domingo, 25 de diciembre de 2016

24

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Trilogía: parte uno.

Me gusta levantarme con música que ponga pilas, aunque también adoro hacerlo en silencio. Y detesto con el alma que interrumpan ese silencio con cumbia.

Te voy a decir lo que significa para mí las fiestas, cada año: la falta de alguien. Nunca estamos completos. Me he sentado durante años a la mesa, esperado disfrutar de la comida y de lo nuevo que mi vieja se atrevió a armar, esa nueva familia y, lamentablemente, salvo en los primeros años... me he sentido fuera de lugar. Con el paso del tiempo, me he envuelto en una maraña de cuentos y chistes malos, donde me convertí en némesis y en fiel reflejo de las peores épocas de mi viejo.

De mi viejo posta, sí.

¡Tadaaaán!

Giro.

No tenés que entender, tenés que leer y luego, entender.

Si me preguntás, no creo en eso de querer limpiar la casa y cocinar todo el mejunje justamente el veinticuatro, porque es VEINTICUATRO Y MIRÁ, SÉ APRETAR CAPSLOCK. Espacio, espacio. No, no me siento a gusto en éstas fiestas, primero porque siento la tristeza de mis hermanos y mi vieja, reptando cada día a mi alrededor, arrancándole hojas a este libro de trescientos sesenta y séis páginas, hasta que no quede más que el final y elijamos pasar a otra historia. Volviendo a lo que mencioné al principio, no me siento el empleado del año porque decido dejar brillando todo solamente el veinticuatro, me siento tal porque lo hago el resto del año y nadie se entera, porque pienso que los demás no merecen vivir entre la suciedad, que es mejor no tirar el papel en vez de barrerlo después y todo eso.

Lo cual me lleva al punto en el cual no puedo predicar desde el fondo del cajón en el que me pusieron. Si tuviera que declarar mis bienes familiares pseudo sentimentales, debería decir que estoy en quiebra, que tengo menos fama que el nombre de la persona que no te acordás. Dicho eso, se que la mayoría del tiempo no importa, salvo cuando quiero que mis hermanos menores aprendan algo de respeto u orden, no hacia mí, sino hacia sus propias vidas. Dicho eso y gracias a todo lo mencionado anteriormente, soy el peor ejemplo para hacerlo: he vivido los últimos años de mi vida dándole crédito a quien predicó lo peor de mí, hablando de mis defectos sin siquiera sentarse a identificarlos como tal, eligiendo convertirme en manzana podrida y haciéndoselo saber al mundo, dejándome para el final.

Y es por eso mismo que no me siento mal.

Tampoco bien, atajemos.

Fue sólo un ejemplo, de tantos.

A veces, la gente necesita de archienemigos para distraerse, además de la televisión. No existe manera de hacerles entender que están haciendo las cosas, tal vez no de manera incorrecta, pero si dolorosas para otros. Muchas veces tienden a olvidarse de datos importantes, como que te tomaron bajo el ala y luego, se arrepintieron sin darse cuenta o algo por el estilo. Yo no sentí el mismo nivel de apoyo como lo vi sobre los demás, que cometieron peores faltas que yo. Y me pregunto, a veces, si soy uno de los que piensan en equipo...

¿.. por qué me siento a la mesa navideña sintiendo que soy el personaje menos elegido?

Lo sé, lo sé, estamos cosechando décadas de siembra y en un escenario que la consecuencia eligió por nosotros.

Quisiera que mi vida fuera así hasta hoy.

Voy a generar el climax en la segunda parte.

G

PD: ¿por qué nunca posteás una foto de él?

lunes, 19 de diciembre de 2016

Antes del desayuno

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"Te vi...
juntabas margaritas del mantel.
Ya se que te traté bastante mal.
No se si eras un ángel o un rubí.
Oh, simplemente te vi..."

Se encoje de hombros.

Ja, quiero seguir cantando.

Creo este post un diecisiete de diciembre y no tengo idea de qué hablar, pero tengo ganas de escribir. La realidad es que desperté sin ideas y, por lo general, cuando despierto "con", creo alguna nueva historia, sin recurrir a blog. Y a veces, tengo ganas de volver a escribir cartas, porque soy un anticuado, porque estoy enamorado de las letras de pulso. Este blog, que me hace dudar de la impersonalidad que representa, aunque la mayoría que lea al escritor lo conozca... a excepción de esas estadísticas que aparecen en Francia... xD noviembre fue un mes raro, pero los saludo, por si las moscas.

Comunicar es bueno y en la mayoría de los casos, lo ÚNICO bueno. El tema con internet es que nace como creación humana y por lo tanto, comparte sus defectos y la facilidad para corromperse, para convertirse en vicio. Por ejemplo, si entro una vez por semana a Facebook, es mucho. Me siento reluctante (¿reluQUÉ?) a leer ése panel de noticias diarias insignificantes. Todas reclaman "mírenme, miren lo que hago" y, a veces me pregunto, si salís a la calle y te tomás un colectivo o levantás el teléfono para hacer una llamada. ¿Sabés si todavía existen las gratuitas? ¿Ni idea? Con los datos estamos bien. Digo, esto se torna en crítica, pero marca mucho la diferencia ver gente sentada a la mesa con vos y meterse de lleno en el celular. Antes se quejaban de la tele prendida... so...

Bueno, calculo que si pongo en Facebook una propaganda de mi blog es porque...

BRLBRLBRLBRLBRL...

"TODO LO QUE DIGA ESTÁ DE MAAAAS,
las luces siempre encienden en el alma."

BRLBRLBRLBRLBRL...

Mi abuela se quejaba de ciertas cosas, como de la tele a la hora de comer, pero tenía razón y hoy me parece peor. Se que una va a mirarme de reojo, ja.

Es sólo una observación.

Un poco me siento exiliado de todo lo de otrora porque no me identifico con esos pequeños detalles. Ella me invita acá y allá pero yo declino tantas cosas, tantas que me va a dejar por otro. xD (Se viene el golpe de hombro) Aunque es como se sienta uno, digo, si uno tiene ganas de clavar la mirada en la pantalla todo el día, está en todo su derecho y, digo, si... DIGO, otros extrañamos dar cartas de puño y letra y algunos pocos, hablar mientras se come.

Es un rubick, lo sé.

Puede que yo me quedo con esta efigie de pasado, porque así decidí ser y desayunarme palabras, antes de poner la pava.

En fin, es sólo una observación.

"Me gusta estar al lado del caminooo...
fumando el humo mientras todo pasa."

Me encantaría poner esa frase de título.

G

martes, 13 de diciembre de 2016

Compañero egoísta

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Vos decís que ambos esquivamos la mirada.

Y mi respuesta es "multipase".

¿Es necesario el chiste interno? ¿O más necesaria la apreciación? He visto los ojos de quienes me leen y se que disfrutan con mis pasajes, no con el contenido. Muchas veces soy consciente de que les gusta leerme, aunque no seguirme y, por momentos, estoy contento con ello.

A veces, no.

Ella me pregunta algo sobre el momento en el que primero cocino para dos y luego, me siento a comer. En principio, no entiendo la naturaleza de la interrogación y decido hurgar en el sentido común, eligiendo poner mi mente en su lugar. Y me habla sobre reacciones, la manera en la que actúo frente a cada bifurcación en la vida, por más simple que sea. Claro que, la voz mental es exageración y es ella quien me explica el porqué de la pregunta y me río, viendo su cara de confusión al mostrarle mis mejores gestos de comodidad.

"Es la reacción, la manera en la que avanzás pensando de a dos", dicho con mis palabras. Y agrega "veo que no tenés problemas en estar solo, pero no entiendo esa dualidad, cómo es que reaccionás siempre pensando en quien tenés al lado."

Lo tomo como un cumplido y decido responderle con un gesto de hombros.

¿Es posible? Durante mucho tiempo estuve en crisis con mi autonomía y, en consecuencia, el resto de las conexiones no funcionaban. Ahora, salgo del solitarismo y le doy a ella todo lo que alguna otra mujer recibió, cuando cruzó fugazmente mi vida. "Vas a encontrarte mucha gente que te diga lo contrario y hasta te respondan con negativas que escondan envidia, pero siempre la verdad sale a la luz, lo quieras o no, siempre ves al compromiso y a la lealtad con muchos mejores ojos que al resto". Ese mismo resto, digo... que preferís emparchar con perdones y barritas negras.

Y eso me lleva a sentirme seguro de creer que no estoy detrás ni por delante de nadie, porque YO siento que puedo ir a la par. Dije que en la trilogía hablaré de mi soberbia, aunque existen ciertas experiencias que se predican solas y cierran bocas con sonrisas. Ironía: arreglar mi autonomía antes de proseguir con mi parte colectiva; sin embargo, en gran parte de mi vida siempre me sentí seguro de ser egoísta y compañero, a la vez.

Diccionario: autonomía, una obviedad. Colectividad, la capacidad de socializar.

¿Podés decir lo mismo?

Ella me mira de reojo... ¬¬

"Te vas a esforzar por sentir mis defectos y yo, por sentir su insignificancia."

G

sábado, 3 de diciembre de 2016

Puntos ciegos

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Cincuenta y trés visitas a Inocencia Perdida. Noviembre fue un buen mes para postear.

Por otra parte, he tenido un par de semanas donde posteé más de cinco veces pero es común... a medida que llega fin de año, me dan más ganas de escribir en blog que en el resto del año y no encuentro mejor manera de entrenar para la trilogía.

Ella me pregunta porqué me resulta tan fácil contestar tranquilamente ante conflictos inminentes o desacuerdos, a lo cual respondo que no siempre fue así. Es más, puede que no resulte siempre así. Existe una parte de mí mucho más bulliciosa e impulsiva, donde reacciono más como la brújula de Jack Sparrow, que sabe donde apunta pero pocos saben leerla... aunque no siempre sea de ayuda para el resto.

El punto se halla donde uno deja de preocuparse por la estabilidad de ciertos lazos, cuando uno deja de mirar con ojos dulces a los que uno está acostumbrado a tratar. Y yo, pasé la parte más difícil, que fue la de aprender a sobrellevar a mi familia, con sus escondidos y profundos problemas de entendimiento. Superada la prueba mayor, el resto me pareció algo rutinario. Dejás de mirar hacia ciertos puntos, como cuando una persona no mira lo que realmente le gusta, para no quedar en evidencia, con la salvedad de que no lo hace porque no le interesa. O ponés barritas negras, de manera que puedas mirar alrededor pero no en el centro, donde sabés que hay algo que no te conviene ver... Es carne muerta, dicho de una manera abrupta y, si bien llegan los momentos en los que uno se plantea si es correcta esa manera de proceder, nada podemos hacer en contra del entrenamiento de la raza humana... nada se puede hacer con el animal que se acostumbra a comer sobre la mesa.

La comparación es exagerada, aunque tomo el concepto, el "infinitivo", para denotar que muchas veces la flecha apunta hacia adelante y nuestra naturaleza la sigue sin poner objeciones.

Pffff.

Por otra parte, le confieso que mi primer pensamiento fue mucho más soberbio y amargo, para terceros.

"Puedo ponerme a la altura de otros, aunque otros no puedan ponerse a mi altura."

De mi falso narcisismo hablaré en mi próximo post.

Por ahora, me voy con un golpe en el hombro.

G

martes, 29 de noviembre de 2016

La máquina de escribir imaginaria

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Mi subconsciente lo sabe antes, así como escribe posts con días de antelación.

La psicosomatizacion es una de las habilidades más relevantes en la mente del ser humano. Uno puede sacrificar un poco de salud en pos de lograr el temple o los nervios de acero, según la situación lo requiera.

...

...

...

Perdón, me fui a baldear la casa. Parece que la gente prefiere sentarse a desayunar o a depilarse las piernas antes que limpiar la mierda que aromatiza sus ambientes.

Verídico.

¿Tan difícil es de entender? Existen necesidades de primera mano, que requieren atención inmediata y lógica, así como ciertas actitudes merecen de segundo pensamiento... esto es: en mi post anterior me explayé sobre la manera que tengo de expresar ciertas experiencias y sus posteriores impulsos o sensaciones, exclusivamente cuando interactúo con el mundo. La gente tiende a creer que soy una persona llena de rencor y negatividad pero, ¡miren a sus alrededores! Cada día se suceden nuevas desconsideraciones y nosotros las dejamos pasar como si nada, como si no quisiéramos sufrir el momento o producir el choque, porque duele o genera malestar. Así es como nos acostumbramos a vivir, ignorando del todo los errores ajenos o utilizándolos de barritas negras que oculten los propios.

Es curioso, para mí, desde mi réplica en el post anterior que quedé pensando en cuál será el rumbo que mi "ojo observador" tomará. Me gustaría que fuera algo más filosófico (carcajadas), aunque... si vamos más allá y nos animamos a sincerarnos... creo que todos buscamos el punto "Shinji", donde todos los gustos convergen en una sola personalidad, donde no existe más la "colectividad individualista" y las almas se unen, gritando al únisono "¡UTOPÍA, TU ABUELA!" Je, todos queremos en algún punto generar una crítica positiva sobre nuestras "creaciones", aunque no siempre podemos coincidir, ¿no? Será por eso que jamás cambio el tono del blog o busco conformar a dos, a la vez, no existe manera de entender o conformar a la audiencia desde todos los ángulos.

Y para mí, eso está perfecto.

¿Ven? Dicho de mí, es todo un acontecimiento, del que sólo quienes realmente me conocen, sabrán a qué me refiero.

Dejando los chistes internos, la noche de ayer soñé que volvía a cometer una maldad. Cuando desperté, fue riendo a carcajadas, ante lo absurdo de la idea y la revelación implícita en la parte onírica. Al final, decidí sentarme a saborear otro post, mientras ella sorbía su café y me miraba desconfiada. Sabe que esto es un legado del que luego tendrá que hacerse cargo, quiera o no.

Aunque pueda elegir no hacerlo.

O simplemente, no quiera que termine mi post.

G

domingo, 27 de noviembre de 2016

De vez en cuando, al lector

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Me encanta que me leas, pero no ves el cuadro completo.

Seguime la corriente, al menos con las siguientes líneas.

Los ejemplos que uso, por lo general, tienen que ver con las últimas épocas de mi vida y, evitando ser hipócrita, he tenido momentos increíbles con las mismas personas de las que luego me distancié. Ahora, habrán notado los nuevos que he mencionado varias veces a mis "ex amigos", porque he pasado más tiempo con ellos que con mi familia, al menos en la última década.

Por suerte, se que no guardo rencor y honestamente, deseo en gran manera que a cada quien le esté yendo de maravilla o, al menos, no mal. Rencor es para los que hablan mal de uno a sus espaldas y no tengo otros ejemplos porque mis nuevas experiencias son exclusivamente felices (ingenuidad aparte, que duren toda la vida) y no tengo tiempo para criticar a los que quedaron atrás. Los recuerdo y son ejemplo, porque sólo busco analizar el significado en mi cabeza, muy a pesar de lograr ofender a más de uno. Más allá de eso, no busco descargar ni mentirme para estar contento, tampoco me junto con gente que sólo me dice a todo que sí o tener un tercero en común para criticar. Es más, me siento mejor si mantengo mis histerias lejos de esa misma gente.

Perdón.. jaja, me causa gracia que la gente se congregue para criticar a otros, te lo juro. Es muy chistoso, porque vos ni pensás en ellos, pero ellos sí piensan en vos. =P

Si leen mi blog y saben quién soy, deberían de entender que mis posts no son constantes críticas a terceros, sino que están llenas de autosabotaje a mi ego. Me critico más de lo que "remarco" en ellos, siempre hago meaculpa y me hago cargo de mis errores.

Vuelvo a decir, me alegro de que ya no me sufran. ^^

Honestidad brutal: soy un desastre y la mayoría de las veces, no soporto mi neurosis. Por eso es que confío en el escritor y soy consciente de sus humores, que van y vienen, eligiendo mantener este lugar en base a mis defectos y no de mis virtudes. Mi parte buena es algo que prefiero regalar a quien tengo frente a frente, a la vez que convierto lo malo en perspectiva, en análisis. Digo, blog es para entender porqué tengo un caracter especial, no para usarlo de Facebook.

Y esa es la verdad universal gabrieliana, te lo juro:

"Tengo un problema serio de confianza en la gente. Podría decirse que desde fuera se ve como que estoy en una época de desagradecimiento y autosabotage. El problema no recae en lo que piensen los demás, ya que importa más solucionar mi situación personal que forzar una careteada generalizada con mis alrededores. Ahora, desde primera fila, se siente cómo Gabu pierde terreno en pos de la confianza humana y más con quien tengo al lado. Eso no significa que "el de al lado" tenga la culpa,  nadie es culpable ante los ojos del perfeccionista (histérico, para las masas). Y es por eso mismo que no echo culpas, más allá de mis berrinches pero, aún así, me siento cada vez menos crédulo con respecto al alcance de la pareja, de la familia y de la amistad. Se bien que todo recae en una simple falta de aceptación de mi parte sobre los hechos negativos o en una dramatización exagerada de la rutina sin resaltar, lo diario y común, como la innegable necesidad de respirar. Todo, absolutamente TODO recae en mis actitudes. Pero aquí me encuentro, ignorando a la familia, insultando a amigos, guardándole rencor a una pendeja, negándole una sonrisa a la de sobretodo rojo."

Guardado en borradores el 5 de octubre de 2013.

Tengo amnesia, muchas veces soy un desagradecido pero qué le hago, ya no alcanza con tomarme un colectivo.

O dos.

Quiero cerrar con una pequeña devolución: leé el post completo, leeme entre líneas, proyectame en él, imaginá en tu cabeza cada palabra que digo y encajá las piezas donde corresponden. Una de las cosas que no tolero es que tomen convenientemente partes de cada post y las usen para criticarme. Cuando escribo, elijo creer en "el todo" y no en "lo selectivo" o en "lo que me conviene ver". Lo dije en "Inocencia perdida", mi falta de creencia en la gente no es sólo por los amigos, sino con el mundo entero, porque mi insoportable personalidad dualista no encuentra su lugar. Supongo que sin ella a mi lado, soy el mismo gruñón de siempre. ¿Entendés? Dije "todo el conjunto" y usé ejemplos directos, pero fue un todo. Plus, admito que tanta metáfora puede confundir la lectura, poseo el estigma de escribir y conformarme con que lo entienda únicamente el escritor.

Acepto el comentario, agradezco la réplica. No me ofende que me describan desde fuera, soy consciente de lo repetitivo que me pongo y puede ser éste un punto de inflexión, donde decida aplicar nuevos ejemplos. Después no me vengas con que ya ni los menciono... xD Sin uso del sarcasmo latente, acepto que me digan lo que hago mal, CUANDO lo hago mal.

Pero leé todo, sin barritas negras.

Espero haber despejado tus dudas.

G

PD: Ya veo el golpe venir, dije "supongo que sin ella...", je.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Post sexo

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"¿Por qué dejarías la puerta abierta? No quiero que traigas un amigo. Te lo dije, soy un tipo tradicional y la lealtad es mi tipo de sangre, digo... ¿Por qué conceder algo más que compañía? ¿Por qué siempre el hombre? ¿Por qué las poesías? Quiero cortar rosas para vos y plantar nuevas sobre tus experiencias viejas, sembrando con ideas frescas y luego regar con un poco de tinta. Entonces, ¿por qué arruinar la magia? ¿Por qué hacerle creer al mago que no vale la pena sorprender?¿Por qué harías eso?"

Eso estaba en mis borradores. =P

Ella se inclina y al mundo se le resbalan unos cuantos jarrones. No es necesario pero si, mi necesidad. El amor es la evolución de la misma, un ser de antaño que sólo piensa en comer y procrear pero que tarde o temprano llega a la lógica, sólo para mezclarla con el sentimiento "más puro" y diluir la raza, crear la psicología, analizar cada hueco del alma sólo para darle nombre y no solución.

Pura ciencia, dicen.

Pero qué digo, si éste post es una imagen de mí, caminando sonámbulo.

Ella me pregunta porqué me sorprendo de que la gente, hoy, me pregunte sobre cada post o que me den su opinión e incluso, que busquen entender alguna frase o celebrar el talento. Le confieso que, meses atrás, la gente me leía pero no escuchaba; habían perdido la empatía hacia el escritor; ya no se sentaban conmigo a entender lo que me pasaba o, al menos, a charlar un rato sobre el instante que se encriptaba en mi cabeza. Prosigo, con una revelación sobre el cansancio del que ni ellos mismos se daban cuenta, de la falta de honestidad con sus alrededores; también con la mentira que usaron para disfrazar sus burbujas, creyendo que todo iba a continuar como la seda y que finalmente explotó, dejando a varios sin el pan y sin la torta. Digo, eso fue lo que predije... El escritor fue más inteligente y sutil, contando historias con moraleja, sermoneando a la literatura con aburridas aunque talentosas líneas en este blog.

Le digo que no fue un grupo de lectura en particular, sino todo el conjunto, todo mi mundo, la misma toxicidad que yo creé y de la que tardé en hacerme cargo.

Ella asiente y admite que las culpas empiezan en uno mismo.

Y si, es literal como lo cuento, es así que salen las palabras de mi boca. Tal vez puedan reprocharme algún artículo, un "el", un "la", un "lo", pero todo es verídico y aburrido. (?)

No se cómo hace para reírse de mi verborragia. Hasta usa mis tópicos para analizarlos luego del sexo, sin pucho ni sonido de por medio, solamente el tono de su voz, acaparando renglones en la oscuridad.

¿Qué más puedo decir?

Me voy, despertando de éste sonambulismo tan maravilloso, saboreando la idea de haber creado otro post cero nicotina.

G

sábado, 19 de noviembre de 2016

Inocencia perdida

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Podría decirse que escribo este post con los ojos cerrados.

En realidad, quise ser más dramático al empezar, pero se que estaría vendiendo humo... xD Y no queremos que los fantasmas se asusten o se ofendan.

Mi post anterior despertó ciertas ideas que llevaba tiempo gestando aunque sin lograr visualizarlas por completo. ¿A qué es lo que apunto? ¿Por qué actúo como mi viejo y tiro al tacho lo que no me sirve? ¿Estoy destinado a ponerme peor, a ser un viejo amargado que critica todo lo que no le gusta, lo que no le depara propósito? Si es así, ¿es mejor que la gente no te quiera, no te llame, no se preocupe? No se hagan cargo los nuevos, se que tienen cola de paja. O las nuevas, no se, creo que también hay mujeres. (?)

Le digo a ella "me estoy pareciendo mucho a mi viejo, alguien lanza un comentario o un perro vecino ladra y lo primero que pienso es en reprobación". Me mira extraña y le digo que ella es nueva, que está eximida al menos por un año y me pega en el hombro, como es su costumbre. "No quiero ser un viejo de mierda" le digo, sin sacar del bolsillo las barritas negras de censura. "No quiero ser tan amargado, quiero dejar de preocuparme por los defectos ajenos como dejé de preocuparme por el dinero y no quiero dedicar mi vida entera en perfeccionar mi comportamiento..." Ella me mira en silencio, aunque realiza una mueca, tratando de generar palabras o continuar con la conversación, aunque se exactamente lo que está pensando y aún no entiende, porque yo lo veo y se bien qué hacer... pero soy un retrasado mental cuando se trata de vivir la vida.

Talento y calidad, eso puede improvisarse, aprender y hasta mejorar. Los impulsos... la ansiedad... los puntos suspensivos... no se pueden controlar constantemente. El pensamiento lógico ayuda pero estamos hechos de carne y hueso, somos seres estúpidos y egoístas, con el peor defecto en la historia de la humanidad: LA AUTOESTIMA. A veces me miro y entiendo que no puedo arreglar lo que está roto, que ella piensa "de eso se trata la vida" y no sepa cómo decirlo. Y a veces pienso que mejor debí de ser minero, que debí de trabajar 24/7 y dejar que mis pensamientos los enterrara un derrumbe. Le digo, "no es fácil estar en mi cabeza, la gente se da vuelta cuando empiezo a hablar de mis problemas, a excepción del blog, donde todos leen y nadie comenta". xD

(Mentira, muchos lo comentan en persona)

Sin embargo, en mi post anterior hablé de lo mucho que extraño a Gabriel y no es porque ahora soy algo indeseado, sino porque hoy por hoy juego seguro, ya no me arriesgo, no le doy un centímetro más de magia a cualquier persona que no crea que lo merezca. Se que no tengo derecho a ser así, creo que la vida es algo más que negatividad y criticismo, pero muchas veces creo que no encajo en un mundo que prefiere que le mientan y le digan que hace todo bien. Saben, en su momento, hubiera dado lo que fuera porque algún familiar o amistad me cacheteara y me dijera que estaba haciendo todo mal.

Y eventualmente, uno elige compañías más dispuestas a asentir que a resaltar.

Si me preguntás, lo mío es un berrinche.

Hace algunos años, recuerdo que en mi apogeo del fandom, les dije a mis ex amigos que quería construir un pueblo en el medio de la nada y que quería llevármelos a vivir conmigo. Recuerdo haber sido ingenuo y lo deseé con locas ganas, poque creí que era todo lo que necesitaba.

Mmm... lo veo mejor en una nueva historia.

Me fui a pensar un título.

Y a escribirla con los ojos cerrados.

G

viernes, 18 de noviembre de 2016

La aguja del pajar

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Pero tienen que haber consecuencias.

Enseguida me di cuenta que lo de Civil War fue una pelotudez, aunque algo más había de fondo y solamente podía resolverlo si me alejaba del pizarrón.

Me doy cuenta que soy adicto a las malas decisiones, no... reformulemos... soy adicto a los defectos ajenos. Bueno, ya dije varios posts atrás que esa fue la razón por la que tiré todas mis amistades al tacho, reformulo... del porqué las alejé, reformulo... del porqué decidí alejarlos de mis malas actitudes, ya que no pude evitar usar esos lentes 3D... como si fueran tres defectos grandes para cada uno.

Cliché.

Ya se que te gusta leerme, ¿creés que no consulto la cantidad de visitas diarias? Estoy en promedio por post de cuarenta lecturas, un toque más, un toque menos.

El tema es, cuando ella no está, cuando nadie me ve, me vuelvo ciclotímico y luego, digo que ya estoy curado. No, no miento, digo porque son mis mismas cuerdas vocales pero no la misma personalidad y es que dividido me siento, viviendo la vida por partes, tal vez... tratando de abarcar de todo un poco y obteniendo nada, creo... tal vez. No es que no "posea" presente, el problema es que por momentos no me conforma y extraño, eso, extraño y luego, tengo impulsos, quiero SER Gabriel y ARROLLAR o ser recordado, aunque esté quemado. Eso lo se muy bien, le cerré la puerta a todo lo viejo, a costa de haberme puesto en la lista negra de lo pasado y pisado.

¿Será sólo un impulso? ¿Será sólo ciclotimia? Ella me dice que estoy bien, que es normal, aunque noto la mirada de reojo, a la vuelta de la esquina. Demasiados puntos suspensivos, lo que me cuesta acostumbrarme a lo bueno o a lo nuevo, a veces quiero que mi vida sea como la de antaño, al menos en el punto en el que todo estaba en su lugar. Existen días en los que prefiero mirar atrás y entrar en pánico; existen también los que avanzo a paso firme y me llevo al mundo de la mano. Lo sé, demasiados pensamientos, tal vez remordimientos, lo sé, ella me abraza y cierro los ojos, pero se que unos instantes después se alejará y volverán a mí esas ideas.

A veces quisiera que alguien me dijera "gracias" a través de un llamado, por la cantidad de veces en las que me molesté en preguntar cómo andaban... ésto parece uno de esos días en los que extrañás a tus exs pero no son tus exs, son tus ex amigos, jaja. Bueno, es más profundo que eso, es como perseguir una idea, no un par de detalles en el cuadro, sino extrañar el cuadro completo, dos, tres, diez detalles, un presente perfecto.

Aahh... pero está lo nuevo. Y está ella, que vuelve a ver si aún sigo con el mismo post.

Ese es el problema, no quiero que sólo vengan cuando estoy bien.

Creo que encontré la aguja del pajar.

Sorry hun.

G

sábado, 12 de noviembre de 2016

Malabares de desván

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¿Por qué no fotos pero sí escritos? Prefiero contestarte con este blog y con otras 237 páginas de "El cazador y el demente".

¿Quién pregunta? Locuras mías, aunque ella se inmiscuye en mi pasado, sin intención de ofenderme y lo hace porque la peli trae el sujeto a colación. Yo prefiero dejarme llevar y que el tazón de pochoclo se vaya al suelo, pero ella ríe y yo, no puedo evitar seguirle la corriente. Tampoco puedo ignorarla, sus oídos son míos las 24 horas, mis palabras... algo que ella prefiere adorar y no ir tirando en recovecos. No es perfecto, pero tiene algo de dulce, como el pochoclo.

Que si fui infiel... ssss... jajaja, pregunta importante si las hay... (?) Contesto por reflejo que la respuesta está llena de justificaciones y ella sonríe, interpretando el "sí". No importan las razones, digo, importa cómo la gente cambia alrededor de ese tipo de traición, cómo toda consecuencia se justifica porque uno de entre tantos millones fue pionero o produjo envidia.

Recuerdo un detalle, algo que sucedió antes de que fuera infiel: esa mujer me dijo que jamás iba a enamorarse del escritor, como motivo de terminación. A la semana, estaba yendo al cine con otro flaco, un conocido de su entorno. Puedo evocar con facilidad los detalles, los mismos que ella decidió contarme, hasta el punto en el que se besaban "apasionadamente" (jajaja) en la puerta de su casa. No la juzgo por ello, quiso ser honesta y cada quien es digno de hacer con su vida lo que quiera, aunque a veces hay que mirarse primero en el espejo antes de juzgar a otros... ¿no? Puedo señalar con el dedo pero nunca debo dejar de mirar si antes, el torbellino lo generé yo. Le repito que no juzgo ese tipo de acción y ella me dice que soy terrible, riéndose divertida, aunque la ignoro y agrego que cada quien es responsable de su entorno, de a quienes afecte con sus decisiones y hasta de cansarse de ser paciente.

Me mira por unos segundos y yo se que esa mirada me declara inocente, así que rápidamente le contesto que nada me absuelve del pecado pero que no vivo del rencor pasado. Ella replica que parezco una persona que vive de fantasmas, no de ése odio que atora a la gente en toda manera de sentir a futuro.

"Peor es vivir del rencor, cuando no sabés usar la lógica del corazón", le devuelvo.

"CUUUUURSIIII" grita y el bol se va al suelo.

G

domingo, 6 de noviembre de 2016

Melodía, vieja amiga

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Llevaba unos siete años sin escuchar Kiri, porque ciertas circunstancias convirtieron la canción en olvidable, como sucede con tantas otras y cuando involucra parejas ya disueltas. No es que fuera mala o algo terrible pasó en el medio, creo que la cuestión pasó por falta de compromisos y eso... volvió cada monumento plural en muchos recuerdos singulares, sin peso.

Esto es, intrascendente, fácil de olvidar.

Historia corta: he tenido algunas buenas como estandarte de relaciones y que luego, mis exs las han convertido en nuevos buenos momentos con otras parejas, dejando que esas mías o "ex" nuestras se pudrieran en el fondo de un cajón. Es algo de momento, no es que dure una eternidad, aunque intensos momentos son... pffff, situación de vida o muerte... (?) Puro melodrama, que con el tiempo se convierte en tragicomedia. Y por supuesto, de una tensión rayando lo insoportable y de título "infelicidad".

Hoy mismo, escuché Kiri en brazos de ella y, contrario al ejemplo anterior, pasó de ser tabú a convertirse en un recurso valioso. Me perdí con los ojos cerrados, preguntándome qué pensaba ella mirándome tan distendido, si se preguntaba a sí misma mi inconsciencia es todo lo que necesita para sentirse completa. Bueno, puede que haya sido un divague mío, aunque los gestos no traicionan, dicen algo... forman nuevos pedestales, nuevos estandartes. Confuso, ¿no? Puede que la espiral en la que incurro en este instante sea "el todo", lo que me importe en este blog.

Puede.

Tantas veces me han robado canciones que jamás me pertenecieron, que sentí Kiri era bienvenida a formar parte de la nueva familia.

Ouch, ella me va a matar.

Siempre tendré tiempo para revanchas.

G

miércoles, 2 de noviembre de 2016

La mitad del remordimiento

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Ella me pregunta porqué mi teléfono apenas suena. Se da cuenta rápidamente de que no tengo amigos o contacto, digamos... al menos en ello basa la pregunta, argumentando que se siente extraño, entre curiosa y esperanzada. Otra vez siento que la respuesta pueda asustar hasta la más pequeña de sus valentías, pero respondo, porque mentir no puedo y disimular, me produce alergia.

- Lo alejé, porque me volví caprichoso.

Bueno, siempre lo fui, aunque no el primero de todos. Estoy lavando los platos que usamos hace unos minutos y pienso en la cantidad de veces en que me ofrecí a hacerlo, porque era buena actitud o porque ni lo pensaba, porque estaba ahí y quería ser un engranaje más en la rueda. Le hablo y pienso a la vez, sabiendo que odia leerlo después en blog, pienso que me aliena la falta de honestidad o el uso de la lógica. Pienso que detesto separarme de gente que aprecio aunque no detesto extrañarlos, aunque sienta que es sólo debilidad que estoy mejor sin criticar más que a la soledad o a mí mismo, criticar a la única persona que no ignora los buenos consejos y respeta los malos, DIOS... odio que respeten mis malas decisiones... y que desechen las buenas.

Le hablo sobre el respeto, que no puedo juntarme con gente a la que prefiero mirarle el defecto y no la buena actitud. Por otra parte, me doy algo de coraje y le pinto mi buena voluntad, le explico que todos prefieren ignorar mi costado objetivo y prefieren respetar los malos caminos que elijo. Agrego que me cansa ser tan humano y rodearme de los mismos, que ya nadie hace el esfuerzo por querer en vez de aguantar, por ganar en vez de esperar una oportunidad...

Acabo de arruinarla, lo se. xD

Me mira sorprendida, aunque intenta una vez más preguntar desde la curiosidad, tal vez insistiendo sobre el descubrimiento y no la noticia del día, la charla efímera, como el cigarrillo luego de hacerlo. Me mira dos veces y me abraza, vaya a saber porqué, cuando debería de salir corriendo y sin dar explicación alguna.

- Tengo lo mejor, pero soy como un cañón cristalino.

"¿Un qué?" Ja, "comentario gamer", un cañón que dispara de manera potente pero es totalmente quebradizo. "No estoy hecho para cualquier mano", respondo y ella sonríe por tercera vez, guardándose el resto de las preguntas bajo un beso, creo, porque ya no estoy lavando los platos, si dejando que el cuerpo piense por mí, tal vez atareando a la mente con menos gramos de vueltas y más palabras para este blog.

No se a dónde me llevará este giro y es por eso que lo relego al escritor.

G

martes, 1 de noviembre de 2016

El peso de lo efímero

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Ella lee uno de mis escritos y se vuelve adicta. Dice que quiere ser mi fan número uno y yo, me río. Enseguida crea una expresión rayando lo cínico y lo sarcástico, golpándome fugaz el hombro con la palma de su mano. La miro detenidamente, en silencio, en serio, por primera vez en mi vida, sopesando la consecuencia de mi respuesta... un tanto genérica y contagiosamente colérica, por decirlo de manera bruta.

- Todas quisieron ser mi fan número uno.

"Yo no soy cualquier fan", responde y de manera obvia. Ella no ve la melancolía detrás de mis ojos de vidrio, eso queda para mucho más adelante, luego de haberse equivocado varias veces adivinando lo que suceda en mi cabeza y cómo mi cuerpo lo manifiesta... Serán demasiadas horas de observación, demasiadas veces se tendrá que ir a marzo, así como yo he reprobado "saber femenino" tantas veces. No, no sos cualquier fan, pero vos estás sobre la mesa y lo sabés, aunque también sos consciente de que tengo un ropero lleno de fans disecadas y guardadas en folios, para que se conserven en su forma de recuerdos y, sin tener una razón sensata, no se echen a perder. Quiero decirte, cada vez que ellas me han dicho lo mismo que vos, cada vez... me fui asombrando un poco menos... Y la primera, pffff... la primera fue unánime...

