sábado, 14 de septiembre de 2013

Poder de decisión

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Tengo muchas cosas para hablar pero no puedo explayarlas todas en un sólo post. Además, no me gusta la diversidad de temas, así que prefiero hablar de uno solo y quedar más o menos claro...

Maso, dije.

El poder de decisión es demasiado para la gente común. Si bien en grandes decisiones de la vida, llegamos TODOS a equivocarnos feo, cometemos errores que más adelante terminamos por arrepentirnos o sentirnos, al menos, con vergüenza; que nos hacen vivir consecuencias no deseadas y ataques de consciencia que nos matan. No a todos, claro está... A pesar de todo eso, hay pequeñas decisiones que uno presta cada día a la gente con la que sociabiliza y que uno lo hace porque es de buena fe, porque está en su naturaleza, porque no es egoísta, etc... pero que la gente convierte en abuso o estancamiento.

Abuso, porque la más mínima decisión logra que se tomen el codo y nos pasen por encima, porque uno presta su confianza y terminan robándote el respeto, porque pueden, porque no les importás realmente. Hay personas a las que les ofrecés un descuento y eligen lo mejor de lo mejor, que les ofrecés un cigarrillo y te vienen a pedir otro, que les das una hora de tu vida gratis y te piden más, que te hacen esperar una hora y te hacen esperar siempre, que las dejás volver porque las querés y siempre se van... y vuelven otra vez... para irse de nuevo.

Duda, porque existen aquellos en los que confiás una decisión y se quedan pensando o no saben qué hacer con tanto poder. Existen personas que no pueden llevar ésa responsabilidad, que te atrasan o terminan por estancarte, personas a las que les das opciones e incluso, confiándoles tu propio ser y nada, se sienten incapaces de sobrellevar hasta la más diminuta decisión. ¿Ejemplos? Si les doy papel metálico o transparente, muchos tardan o hasta responden que les da lo mismo. ¿A dónde vamos? "No sé, elegí vos". ¿Tomamos cerveza o whisky? También podríamos tomar Seven Up pero... ¿Compramos una tele? Puede ser pero, nos quedamos sin plata, pero quiero una igual, no sé... Elegí vos, "YO NO QUIERO ELEGIR" o "¿POR QUÉ YO?". Y el peor de todos: uno no quiere forzar a la otra persona a que lo quiera y, sin embargo, te contestan "yo te quiero pero también lo quiero a él".

Demasiado poder en manos inexpertas y les digo, es algo que veo todos los días. Suelo decirme que exagero con mis ideas, con mis pensamientos, con mis prejuicios pero, la verdad, es que encuentro cada día una razón nueva para creerme diferente y ver al resto como la mediocridad conjunta. Es difícil confiar las decisiones en aquellos que hasta queremos pero, me doy cuenta de que es mejor tomar ciertas decisiones uno y por el bien mayor, porque entre abuso y duda, ya se siente el cansancio de lidiar con esos miles de ojos perdidos en la corriente.

No dejen que los demás tengan ése poder. Decidan por ustedes y por los demás, al menos en cuestiones en que ellos puedan fallar.

G

PD: Durante ocho años, concedí el poder de decidir siempre, a mi ex pareja. Y así es como se volvió ex.

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