martes, 4 de junio de 2013

Sin nada que dec... ¡ESCUDOS!

.
Particularmente hoy, tengo ganas de mencionar varias cosas pero no me terminan de convencer como para justificar un post bien construido. Es más como para una charla de mates y amistad. No obstante, voy a mencionar un par de ítems, al pasar:

- La insípida actitud de la innombrable, hoy a la mañana.

- Los flasheos de la dire, cuando debió gritar "Jumanji" hace ya rato.

- El lobo disfrazado de cordero que no acepta cuándo sentirse derrotado, al menos entre sanas opiniones.

- La capacidad de dejar que las personas hablen y yo siga siendo fiel a mí mismo.

- Los búmerangs que van regresando, por éstos días.

Aclaro una cosa: todo lo que digo en éste blog, lo pienso desde un costado frío y pensativo. Puedo tener razón en muchas cosas, puedo equivocarme en otras tantas más, pero siempre hablo con sinceridad y procurando mantener el mayor temple posible. Ya no quiero ser el presuntuoso e impulsivo hombre visceral que fui los últimos cuatro años, quiero alcanzar un equilibrio entre lo que fui década atrás y lo que aprendí recientemente, equivocándome. No me pidan explicaciones al respecto, lo que digo acá, lo elevo con palabras más neutrales y sin tanta carga emocional (léanme meses atrás y van a darse cuenta del porqué).

Y de frente también, pero más directo y sin análisis de por medio.

Una persona mencionó recientemente que uso mi blog de escudo y me quedé pensando, pero no en lo que dijo ni en el hecho de que sepa bien que no necesito uno de esos. Pero sí en una pregunta, formulada por mí y para mí únicamente: ¿por qué no uso escudos? Es bien cierto, nunca los usé y eso resultó en volverme vulnerable ante todos, incluso para los cuervos que me rondaron y proyectaron sus propios deseos positivos en mí. Sufrí más, enloquecí peor, exploté y por dentro, perdí gente porque así lo quise... pero sin escudos, sin corazas, sin defensas; nada más que mi ego para sustentarme y una promesa a futuro de que la desintoxicación y el ambiente adecuado podrían traerme de nuevo a la luz.

¿Una ventaja? Tal vez no tuve que ocultarme, me quedé en la superficie y lidié con casi todas mis consecuencias.

Creo que está sucediendo, ahora mismo. Pero soy impaciente y eso, de a ratos, me hace sentir un instante de la vida que dejé atrás.

Pero sin escudos.

G

PD: algo se armó. ¿Sale truquito?

No hay comentarios: