jueves, 4 de julio de 2013

Sueño de gitana

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Soñé que me enamoraba de una gitana. Pero de una mujer de sangre gitana. No vestía como las tradicionales, su familia tampoco y sin embargo, sus costumbres se intuían en cada cosa que hacían. A veces mencionaban palabras que para mí, eran desconocidas. A veces, traían platos que dejaban sobre una mesa y que nunca había probado. Bailaban, bailaban como en las películas pero mejor, entre risas eternas e irrompibles. Pero ella... para mí, bailaba más que los demás.

Tenía ojos negros y mi asombro reflejados en ellos. Y una sonrisa con la que sostener todo su exótico rostro. Era todo lo que importaba, no le veía más que la cara (a causa de la ebriedad que me había causado soñarla) y sus manos, con las que cerraba toda frase, como si fueran el último comentario inteligente. Pero con sus manos, que sabían en qué momento posarse y en dónde.

Me comporté como un caballero gabrieliano. Me dejé llevar por su entradora forma de ser y comencé un tibio juego de seducción. Pero no insinué, simplemente distraje, como si de un espectáculo que de amor no tenía nada. La miré, me siguió, sonreímos y disfrutó de la calidez mutua: el momento no podía ser tan perfecto. Cada frase era acompañada por la expectativa de la réplica, aunque fuera de manera trivial. Ah si... la química y la reciprocidad se vestían de elegante al lado nuestro.

Al final, desperté y ella se había ido, sin dar explicaciones. Pero aún seguía en el sueño. La busqué por miles de rincones y hasta dentro de mis escritos. Borré unos cuantos párrafos (de los finales malos), grité su nombre pero sin saberlo. Suspiré, llevando mi mano a la frente, como esperando que todos se hubiera escondido dentro de un absurdo pero no, se había ido. Ella y toda su familia.

La casa era tan grande que solamente recordaba su cara y el resto, era océano. Un gran océano de nada.

¿Podría dilucidar que sin perfección no sería un sueño? ¿Cómo tener por cinco segundos el dedo de dios? ¿Cúando saber si el respeto que mantengo sobre ellas lo confunden con inexperiencia? ¿Debería importarme?

A veces, me pregunto, de qué lado están mis sueños.

G

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