi simpatía. Serán tiempos sensibles míos, me lo tomo muy en serio, qué se yo. Pero lo que sí se es que se confunden, que ésa misma simpatía no es razón para un comportamiento irrespetuoso. Y últimamente, aprendí más a calentarme que a ignorarlos, por ende...
Ojalá fuera al revés.
La verdad es que siguen viendo al cara de pendejo y no al Gabriel adulto, al que no traiciona, al leal y que trata de "usted". No. Ven solamente al pibe, al que sabe poco o se rie mucho, a un mediocre más, de esos que se sumergen en la muchedumbre y cambia de cara, todos los días.
Todos los días.
G
jueves, 5 de septiembre de 2013
Sobre una copa de pesadilla
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Anoche soñé con vos. Y doce horas antes, la tía me contaba que la fuiste a ver, un día después de mi visita. Amazing, simply amazing.
Para variar, te llevo a mis sueños y te sufro. Ésta vez, me rechazabas treinta veces, siquiera sin que yo insinuara algo pero lo hacías, como si hubieses poseído alguna vez el poder para decirme que no. Es psicológico, lo se. Sueño todo aquello que realmente es y siento que está fuera de mi alcance, pero jamás sueño sobre cosas que me hacen feliz, jamás. Es así como siempre formás parte de mi costado oscuro, el que siempre se atasca en el pasado nostálgico y el presente inerte.
No se qué estarás haciendo de tu vida y admito que sigo pensando en vos, cada día. Admito también que mi rencor va a durar años y que también se alimentó desde la primera vez que te fuiste, pensando que no hay algo peor que dar tu amor incondicional y que sólo piensen en las cosas malas que hacés. No te traicioné, no te vendí, no te toqué, no te puteé. Te defendí, siempre, de los demás... pero blah, no me quería estirar tanto.
En definitiva, quisiera ser tan apático como vos, que un día amás como la de siempre y, al siguiente, te metés en sueños y desnudás tu peor costado: el carente de dignidad.
G
Anoche soñé con vos. Y doce horas antes, la tía me contaba que la fuiste a ver, un día después de mi visita. Amazing, simply amazing.
Para variar, te llevo a mis sueños y te sufro. Ésta vez, me rechazabas treinta veces, siquiera sin que yo insinuara algo pero lo hacías, como si hubieses poseído alguna vez el poder para decirme que no. Es psicológico, lo se. Sueño todo aquello que realmente es y siento que está fuera de mi alcance, pero jamás sueño sobre cosas que me hacen feliz, jamás. Es así como siempre formás parte de mi costado oscuro, el que siempre se atasca en el pasado nostálgico y el presente inerte.
No se qué estarás haciendo de tu vida y admito que sigo pensando en vos, cada día. Admito también que mi rencor va a durar años y que también se alimentó desde la primera vez que te fuiste, pensando que no hay algo peor que dar tu amor incondicional y que sólo piensen en las cosas malas que hacés. No te traicioné, no te vendí, no te toqué, no te puteé. Te defendí, siempre, de los demás... pero blah, no me quería estirar tanto.
En definitiva, quisiera ser tan apático como vos, que un día amás como la de siempre y, al siguiente, te metés en sueños y desnudás tu peor costado: el carente de dignidad.
G
sábado, 31 de agosto de 2013
Experimento²
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Ayer, fui a la parte de ajustes de mi teléfono y cuando vi la opción de "formatear" la memoria C:, apreté el botón. ¿Consecuencia? Se me borraron todos los contactos, todas las notas con direcciones y teléfonos que no quería tener en la agenda, todas las frases colgadas, todos los mensajes, casi todo de todo. No fue una situación fortuita, había metido mano e hice que el reproductor de música dejara de funcionar pero... sabiendo que formateando iba a recuperar la normalidad, sabía también que todo se iba a borrar... Sin embargo, apreté el botón igual.
Recuperé algunos, aquellos que guardaba el historial de Whatsapp y realmente, fueron pocos. Por el resto, la verdad, es que me alegro de no haberlos guardado. Acumulan polvo en mis teléfono y no soy de esos que esperan a que les sirva un número, no, la verdad es que no estoy en una etapa de mi vida en la que tengo ganas de esperar a que "alguien" sirva. Creo más conveniente decir que mi etapa consta de "observación", con un ojo clínico que no perdona. No más equivocaciones, no más elecciones al azar.
Y mencionado eso, quiero agregar dos experiencias a la cuestión, dos experimentos que llevé a cabo ésta semana que ya se termina. Constaban de levante, claro está, de esos que evalúan cuán oxidado estoy, algo bien estúpido (considerando de que mi ego está bien, recuperó sus cabales) pero bueh, algo tenía que hacer para matar el tiempo.
El primero resultó en un lugar al azar, para lo cual elegí el viaje en colectivo. Luego de la primer pregunta, la charla se volvió fácil y llevadera, encontrándome llenando huecos de charla que ella dejaba (al charlar con un desconocido que avasallaba en palabras) o porque simplemente le aburría de entrada o no tenía práctica. Rubia, de las que Margo quiere que levante. Reímos, mucho, resultó ser divertida una vez suelta. Pero, casi al final, en vez de pedirle su teléfono, le pregunté la edad. Le llevaba más de diez años. Le di las gracias por la charla, la saludé como si la conociera de siempre y me bajé, sin más trascendencia que el recuerdo de un buen momento de viaje.
El segundo, en el puesto. Una de las tantas miles de personas que se acercan preguntando una dirección y que tanto me cansan, que ya contesto que no tengo idea y que no soy del barrio. Pero, a ésta niña, le di charla y se quedó, riendo. Tenía el pelo castaño, los ojos dulces y una sonrisa que instaba a quedarse uno queriendo. Palabras triviales, que ser florista era nada del mundo, que ella trabajaba en una panadería y sabía lo que era el oficio de "vender" y tener esa picardía, etc. Nada del otro mundo. Again, cinco segundos de silencios y el "más allá" esperando. Bueno, la dejé ir, sin pedirle nada a cambio. Era un experimento, nada más.
Puede que me haya perdido algo pero...
Tengo la frescura para conseguir lo que me proponga, lo que sea. Sin embargo, con respecto a las mujeres, aún no me siento listo, aún me siento en etapa de "clavos" y prefiero que si existe una próxima relación, sea natural y no forzada. Por otra parte, mi cabeza aún no olvida y tortura, tengo mis malos ratos y aún no se cómo llevarlos sin estallar en ciclotimia. Es así que prefiero mantener la calma, soportar mis ataques y no elegir por "regalo" o "primera oportunidad", mientras mi cabeza se va asentando, calmando, curando o lo que fuere que tengo metido en ella y me tiene enfermo de intranquilidad.
Puede que también esté equivocado, pero ahora mismo, prefiero cuidar de la poca cordura que poseo. Y con un poco de histeriqueo, que no me viene mal para mantener la autoestima en alto.
Siempre la quise bien arriba, ya que en la mayor parte de mi vida me quise poco y me pasaron por encima.
G
Ayer, fui a la parte de ajustes de mi teléfono y cuando vi la opción de "formatear" la memoria C:, apreté el botón. ¿Consecuencia? Se me borraron todos los contactos, todas las notas con direcciones y teléfonos que no quería tener en la agenda, todas las frases colgadas, todos los mensajes, casi todo de todo. No fue una situación fortuita, había metido mano e hice que el reproductor de música dejara de funcionar pero... sabiendo que formateando iba a recuperar la normalidad, sabía también que todo se iba a borrar... Sin embargo, apreté el botón igual.
Recuperé algunos, aquellos que guardaba el historial de Whatsapp y realmente, fueron pocos. Por el resto, la verdad, es que me alegro de no haberlos guardado. Acumulan polvo en mis teléfono y no soy de esos que esperan a que les sirva un número, no, la verdad es que no estoy en una etapa de mi vida en la que tengo ganas de esperar a que "alguien" sirva. Creo más conveniente decir que mi etapa consta de "observación", con un ojo clínico que no perdona. No más equivocaciones, no más elecciones al azar.
Y mencionado eso, quiero agregar dos experiencias a la cuestión, dos experimentos que llevé a cabo ésta semana que ya se termina. Constaban de levante, claro está, de esos que evalúan cuán oxidado estoy, algo bien estúpido (considerando de que mi ego está bien, recuperó sus cabales) pero bueh, algo tenía que hacer para matar el tiempo.
El primero resultó en un lugar al azar, para lo cual elegí el viaje en colectivo. Luego de la primer pregunta, la charla se volvió fácil y llevadera, encontrándome llenando huecos de charla que ella dejaba (al charlar con un desconocido que avasallaba en palabras) o porque simplemente le aburría de entrada o no tenía práctica. Rubia, de las que Margo quiere que levante. Reímos, mucho, resultó ser divertida una vez suelta. Pero, casi al final, en vez de pedirle su teléfono, le pregunté la edad. Le llevaba más de diez años. Le di las gracias por la charla, la saludé como si la conociera de siempre y me bajé, sin más trascendencia que el recuerdo de un buen momento de viaje.
El segundo, en el puesto. Una de las tantas miles de personas que se acercan preguntando una dirección y que tanto me cansan, que ya contesto que no tengo idea y que no soy del barrio. Pero, a ésta niña, le di charla y se quedó, riendo. Tenía el pelo castaño, los ojos dulces y una sonrisa que instaba a quedarse uno queriendo. Palabras triviales, que ser florista era nada del mundo, que ella trabajaba en una panadería y sabía lo que era el oficio de "vender" y tener esa picardía, etc. Nada del otro mundo. Again, cinco segundos de silencios y el "más allá" esperando. Bueno, la dejé ir, sin pedirle nada a cambio. Era un experimento, nada más.
Puede que me haya perdido algo pero...
Tengo la frescura para conseguir lo que me proponga, lo que sea. Sin embargo, con respecto a las mujeres, aún no me siento listo, aún me siento en etapa de "clavos" y prefiero que si existe una próxima relación, sea natural y no forzada. Por otra parte, mi cabeza aún no olvida y tortura, tengo mis malos ratos y aún no se cómo llevarlos sin estallar en ciclotimia. Es así que prefiero mantener la calma, soportar mis ataques y no elegir por "regalo" o "primera oportunidad", mientras mi cabeza se va asentando, calmando, curando o lo que fuere que tengo metido en ella y me tiene enfermo de intranquilidad.
Puede que también esté equivocado, pero ahora mismo, prefiero cuidar de la poca cordura que poseo. Y con un poco de histeriqueo, que no me viene mal para mantener la autoestima en alto.
Siempre la quise bien arriba, ya que en la mayor parte de mi vida me quise poco y me pasaron por encima.
G
viernes, 30 de agosto de 2013
Malas influencias
.
Haber salido durante tantos años con una niña que al abandonarme, daba sexo a cambio de compañía me trajo varios problemas y me hizo dejar de lado la autoestima. Si hubo algo que siempre me caracterizó, fue el ego pero no de esos que se pasan de listos, sino el ego que eleva, que te provoca ganas de mejorar, tanto en uno mismo como en quienes influye. Pero no, por prestar más atención a ésta niña, toda mi estructura de integridad quedó relegada, a cambio de oportunidades que una y otra vez, fueron desaprovechadas.
Lo que me vino a la cabeza fue, justamente ése intercambio de "sexo por compañía", algo que atacó directamente al orgullo masculino. Uno lleva tiempo pensando que hace las cosas bien y se da cuenta de que da igual, que si bien está bueno que te digan "vos sos distinto", a la hora de las demostraciones, cada acción demuestra lo contrario. En éste mundo, se habla de tamaños, de desempeño y de tantas boludeces más que me tienen sin cuidado. Sin embargo, he caído más de una vez en esas "autocomparaciones" y me he rebajado de "status", comparándome con flacos que sirvieron solamente para sexo casual y nada más. No me considero mejor, lo saben, pero si "distinto" y al menos, un caballero, que no toma a una mujer para pasar el rato pero sí, para respetarla.
Eso no significa que sea un santo...
Jaja, "vos sos distinto". Es la peor frase para convencer a un hombre sobre sexo. Mejor no contestar, my ladies.
En fin.
A veces, no se porqué la gente hace ciertas cosas o toma tales decisiones, sin mirarse antes a sí mismos y preguntarse si quieren dar a mostrar una imagen así de sus personas, así como yo caí profundo y di una imagen de hombre sin dignidad, que nunca mereció ayuda ni atención.
Sigo pensando todos los días en ella, pero reprimo mucho y mientras, me compro libros. Antes de ayer me compré uno y juro que, hacía rato que no me daban ganas de sentirme bien.
G
Haber salido durante tantos años con una niña que al abandonarme, daba sexo a cambio de compañía me trajo varios problemas y me hizo dejar de lado la autoestima. Si hubo algo que siempre me caracterizó, fue el ego pero no de esos que se pasan de listos, sino el ego que eleva, que te provoca ganas de mejorar, tanto en uno mismo como en quienes influye. Pero no, por prestar más atención a ésta niña, toda mi estructura de integridad quedó relegada, a cambio de oportunidades que una y otra vez, fueron desaprovechadas.
Lo que me vino a la cabeza fue, justamente ése intercambio de "sexo por compañía", algo que atacó directamente al orgullo masculino. Uno lleva tiempo pensando que hace las cosas bien y se da cuenta de que da igual, que si bien está bueno que te digan "vos sos distinto", a la hora de las demostraciones, cada acción demuestra lo contrario. En éste mundo, se habla de tamaños, de desempeño y de tantas boludeces más que me tienen sin cuidado. Sin embargo, he caído más de una vez en esas "autocomparaciones" y me he rebajado de "status", comparándome con flacos que sirvieron solamente para sexo casual y nada más. No me considero mejor, lo saben, pero si "distinto" y al menos, un caballero, que no toma a una mujer para pasar el rato pero sí, para respetarla.
Eso no significa que sea un santo...
Jaja, "vos sos distinto". Es la peor frase para convencer a un hombre sobre sexo. Mejor no contestar, my ladies.
En fin.
A veces, no se porqué la gente hace ciertas cosas o toma tales decisiones, sin mirarse antes a sí mismos y preguntarse si quieren dar a mostrar una imagen así de sus personas, así como yo caí profundo y di una imagen de hombre sin dignidad, que nunca mereció ayuda ni atención.
Sigo pensando todos los días en ella, pero reprimo mucho y mientras, me compro libros. Antes de ayer me compré uno y juro que, hacía rato que no me daban ganas de sentirme bien.
G
domingo, 25 de agosto de 2013
Patrón de sociabilidad
.
Y así como me siento fuera de lugar, cuesta horrores acomodarse.
El principal problema es la imperfección. Hay puntos importantes que todos parecen ignorar, errores que suceden a diario y prefieren dejar pasar en pos de una vida más austera. Así es como una simple falta de preocupación resulta en una futura "perdón, tenía muchas cosas en mi cabeza y problemas con mi abuelita que...". Como así también el diálogo se pierde, como tantas veces me quejé y me voy a seguir quejando, que se empiezan las charlas y se dejan colgadas, simplemente se desvanecen las respuestas. Me la paso hablando solo o con la pared. No nos olvidemos de las acciones que se hacen a tus espaldas y que, al final, se justifican con un "es que no quería preocuparte" o algún tipo de mierda parecida. ¡MENTIRA! No tenés huevos para decir las cosas de frente o simplemente, nadie te enseñó a enfrentar las consecuencias. No sos una persona de fiar, digna de mi confianza.
Así, con todos y tan difícil.
No voy a negarlo: me cuesta mucho últimamente elegir con sabiduría mis compañías. Sin embargo, ésto me encierra y me vuelvo reacio a conocer gente nueva, porque los veo como potenciales imperfectos y la verdad, para crítico y no perfecto, ya me tienen. La realidad dicta que me he vuelto un amargado, un hosco, un ateo, alguien que ya no tiene fe en la gente pero... por otra parte, el costado intacto de éste tipo de oscuridad aún cree y crea conflictos internos, de esos que se traducen en histeria, mientras sigue esperando que alguien MUEVA UN PUTO DEDO y haga lo que tenga que hacer. Dios, me DESESPERA VER QUE LA GENTE HAGA TANTAS ESTUPIDECES O HABLE POR HABLAR, QUE HABLE Y NO MUEVA EL CUERPO. La gente habla y yo, me la paso echándole la culpa a Gabriel, siempre hago meaculpa con él, siempre se critica solo. Hasta disculpas pedí, de tantas veces que me torturé en éste blog. No es así, la rueda gira equivocadamente. Yo soy un caprichoso pero NADIE hace lo que tiene que hacer. Todo es una gran mentira, nadie tiene de diferente o maravilloso, son todos mediocres, lo juro.
¿Cómo voy a darles magia, así? ¿Para qué quieren lo mejor de mi? ¿Por una cuestión de deseo, nomás? ¿Así funciona el mundo hoy en día? Digo, deseando que el prójimo mejore, que le vaya bien, mientras uno mismo se preocupa por sí mismo. ¿Así funciona? ¿Ya nadie se arremanga? Yo también cuidé enfermos, yo también vi morir parientes, yo también agaché la cabeza, yo también fui traicionado, yo también me equivoqué, yo también quité, yo también perdoné, yo también fui mártir, yo también fui culpable, yo también creí ciegamente, YO TAMBIÉN, PUTA MADRE. Yo también todo eso y más pero, sin embargo, no me duermo en los laureles y sigo buscando, me arremango y si creen que hago poco, bueno, tienen razón pero reclámenle a las ganas y a la poca fe que me provocan.
La amistad no existe. Sí la confianza, el amor, la necesidad. Pero no la amistad.
Para qué me molesto, si siempre escribí para mí mismo, para nadie más. La gente me lee, me consta, pero es un hecho que hablo solo y que la paja es más importante que un simple "gracias" o "te leí". Ni hablar de compartir el pensamiento o discutirlo.
"The audience knows the truth: the world is simple. It's miserable, solid all the way through. But if you could fool them, even for a second, then you can make them wonder, and then you... then you got to see something really special..."
Esa frase define quien verdaderamente soy.
Screw you all.
G
Y así como me siento fuera de lugar, cuesta horrores acomodarse.
El principal problema es la imperfección. Hay puntos importantes que todos parecen ignorar, errores que suceden a diario y prefieren dejar pasar en pos de una vida más austera. Así es como una simple falta de preocupación resulta en una futura "perdón, tenía muchas cosas en mi cabeza y problemas con mi abuelita que...". Como así también el diálogo se pierde, como tantas veces me quejé y me voy a seguir quejando, que se empiezan las charlas y se dejan colgadas, simplemente se desvanecen las respuestas. Me la paso hablando solo o con la pared. No nos olvidemos de las acciones que se hacen a tus espaldas y que, al final, se justifican con un "es que no quería preocuparte" o algún tipo de mierda parecida. ¡MENTIRA! No tenés huevos para decir las cosas de frente o simplemente, nadie te enseñó a enfrentar las consecuencias. No sos una persona de fiar, digna de mi confianza.
Así, con todos y tan difícil.
No voy a negarlo: me cuesta mucho últimamente elegir con sabiduría mis compañías. Sin embargo, ésto me encierra y me vuelvo reacio a conocer gente nueva, porque los veo como potenciales imperfectos y la verdad, para crítico y no perfecto, ya me tienen. La realidad dicta que me he vuelto un amargado, un hosco, un ateo, alguien que ya no tiene fe en la gente pero... por otra parte, el costado intacto de éste tipo de oscuridad aún cree y crea conflictos internos, de esos que se traducen en histeria, mientras sigue esperando que alguien MUEVA UN PUTO DEDO y haga lo que tenga que hacer. Dios, me DESESPERA VER QUE LA GENTE HAGA TANTAS ESTUPIDECES O HABLE POR HABLAR, QUE HABLE Y NO MUEVA EL CUERPO. La gente habla y yo, me la paso echándole la culpa a Gabriel, siempre hago meaculpa con él, siempre se critica solo. Hasta disculpas pedí, de tantas veces que me torturé en éste blog. No es así, la rueda gira equivocadamente. Yo soy un caprichoso pero NADIE hace lo que tiene que hacer. Todo es una gran mentira, nadie tiene de diferente o maravilloso, son todos mediocres, lo juro.
¿Cómo voy a darles magia, así? ¿Para qué quieren lo mejor de mi? ¿Por una cuestión de deseo, nomás? ¿Así funciona el mundo hoy en día? Digo, deseando que el prójimo mejore, que le vaya bien, mientras uno mismo se preocupa por sí mismo. ¿Así funciona? ¿Ya nadie se arremanga? Yo también cuidé enfermos, yo también vi morir parientes, yo también agaché la cabeza, yo también fui traicionado, yo también me equivoqué, yo también quité, yo también perdoné, yo también fui mártir, yo también fui culpable, yo también creí ciegamente, YO TAMBIÉN, PUTA MADRE. Yo también todo eso y más pero, sin embargo, no me duermo en los laureles y sigo buscando, me arremango y si creen que hago poco, bueno, tienen razón pero reclámenle a las ganas y a la poca fe que me provocan.
La amistad no existe. Sí la confianza, el amor, la necesidad. Pero no la amistad.
Para qué me molesto, si siempre escribí para mí mismo, para nadie más. La gente me lee, me consta, pero es un hecho que hablo solo y que la paja es más importante que un simple "gracias" o "te leí". Ni hablar de compartir el pensamiento o discutirlo.
"The audience knows the truth: the world is simple. It's miserable, solid all the way through. But if you could fool them, even for a second, then you can make them wonder, and then you... then you got to see something really special..."
Esa frase define quien verdaderamente soy.
Screw you all.
G
domingo, 18 de agosto de 2013
Fuera de lugar
.
"... dejando huellas, como páginas de distintos libros, sin terminar."
Ésta época me confunde.
Antes que nada, voy a aclarar rápidamente algo: a partir de hoy, mis errores del pasado quedarán allí mismo, en el pasado; ya que he intentado en vano varias veces solucionar cometidos y las distintas vueltas de la vida no me lo han permitido. Visto y considerando de que no puedo vivir constantemente de recuerdos, decido no volver a postear en éste blog una opinión y a contínuación, una autocrítica. No me parece sano pero si, poco adherente a la autoestima.
Fin.
Ésta época me confunde.
Ya en mi adolescencia sabía qué tipo de persona quería ser: alguien bien alejado del egoísmo de mi apellido, una sangre buena para nada y contraproducente. Trabajé años en ello y logré resultados satisfactorios. No obstante, algo importante sobrevivió, el gen, el origen del mal.
Por otra parte, siempre detesté las relaciones por interés físico y pasajero. Siempre tuve levante, siempre me sobraron mujeres y oportunidades. Sin embargo, me tomé las cosas con calma y fui despacio, probando parejas, apostando fuerte y terminando las cosas, si era necesario y antes de que se volvieran confusas o nocivas para los dos. Cuando llegó la relación que luego se volvería la más intensa y extensa hasta el momento, me di cuenta de que llevaba tiempo preparado para pasar el resto de mi vida con una sola mujer. Aposté el todo por el todo, hasta me endeudé por los errores ajenos, di la cara, me peleé por ella con medio mundo, perdí la autoestima y hasta me volví un villano, un pelotudo que se bancó el forreo y perdonó traiciones. Incluso, que llegó a traicionar.
Todo eso no es novedad y ya lo he mencionado miles de veces, pero quise dejar constancia de la cantidad de cosas a las que me arriesgué, con tal de vivir la vida acompañado y acompañando. Todo lo que importa, para mí, lo que siempre importó... fue que me quisieran y respetaran, siempre. Y nada más.
Hoy en día, las cosas duran un tiempo, solamente y veo que la gente va y viene, sin mirar con quién se roza, con quién se rie, si compartió un trago con tal o cruzó un "hola" con cual. El placer físico predomina y la creación de oportunidades se vuelve más importante que la paciencia o el "tiempo significativo" que uno necesita para asentarse. Se vive a mil, no se trasciende, los besos son humo y los abrazos, parte de mitos y leyendas. No valoramos las cosas hasta que las perdemos y cuando sucede, dejamos que lave los platos la consciencia, para seguir marchando sin rumbo y siendo parte de una jauría que solamente piensa como tal: como animales.
Me desespero estando solo, no me gusta. Lo detesto. Me pone triste y los ojos se me aflojan, como vidrio de ventana bajo la lluvia. Me siento sonámbulo en ésta era contemporánea, porque creo en que el amor volverá pero cuando sea el momento indicado y sin embargo, veo que estoy rodeado de propaganda contradictoria, que me llena la cabeza de boludeces y me aplasta el corazón, cerrando el puño de la realidad sobre mí.
A veces, me elevo,
doy mil volteretas.
A veces, te encierro
tras puertas abiertas.
A veces, te cuento
porqué éste silencio.
Y es que a veces, soy tuyo
y a veces, del viento.
No se si me expliqué.
G
"... dejando huellas, como páginas de distintos libros, sin terminar."
Ésta época me confunde.
Antes que nada, voy a aclarar rápidamente algo: a partir de hoy, mis errores del pasado quedarán allí mismo, en el pasado; ya que he intentado en vano varias veces solucionar cometidos y las distintas vueltas de la vida no me lo han permitido. Visto y considerando de que no puedo vivir constantemente de recuerdos, decido no volver a postear en éste blog una opinión y a contínuación, una autocrítica. No me parece sano pero si, poco adherente a la autoestima.
Fin.
Ésta época me confunde.
Ya en mi adolescencia sabía qué tipo de persona quería ser: alguien bien alejado del egoísmo de mi apellido, una sangre buena para nada y contraproducente. Trabajé años en ello y logré resultados satisfactorios. No obstante, algo importante sobrevivió, el gen, el origen del mal.
Por otra parte, siempre detesté las relaciones por interés físico y pasajero. Siempre tuve levante, siempre me sobraron mujeres y oportunidades. Sin embargo, me tomé las cosas con calma y fui despacio, probando parejas, apostando fuerte y terminando las cosas, si era necesario y antes de que se volvieran confusas o nocivas para los dos. Cuando llegó la relación que luego se volvería la más intensa y extensa hasta el momento, me di cuenta de que llevaba tiempo preparado para pasar el resto de mi vida con una sola mujer. Aposté el todo por el todo, hasta me endeudé por los errores ajenos, di la cara, me peleé por ella con medio mundo, perdí la autoestima y hasta me volví un villano, un pelotudo que se bancó el forreo y perdonó traiciones. Incluso, que llegó a traicionar.
Todo eso no es novedad y ya lo he mencionado miles de veces, pero quise dejar constancia de la cantidad de cosas a las que me arriesgué, con tal de vivir la vida acompañado y acompañando. Todo lo que importa, para mí, lo que siempre importó... fue que me quisieran y respetaran, siempre. Y nada más.
Hoy en día, las cosas duran un tiempo, solamente y veo que la gente va y viene, sin mirar con quién se roza, con quién se rie, si compartió un trago con tal o cruzó un "hola" con cual. El placer físico predomina y la creación de oportunidades se vuelve más importante que la paciencia o el "tiempo significativo" que uno necesita para asentarse. Se vive a mil, no se trasciende, los besos son humo y los abrazos, parte de mitos y leyendas. No valoramos las cosas hasta que las perdemos y cuando sucede, dejamos que lave los platos la consciencia, para seguir marchando sin rumbo y siendo parte de una jauría que solamente piensa como tal: como animales.
Me desespero estando solo, no me gusta. Lo detesto. Me pone triste y los ojos se me aflojan, como vidrio de ventana bajo la lluvia. Me siento sonámbulo en ésta era contemporánea, porque creo en que el amor volverá pero cuando sea el momento indicado y sin embargo, veo que estoy rodeado de propaganda contradictoria, que me llena la cabeza de boludeces y me aplasta el corazón, cerrando el puño de la realidad sobre mí.
A veces, me elevo,
doy mil volteretas.
A veces, te encierro
tras puertas abiertas.
A veces, te cuento
porqué éste silencio.
Y es que a veces, soy tuyo
y a veces, del viento.
No se si me expliqué.
G
martes, 6 de agosto de 2013
Transición
.
"No hay comentarios"
Eso figura en mis últimos veinte posts, maso. Importa y mucho, que alguien diga algo pero es tan descarado el silencio que me causa gracia y tan obvia la culpa de quién, que no tengo derecho a réplica. Sin embargo, hago pucheros igual.
¿Qué tan importantes son las transiciones de pareja? ¿Cuántos errores estamos dispuestos a cometer con ajenos, con tal de sentir algo distinto y que nos haga arrepentir de haber perdido a un amor importante? ¿Cuánta vergüenza nos queda para admitir que nos equivocamos? ¿Solucionamos algo por pedir perdón?
Abundan los ejemplos y, hoy en día, siento que nací en una época equivocada, si a sentimientos se refiere uno. Hoy por hoy, las parejas existen pero el respeto se perdió, tanto como para el que se equivoca como para que de a ratos fue perfecto. Estamos llenos de villanos buenos y al final, cuando nos cansamos de ciertas circunstancias, buscamos una solución más extrema pero "necesaria", solamente para que al final sirva para peor, para terminar de romper las cosas y también, la dignidad propia.
Aún así, he observado que el mundo ignora fácilmente las guasadas que uno dice sin pensar.
Volviendo a una de mis primeras preguntas: las transiciones son lo más estúpido que he visto en mi vida y, sin embargo, son las mejores justificadas de todas... Se deja una persona y se pasa tiempo con otra, al mismo nivel de intensidad pero con las neuronas sin sanar para que al final, se termine abandonando todo nuevo intento y se vuelva con las parejas anteriores... Un ejemplo bien reciente y doble, me sirve de referencia para postear pero he vivido tantos que ya no los recuerdo todos y hasta quien escribe tuvo sus roces con el mal ejemplo, solamente que le salió todo peor... xD
Las transiciones me suenan a esos errores que cometemos y nos enseñan más que las cosas buenas o aprendidas de linda gana. Éste mundo es una contrariedad, madurar desde el punto de vista más grosero resulta mejor que ser mecido toda la vida por mi madre.
Transición de pareja: separarse de una relación duradera, conocer a alguien "transitivo", pasar tiempo con él, apostar con la misma intensidad que la anterior y darse cuenta de que no es lo mismo, perdiendo igual de mucho y volviendo con el rabo entre las patas. Prueba y error, todos felices.
Creo que mi ejemplo, fue el peor de todos.
G
"No hay comentarios"
Eso figura en mis últimos veinte posts, maso. Importa y mucho, que alguien diga algo pero es tan descarado el silencio que me causa gracia y tan obvia la culpa de quién, que no tengo derecho a réplica. Sin embargo, hago pucheros igual.
¿Qué tan importantes son las transiciones de pareja? ¿Cuántos errores estamos dispuestos a cometer con ajenos, con tal de sentir algo distinto y que nos haga arrepentir de haber perdido a un amor importante? ¿Cuánta vergüenza nos queda para admitir que nos equivocamos? ¿Solucionamos algo por pedir perdón?
Abundan los ejemplos y, hoy en día, siento que nací en una época equivocada, si a sentimientos se refiere uno. Hoy por hoy, las parejas existen pero el respeto se perdió, tanto como para el que se equivoca como para que de a ratos fue perfecto. Estamos llenos de villanos buenos y al final, cuando nos cansamos de ciertas circunstancias, buscamos una solución más extrema pero "necesaria", solamente para que al final sirva para peor, para terminar de romper las cosas y también, la dignidad propia.
Aún así, he observado que el mundo ignora fácilmente las guasadas que uno dice sin pensar.
Volviendo a una de mis primeras preguntas: las transiciones son lo más estúpido que he visto en mi vida y, sin embargo, son las mejores justificadas de todas... Se deja una persona y se pasa tiempo con otra, al mismo nivel de intensidad pero con las neuronas sin sanar para que al final, se termine abandonando todo nuevo intento y se vuelva con las parejas anteriores... Un ejemplo bien reciente y doble, me sirve de referencia para postear pero he vivido tantos que ya no los recuerdo todos y hasta quien escribe tuvo sus roces con el mal ejemplo, solamente que le salió todo peor... xD
Las transiciones me suenan a esos errores que cometemos y nos enseñan más que las cosas buenas o aprendidas de linda gana. Éste mundo es una contrariedad, madurar desde el punto de vista más grosero resulta mejor que ser mecido toda la vida por mi madre.
Transición de pareja: separarse de una relación duradera, conocer a alguien "transitivo", pasar tiempo con él, apostar con la misma intensidad que la anterior y darse cuenta de que no es lo mismo, perdiendo igual de mucho y volviendo con el rabo entre las patas. Prueba y error, todos felices.
Creo que mi ejemplo, fue el peor de todos.
G
sábado, 3 de agosto de 2013
Enemigo en casa
.
Puede que hoy tenga algo de claridad y dedique unos minutos a autoanalizarme, con respecto a mi situación.
Llevo un tiempo en cortocicuito conmigo mismo y con las experiencias que fui adquiriendo. Por lo general, reniego de echarle la culpa a los demás y sin embargo, me termino enojando por lo que hicieron mal o lo que no hicieron, cuando también debo mirar a quien escribe y empezar primero, haciendo meaculpa de mis errores. Sin embargo, en eso no fallo, hago meaculpa. Luego, existen los gatillos y son de extrema importancia en mi humor diario. Puede que sea responsable de cierta ciclotimia pero, sin embargo, me doy cuenta de las cosas que están mal o que estuvieron así y también, que el pasado pisado quedó y que no sirve crear un mar de lagunas repletas de agua dulce de lágrimas.
Pero el cortocicuito está.
Entonces, el problema soy yo. Y no estoy bien o mejor dicho, de a ratos lo estoy, pero la mayoría de las veces me descompongo y reviento cuan tacho me encuentro en el camino. No tengo paz en mi cabeza y la falta de oportunidades es fácilmente direccionada hacia mis acciones. So...
¿Qué pasó con el detallista? ¿Qué pasó con el caballeroso, el cuidador , el seductor? Hoy, todo lo que queda, es un saco de huesos que nadie quiere ni prefiere recordar. Me siento menos que nadie, tengo dudas constantes sobre mi persona, me veo incapaz de lograr cometidos, de superarme. Estoy atascado y es culpa mía pero, a su vez, no siento las ganas florecer. Todo es gris, todo es insulso, nada llama la atención, nada tiene color más que el pasado. Y esos mismos recuerdos vividos son los que me envuelven en ésta espiral maníaca que no me deja respirar ni ser yo mismo. Por esa razón, es que molesto a personas que no debería ni hablarles, por sus errores y por los míos, los imperdonable y los estúpidos. Es enfermizo, lo se.
Pero así me siento y nada es distinto. Vivo una vida vacía y sin espectacularidad. Las personas que me envidiaron o desearon lo mejor fueron lo mismo: una piedra sin más uso que el de arrojarse lejos y ver cuánto llega. Me odio tanto por sentirme así.
Quisiera... tener... Quisiera tener una sola razón para dejar de comportarme como un idiota y que no sea la de sentirme bien conmigo mismo, porque no me llena ni me conduce al comienzo de una vida buena, sin deterioros ni desánimos.
Ayuda, eso es lo que termino queriendo.
G
Puede que hoy tenga algo de claridad y dedique unos minutos a autoanalizarme, con respecto a mi situación.
Llevo un tiempo en cortocicuito conmigo mismo y con las experiencias que fui adquiriendo. Por lo general, reniego de echarle la culpa a los demás y sin embargo, me termino enojando por lo que hicieron mal o lo que no hicieron, cuando también debo mirar a quien escribe y empezar primero, haciendo meaculpa de mis errores. Sin embargo, en eso no fallo, hago meaculpa. Luego, existen los gatillos y son de extrema importancia en mi humor diario. Puede que sea responsable de cierta ciclotimia pero, sin embargo, me doy cuenta de las cosas que están mal o que estuvieron así y también, que el pasado pisado quedó y que no sirve crear un mar de lagunas repletas de agua dulce de lágrimas.
Pero el cortocicuito está.
Entonces, el problema soy yo. Y no estoy bien o mejor dicho, de a ratos lo estoy, pero la mayoría de las veces me descompongo y reviento cuan tacho me encuentro en el camino. No tengo paz en mi cabeza y la falta de oportunidades es fácilmente direccionada hacia mis acciones. So...
¿Qué pasó con el detallista? ¿Qué pasó con el caballeroso, el cuidador , el seductor? Hoy, todo lo que queda, es un saco de huesos que nadie quiere ni prefiere recordar. Me siento menos que nadie, tengo dudas constantes sobre mi persona, me veo incapaz de lograr cometidos, de superarme. Estoy atascado y es culpa mía pero, a su vez, no siento las ganas florecer. Todo es gris, todo es insulso, nada llama la atención, nada tiene color más que el pasado. Y esos mismos recuerdos vividos son los que me envuelven en ésta espiral maníaca que no me deja respirar ni ser yo mismo. Por esa razón, es que molesto a personas que no debería ni hablarles, por sus errores y por los míos, los imperdonable y los estúpidos. Es enfermizo, lo se.
Pero así me siento y nada es distinto. Vivo una vida vacía y sin espectacularidad. Las personas que me envidiaron o desearon lo mejor fueron lo mismo: una piedra sin más uso que el de arrojarse lejos y ver cuánto llega. Me odio tanto por sentirme así.
Quisiera... tener... Quisiera tener una sola razón para dejar de comportarme como un idiota y que no sea la de sentirme bien conmigo mismo, porque no me llena ni me conduce al comienzo de una vida buena, sin deterioros ni desánimos.
Ayuda, eso es lo que termino queriendo.
G
jueves, 1 de agosto de 2013
Un minuto de su atención, por favor
.
¿Qué tan importante es que todos sepan?
¿Tanto?
¿Seguro?
Hoy en día poner tu... corrijo, gritar tu estado en Face resulta común. Como si no alcanzaran los amigos, ni los familiares ni diarios íntimos; elegimos poner en el muro "cómo te extraño" o "para los idiotas que no saben apreciarme" como si los aludidos fueran a leerlo o al menos, llegase a nuestros lectores habituales. No importa si nos estamos divorciando, si nos dejó el amor de nuestras vidas, si falleció un pariente, si el gato se escapó, si nos gusta tal chico/a, etc. Todo vale. La cuestión reside en gritarlo, sí, gritarlo.
Nos volvimos personas famosas, necesitadas de atención. Pero, ¿por qué? Se supone que tenemos quiénes nos escuchen y nos aconsejen. Y existen cuestiones que resulta mejor no ventilar... Hay tactos que mantener, para con las personas referidas o afectadas. Tenemos una dignidad que mantener, una fuerza, un temple... Y empiezo por mí, haciendo meaculpa, ya que dejo que la ciclotimia mande y termine posteando boludeces que debería guardarme para mi o simplemente, que resultan inútiles de enseñar. Pero ahí está, la "inútil idea sobre sociabilización", el "cómo te extraño" o "me tiró onda una veterana en el laburo". xD
Me es confuso seguir escribiendo, a veces, porque me asalta la duda: ¿si lo que escribo no lo comparten otros? No importa mucho, seguiré.
He visto gente no postear sobre sus cuestiones personales y las respeto, mucho. Me gusta que separen su vida de éste "escenario" al que nos acostumbramos a visitar, diariamente.
Cón todo lo escrito, hasta ahora, no quiero decir que esté mal deschavarse en Face. Todo lo contrario, nos sirve para no acumular rencores. Sin embargo, algunas cuestiones terminan siendo extremas y no medimos con vara lo que decimos. Al final, recuerden, no sirve lamentarse o arrepentirse, ya que la consciencia trae tabla y se pudre todo, por palabras que soltamos impulsivamente y sin pensar.
Me pregunto porqué es tan importante que todos sepan, que nos presten tanta atención. ¿Será éste mundo masificado, donde cada quien se vuelve un ser egoísta y solitario? En ése caso, lo mejor sería gritar en Face...
Wait, eso mismo sucede hoy.
Un instante en el que me detuve y pensé al respecto, nada más.
G
¿Qué tan importante es que todos sepan?
¿Tanto?
¿Seguro?
Hoy en día poner tu... corrijo, gritar tu estado en Face resulta común. Como si no alcanzaran los amigos, ni los familiares ni diarios íntimos; elegimos poner en el muro "cómo te extraño" o "para los idiotas que no saben apreciarme" como si los aludidos fueran a leerlo o al menos, llegase a nuestros lectores habituales. No importa si nos estamos divorciando, si nos dejó el amor de nuestras vidas, si falleció un pariente, si el gato se escapó, si nos gusta tal chico/a, etc. Todo vale. La cuestión reside en gritarlo, sí, gritarlo.
Nos volvimos personas famosas, necesitadas de atención. Pero, ¿por qué? Se supone que tenemos quiénes nos escuchen y nos aconsejen. Y existen cuestiones que resulta mejor no ventilar... Hay tactos que mantener, para con las personas referidas o afectadas. Tenemos una dignidad que mantener, una fuerza, un temple... Y empiezo por mí, haciendo meaculpa, ya que dejo que la ciclotimia mande y termine posteando boludeces que debería guardarme para mi o simplemente, que resultan inútiles de enseñar. Pero ahí está, la "inútil idea sobre sociabilización", el "cómo te extraño" o "me tiró onda una veterana en el laburo". xD
Me es confuso seguir escribiendo, a veces, porque me asalta la duda: ¿si lo que escribo no lo comparten otros? No importa mucho, seguiré.
He visto gente no postear sobre sus cuestiones personales y las respeto, mucho. Me gusta que separen su vida de éste "escenario" al que nos acostumbramos a visitar, diariamente.
Cón todo lo escrito, hasta ahora, no quiero decir que esté mal deschavarse en Face. Todo lo contrario, nos sirve para no acumular rencores. Sin embargo, algunas cuestiones terminan siendo extremas y no medimos con vara lo que decimos. Al final, recuerden, no sirve lamentarse o arrepentirse, ya que la consciencia trae tabla y se pudre todo, por palabras que soltamos impulsivamente y sin pensar.
Me pregunto porqué es tan importante que todos sepan, que nos presten tanta atención. ¿Será éste mundo masificado, donde cada quien se vuelve un ser egoísta y solitario? En ése caso, lo mejor sería gritar en Face...
Wait, eso mismo sucede hoy.
Un instante en el que me detuve y pensé al respecto, nada más.
G
miércoles, 31 de julio de 2013
Ambición ciclotímica
.
No se cómo definirme, cuando pienso que mi manera de ser está dividida en dos tipos de comportamientos específicos. No se por cuál inclinarme más.
Por un lado, pienso que soy ambicioso. He alcanzado metas buenas, he conquistado mujeres imposibles, he enamorado varias veces, he hecho llorar de felicidad, he escritos trescientos poemas, he trabajado por años, he comprado muchas cosas, he tenido una casa, he tenido demasiados amigos, he sido varias veces el centro de esos grupos, he tenido pensamientos que han inspirado a muchos, etc... etc... y etc... Si la oportunidad se presenta, voy para adelante y no pierdo las agallas; simplemente tomo lo que se me ofrece y voy por más, procuro incluso mejorar esa proposición y descubrir que siempre se puede más.
Por otra parte, me siento conformista. ¿Las razones? Ocho años con quien nunca mereció tanto y tantas oportunidades que siempre desaprovechó; volví a vivir con mis viejos; tengo un laburo inestable y de poca paga; si tengo novia bien y sino, prefiero quedarme en casa jugando; tengo inteligencia como para no haber terminado más que el secundario y un puñado de ideas novelísticas, que aún esperan final. Tuve tantos y tantos amigos, (como dije antes) que jamás colmaron mis expectativas pero los tuve igual. Y además, me conformé tratando con gente que muy pocas veces tuvo huevos para decirme cosas en la cara. Gente que quise y mucho.
Al final, resulta... contradictorio.
Éstas dos cuestiones tienen mucho que ver con mi interacción con el mundo. Ambición que afecta a otros, invadiendo sus alrededores. Conformismo, porque conocen a alguien fácil de olvidar. Si soy quien se autocritica, me siento conforme con lo que soy y aún así, las situaciones se suceden sin que mi existencia las altere, hoy en día. Camino a través de ellas sin dejar huella. Siempre quiero más, siempre lo quise y siempre fui a buscar lo que todos desearon y no nunca lograron tener. Pero, luego, elegí darle oportunidad a cuestiones que jamás me inspiraron crecimiento personal (me da igual qué piensen, pero yo creo fervientemente que sería genial relacionarse con "consecuencias" que sí te inspiren a ser mejor). Y perdí todo, porque quise o mejor dicho, porque no quise ser mejor, porque al final del camino, existía éste blog, lleno de inconformismos y de quejas, fácilmente inflamables. Creo en mi ambición, quiero ser conformista, pero lo que tiene el mundo para mí, no me alcanza.
Jamás me alcanzó.
Eso, me llena de inconformismo y a su vez, me quita ambición.
Hubo gente que creyó en mí, hace tiempo. Pero nunca me llenó con sus ganas, porque esperé que fuera algo más que eso. Ni tampoco me inspiraron. Qué se yo, mi carácter ambicioso siempre quiso sacar a esa gente de sus respectivos pozos y fue por una cuestión de reciprocidad que nunca tuve problemas para meter mis brazos dentro de sus huracanes pero, sus pensamientos colectivos resultaron ser más fuertes: salir por sí mismo. Al final, no se si me siento "fracasado", por estar rodeado de gente desconfiada e incapaz de volverse distinta o porque yo mismo, represento el aspecto más conformista de la ambición.
Dentro de poco, voy a perder la memoria y tenderé a vivir únicamente por mí mismo. Y eso... me aterra.
G
PD: probablemente esté equivocado, ya que, el comportamiento desabrido de la gente es lo que manda y una sola persona no puede tener la razón, entre tantas. O tal vez, dramatice de más.
No se cómo definirme, cuando pienso que mi manera de ser está dividida en dos tipos de comportamientos específicos. No se por cuál inclinarme más.
Por un lado, pienso que soy ambicioso. He alcanzado metas buenas, he conquistado mujeres imposibles, he enamorado varias veces, he hecho llorar de felicidad, he escritos trescientos poemas, he trabajado por años, he comprado muchas cosas, he tenido una casa, he tenido demasiados amigos, he sido varias veces el centro de esos grupos, he tenido pensamientos que han inspirado a muchos, etc... etc... y etc... Si la oportunidad se presenta, voy para adelante y no pierdo las agallas; simplemente tomo lo que se me ofrece y voy por más, procuro incluso mejorar esa proposición y descubrir que siempre se puede más.
Por otra parte, me siento conformista. ¿Las razones? Ocho años con quien nunca mereció tanto y tantas oportunidades que siempre desaprovechó; volví a vivir con mis viejos; tengo un laburo inestable y de poca paga; si tengo novia bien y sino, prefiero quedarme en casa jugando; tengo inteligencia como para no haber terminado más que el secundario y un puñado de ideas novelísticas, que aún esperan final. Tuve tantos y tantos amigos, (como dije antes) que jamás colmaron mis expectativas pero los tuve igual. Y además, me conformé tratando con gente que muy pocas veces tuvo huevos para decirme cosas en la cara. Gente que quise y mucho.
Al final, resulta... contradictorio.
Éstas dos cuestiones tienen mucho que ver con mi interacción con el mundo. Ambición que afecta a otros, invadiendo sus alrededores. Conformismo, porque conocen a alguien fácil de olvidar. Si soy quien se autocritica, me siento conforme con lo que soy y aún así, las situaciones se suceden sin que mi existencia las altere, hoy en día. Camino a través de ellas sin dejar huella. Siempre quiero más, siempre lo quise y siempre fui a buscar lo que todos desearon y no nunca lograron tener. Pero, luego, elegí darle oportunidad a cuestiones que jamás me inspiraron crecimiento personal (me da igual qué piensen, pero yo creo fervientemente que sería genial relacionarse con "consecuencias" que sí te inspiren a ser mejor). Y perdí todo, porque quise o mejor dicho, porque no quise ser mejor, porque al final del camino, existía éste blog, lleno de inconformismos y de quejas, fácilmente inflamables. Creo en mi ambición, quiero ser conformista, pero lo que tiene el mundo para mí, no me alcanza.
Jamás me alcanzó.
Eso, me llena de inconformismo y a su vez, me quita ambición.
Hubo gente que creyó en mí, hace tiempo. Pero nunca me llenó con sus ganas, porque esperé que fuera algo más que eso. Ni tampoco me inspiraron. Qué se yo, mi carácter ambicioso siempre quiso sacar a esa gente de sus respectivos pozos y fue por una cuestión de reciprocidad que nunca tuve problemas para meter mis brazos dentro de sus huracanes pero, sus pensamientos colectivos resultaron ser más fuertes: salir por sí mismo. Al final, no se si me siento "fracasado", por estar rodeado de gente desconfiada e incapaz de volverse distinta o porque yo mismo, represento el aspecto más conformista de la ambición.
Dentro de poco, voy a perder la memoria y tenderé a vivir únicamente por mí mismo. Y eso... me aterra.
G
PD: probablemente esté equivocado, ya que, el comportamiento desabrido de la gente es lo que manda y una sola persona no puede tener la razón, entre tantas. O tal vez, dramatice de más.
martes, 23 de julio de 2013
Imagen o semejanza
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¿Tiene que ver con el pelo? El autoestima, digo, eso de dejárselo largo y descuidado, de pronto cortárselo, etc etc. Pero... si lo dejo crecer, sin ser descuidado... nah, no se para qué lo pienso tanto, no tiene que ver con el pelo, sino con el simbolismo que decido darle, como si decidiera creer en cualquier religión, en nombre de mi fe.
No suelo mirarme con detenimiento. Prefiero adoptar una rutina ordenada y la sigo de manera automática, sin desviarme mucho de su línea principal. No obstante, las distracciones suelen desviarme aún mucho más de lo acostumbrado, justamente cuando decido dejar de pensar en mí y, al perder ésa distracción, recuerdo que soy mucho más que un "ex" o un simple ser humano.
Y el pelo... ah, el pelo, decía...
El pelo suele crecerme bastante y no es un detalle que me pertenece exclusivamente, sino que lo he visto en muchas otras personas, cuando dejan de prestarse atención. Bueno, en realidad no importa tanto, no siento que ésto sea algo de vital importancia y más para un post, pero, mirándome al espejo... hoy, pienso que todos me ven igual como un pendejo, que tengo que cuidarme el pelo con gel, que tengo que mantener el corte (crece muy rápido) y preocuparme de mis remolinos (bueno, ésto último es más una cuestión de ovejas negras que de otra cosa), ETC ETC.
Bueno, eso, que la vanidad es al pedo, que la levantada de moral también, que todo tiene que ver con un cambio de actitud y no de imagen, que no soy una persona descuidada, soy ordenada y de mantener ése orden, que solamente tengo que sonreír y seguir siendo el dandy.
¿O era el Daddy?
Siempre lo dije, adoro mi lacio. Que vuelva.
G
¿Tiene que ver con el pelo? El autoestima, digo, eso de dejárselo largo y descuidado, de pronto cortárselo, etc etc. Pero... si lo dejo crecer, sin ser descuidado... nah, no se para qué lo pienso tanto, no tiene que ver con el pelo, sino con el simbolismo que decido darle, como si decidiera creer en cualquier religión, en nombre de mi fe.
No suelo mirarme con detenimiento. Prefiero adoptar una rutina ordenada y la sigo de manera automática, sin desviarme mucho de su línea principal. No obstante, las distracciones suelen desviarme aún mucho más de lo acostumbrado, justamente cuando decido dejar de pensar en mí y, al perder ésa distracción, recuerdo que soy mucho más que un "ex" o un simple ser humano.
Y el pelo... ah, el pelo, decía...
El pelo suele crecerme bastante y no es un detalle que me pertenece exclusivamente, sino que lo he visto en muchas otras personas, cuando dejan de prestarse atención. Bueno, en realidad no importa tanto, no siento que ésto sea algo de vital importancia y más para un post, pero, mirándome al espejo... hoy, pienso que todos me ven igual como un pendejo, que tengo que cuidarme el pelo con gel, que tengo que mantener el corte (crece muy rápido) y preocuparme de mis remolinos (bueno, ésto último es más una cuestión de ovejas negras que de otra cosa), ETC ETC.
Bueno, eso, que la vanidad es al pedo, que la levantada de moral también, que todo tiene que ver con un cambio de actitud y no de imagen, que no soy una persona descuidada, soy ordenada y de mantener ése orden, que solamente tengo que sonreír y seguir siendo el dandy.
¿O era el Daddy?
Siempre lo dije, adoro mi lacio. Que vuelva.
G
sábado, 20 de julio de 2013
Consecuencias
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Al final, sí que importa.
La cuestión es: ¿cuánto?
A veces, me pregunto si la gente espera que escribas cosas con las que se identifiquen y sino, no te leen. O te siguen en momentos importantes, cuando están mal; cuando pasa, dejan de hacerlo o se olvidan y jamás te escriben una reseña, un comentario. No dejan huella, leen al pasar. Así sucede en general en Facebook. A veces, me pregunto si tiene que ver con lo que escribo, con lo que digo, con lo poco interesante que puedo llegar a ser y la verdad es que mucho. Entonces, no seamos hipócritas, todo es pasajero y conveniente.
Y eso que tantas veces me planteé la siguiente duda: ¿me falta colaboración, integración y sociabilización? ¿Comprensión? ¿Buen comportamiento? Un poco de todo eso, lo sé, pero tampoco soy EL traidor, todos cometemos errores groseros y hasta disparamos flechas sin mirar a quién le pegamos. Pero en éste mundo, en la mayoría de los casos se mira primero el error ajeno y no el propio. Posta, he visto pocas personas que hacen meaculpa primero.
En cuanto a mí, me cuesta un huevo salir. Luego de mi deserción, todos quedaron preguntándose dónde me había metido o, mejor dicho, quién carajo había tomado mi lugar. Y ahora que vuelvo, siento como si pasaron cien años y nadie se acuerda de Gabriel.
Y lo peor de todo, es que me importa.
Quisiera que no.
G
Al final, sí que importa.
La cuestión es: ¿cuánto?
A veces, me pregunto si la gente espera que escribas cosas con las que se identifiquen y sino, no te leen. O te siguen en momentos importantes, cuando están mal; cuando pasa, dejan de hacerlo o se olvidan y jamás te escriben una reseña, un comentario. No dejan huella, leen al pasar. Así sucede en general en Facebook. A veces, me pregunto si tiene que ver con lo que escribo, con lo que digo, con lo poco interesante que puedo llegar a ser y la verdad es que mucho. Entonces, no seamos hipócritas, todo es pasajero y conveniente.
Y eso que tantas veces me planteé la siguiente duda: ¿me falta colaboración, integración y sociabilización? ¿Comprensión? ¿Buen comportamiento? Un poco de todo eso, lo sé, pero tampoco soy EL traidor, todos cometemos errores groseros y hasta disparamos flechas sin mirar a quién le pegamos. Pero en éste mundo, en la mayoría de los casos se mira primero el error ajeno y no el propio. Posta, he visto pocas personas que hacen meaculpa primero.
En cuanto a mí, me cuesta un huevo salir. Luego de mi deserción, todos quedaron preguntándose dónde me había metido o, mejor dicho, quién carajo había tomado mi lugar. Y ahora que vuelvo, siento como si pasaron cien años y nadie se acuerda de Gabriel.
Y lo peor de todo, es que me importa.
Quisiera que no.
G
jueves, 4 de julio de 2013
Sueño de gitana
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Soñé que me enamoraba de una gitana. Pero de una mujer de sangre gitana. No vestía como las tradicionales, su familia tampoco y sin embargo, sus costumbres se intuían en cada cosa que hacían. A veces mencionaban palabras que para mí, eran desconocidas. A veces, traían platos que dejaban sobre una mesa y que nunca había probado. Bailaban, bailaban como en las películas pero mejor, entre risas eternas e irrompibles. Pero ella... para mí, bailaba más que los demás.
Tenía ojos negros y mi asombro reflejados en ellos. Y una sonrisa con la que sostener todo su exótico rostro. Era todo lo que importaba, no le veía más que la cara (a causa de la ebriedad que me había causado soñarla) y sus manos, con las que cerraba toda frase, como si fueran el último comentario inteligente. Pero con sus manos, que sabían en qué momento posarse y en dónde.
Me comporté como un caballero gabrieliano. Me dejé llevar por su entradora forma de ser y comencé un tibio juego de seducción. Pero no insinué, simplemente distraje, como si de un espectáculo que de amor no tenía nada. La miré, me siguió, sonreímos y disfrutó de la calidez mutua: el momento no podía ser tan perfecto. Cada frase era acompañada por la expectativa de la réplica, aunque fuera de manera trivial. Ah si... la química y la reciprocidad se vestían de elegante al lado nuestro.
Al final, desperté y ella se había ido, sin dar explicaciones. Pero aún seguía en el sueño. La busqué por miles de rincones y hasta dentro de mis escritos. Borré unos cuantos párrafos (de los finales malos), grité su nombre pero sin saberlo. Suspiré, llevando mi mano a la frente, como esperando que todos se hubiera escondido dentro de un absurdo pero no, se había ido. Ella y toda su familia.
La casa era tan grande que solamente recordaba su cara y el resto, era océano. Un gran océano de nada.
¿Podría dilucidar que sin perfección no sería un sueño? ¿Cómo tener por cinco segundos el dedo de dios? ¿Cúando saber si el respeto que mantengo sobre ellas lo confunden con inexperiencia? ¿Debería importarme?
A veces, me pregunto, de qué lado están mis sueños.
G
Soñé que me enamoraba de una gitana. Pero de una mujer de sangre gitana. No vestía como las tradicionales, su familia tampoco y sin embargo, sus costumbres se intuían en cada cosa que hacían. A veces mencionaban palabras que para mí, eran desconocidas. A veces, traían platos que dejaban sobre una mesa y que nunca había probado. Bailaban, bailaban como en las películas pero mejor, entre risas eternas e irrompibles. Pero ella... para mí, bailaba más que los demás.
Tenía ojos negros y mi asombro reflejados en ellos. Y una sonrisa con la que sostener todo su exótico rostro. Era todo lo que importaba, no le veía más que la cara (a causa de la ebriedad que me había causado soñarla) y sus manos, con las que cerraba toda frase, como si fueran el último comentario inteligente. Pero con sus manos, que sabían en qué momento posarse y en dónde.
Me comporté como un caballero gabrieliano. Me dejé llevar por su entradora forma de ser y comencé un tibio juego de seducción. Pero no insinué, simplemente distraje, como si de un espectáculo que de amor no tenía nada. La miré, me siguió, sonreímos y disfrutó de la calidez mutua: el momento no podía ser tan perfecto. Cada frase era acompañada por la expectativa de la réplica, aunque fuera de manera trivial. Ah si... la química y la reciprocidad se vestían de elegante al lado nuestro.
Al final, desperté y ella se había ido, sin dar explicaciones. Pero aún seguía en el sueño. La busqué por miles de rincones y hasta dentro de mis escritos. Borré unos cuantos párrafos (de los finales malos), grité su nombre pero sin saberlo. Suspiré, llevando mi mano a la frente, como esperando que todos se hubiera escondido dentro de un absurdo pero no, se había ido. Ella y toda su familia.
La casa era tan grande que solamente recordaba su cara y el resto, era océano. Un gran océano de nada.
¿Podría dilucidar que sin perfección no sería un sueño? ¿Cómo tener por cinco segundos el dedo de dios? ¿Cúando saber si el respeto que mantengo sobre ellas lo confunden con inexperiencia? ¿Debería importarme?
A veces, me pregunto, de qué lado están mis sueños.
G
miércoles, 3 de julio de 2013
Invitando la próxima ronda de bajones
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Es una sensación inexplicable. Un gatillo que funciona al 100%. Todo lo que viene de vos me activa y para mal, me pone en un estado depresivo-compulsivo-maniático, que nadie puede controlar y que todos prefieren dejar de lado. No entiendo porqué resulta mejor no preocuparse porque no me suceda eso, si todo lo que procuro sobre vos (hoy en día) es recordar lo mucho que te quise y te quiero.
Es un hecho, el NO sale de manera rotunda cuando pienso en volver. Estoy plenamente convencido. No obstante, una parte de mí que quiere recordarte sobre lo bueno o como mínimo, por lo bueno que sucedió en mi. Y lo mucho que te quise, que te quiero aún. No quiero dar explicaciones al respecto, pero siento que así debo mantenerme por dentro. Y hablando de mis adentros... no se cómo sobrellevar esa parte tuya con la cual sobrevivo, día a día. Es una presencia que se mete en mi cabeza y explota con el menor roce, ya sean recuerdos, charlas, actitudes, silencios...
Necesito encontrar el punto de quiebre y repararlo. No puedo seguir luchando por ser menos "Laroca", volverme una persona estable y de bien, algo que me cuesta todos los santos días de lograr y para que, con una simple mala contestación, se venga todo abajo. Porque es así, todo se me viene fácilmente abajo. Y no quiero que siga pasando. Pero debo lograrlo solo, no me queda otra ya que, la parte de enfrente, no demuestra el menor interés en mí y no porque la haya traicionado o la haya bastardeado: sino porque es bien en el fondo una mierda como persona, intrascendente, poco profunda. Es una lástima querer tanto a una persona así.
Soy... ciclotímico, histérico, impulsivo, neurótico, depresivo, paranoico. Tengo todos esos defectos a la orden del día y sin embargo, en menor intensidad, gracias a la poca madurez que conseguí golpeándome en éstos últimos ocho años. No obstante, son como vicios que no puedo dejar y a los que vuelvo con una rapidez sorprendente, cuando se trata de ella. Si, de ella.
No se. No se cómo terminar éste post con algún tipo de reflexión o frase bien construida, sintiéndome tan "vulnerable". Tal vez deba prender la tele y jugar a algo... dejar que el tiempo pase, hasta mañana, cuando la tenga que ver nuevamente y pueda recuperar al verdadero yo que siempre dio la cara por ella.
G
Es una sensación inexplicable. Un gatillo que funciona al 100%. Todo lo que viene de vos me activa y para mal, me pone en un estado depresivo-compulsivo-maniático, que nadie puede controlar y que todos prefieren dejar de lado. No entiendo porqué resulta mejor no preocuparse porque no me suceda eso, si todo lo que procuro sobre vos (hoy en día) es recordar lo mucho que te quise y te quiero.
Es un hecho, el NO sale de manera rotunda cuando pienso en volver. Estoy plenamente convencido. No obstante, una parte de mí que quiere recordarte sobre lo bueno o como mínimo, por lo bueno que sucedió en mi. Y lo mucho que te quise, que te quiero aún. No quiero dar explicaciones al respecto, pero siento que así debo mantenerme por dentro. Y hablando de mis adentros... no se cómo sobrellevar esa parte tuya con la cual sobrevivo, día a día. Es una presencia que se mete en mi cabeza y explota con el menor roce, ya sean recuerdos, charlas, actitudes, silencios...
Necesito encontrar el punto de quiebre y repararlo. No puedo seguir luchando por ser menos "Laroca", volverme una persona estable y de bien, algo que me cuesta todos los santos días de lograr y para que, con una simple mala contestación, se venga todo abajo. Porque es así, todo se me viene fácilmente abajo. Y no quiero que siga pasando. Pero debo lograrlo solo, no me queda otra ya que, la parte de enfrente, no demuestra el menor interés en mí y no porque la haya traicionado o la haya bastardeado: sino porque es bien en el fondo una mierda como persona, intrascendente, poco profunda. Es una lástima querer tanto a una persona así.
Soy... ciclotímico, histérico, impulsivo, neurótico, depresivo, paranoico. Tengo todos esos defectos a la orden del día y sin embargo, en menor intensidad, gracias a la poca madurez que conseguí golpeándome en éstos últimos ocho años. No obstante, son como vicios que no puedo dejar y a los que vuelvo con una rapidez sorprendente, cuando se trata de ella. Si, de ella.
No se. No se cómo terminar éste post con algún tipo de reflexión o frase bien construida, sintiéndome tan "vulnerable". Tal vez deba prender la tele y jugar a algo... dejar que el tiempo pase, hasta mañana, cuando la tenga que ver nuevamente y pueda recuperar al verdadero yo que siempre dio la cara por ella.
G
miércoles, 26 de junio de 2013
Teoría y práctica
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¿Qué cuenta más? ¿La opinión subjetiva o la objetiva?
¿A qué viene la pregunta?
Hace unas semanas atrás, me di cuenta de que no extrañaba a la persona en puntual, sino a la compañía en general. Me siento como una persona que funciona mejor en equipo y tener una relación de respaldo no representa solamente amor, sexo y felicidad; también compañerismo, falta de soledad, testimonio... y siento que ésas son las cosas que más me faltan, no las tres primeras. Cuando estoy tranquilo, en frío, pienso que estoy mejor sin la última a la que amé, que avanzo más y me preocupo de mejorar mi calidad de vida. Cuando llego al punto emocional, "subjetivo", pienso igual... no era esa persona y por más conflicto que me causen esos casi ocho años de relación, en mi cabeza nace sin pensar la palabra "NO", instantáneamente. En éste caso, ser subjetivo y objetivo, para mí, es lo mismo.
