jueves, 5 de septiembre de 2013

Sobre una copa de pesadilla

.
Anoche soñé con vos. Y doce horas antes, la tía me contaba que la fuiste a ver, un día después de mi visita. Amazing, simply amazing.

Para variar, te llevo a mis sueños y te sufro. Ésta vez, me rechazabas treinta veces, siquiera sin que yo insinuara algo pero lo hacías, como si hubieses poseído alguna vez el poder para decirme que no. Es psicológico, lo se. Sueño todo aquello que realmente es y siento que está fuera de mi alcance, pero jamás sueño sobre cosas que me hacen feliz, jamás. Es así como siempre formás parte de mi costado oscuro, el que siempre se atasca en el pasado nostálgico y el presente inerte.

No se qué estarás haciendo de tu vida y admito que sigo pensando en vos, cada día. Admito también que mi rencor va a durar años y que también se alimentó desde la primera vez que te fuiste, pensando que no hay algo peor que dar tu amor incondicional y que sólo piensen en las cosas malas que hacés. No te traicioné, no te vendí, no te toqué, no te puteé. Te defendí, siempre, de los demás... pero blah, no me quería estirar tanto.

En definitiva, quisiera ser tan apático como vos, que un día amás como la de siempre y, al siguiente, te metés en sueños y desnudás tu peor costado: el carente de dignidad.

G

No hay comentarios: