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Puede que hoy tenga algo de claridad y dedique unos minutos a autoanalizarme, con respecto a mi situación.
Llevo un tiempo en cortocicuito conmigo mismo y con las experiencias que fui adquiriendo. Por lo general, reniego de echarle la culpa a los demás y sin embargo, me termino enojando por lo que hicieron mal o lo que no hicieron, cuando también debo mirar a quien escribe y empezar primero, haciendo meaculpa de mis errores. Sin embargo, en eso no fallo, hago meaculpa. Luego, existen los gatillos y son de extrema importancia en mi humor diario. Puede que sea responsable de cierta ciclotimia pero, sin embargo, me doy cuenta de las cosas que están mal o que estuvieron así y también, que el pasado pisado quedó y que no sirve crear un mar de lagunas repletas de agua dulce de lágrimas.
Pero el cortocicuito está.
Entonces, el problema soy yo. Y no estoy bien o mejor dicho, de a ratos lo estoy, pero la mayoría de las veces me descompongo y reviento cuan tacho me encuentro en el camino. No tengo paz en mi cabeza y la falta de oportunidades es fácilmente direccionada hacia mis acciones. So...
¿Qué pasó con el detallista? ¿Qué pasó con el caballeroso, el cuidador , el seductor? Hoy, todo lo que queda, es un saco de huesos que nadie quiere ni prefiere recordar. Me siento menos que nadie, tengo dudas constantes sobre mi persona, me veo incapaz de lograr cometidos, de superarme. Estoy atascado y es culpa mía pero, a su vez, no siento las ganas florecer. Todo es gris, todo es insulso, nada llama la atención, nada tiene color más que el pasado. Y esos mismos recuerdos vividos son los que me envuelven en ésta espiral maníaca que no me deja respirar ni ser yo mismo. Por esa razón, es que molesto a personas que no debería ni hablarles, por sus errores y por los míos, los imperdonable y los estúpidos. Es enfermizo, lo se.
Pero así me siento y nada es distinto. Vivo una vida vacía y sin espectacularidad. Las personas que me envidiaron o desearon lo mejor fueron lo mismo: una piedra sin más uso que el de arrojarse lejos y ver cuánto llega. Me odio tanto por sentirme así.
Quisiera... tener... Quisiera tener una sola razón para dejar de comportarme como un idiota y que no sea la de sentirme bien conmigo mismo, porque no me llena ni me conduce al comienzo de una vida buena, sin deterioros ni desánimos.
Ayuda, eso es lo que termino queriendo.
G
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