Sin embargo, no deja de ser triste. Cómo es que hoy en día compartimos tanto tiempo con una persona y a un nivel íntimo absoluto, en el cual enseñamos nuestra verdadera forma de ser y nos ven tal cual somos: buenos, malos, feos, hermosos, traidores, benefactores, etc, etc, etc. Y pasa el tiempo, ufff... sí que pasa. Pasan cosas buenas, cosas malas, hay peleas que nos hacen pensar que dormimos con el enemigo, hay camas que roban hasta las más dulces lágrimas... Y para mí, significa una oportunidad para demostrar que soy grande, enorme, maravilloso y todo lo cursi que quieran aceptar de mí... xD Si bien tenemos que mejorar para nosotros mismos, ser estables, confiables, atractivos y únicos, una pareja representa el socio perfecto para demostrar cuánto es que lo alcanzamos y qué tan buenos somos. Como si estudiáramos primero la teoría y luego, pusiéramos todo en práctica, para llegar a la nota final, ya sea propia o ajena. ¿Para qué soy bueno si nadie puede beneficiarse de ello? ¿Para qué soy romántico si nadie puede vivir el romanticismo? ¿Para qué logro tener confianza en mí mismo si no nací para querer estar solo? Tal vez...
Tal vez...
Objetivamente, me siento bien hoy. Normal. Estable. Conscientemente subjetivo.
Subjetivamente, siento al viento frío que deambula sobre la otra mitad de la cama. Nadie para verme dormir, nadie para verme despertar, nadie para ver lo objetivamente bien que estoy.
G
PD: Como siempre digo... todo ésto no es más que un rato de reflexión.
¿Qué cuenta más? ¿La opinión subjetiva o la objetiva?
¿A qué viene la pregunta?
Hace unas semanas atrás, me di cuenta de que no extrañaba a la persona en puntual, sino a la compañía en general. Me siento como una persona que funciona mejor en equipo y tener una relación de respaldo no representa solamente amor, sexo y felicidad; también compañerismo, falta de soledad, testimonio... y siento que ésas son las cosas que más me faltan, no las tres primeras. Cuando estoy tranquilo, en frío, pienso que estoy mejor sin la última a la que amé, que avanzo más y me preocupo de mejorar mi calidad de vida. Cuando llego al punto emocional, "subjetivo", pienso igual... no era esa persona y por más conflicto que me causen esos casi ocho años de relación, en mi cabeza nace sin pensar la palabra "NO", instantáneamente. En éste caso, ser subjetivo y objetivo, para mí, es lo mismo.
Sin embargo, no deja de ser triste. Cómo es que hoy en día compartimos tanto tiempo con una persona y a un nivel íntimo absoluto, en el cual enseñamos nuestra verdadera forma de ser y nos ven tal cual somos: buenos, malos, feos, hermosos, traidores, benefactores, etc, etc, etc. Y pasa el tiempo, ufff... sí que pasa. Pasan cosas buenas, cosas malas, hay peleas que nos hacen pensar que dormimos con el enemigo, hay camas que roban hasta las más dulces lágrimas... Y para mí, significa una oportunidad para demostrar que soy grande, enorme, maravilloso y todo lo cursi que quieran aceptar de mí... xD Si bien tenemos que mejorar para nosotros mismos, ser estables, confiables, atractivos y únicos, una pareja representa el socio perfecto para demostrar cuánto es que lo alcanzamos y qué tan buenos somos. Como si estudiáramos primero la teoría y luego, pusiéramos todo en práctica, para llegar a la nota final, ya sea propia o ajena. ¿Para qué soy bueno si nadie puede beneficiarse de ello? ¿Para qué soy romántico si nadie puede vivir el romanticismo? ¿Para qué logro tener confianza en mí mismo si no nací para querer estar solo? Tal vez...
Tal vez...
Objetivamente, me siento bien hoy. Normal. Estable. Conscientemente subjetivo.
Subjetivamente, siento al viento frío que deambula sobre la otra mitad de la cama. Nadie para verme dormir, nadie para verme despertar, nadie para ver lo objetivamente bien que estoy.
G
PD: Como siempre digo... todo ésto no es más que un rato de reflexión.
domingo, 16 de junio de 2013
Cara de pendejo
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Creo, escribo, vivo, aguanto, ceso, deseo, espero, entiendo, busco, escribo, retrocedo, sonrío, repito. Y me molesto, finalmente. Exploto. Desgarro. Canalizo. Dejo escapar lo que se me venga a la mente, sin pérdida de tiempo, todo a causa de los prejuicios que la gente monta sobre mi edad a primer vista.
Llevo toda mi vida llevando ésta carga: mi cara de pendejo. Y les aseguro que no siempre lo es, digamos en el noventa por ciento de las veces asumo el papel y espero las críticas a segunda vista. Pero, cuando sucede el diez por ciento restante, se siente como si fuera al cien. Tengo ganas de mandar bien a la mierda a todas esas personas que me juzgan por lo primero que ven y no por lo que realmente sienta o sea. No lo piensen siquiera, soy consciente de que la gran mayoría del mundo es así y que incluso, a tantas veces conviene seguir a la corriente. Como mirar televisión, trabajar, estudiar, cantar la misma canción, etc, etc.
Sin embargo, llega un punto en el cual me canso y posta, me molesto más de lo que debería. Porque me prejuzgan, me tildan defectos que siquiera tienen que ver conmigo, me ven como un pendejo, no me hablan con respeto, no esperan que salga algo interesante entre mis frases, no me tienen en cuenta para las opiniones, me piden el documento para ver una peli, me tratan como si no tuviera ego, se portan condescendientes, no me enseñan, no me dan oportunidades, me prejuzgan y me prejuzgan y ME PREJUZGAN TODO EL PUTO TIEMPO. Por eso mismo es que sorprendo en grande a quienes se animan a ver más allá de un saludo y tres preguntas, porque se dirigen a mí como si fuera inmaduro o peor, unworthy.
No digo que me visto como un pendejo y uso gorrita, que ando por ahí pelotudeando o hablando de garcharme a tal o cual mina. Mucho menos busco personas así, soy tremendamente selectivo con mis pares y existen ocasiones en las cuales me equivoco, pero si analizan mi entorno, son pocos pero de los que valen. En cuanto a mí, puede que con el pasar de los años haya perdido autoestima y no haya impedido que el mundo me mirara de manera torcida, pero es que también evité a todo ése tipo de gente, empecé a abandonarla...
Solamente quienes me conocen son capaces de mencionar mis pasadas equivocaciones y aciertos, pero nadie más. Se que tengo que dejar pasar lo que la gente diga, que habla muchas boludeces o que no están acostumbrados a escuchar dos minutos más al pendejo. Se que mi comportamiento no es el más digno, que puedo dar más, pero tampoco soy lo que dije más arriba y tengo éstos días, donde me canso de que se distancien o formen opiniones de mi por mi apariencia adolescente.
G
Creo, escribo, vivo, aguanto, ceso, deseo, espero, entiendo, busco, escribo, retrocedo, sonrío, repito. Y me molesto, finalmente. Exploto. Desgarro. Canalizo. Dejo escapar lo que se me venga a la mente, sin pérdida de tiempo, todo a causa de los prejuicios que la gente monta sobre mi edad a primer vista.
Llevo toda mi vida llevando ésta carga: mi cara de pendejo. Y les aseguro que no siempre lo es, digamos en el noventa por ciento de las veces asumo el papel y espero las críticas a segunda vista. Pero, cuando sucede el diez por ciento restante, se siente como si fuera al cien. Tengo ganas de mandar bien a la mierda a todas esas personas que me juzgan por lo primero que ven y no por lo que realmente sienta o sea. No lo piensen siquiera, soy consciente de que la gran mayoría del mundo es así y que incluso, a tantas veces conviene seguir a la corriente. Como mirar televisión, trabajar, estudiar, cantar la misma canción, etc, etc.
Sin embargo, llega un punto en el cual me canso y posta, me molesto más de lo que debería. Porque me prejuzgan, me tildan defectos que siquiera tienen que ver conmigo, me ven como un pendejo, no me hablan con respeto, no esperan que salga algo interesante entre mis frases, no me tienen en cuenta para las opiniones, me piden el documento para ver una peli, me tratan como si no tuviera ego, se portan condescendientes, no me enseñan, no me dan oportunidades, me prejuzgan y me prejuzgan y ME PREJUZGAN TODO EL PUTO TIEMPO. Por eso mismo es que sorprendo en grande a quienes se animan a ver más allá de un saludo y tres preguntas, porque se dirigen a mí como si fuera inmaduro o peor, unworthy.
No digo que me visto como un pendejo y uso gorrita, que ando por ahí pelotudeando o hablando de garcharme a tal o cual mina. Mucho menos busco personas así, soy tremendamente selectivo con mis pares y existen ocasiones en las cuales me equivoco, pero si analizan mi entorno, son pocos pero de los que valen. En cuanto a mí, puede que con el pasar de los años haya perdido autoestima y no haya impedido que el mundo me mirara de manera torcida, pero es que también evité a todo ése tipo de gente, empecé a abandonarla...
Solamente quienes me conocen son capaces de mencionar mis pasadas equivocaciones y aciertos, pero nadie más. Se que tengo que dejar pasar lo que la gente diga, que habla muchas boludeces o que no están acostumbrados a escuchar dos minutos más al pendejo. Se que mi comportamiento no es el más digno, que puedo dar más, pero tampoco soy lo que dije más arriba y tengo éstos días, donde me canso de que se distancien o formen opiniones de mi por mi apariencia adolescente.
G
viernes, 14 de junio de 2013
La mitad que te pertenece
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Hay una parte de mi que se siente incompleta. Hay una parte de mi que no se llena con las distracciones a corto plazo. Hay una parte de mí que prefiere recordarte siempre, feliz y mía, más esa parte se da cuenta de la falta que le hace un universo a cada estrella, una estrella a cada deseo, un deseo a cada beso.
Hay una parte de mi fanfarrona, irónica, sensible e imperfecta, una estrofa de un cuento sin héroes, testigos o vueltas: una historia llena de tristezas extremas y metáforas crudas pero trilladas. Hay una parte poeta de mí, que solamente escribe sobre vacíos y remordimientos, que camina y ve la magia en cada cosa, en cada mirada, en cada color, en cada imperfección. Y que no la entiende.
Hay una parte de mí que es ignorante, que sabe sobre los detalles y no sobre las grandes cosas, que guarda todas las palabras en el bolsillo y no sabe para qué sirven. Hay una parte de mí dictadora, maravillosa, cursi y elegante, que sabe de amar pero, tanto como la idea absurda que causa gracia al publico presente. Hay una parte de mí que se asusta con fantasmas de terceros, que no confunde la dignidad con roces casuales, que llora miles de historias inventadas en un segundo, de las que permanecen en el olvido.
Hay una parte de mí que nació para ser libre en tus brazos, que creció esperando que fueras una sola, que maduró golpeándose con tus portazos, que seguirá sin saber qué deparará el camino, que morirá sin haberte seguido. Hay una parte de mí... que no quiere ser parte de sí misma, siquiera desea tener manos, pensamientos o improvisación. Tan sólo silencio para sus oídos y oscuridad para sus ojos, frío para sus emociones y desahogo para la mente. Y tal vez, mejores sueños.
Hay una parte de mi obtusa pero sincera. Hay una parte de mi efímera pero reminiscente. Hay una parte de mi ilusoria pero fácil de amar. Esa misma parte de mi es etérea y quisiera no llevar tu nombre, sí tu compañía. Esa misma parte de mi, quisiera no perder el alma cada vez que te extraña y volverse la marioneta de viejos buenos momentos. Esa misma parte de mí... la que quisiera llenar de finales un cuento ya repetitivo y sin terminar.
No es poesía, es sentimiento. Nada de metáforas, simplemente lo que siempre pienso diariamente y dejo de lado, mientras me arrimo al mundo que me pide a gritos "volvete común" e ignora por completo cómo es que me siento.
G
PD: extraño lavar los platos juntos e interrumpir para hacerlo sobre la mesada, verla sacarse el delantal delante de todos, quedarme mirándola como un idiota cada vez que ponía esa sexy cara de nada, rapear con ella sobre la música ambiental del hotel, que me arrastre de la solapa directo a su habitación, que me escriba, perfume y mande una carta desde el hemisferio norte, que me diga que me quiere con sólo apretar fuerte mi mano, que se adelante al caminar junto a mí y me deje contemplar su manera única de andar y luego se de vuelta para mirarme, que vaya a comprar caramelos conmigo, que acepte besarme solamente por no perder un desafío y que me enseñe su cuello de Aquiles... y tanto más.
Hay una parte de mi que se siente incompleta. Hay una parte de mi que no se llena con las distracciones a corto plazo. Hay una parte de mí que prefiere recordarte siempre, feliz y mía, más esa parte se da cuenta de la falta que le hace un universo a cada estrella, una estrella a cada deseo, un deseo a cada beso.
Hay una parte de mi fanfarrona, irónica, sensible e imperfecta, una estrofa de un cuento sin héroes, testigos o vueltas: una historia llena de tristezas extremas y metáforas crudas pero trilladas. Hay una parte poeta de mí, que solamente escribe sobre vacíos y remordimientos, que camina y ve la magia en cada cosa, en cada mirada, en cada color, en cada imperfección. Y que no la entiende.
Hay una parte de mí que es ignorante, que sabe sobre los detalles y no sobre las grandes cosas, que guarda todas las palabras en el bolsillo y no sabe para qué sirven. Hay una parte de mí dictadora, maravillosa, cursi y elegante, que sabe de amar pero, tanto como la idea absurda que causa gracia al publico presente. Hay una parte de mí que se asusta con fantasmas de terceros, que no confunde la dignidad con roces casuales, que llora miles de historias inventadas en un segundo, de las que permanecen en el olvido.
Hay una parte de mí que nació para ser libre en tus brazos, que creció esperando que fueras una sola, que maduró golpeándose con tus portazos, que seguirá sin saber qué deparará el camino, que morirá sin haberte seguido. Hay una parte de mí... que no quiere ser parte de sí misma, siquiera desea tener manos, pensamientos o improvisación. Tan sólo silencio para sus oídos y oscuridad para sus ojos, frío para sus emociones y desahogo para la mente. Y tal vez, mejores sueños.
Hay una parte de mi obtusa pero sincera. Hay una parte de mi efímera pero reminiscente. Hay una parte de mi ilusoria pero fácil de amar. Esa misma parte de mi es etérea y quisiera no llevar tu nombre, sí tu compañía. Esa misma parte de mi, quisiera no perder el alma cada vez que te extraña y volverse la marioneta de viejos buenos momentos. Esa misma parte de mí... la que quisiera llenar de finales un cuento ya repetitivo y sin terminar.
No es poesía, es sentimiento. Nada de metáforas, simplemente lo que siempre pienso diariamente y dejo de lado, mientras me arrimo al mundo que me pide a gritos "volvete común" e ignora por completo cómo es que me siento.
G
PD: extraño lavar los platos juntos e interrumpir para hacerlo sobre la mesada, verla sacarse el delantal delante de todos, quedarme mirándola como un idiota cada vez que ponía esa sexy cara de nada, rapear con ella sobre la música ambiental del hotel, que me arrastre de la solapa directo a su habitación, que me escriba, perfume y mande una carta desde el hemisferio norte, que me diga que me quiere con sólo apretar fuerte mi mano, que se adelante al caminar junto a mí y me deje contemplar su manera única de andar y luego se de vuelta para mirarme, que vaya a comprar caramelos conmigo, que acepte besarme solamente por no perder un desafío y que me enseñe su cuello de Aquiles... y tanto más.
sábado, 8 de junio de 2013
Arte magnánimo
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Denna tenía razón, inconscientemente. Y de manera reciente, Cinna aseguró que canalizar cualquier tipo de energía emocional le resulta mejor si lo hace sobre su arte. Luego creó el vestido de novia, lo prendió fuego y el mundo entero fue testigo del sinsajo, que representó revolución y valentía.
Denna leyó unas de mis viejas poesías y preguntó al aire en qué estado debía encontrarme para alcanzar un equilibrio entre los sentimientos y el arte, para convertir esa mezcla en algo genial. "Genial", una palabra banal pero directa, he convertido tantos estados de mi vida en escritos, dibujos o acciones geniales que los libros cuentan leyendas de mi... ah, era la historia de otra persona, no la mía. He usado mi mano artística para expresar lo que mis nervios quisieron siempre pero de manera poco ortodoxa, pero es bien cierto que hoy en día me encuentro más cerca de ser un artista que de ser un cavernícola. Puedo decir que mi arte se mide por cada estado de ánimo, hoy. Sin embargo, tengo tantos hijos tácitos y que nacieron sin madre, que no llego a recordar siquiera cuándo es que posteo para aquellos hipócritas envidiosos o para la sombra femenina que deambula por las noches, llena de lágrimas propias y de suspiros ajenos.
Ahora mismo pienso en lo complicado que resulta encontrar un centro y más aún, en ser consciente de cómo canalizar ésa energía emocional. No sólo hacia el arte, sino también hacia quién o qué corresponda pero... "inventar un personaje que emule toda la buena suerte que no tengo y el valor que mi viejo jamás me enseñó a forjar..." no tiene precio, resulta una lectura perfecta y me vuelve el lector perfecto. Es sólo un ejemplo, también podría decir que sin un buen manejo de metáforas ni una imaginativa máquina de creación, no podría robarle lágrimas a aquellos y aquellas que me leen. El talento siempre juega una parte importantísima, pero, como el mismo ejemplo lo dicta: mi viejo tuvo una excelente cabeza para el arte musical y escrito; sin embargo, como persona fue una reverenda mierda.
Me voy, revelando con complicidad que hoy no fue un buen día para escribir un post, ni que tampoco lo fue por la hora (0:00 de domingo, ya). No obstante, mencioné ésto de canalizar mis emociones en algo artístico y que lo voy a tener más en cuenta. Voy a seguir escribiendo de manera metafórica, claro que sí, puliendo mis mejores frases y enseñándoles cómo dejar huella. Sin escudos, sin vueltas ni caretas.
G
Denna tenía razón, inconscientemente. Y de manera reciente, Cinna aseguró que canalizar cualquier tipo de energía emocional le resulta mejor si lo hace sobre su arte. Luego creó el vestido de novia, lo prendió fuego y el mundo entero fue testigo del sinsajo, que representó revolución y valentía.
Denna leyó unas de mis viejas poesías y preguntó al aire en qué estado debía encontrarme para alcanzar un equilibrio entre los sentimientos y el arte, para convertir esa mezcla en algo genial. "Genial", una palabra banal pero directa, he convertido tantos estados de mi vida en escritos, dibujos o acciones geniales que los libros cuentan leyendas de mi... ah, era la historia de otra persona, no la mía. He usado mi mano artística para expresar lo que mis nervios quisieron siempre pero de manera poco ortodoxa, pero es bien cierto que hoy en día me encuentro más cerca de ser un artista que de ser un cavernícola. Puedo decir que mi arte se mide por cada estado de ánimo, hoy. Sin embargo, tengo tantos hijos tácitos y que nacieron sin madre, que no llego a recordar siquiera cuándo es que posteo para aquellos hipócritas envidiosos o para la sombra femenina que deambula por las noches, llena de lágrimas propias y de suspiros ajenos.
Ahora mismo pienso en lo complicado que resulta encontrar un centro y más aún, en ser consciente de cómo canalizar ésa energía emocional. No sólo hacia el arte, sino también hacia quién o qué corresponda pero... "inventar un personaje que emule toda la buena suerte que no tengo y el valor que mi viejo jamás me enseñó a forjar..." no tiene precio, resulta una lectura perfecta y me vuelve el lector perfecto. Es sólo un ejemplo, también podría decir que sin un buen manejo de metáforas ni una imaginativa máquina de creación, no podría robarle lágrimas a aquellos y aquellas que me leen. El talento siempre juega una parte importantísima, pero, como el mismo ejemplo lo dicta: mi viejo tuvo una excelente cabeza para el arte musical y escrito; sin embargo, como persona fue una reverenda mierda.
Me voy, revelando con complicidad que hoy no fue un buen día para escribir un post, ni que tampoco lo fue por la hora (0:00 de domingo, ya). No obstante, mencioné ésto de canalizar mis emociones en algo artístico y que lo voy a tener más en cuenta. Voy a seguir escribiendo de manera metafórica, claro que sí, puliendo mis mejores frases y enseñándoles cómo dejar huella. Sin escudos, sin vueltas ni caretas.
G
martes, 4 de junio de 2013
Sin nada que dec... ¡ESCUDOS!
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Particularmente hoy, tengo ganas de mencionar varias cosas pero no me terminan de convencer como para justificar un post bien construido. Es más como para una charla de mates y amistad. No obstante, voy a mencionar un par de ítems, al pasar:
- La insípida actitud de la innombrable, hoy a la mañana.
- Los flasheos de la dire, cuando debió gritar "Jumanji" hace ya rato.
- El lobo disfrazado de cordero que no acepta cuándo sentirse derrotado, al menos entre sanas opiniones.
- La capacidad de dejar que las personas hablen y yo siga siendo fiel a mí mismo.
- Los búmerangs que van regresando, por éstos días.
Aclaro una cosa: todo lo que digo en éste blog, lo pienso desde un costado frío y pensativo. Puedo tener razón en muchas cosas, puedo equivocarme en otras tantas más, pero siempre hablo con sinceridad y procurando mantener el mayor temple posible. Ya no quiero ser el presuntuoso e impulsivo hombre visceral que fui los últimos cuatro años, quiero alcanzar un equilibrio entre lo que fui década atrás y lo que aprendí recientemente, equivocándome. No me pidan explicaciones al respecto, lo que digo acá, lo elevo con palabras más neutrales y sin tanta carga emocional (léanme meses atrás y van a darse cuenta del porqué).
Y de frente también, pero más directo y sin análisis de por medio.
Una persona mencionó recientemente que uso mi blog de escudo y me quedé pensando, pero no en lo que dijo ni en el hecho de que sepa bien que no necesito uno de esos. Pero sí en una pregunta, formulada por mí y para mí únicamente: ¿por qué no uso escudos? Es bien cierto, nunca los usé y eso resultó en volverme vulnerable ante todos, incluso para los cuervos que me rondaron y proyectaron sus propios deseos positivos en mí. Sufrí más, enloquecí peor, exploté y por dentro, perdí gente porque así lo quise... pero sin escudos, sin corazas, sin defensas; nada más que mi ego para sustentarme y una promesa a futuro de que la desintoxicación y el ambiente adecuado podrían traerme de nuevo a la luz.
¿Una ventaja? Tal vez no tuve que ocultarme, me quedé en la superficie y lidié con casi todas mis consecuencias.
Creo que está sucediendo, ahora mismo. Pero soy impaciente y eso, de a ratos, me hace sentir un instante de la vida que dejé atrás.
Pero sin escudos.
G
PD: algo se armó. ¿Sale truquito?
Particularmente hoy, tengo ganas de mencionar varias cosas pero no me terminan de convencer como para justificar un post bien construido. Es más como para una charla de mates y amistad. No obstante, voy a mencionar un par de ítems, al pasar:
- La insípida actitud de la innombrable, hoy a la mañana.
- Los flasheos de la dire, cuando debió gritar "Jumanji" hace ya rato.
- El lobo disfrazado de cordero que no acepta cuándo sentirse derrotado, al menos entre sanas opiniones.
- La capacidad de dejar que las personas hablen y yo siga siendo fiel a mí mismo.
- Los búmerangs que van regresando, por éstos días.
Aclaro una cosa: todo lo que digo en éste blog, lo pienso desde un costado frío y pensativo. Puedo tener razón en muchas cosas, puedo equivocarme en otras tantas más, pero siempre hablo con sinceridad y procurando mantener el mayor temple posible. Ya no quiero ser el presuntuoso e impulsivo hombre visceral que fui los últimos cuatro años, quiero alcanzar un equilibrio entre lo que fui década atrás y lo que aprendí recientemente, equivocándome. No me pidan explicaciones al respecto, lo que digo acá, lo elevo con palabras más neutrales y sin tanta carga emocional (léanme meses atrás y van a darse cuenta del porqué).
Y de frente también, pero más directo y sin análisis de por medio.
Una persona mencionó recientemente que uso mi blog de escudo y me quedé pensando, pero no en lo que dijo ni en el hecho de que sepa bien que no necesito uno de esos. Pero sí en una pregunta, formulada por mí y para mí únicamente: ¿por qué no uso escudos? Es bien cierto, nunca los usé y eso resultó en volverme vulnerable ante todos, incluso para los cuervos que me rondaron y proyectaron sus propios deseos positivos en mí. Sufrí más, enloquecí peor, exploté y por dentro, perdí gente porque así lo quise... pero sin escudos, sin corazas, sin defensas; nada más que mi ego para sustentarme y una promesa a futuro de que la desintoxicación y el ambiente adecuado podrían traerme de nuevo a la luz.
¿Una ventaja? Tal vez no tuve que ocultarme, me quedé en la superficie y lidié con casi todas mis consecuencias.
Creo que está sucediendo, ahora mismo. Pero soy impaciente y eso, de a ratos, me hace sentir un instante de la vida que dejé atrás.
Pero sin escudos.
G
PD: algo se armó. ¿Sale truquito?
lunes, 3 de junio de 2013
Dónde va el peón y dónde, la reina.
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¿Quieren saber por qué determino desde entrada qué papel jugará cada persona nueva que conozco, dentro de mi vida? ¿Y por qué llevo años sin romper ésos roles?
La respuesta es una sola: el poder de la influencia.
¿Ustedes meditan sobre ello al conocer a alguien? ¿O simplemente dejan que las experiencias generen la conexión o no? Bueno, yo sí dejo que la experiencia generada al interrelacionarse defina o, mejor dicho, que represente el material que uso para construir cualquier tipo de relación social. Sin embargo, lo que primero decido es el papel que jugará cada persona dentro de mis días. Una vez decidido y, posteriormente aplicado, lo respeto casi al pie de la letra y así procuro que sea, para siempre. "Casi" al pie de la letra y porque la única excepción que me permito es la de mis ex... uno nunca sabe cuánta cantidad de tiempo hace falta para aprender a decirles que no.
El poder de la influencia... resulta abrumador. Uno decide, a través del nivel de socialismo, otorgar ése poder y dejar que nuestro entorno nos modifique la vida. A menor o mayor escala, a su antojo o al nuestro. El otro día hablé de la "responsabilidad implícita" y algo tiene que ver con lo mencionado hoy, ya que todo empieza a través de nuestras propias decisiones. ¿Cuánta cantidad de chisme nos permitimos oír sobre lo que concierne, antes de explotar? ¿Cuándo sabés que llegó el momento de dar un paso al costado en cierta cuestión? ¿Cómo entender que ésa persona no merece poseer el don de la decisión de tu estado de ánimo? ¿Dónde se guardan los comentarios banales y sin profundidad?