Dios, quisiera volver a creer que es la primera.

"Hoy, escribo para vos" dije y luego, te besé, porque estoy programado para ser novio. También estoy programado para que se me rompa el corazón y, ninguna de las anteriores han reparado en las consecuencias, sino que han soltado una inmensa cantidad de promesas y palabras asombrosas, que cambiaron mi vida para mejor, para luego empujarme al precipicio, porque simplemente no me comporté como un ser humano más o ellas no quisieron ser algo más que eso...

Algo más como yo.

Siempre entro en terreno de reproches, algo que ya detesto de hablar en blog.

El punto es, preciosa, que soy un hombre que adora las palabras y cada fotografía que se graba con ellas... perdón, tengo memoria fotográfica, eso quise decir. xD Cuando mencionás algo que ya lo han hecho tantas veces y ha quedado guardado en mi mente para sacarlo alguna vez a relucir en alguna historia... me doy cuenta de lo efímera que es la colisión de objetos inanimados en este universo. Y eso, me pone triste.

Por suerte, puedo terminar el post dejando esa sensación, escrita.

Y luego, levantarme, a reclamar otro abrazo.

G

martes, 25 de octubre de 2016

Cuando yo crezca

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Cuando yo crezca, quiero aprender a generar mis propios pensamientos.

Hace algunos años, decidí tomar el camino fácil, con respecto a mi familia. Claro que algunos aspectos fallaron, como el de formar la mía propia y armar un futuro estable, económicamente hablando. La manera fácil, la de restarle importancia a los asuntos más apremiantes, a las discusiones, a las críticas. Me volví casi inmune a sus influencias o peor aún, indeleble a su sangre, la que te contagia una enfermedad si la compartís o te envuelve en éxitos, si te encontrás lo suficientemente cerca. Ni una cosa ni la otra, escapé y miré hacia el horizonte, donde otros seres pudieron tomar huella en mi destino.

Tremendamente cursi, aunque poderoso, si levantás el puño en alto. (?)

Este es el momento en el que decido hacia dónde va el post.

...

...

Adoro el sonido de las teclas, cuando escribo con velocidad.

Uno no elige a la familia, pero quiere que salga adelante, tanto colectiva como individualmente. El enojo, como la indiferencia, se disipa rápidamente y te deja ÉSE MAGNETISMO que, a veces, se siente como debilidad y conformidad, cuando se comparte un momento juntos. Me pasa con las amistades o con las viejas amistades: muchas veces he vuelto a hablarles, he agachado la cabeza porque los extraño, hoy por hoy los extraño y al final, esa atracción social no es más que debilidad por el impulso y la falta de lógica. Veo a mi vieja procurando acarrear las partes que dejó el fallecimiento de mi viejo como si tuviera enfrente un rubik, con limitado temple y escasa psicología. Algunos piensan que está loca, por falta de respeto o de sentido común, elijan una, pero se olvidan que ella también perdió a un marido, que puede ser la mujer más insana del planeta tierra pero se ganó el título de MADRE, a costa de acciones y no de palabras. Esto me lleva a repudiar o abandonarme en la esquina del "quiero que entiendas pero sos demasiado bruto", porque hace años que tomé el camino fácil y ya no doy explicaciones, así como ya no doy explicaciones a mis viejas amistades. La familia es poderosa pero sin tu vieja, no sos más que un bastardo, una paria, sin TUS VIEJOS no sabés de dónde venís ni podés llegar a entender a dónde vas.

Así que deberías de tener más respeto por ella.

Hablamos de infinitivos, ¿no?

Existen momentos en los que quiero que la gente deje de pensar en lo que hago y realice una sola buena acción, ni siquiera para mí, sino para los demás.

Querés escuchar críticas positivas, querés agruparte con gente que solamente te de la razón, lo entiendo. Al final, no importa lo que te digan los demás, la verdad es lo ÚNICO que te enseña. Deberías reparar menos en odiar a quien se te enseñó a odiar y encontrar tus propios pensamientos, entender que el otro ya se puso en tu lugar de discrepancia y que ahora te falta hacer lo mismo, porque la lógica no pica ni contagia enfermedades, incluso te vuelve más interesante...

Ya estoy balbuceando, esta es la señal para mi retirada.

Aaahhh... adoro el sonido de las teclas...

Me fui a buscar un abrazo.

G

lunes, 26 de septiembre de 2016

El compás de Jack Sparrow

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Soy de las personas a las que le gusta la soledad. Es donde encuentro todo lo que necesito, el espacio donde conduzco experimentos y compruebo los fallidos. Puedo también elegir comer pollo desnudo, gritarle al personaje de un videojuego o llevarte a vos, sí, a vos, a mi cama, sin siquiera ponerte un nombre o llamarte por todos. Me gusta el propio silencio, aunque también me gusta hablar.

De hecho, hablo demasiado, soy una persona a la que le gusta la charla. He conocido varias personas a las que les gusta charlar, también y he tenido de amiga a una que sólo escuchaba, jamás aportaba, no se metía, no se envolvía, era psiquiatra, que se yo, pero era. El problema es que hablo con la gente equivocada o pienso que cualquiera tiene ganas de escucharme. No vengo a hablar de esos que siempre me leen para saber si los critico o no (aunque sí los use de ejemplo), sino de mi falta de puntería sobre personas o temas de los que hablar.

Todo empezó...

Ja.

Mi viejo tenía la costumbre de hablar solamente de las cosas que le importaban y, a medida que pasan los años, me siento cada vez más parecido. Siento que no lo puedo evitar, hablo menos de los demás y hablo demasiado de mí, de mis cosas, de mis problemas, de las boludeces que me preocupan. Claro que muchas cuestiones importan, todos importamos, pero siento que la semilla ególatra ha echado raíces, tal vez menos intensa de lo que imagino o exagero, siento que menos me importa lo que los demás piensen o pasen, siento trivialidades flotando por doquier y que es malo, malo para el intercambio de actitudes, natural para la consciencia gabrieliana.

Quiero decir, siento culpa porque es un escollo ante "presentes" o futuras relaciones, naturaleza porque es lo que mentealmacuerpocorazón siente y no tengo la responsabilidad de dar explicación. Es curioso ver cómo lo de la heladera llena de mi viejo y la de su familia, vacía, se repite conmigo en distintos ejemplos, porque me importás vos, ser humano, me importás cuando sos de valor y sinceridad y no tengo prejuicios en que te hundas, si vos mismo metiste el pie en el pantano. Demasiado práctico, demasiado realista, demasiado negativo, da igual, puede que la piel de ella es suave y su pecho firme no me provoca más que un post honesto. No el cursi o lleno de poesía.

Pffff.

Esta dualidad...

Perdí mi trabajo porque me cansé de trabajar para ignorantes. Hablé lo que tenía que hablar y la gente prefería callar o reírse de los gustos de Mozart o Stephen King. Creo que sólo se trata de ser superficial, dejar que la guita te condicione en todo y te de poder, ese sinónimo tan famoso que inconscientemente le ponemos a la autoestima... jaja, ojalá fuéramos más honestos y menos animales, que poniéndole limón a las neuronas no funcionan mejor. No, no se trata el post de encubrir hasta el final la verdadera razón, mi presente es sólo un ejemplo (y van) de lo decadente que resulta ser humano o ser virus, cualquiera suena bien.

Eso es, no me molesta hablar mucho, me molesta elegir hablarle a monos que sólo escuchan cumbia. Elijo construir castillos en el medio de una avenida, donde el universo ubica conductores con autos sin frenos, exageración egocentrista; luego vuelvo a casa y estornudo sobre mundos gamers, botones que no abrazan los dedos y aportan soluciones pero, al menos, no simulan escucharme.

La interacción, hoy en día, está sobrevaluada.

Todo se genera con el punto en blanco, el séptimo día en la creación gabrieliana.

Todo muere en un post, efímero si tal palabra existe.

¿Molesto? Sí, con la literatura.

G

domingo, 18 de septiembre de 2016

Seguro de desempleo

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Anoche soñé con una de mis exs, algo que no hacía hace tiempo. Y te digo: se nota la mala imagen que tiene formada mi cabeza sobre ella, pésima, casi análoga, determinante. No pude evitar querer ese distorsionado dibujo de mujer, supongo que uno se acostumbra a las pequeñas cosas buenas y más allá de lo acaparante que se vuelvan las malas. Dios, terrible imagen para una mujer tan querida.

El tema es que su sueño viene con un combo de gente que prácticamente expulsé de mi vida. No por locura, deseo propio o exterminio (?), sino por practicidad, por lógica. Claro está que mis impulsos no se diferencian del más estúpido de los impulsivos, aunque... irónicamente, dentro de esa autocategorización podés encontrar mi autocrítica. Y yendo más allá, me doy cuenta de lo cómodo que me siento escuchando al súper yo marcar mis faltas.

A eso mismo voy con este post, pero antes, una aclaración: extraño a mis "exs" amigos (si la expresión es correcta), a mi viejo grupo. No importa lo viciosas que se hayan puesto las cosas, los extraño. Sin embargo, con el pasar de los días me di cuenta de que no eran más que parte de un vicio que yo mismo creé. Si bien en el pasado he expuesto mis capacidades sociales con éxito, han llegado a un nivel donde no soportan ciertas conexiones o falta de interacción. Esto es, me cansé de pelear solo, viendo como otros/as se excusan en vez de solucionar y, por sobre todo, en no generar ideas contrarias a sus maneras de ser y lo aplaudo, celebro que cada uno elija ser fiel a su naturaleza, aunque no necesariamente lógico.

Entonces, el decir y no hacer, ya no me cabe.

Y eso, en principio, me lleva a estar solo. Actualmente, no estoy solo... je, por algo tan desaparecido en internet. Cof cof, digo, he pasado la mayor parte de mi vida lidiando con mis complejos y tempranamente tuve que cargar con una autoestima baja, que me duró hasta entrada la adultez. Pero llegó el momento en el que salí del capullo, desconociendo mis nuevos skills (?), desajustado al tacto, sin una pizca de política para manejar las situaciones, donde me volví un bruto para decir las cosas... negativo, realista, uno de esos engendros que se quedan solos... jaja, debería de sentirme mal, pero siento que la negativa no es más que una careta que uso inintencionadamente contra terceros. En fin, pasé a los treinta totalmente desconfigurado y sin linterna, tuve que aprender a caminar nuevamente, sin ayuda de esos terceros que solamente acompañaban y no se comprometían.

Abre comillas... resulta evidente que nadie tiene derecho a criticar ajenos sin permiso y sin ser criticado luego, a cambio, pero a veces... no... SIEMPRE, siempre es mejor decirle la verdad a un amigo/a, a una persona a la que querés, decirle a pesar de que no le guste oírlo. A nadie le hace bien ser careta y sonreír cuando se emborracha o se drogan otros (sentido figurado). Cierra comillas.

Para volver al tema principal, debo decir que antiguamente intervenía, me tomaba el bondi, me la jugaba por un amigo/a porque era consciente del poder que cada uno posee para cambiar a otros, tal vez no de manera radical, sí un poquito, un grano de arena y para bien. Ahora creo que me vi lo suficiente y que estoy bien con que mis experiencias se hayan congelado en ese momento, donde era el centro de todos.

Pasé tantos años de mi vida lidiando con la crítica ajena y la propia que no encontré otra solución que afrontarlas. Y con el tiempo, empecé a decir las mías en voz alta, lo que me llevó a mencionarlas ante los demás sin vergüenza alguna, marcando primero mi error y luego el ajeno, como siempre correspondió. Hoy en día, primero veo lo que estoy haciendo mal, lo evalúo, asumo que soy neurótico, ciclotímico o repetitivo, aunque no dejo que eso afecte mi autoestima o me haga dudar de lo que verdaderamente veo mal en los demás. No estoy libre de equivocación, pero tampoco muero si tengo que pasar el resto de mi vida sin amigos, porque nací solo y puedo vivir con ello, he superado la soledad en mi cabeza, el único lugar que me aceptó tal cual fui en mis distintas etapas de (in)madurez.

Y sentirme seguro de las decisiones que tomo, no tiene precio. Mucho mejor que disfrazar un enojo.

¿Qué podés decir vos motherfucker? xD ¿Podés tomar decisiones y estar seguro de que lo que viene es incierto pero seguro?

Sep, puro ego, ¿y vos?

G

PD: sabés, lo que más me gustaba de mi última ex amiga era el contraste que teníamos entre los dos y, si bien no me gustaba pelear con ella, me ayudaba más un comentario doliente y honesto, que otro careta y condescendiente. Sin embargo, se quedó en palabras. En fin.

domingo, 28 de agosto de 2016

Estirando las piernas

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Una vez me senté al lado de una chica que me ofreció escuchar una canción. La letra de la misma era nefasta y, visto desde su rincón, iba enteramente dedicada para mí. Aún así, dijo de manera graciosa "aunque parezca que la letra es para vos, te juro que no, no lo es."

Al día de hoy recuerdo ese cursi episodio con mucha gracia.

Muchas cosas pasaron últimamente y, sin embargo, el universo apenas notó la muerte de alguna estrella lejana, un insignificante cosquilleo, la pérdida de una moneda de cinco centavos. A pesar de ello, quise mantener la inocencia del blog y no llenarlo de posts exentos de abstracción; evité el volverlo cómplice de los matices egoístas que poseo sobre la vida. Dicen que ningún hijo se mantiene inmune a los pecados del padre pero las decisiones pueden, a veces, manejarse con lógica.

A veces.

Es más, siento este post como una pequeña caminata, una estirada de piernas mentales. La razón principal es que llegué al límite del puterío que puedo soportar y más allá de haber aprendido a separar los impulsos de mi zen, que le grite a un tumor "ya no te quiero en mi sistema operativo" no significa que atienda al resto de los invitados de manera descortés. Y si tengo que aludir brevemente a los hechos más recientes, únicamente puedo decir que hoy sí elijo cuánta cantidad de banalidad tercera elijo para la cena.

Más claro, echale agua.

Acabo de acordarme lo mucho que odio el arte de la repetición.

Que pase el siguiente.

Tema aparte... tengo un par de dudas, tengo varias presiones, tengo necesidad de condimentos. SER humano es sinónimo de masoquismo y, si bien no necesito ser feliz todo el tiempo, sí elijo solucionar un problema a la vez.

Lo que sí veo es que la vida se va.

O está a la vuelta, no se.

Uh, mirá la hora.

G

sábado, 16 de julio de 2016

La purga

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Con el pasar de los años, no me he vuelto más sabio pero si menos impulsivo. Y he vivido más experiencias de las que he imaginado, tal vez no tantas a ojos ajenos, aunque las suficientes para mi edad, evitando adentrarme en la menor cantidad de vicios insalubres y relaciones tóxicas, haciendo malabares con lo poco de familiar normal que me tocó y ganándome la ignorancia de terceros, a cambio de fidelidad y verdad.

No todo es color de rosas en mi personalidad: con el pasar de los años me he vuelto más gruñón y crítico con los demás. Sin embargo, mis opiniones solamente tienen lugar cuando una persona me otorga el poder para hacerlo y con libertad... sin embargo, casi nadie toma mi manera directa de "complacer" a la crítica... Me he dado cuenta de que existen muchas personas que admiten ser críticos consigo mismos y cuando llega el momento de escuchar la misma pero de un tercero, se enfrascan en pequeños círculos de rabia o desaprobación. Debo admitir de que no me gusta que me critiquen y, sin embargo, me tomo un tiempo a solas para meditar sobre lo dicho, sobre toda opinión que repercuta negativamente en mis acciones. Es lo menos que puedo hacer, no soy el dueño de la verdad y, entre tantas críticas subjetivas, existe una verdad.

Yendo al título en cuestión...

Unos días después de cumplir veintiún años, realicé una purga de amigos. Suena feo, lo se, pero fue necesaria para retomar el camino original al que siempre apunté. Había llegado un momento en el que me veía y no era más que una personalidad hecha de opiniones y comportamientos ajenos, no le prestaba atención a mis propias necesidades y me encontraba en el medio del huracán, viendo cómo los "amigos" giraban en torno a mi presencia y a la vez, desdeñaban de mis decisiones. Mi círculo se había tornado nocivo para mi vida y, si bien me llevo al menos un año en procesarlo, llegó el momento en el que corté la mala hierba de raíz. Me alejé de todo y de todos, busqué mis espacios y cambié el aire, por mi bien y por el de ellos: cuando llego a un estado de hartazgo, suelo sacar lo peor de mí, todos sacamos lo peor de nuestra manera de ser. Es más, siento como que veo lo mejor de mí pero lejos, como si mis gritos alcanzaran sus oídos en vano. Y no hay algo peor que verte en mejores momentos y sentirte incapaz de torcer un mal momento.

Hoy, a mis treinta y séis, realizo la segunda purga o, doy el paso final. Fui consevando amistades y encerrándolas en un círculo íntimo que luego se tornó contra mí. No... suena muy dramático. Busquemos una descripción más pragmática... pienso que sería "inútil" la palabra. En éstos últimos tiempos, mis pocas amistades han aportado casi nada de interés, no más que un puñado de "pasar el rato" hablando de boludeces y cuestiones banales. Me di cuenta de que me perdieron el respeto, ya fuere por mi mal comportamiento o la falta de empatía. Jaja, no puedo entender cómo le puede faltar empatía a ciertas personas y que laburan con eso. Me perdieron el respeto porque siempre fui honesto, directo e hincha pelotas, porque siempre busqué soluciones y no careteadas. Admito que mis métodos suelen ser impulsivos, al menos no tan impulsivos como en el pasado, pero siempre fui con la verdad y las ganas de mantener la consciencia limpia, a la vez que los nexos con los amigos también se mantuvieran lesos. Fui, viajé, procuré estar, con o sin guita, lo hice hasta el punto en el que realmente perdí el interés, como cuando te das cuenta de que una relación no va más y seguís por la costumbre.

Es por eso que atravieso un proceso de cambio, que mezcla comodidad con soledad y abre la puerta a nuevos grupos de amigos. No quiero ser hipócrita, conocer nueva gente no va a solucionarme la vida, aunque sí va a traer aire fresco. Ahí es cuando entra en juego la purga de amistades, cambiando enteramente mi entorno más privado por futuros más inciertos y forjables. Esto de "mejor malo conocido" solamente me ha traído disgustos y ha alterado mi personalidad hasta límites indeseados, dejándome con la épica conclusión de que mejor me siento cuando estoy solo y dependo exclusivamente de mis "influencias internas".

Se que suena feo, pero las cosas son así. Llevo un tiempo haciéndome cargo de mi naturaleza y la palabra "inútil" ya no forma parte del tabú gabrieliano.

Dejo eso de la naturaleza para otra ocasión.

Ya se cumplieron mis doce horas.

G

martes, 12 de julio de 2016

La misma voz invisible

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"Pero no ignoro del todo la respuesta. Estoy a punto de cumplir los cuarenta. No puedo seguir fingiendo que el mundo me es desconocido, o que me gusta la mayor parte de las cosas que he visto. Soy el hijo de mi padre. Esa es mi herencia, la sombría certidumbre de que hay más crueldad de la que nuestro entendimiento puede comprender. No puedo pretender que mis sufrimientos hayan sido legión. Pero he visto mucho. Vi el alma coja de mi padre, lisiada por uno de los grandes crímenes de la historia. He visto el tormento y la necesidad; la rabia ciega y apasionada que provoca comportamientos desviados de muchas maneras, todas ellas horribles, en nuestras mismas calles. Como fiscal he intentado combatirlos. Declararme la espada enemiga de los espíritus mutilados que cometen sus fechorías con la fuerza y las armas pero, desde luego, me han vencido. ¿Quién puede observar este triste panorama tan negativo y mantener un aliento de optimismo? Sería más fácil si el mundo no estuviera lleno de infortunios casuales. Golan Scharf, uno de nuestros vecinos, tiene un hijo ciego de nacimiento. Mac y su marido, en un momento de diversión, torcieron una esquina y se precipitaron al río. E incluso si la suerte, y solamente la suerte, nos libra de lo peor, la vida, sin embargo, arrastrará a muchos. Hombres jóvenes de talento presa del abatimiento bebiéndose sus vidas. Mujeres jóvenes, llenas de esperanza, traen hijos al mundo, ensanchando las caderas y ven sucumbir su espíritu cuando la mediana edad se les va de las manos. Toda vida, como todo copo de nieve, me pareció entonces única en sus miserias y en la rareza y nimiedad de sus placeres. Las luces se apagan, se hacen tenues. Y un alma no puede soportar tanta oscuridad. Yo fui tras Carolyn. Con toda deliberación e intencionalidad. No puedo decir que fuera un accidente ni una casualidad. Era lo que yo quería. Lo que yo quería hacer. Yo fui tras Carolyn."

"Se presume inocente", fragmento.

G

sábado, 9 de julio de 2016

Consulta sin cargo

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Siempre que quiero tratar sobre relaciones personales con amigos, familiares y demás etcéteras empiezo con una autocrítica. Y muchas veces llego sin heridas a ella pero siento que no puedo continuar escribiendo el tópido, ya que mis intereses merman con el pasar del tiempo y pierdo las pocas ganas de tratar el tema de una manera objetiva, tal vez para averiguar qué estuvo mal, en qué punto alguien se equivocó y todo eso.

No obstante, existen otros momentos en los cuales las personas con las que discuto recurren al manoseo público y al puterío, eligen rebajarse a llenar la cabeza de otros con chismes y secretos que confiaste alguna vez a quien consideraste importante, para tu entorno. No puedo engañarme, más de una vez contuve las ganas de cagar a trompadas a uno y por una necesidad de entendimiento o de lealtad; la verdad es que existen momentos en los cuales un chismoso se calma únicamente cuando le ponés un par de trompadas, así se acuerda que hablar a las espaldas de otros no es ético.

Al final, siento que todas éstas consecuencias sugieren un extremo camino a tomar. Y poco atractivo.

Nunca fui una persona fácil de conformar, al menos en los estándares sociales. Puede que mi manera de expresar inconformidad no hay sido la correcta pero el cansancio de la gente no conoce pedagogía alguna, destrozando el respeto mutuo y llenando los espacios con burdas críticas de quienes dicen no guardar rencor. Y la verdad es que no ven más allá de sus autoestimas partidas, no aprecian la presencia ni la palabra o del razonamiento, a veces siento que solamente prefieren tener barullo alrededor, compañía o personalidades tácitas que proyecten sombra, presencias que acompañen un rato efímero y destierren la soledad.

Es así, existen momentos en los que manoteamos compañía de donde venga.

Por mi parte, no puedo evitar sentir bronca ni tampoco la ausencia de obligaciones para con esos experimentos fallidos. La vida va y viene, aún más las amistades... perdiéndose con gran facilidad al pasar el tiempo. Van y vienen, siempre es así y siempre lo será, por razones buenas o malas.

Lo que sí se es que mi cabeza ofrece espacios para el entendimiento y que escasa gente lo toma. Para quienes lo rechazan, solamente ofrezco el olvido: dije que la vida sufre de un cambio constante y pocas veces sabemos dónde nos lleva. No lamento las drásticas decisiones que tomo, sí el haber contribuído a ellas pero las consecuencias son producto de cuestiones que nunca van a tener solución y la prueba está en que, a la primera de cambio, algunos prefieren destruir con palabras y etiquetas lo que una semana atrás llamaron "amigo".

Quise decir "actores", mi error.

Pensar que yo, como amigo, puedo ofrecer consejos sin cobrar dinero a cambio. Y si prestamos atención, podemos darnos cuenta del patrón: es un hecho que esa misma gente del montón, solamente se agrupa con otros que siempre den la razón.

Esto no es una contraofensiva, es una realidad.

G

viernes, 8 de julio de 2016

Tutorial sobre lealtad

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La razón por la cual llevo tiempo sin escribir en blog es porque mi cerebro procesa de manera lógica cada experiencia personal que vivo y en un presente estable, pero no encuentra la manera de trasladar esa misma estructura en palabras. Se siente como si de camino, las emociones corrompen cada tópico analizando cuidadosamente y, si bien creé blog para transmitir en textos todos esos momentos tan míos, con el tiempo decidí adoptar una postura más analítica y aplicable, ya que adentrarme en terreno de catarsis me convierte en un mono más del montón.

Y pienso en lealtad.

Llevo años amasando la idea, aplicándola en pequeñas o grandes medidas. Claro que, al ser humano, llevo una enfermedad que todos nos contagiamos al nacer: el egoísmo. Entendamos la ironía... nacemos y nos criamos recibiendo sin dar algo a cambio, porque somos incapaces de devolver y, cuando nos volvemos lo suficientemente razonables como para aplicarlo, nos damos cuenta de que siempre podemos obtener algo a cambio, aunque sea un "gracias" al dar una mano. Necesitamos ayudar pero aún más la aprobación o el agradecimiento, porque la próxima vez, tal vez, no resultemos tan benefactores... si es que podemos usar esa palabra sin sentir culpa.

Procurando apartarme del camino redundante... cof cof...

Existe algo que unos pocos podemos nombrar desde el tono de voz natural hasta el grito a los cuatro vientos... LA LEALTAD. No voy a ponerme en maestro ni voy a llenarlos con explicaciones de lo que resulta ser leal y todo eso aunque... ¿cuánta gente puede jactarse de ser una persona leal a un amigo, a un familiar, a un ideal o un lo que sea? Claramente el dinero es importante y nos da de comer, aunque creo fervientemente en que no es más que una falsa sensación de poder, que nos engaña y nos ayuda a sobrellevar malos tragos; así como la consciencia o la culpa, pastillas indispensables que nos ayudan a dormir, como si tener cargo de consciencia ayuda a solucionar problemas o con admitir la culpa, el mundo vuelve a corregirse solo, sin ayuda. No, es a través de la lealtad que podemos confiar ciegamente en otros, pensás en esa persona y te nace respeto y confianza. No necesariamente corras a buscarla cuando más la necesités (egoísmo) pero sabés que fue a través del respeto que te dio e inspiró en vos, en la cantidad repetida de veces que estuvo ahí, para levantarte. Como cuando fuiste chico y tu madre te sirvió el desayuno una y otra vez, sin siquiera envolverte en el trasfondo que vivió al prepararlo, si tuvo problemas personales, si se peleó con tu viejo, si estuvo indispuesta, si etc. Confiaste en ella y te sentiste leal a ella, así como ella te demostró primero lo que significaba esa palabra y con acciones...

Hoy que sos mayor, sabés que cuando tenés al lado a una persona leal, no necesitás dudar de sus palabras o de sus acciones, no te importa si alguien más te trae cuentos o lo que es peor: si tu autoestima inventa chismes con tal de rebajar egos ajenos.

