lunes, 9 de septiembre de 2013

DES - confianza

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Hoy discutí con mi jefe y por un error que no cometí. Me llamó "tiro al aire" y me instó a prestar más atención. Más, de la demasiada que ya presto. "Tiro al aire", cuando voy a laburar con diluvio y hasta enfermo. Por supuesto, me sentí despreciado, desestimado, blah, ya que el error constó de dejar los candados del puesto colocados pero sin cerrar. No está de más aclarar que reviso al cerrar unas tres veces, ya que me he olvidado alguna que otra cosa y ha desaparecido, ya que el puesto está en el medio de la vereda. Ni hablar de que atiendo con una simpatía a prueba de bajones y que vendo, claro está. Me agradecen la atención, se rien, toman mate conmigo, me dan propina, vuelven. BLAAAAH. No obstante, mi jefe siempre minimiza mis acciones y ésta no fue la excepción: discutimos hasta que levanté la voz y me dijo, entre líneas, que por ser un hombre mayor que yo, merece respeto...

Este tipo, me trata a veces como si fuera un pibe de diez años. O su hijo. Y yo, de padres, estoy lleno pero, a la vez, vacío de agachadas de cabeza. Fue, no retrocedo más.

Y yo digo: nadie, pero NADIE puede obligarte a pensar que sos de X forma o decirte cómo tenés que ser. Este mundo está lleno de cretinos que te descalifican en todo lo bueno que hacés. O que lo ignoran pero que, cuando te equivocás, te lapidan. Y todo ése barullo que sale de sus bocas no es más que un mute que te ponen para que no seas distinto pero sí, igual de mediocres. Puede que no se den cuenta pero eso de discutir y creerse ellos los dueños de la verdad absoluta, no es más que humo que disimula una vida vacía de latidos.

Pero te arrastran, si los dejás.

Es por eso lo que dije que puntualizo ahora sobre la falta de respeto que me tienen cuando se confían demasiado de mi simpatía. Serán tiempos sensibles míos, me lo tomo muy en serio, qué se yo. Pero lo que sí se es que se confunden, que ésa misma simpatía no es razón para un comportamiento irrespetuoso. Y últimamente, aprendí más a calentarme que a ignorarlos, por ende...

Ojalá fuera al revés.

La verdad es que siguen viendo al cara de pendejo y no al Gabriel adulto, al que no traiciona, al leal y que trata de "usted". No. Ven solamente al pibe, al que sabe poco o se rie mucho, a un mediocre más, de esos que se sumergen en la muchedumbre y cambia de cara, todos los días.

Todos los días.

G

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