No importa demasiado responder ésas preguntas. Lo que importa es saber cuánto poder le damos a cada persona y para que nos modifique cada segundo de nuestras vidas. Saber también cuándo marcar sus límites y sino, aprender de aquellos que los cruzaron y nos modificaron, para bien o para mal. Como un amor nos puede hacer escuchar canciones románticas y decir boludeces. Como su posterior abandono y el no saber adónde va a parar el su costumbrismo, ya obsoleto. Como la amistad a la que le gustamos o tal vez, a la novia de un amigo que decide vernos como algo más. Como una amiga de años también, que prefiere romper la amistad por el valor de un beso o una cama. Como un amigo celoso de lo que no puede justificar. Como una mujer que piensa que existe algo sobre una base que nada tiene que ver con el histeriqueo. Como un hombre que le da el título de "amor de su vida" a una mujer que ni siquiera lo entiende, que no sabe cómo rescatarlo de sus malos ratos y solamente disfruta de sus buenos. Y así. Podría seguir enumerando, pero la gramática gabrieliana ya está sobrepasada y necesito retomar las riendas en cuestión.
Demasiado poder, demasiadas variantes. Llevo años dándoselo a la gente que me rodea y termina decepcionándome, de una manera u otra (claro está, no soy la excepción a la regla pero... el blog es mío y me toca desgranarlos como ejemplos... xD). Por eso tomo medidas de precaución y, a pesar de haber fallado bastante en mis elecciones, mantengo mi preferencia y termino ahorrádome el triple de problemas. Y más allá de lo cerrado o lo histérico que resulte. Créanlo. Piénsenlo un poco. Véanlo más de cerca. Pónganse en su piel. Y ESCUCHEN: saber a quién le das tu amistad, a quién le das un beso en los labios, a quién le palmeás la espalda, a quién ignorarás, a quién le contestás con un "vos sabrás", a quién le contás la verdad, a quién le mentís, a quién abrazás de distinta manera (e infinitos etcéteras)... Determinar todo eso, de antemano, siempre me deja un sabor más agradable, en el paladar del alma.
Terminemos éste post, antes de que vuelva la experiencia, con sus "causalidades" y refute todo lo que acabo de decir.
G
¿Quieren saber por qué determino desde entrada qué papel jugará cada persona nueva que conozco, dentro de mi vida? ¿Y por qué llevo años sin romper ésos roles?
La respuesta es una sola: el poder de la influencia.
¿Ustedes meditan sobre ello al conocer a alguien? ¿O simplemente dejan que las experiencias generen la conexión o no? Bueno, yo sí dejo que la experiencia generada al interrelacionarse defina o, mejor dicho, que represente el material que uso para construir cualquier tipo de relación social. Sin embargo, lo que primero decido es el papel que jugará cada persona dentro de mis días. Una vez decidido y, posteriormente aplicado, lo respeto casi al pie de la letra y así procuro que sea, para siempre. "Casi" al pie de la letra y porque la única excepción que me permito es la de mis ex... uno nunca sabe cuánta cantidad de tiempo hace falta para aprender a decirles que no.
El poder de la influencia... resulta abrumador. Uno decide, a través del nivel de socialismo, otorgar ése poder y dejar que nuestro entorno nos modifique la vida. A menor o mayor escala, a su antojo o al nuestro. El otro día hablé de la "responsabilidad implícita" y algo tiene que ver con lo mencionado hoy, ya que todo empieza a través de nuestras propias decisiones. ¿Cuánta cantidad de chisme nos permitimos oír sobre lo que concierne, antes de explotar? ¿Cuándo sabés que llegó el momento de dar un paso al costado en cierta cuestión? ¿Cómo entender que ésa persona no merece poseer el don de la decisión de tu estado de ánimo? ¿Dónde se guardan los comentarios banales y sin profundidad?
No importa demasiado responder ésas preguntas. Lo que importa es saber cuánto poder le damos a cada persona y para que nos modifique cada segundo de nuestras vidas. Saber también cuándo marcar sus límites y sino, aprender de aquellos que los cruzaron y nos modificaron, para bien o para mal. Como un amor nos puede hacer escuchar canciones románticas y decir boludeces. Como su posterior abandono y el no saber adónde va a parar el su costumbrismo, ya obsoleto. Como la amistad a la que le gustamos o tal vez, a la novia de un amigo que decide vernos como algo más. Como una amiga de años también, que prefiere romper la amistad por el valor de un beso o una cama. Como un amigo celoso de lo que no puede justificar. Como una mujer que piensa que existe algo sobre una base que nada tiene que ver con el histeriqueo. Como un hombre que le da el título de "amor de su vida" a una mujer que ni siquiera lo entiende, que no sabe cómo rescatarlo de sus malos ratos y solamente disfruta de sus buenos. Y así. Podría seguir enumerando, pero la gramática gabrieliana ya está sobrepasada y necesito retomar las riendas en cuestión.
Demasiado poder, demasiadas variantes. Llevo años dándoselo a la gente que me rodea y termina decepcionándome, de una manera u otra (claro está, no soy la excepción a la regla pero... el blog es mío y me toca desgranarlos como ejemplos... xD). Por eso tomo medidas de precaución y, a pesar de haber fallado bastante en mis elecciones, mantengo mi preferencia y termino ahorrádome el triple de problemas. Y más allá de lo cerrado o lo histérico que resulte. Créanlo. Piénsenlo un poco. Véanlo más de cerca. Pónganse en su piel. Y ESCUCHEN: saber a quién le das tu amistad, a quién le das un beso en los labios, a quién le palmeás la espalda, a quién ignorarás, a quién le contestás con un "vos sabrás", a quién le contás la verdad, a quién le mentís, a quién abrazás de distinta manera (e infinitos etcéteras)... Determinar todo eso, de antemano, siempre me deja un sabor más agradable, en el paladar del alma.
Terminemos éste post, antes de que vuelva la experiencia, con sus "causalidades" y refute todo lo que acabo de decir.
G
martes, 28 de mayo de 2013
La musa egoísta
.
Después de un tiempo, mencionar cualquier cosa sobre el siguiente tema representa un creciente placer, algo completamente contrario a lo que uno siente cuando recién termina una relación y por lo general, es el que disciente de terminarla. Todo vive en punto crítico, nada se ubica en el centro, todas son encrucijadas, nadie sabe por lo que estamos pasando, ninguna volverá a ser como ella, BLAH BLAH BLAH. No son más que dramatizaciones incontrolables de nuestras emociones.
Claro que, lo digo ahora que me banqué tantas cucharadas de ése remedio asqueroso que nos dan, llamado "tiempo".
En realidad, no quiero hablar de cómo fue la desintoxicación. Pasé tantas veces por éste estado que ya me cansé de comentarlo. El verdadero punto es que la inspiración volvió en mi y con furia. Volvió cambiada también, mucho más madura y pasados los treinta, como si hubiese ido por el mundo equivocándose, amando, peleando, sufriendo, molestando... y muchas cosas más. Volvió llena de experiencia, eso. Me senté a escribir y fluyó como el agua, llena de imaginación y aciertos, comenzó a deleitarme con pasajes brillantes e incluso, a llenar mi vocabulario diario con frases mejores construidas y no necesariamente metafóricas.
Bueno, que mi cabeza está limpia.
Y otra cuestión: no necesito de la musa física y ajena para hacerlo. Eso es lo que más me sorprende. Últimamente, dediqué todas mis neuronas a creer que YO no servía si no me encontraba en pareja y hasta incluso, que no volvería a escribir bien. No obstante, el pensamiento más egoísta triunfó y al final, todos terminaron teniendo la razón. Para bien, para mí, porque todo lo que desearon y yo no, al final, se dio y es ahora cuando me doy cuenta de que es mejor reaccionar ante una cantidad de cuestiones solo, sin ayuda. Y más que nada, lo inspirador y distinto que se vuelve, cómo es que termina separándote de la gente común. Probablemente sea porque uno está tan concentrado en la relación, dejando que vaya sobre ruedas y que pierda importancia el amor por uno mismo o que simplemente no se vaya todo al cuerno, que uno se olvida de la verdadera razón que lo llevó a conseguirse la mujer que tiene enfrente: por ser distinto.
Ahora, estoy siendo distinto, dándome cuenta de que no sirve hablarle a boludas que no saben distinguir entre hombres que garchan y hombres que cuidan. Que tampoco rinde bancar mensajes de giles que no saben que dar no significa después sacar. Que es mucho mejor ignorar pendejos y pendejas que piensan que con menos edad vivieron más que vos y no lo digo porque me crea más maduro, sino porque la simple edad me hizo vivir más años y equivocarme más que ellos. A veces... digo, para cerrar, querer compartir la percepción diferente del mundo que tenés se vuelve exasperante, porque los mismos ignorantes con los que tratás día a día, no saben cómo ser corteses ante una persona distinta.
El egoísmo es el punto cúlmine que los idiotas merecen sentir cuando uno tiene, finalmente, la mente clara. Y todo ésto no se trata de una falsa canalización de energía, de que todos caigan en la misma bolsa. Justamente lo contrario.
Es así cómo prefiero mantener una postura altruista. Escribir, hablar distinto, ser más profundo. Porque se bien que no soy único en el mundo, que existen muchos otros como yo, muchas otras también y que nos cruzaremos a su debido momento. Que todo enseña, que todos esos malos ratos que uno pasa al equivocarse, al golpearse y posteriormente, al desintoxicarse... sirven para que en momentos como éstos, los distintos, les demos al mundo una historia llena de inspiración y brillantez.
G
PD: ser distinto no implica tener una falencia. Significa que tal vez tengamos cabeza suficiente como para ver más allá de la estupidez humana.
Después de un tiempo, mencionar cualquier cosa sobre el siguiente tema representa un creciente placer, algo completamente contrario a lo que uno siente cuando recién termina una relación y por lo general, es el que disciente de terminarla. Todo vive en punto crítico, nada se ubica en el centro, todas son encrucijadas, nadie sabe por lo que estamos pasando, ninguna volverá a ser como ella, BLAH BLAH BLAH. No son más que dramatizaciones incontrolables de nuestras emociones.
Claro que, lo digo ahora que me banqué tantas cucharadas de ése remedio asqueroso que nos dan, llamado "tiempo".
En realidad, no quiero hablar de cómo fue la desintoxicación. Pasé tantas veces por éste estado que ya me cansé de comentarlo. El verdadero punto es que la inspiración volvió en mi y con furia. Volvió cambiada también, mucho más madura y pasados los treinta, como si hubiese ido por el mundo equivocándose, amando, peleando, sufriendo, molestando... y muchas cosas más. Volvió llena de experiencia, eso. Me senté a escribir y fluyó como el agua, llena de imaginación y aciertos, comenzó a deleitarme con pasajes brillantes e incluso, a llenar mi vocabulario diario con frases mejores construidas y no necesariamente metafóricas.
Bueno, que mi cabeza está limpia.
Y otra cuestión: no necesito de la musa física y ajena para hacerlo. Eso es lo que más me sorprende. Últimamente, dediqué todas mis neuronas a creer que YO no servía si no me encontraba en pareja y hasta incluso, que no volvería a escribir bien. No obstante, el pensamiento más egoísta triunfó y al final, todos terminaron teniendo la razón. Para bien, para mí, porque todo lo que desearon y yo no, al final, se dio y es ahora cuando me doy cuenta de que es mejor reaccionar ante una cantidad de cuestiones solo, sin ayuda. Y más que nada, lo inspirador y distinto que se vuelve, cómo es que termina separándote de la gente común. Probablemente sea porque uno está tan concentrado en la relación, dejando que vaya sobre ruedas y que pierda importancia el amor por uno mismo o que simplemente no se vaya todo al cuerno, que uno se olvida de la verdadera razón que lo llevó a conseguirse la mujer que tiene enfrente: por ser distinto.
Ahora, estoy siendo distinto, dándome cuenta de que no sirve hablarle a boludas que no saben distinguir entre hombres que garchan y hombres que cuidan. Que tampoco rinde bancar mensajes de giles que no saben que dar no significa después sacar. Que es mucho mejor ignorar pendejos y pendejas que piensan que con menos edad vivieron más que vos y no lo digo porque me crea más maduro, sino porque la simple edad me hizo vivir más años y equivocarme más que ellos. A veces... digo, para cerrar, querer compartir la percepción diferente del mundo que tenés se vuelve exasperante, porque los mismos ignorantes con los que tratás día a día, no saben cómo ser corteses ante una persona distinta.
El egoísmo es el punto cúlmine que los idiotas merecen sentir cuando uno tiene, finalmente, la mente clara. Y todo ésto no se trata de una falsa canalización de energía, de que todos caigan en la misma bolsa. Justamente lo contrario.
Es así cómo prefiero mantener una postura altruista. Escribir, hablar distinto, ser más profundo. Porque se bien que no soy único en el mundo, que existen muchos otros como yo, muchas otras también y que nos cruzaremos a su debido momento. Que todo enseña, que todos esos malos ratos que uno pasa al equivocarse, al golpearse y posteriormente, al desintoxicarse... sirven para que en momentos como éstos, los distintos, les demos al mundo una historia llena de inspiración y brillantez.
G
PD: ser distinto no implica tener una falencia. Significa que tal vez tengamos cabeza suficiente como para ver más allá de la estupidez humana.
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