Y creo que ése es el problema... tenemos demasiado tiempo para madurar la mente y tan pocas ganas de crecer, elegimos quedarnos con la adolescencia y a cambio, transformamos nuestro carácter agradable en necedad. Desde ése punto es que la mitad desleal empieza a perder puntos sociales y va aislándose del resto. O cuando la otra mitad empieza a realizar experimentos para ver si los desleales realmente cambiaron. O si esa misma mitad elige ignorar los errores ajenos y sigue adelante, al menos hasta el punto donde la misma piedra vuelve a interrumpir tus pasos. ¿Necesitamos volver a equivocarnos? ¿Un error es un recordatorio de cómo volver a enderezarse? Tengo mis dudas, aunque los tercos prefieren creerlo con ahínco.

El problema de la lealtad es que se encuentra sobrevaluada o atada a un sentimiento hollywoodense y no es más que una pieza del rompecabezas idealista, el que nunca terminaremos, con tantos trozos perdidos. Entiendo que no vale porque el que tenés enfrente no se siente leal o siquiera piensa en lo que representa, sino que forma parte de un grupo de gente que le gusta acomodarse entre quienes tienen historias y sólo asienten, todo el tiempo, dándote la razón y sin aportar algo que te ayude a ver el el error desde lejos.

Dicho en otras palabras, no podés andar por la vida creyendo que siempre tenés la razón, porque te estás perdiendo mundo y es al mundo que necesitás.

A veces siento que los amigos, la familia o las parejas no necesitan de tales, pero sí de actores o actrices que cumplan bien su papel.

G

martes, 24 de mayo de 2016

Estrofa (un sueño)

Es campo abierto pero con habitaciones modernas. A medida que avanzo por ese pasillo con vista al cielo nublado, voy abriendo puertas, como si en un consultorio me enconstrase y viendo rarezas tras ellas, no doctores, situaciones que no encajan en un pasillo a cielo abierto y en medio del campo. En una veo al ladrón alquilando un cuarto de lujo, en otra a tres hombres mirando fútbol y en la tercera, dos hombres cazan tiburones subidos en un bote y alimentándolos con otros con su misma raza.

Y luego está esa sensación... una sensación de familiaridad, que me envuelve en una felicidad momentánea pero inmaterial.

- Me voy.- le digo, sin mirarla llegar a mi lado.

- ¿Por qué? Tenemos de todo para que te quedes.

- Porque Ale está distraído y vos también lo estás. Además, querés que le guste a él y él a mí, como actual y ex, respectivamente. Porque él tiene su oído pegado a la pared (no sé qué quiere oír). Te veo comer caramelos mientras contás, como siempre, tu rutina de pareja y sus costumbres compartidas, ignorando que poseo un músculo sentimental, queriendo que esté aquí pero no al corazón, ni a la cursilería que tanto te gustaba, ni a la poesía que aún escribo (aunque no lo creas) pero no existe si ya no estás para leerla.

Ella contesta algo y a la vez no, su expresión se torna confusa y encaja mejor en su manera de ser. Poco importa la respuesta. La miro e imagino ciento cincuenta mil palabras salidas de su boca y ningún beso, aunque sean todas nacidas de mi mente y no de la suya.

Continúo mirándola un rato más, evitando una respuesta inadecuada y elijo la mejor de todas.

- Porque me aburro.

G

domingo, 22 de mayo de 2016

Un día al final de la vida

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Tenía buen sueldo, pocas horas y estabilidad laboral. Pero tuve que renunciar, porque me faltaba lo demás. Siempre me sucede lo mismo, tengo una cosa y me falta el resto, aunque se que pocos consiguen "casi" todo, a la vez, donde la palabra "utopía" cobra fuerza y le damos de comer a Hollywood, mirando tantas películas idealistas y mentirosas.

Llevaba más de tres años con estabilidad laboral, no en una posición privilegiada pero sí cómoda y estimable. Pero me alienaba del resto, pienso que concentrarme en deshacer la vagancia que los demás crean en mí o en destruir la soledad ciclotímica del alma que poseo se torna en mi blanco y en mi negro, respectivamente. No hago otra cosa que conformar a mi persona o conformar a los demás, con ahínco, con todas las ganas, sinceridad o lealtad que posea. Por eso es que no llego a conformar a la mayoría o a mí mismo, porque lo que hago en bien de una parte es perjudicial para la otra y no me encuentro en un momento donde puedo ver el centro de todo. Es más, creo que solamente voy hacia un lado o hacia el otro, no sobre la línea.

Estoy descalzo, con los pies sobre el suelo y helados. But there is a void, inside me, bueno, eso fue muy emo... cional, I mean, quiero decir... cada tanto llega el balance y uno anhela lo que le perjudica porque no lo posee pero quiere. No es que esté mal, sólo que hacía tiempo la negatividad no se complotaba en mi contra, junto a la ciclotimia y a la realidad. El gatillo fue mi padrastro, que no sabe de tener hijastros y crea comentarios hirientes sobre mi edad y mi falta de realización económica, acertados tal vez aunque carentes de tacto. Luego me pidió disculpas (de papel, pero disculpas) pero el episodio abrió una puerta que yo no estaba dispuesto a atender por el resto de mi vida. Qué oportuno, una semana después de que renuncio a toda situación laboral estable.

Renuncié porque el resto andaba mal, aunque yo sonreí, porque lo contrario era tabú. En el pasado, todos creyeron y me hicieon fama de vago, sin importar la conducta intachable o la buena reputación que me precedía. En un instante, comencé a seguir el karma, a la karma, a pretender conformar a ese nuevo amor, a darle mi voz y el poder de elegir mi opinión, al que resultaba perfecto frente al reflejo del verdadero fantasma del viejo amor. Pero otra acaparó mi vista y luego, la nueva me negó la estabilidad para la cual yo tenía talento y sólo me prometió un espacio normal por veinticuatro horas, como si sus mambos no arrollaran los sentimientos del que tuviera enfrente. Esa misma experiencia hoy la soñé con mi verdadera debilidad, a la que niego otra oportunidad frente a los demás y por dentro muero porque vuelva. No va a volver (por fuera), tienen mi palabra (por dentro).

Soñé que ella volvía pero tomaba las palabras de la usurpadora, a la que subí en un pedestal y luego, puse mi pie sobre su cabeza. Pero era la fea quien me recordaba que solamente concedía un beso y no un espacio... pfff, ya no quiero escribir porque no es ficción, es realidad o yo, enloqueciendo y convirtiéndolo en mi propia ficción, que me vuelve loco, me hace llorar o no, tal vez prefiera que el día termine.

O que la vida termine este día.

Dejé de trabajar en esos rubros porque me llevaban la cabeza lejos de la escritura, me creaban problemas que poco tenían que ver conmigo mismo y me absorbían la mente en cuestiones banales. Se que no voy a conseguir fácilmente algo que envuelva mi entorno y, por lo pronto, tengo que lidiar con las desaprobaciones familiares y los sueños de agua fría.

G

lunes, 9 de mayo de 2016

Lógica nociva

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(¿En serio pensaste que era una declaración de amor retrasada? Sabés... siempre tuve la idea de que leías el blog, no de que lo entendías.)

Después de cuatro años, terminé con el rubro de diarios. Diversos factores me llevaron a renunciar, ninguno por conflictos internos (aunque sí existieron) y si tengo que nombrar la razón principal, fue la de no volver a levantarme sábados y domingos a las cuatro de la mañana... xD

Pero el ambiente... un lugar donde nadie menciona un libro o compra la colección de Julio Verne para amontonarla y usarla de mesa improvisada. Así como alguien te cuenta que espera no cometer una infidelidad y a los cinco minutos, exclama que no sabe cómo mantener a flote su costado de la relación. Son todos malos entendidos, el teléfono descompuesto hoy es representado por Whatsapp o cualquier otro medio social online, un cigarrillo al que muchos están acostumbrados y quieren que el resto también se envicie. Yo leo, mi ex encargado apila libros, yo respeto su propiedad, él me critica por lanzar un comentario nacido inconscientemente en inglés. La mente es cerrada y aún peor el futuro.

Peor, porque cada generación es más viciosa que la anterior y menos simplista. La vida es para vivir, trabajar, servir, amar y demás etcéteras que simplifican el respirar. Sin embargo, bajo las banderas de la psicología, del sobrepensamiento, de la filosofía y de la falta de sentido común, nos encontramos delante de la peor definición de seres humanos que podemos hoy conseguir. La gente de antes bebía porque les gustaba y hoy, bebemos para emborracharnos o para olvidar; se lee para aprender a vivir, no para conocer una historia fantástica y maravillosa o simplemente para disfrutar. Las charlas más simples se complican porque las personas no sabemos elegir los momentos para contar ciertas cosas o a quién le contamos qué; ocultamos nuestros defectos criticando los ajenos o justificamos los abandonos, aún cuando fuimos artífices de los mismos. Y damos explicaciones... más explicaciones de las que debemos o las damos porque las exigen, porque es un vicio, porque somos menos y queremos ser más, más que un familiar, que un amigo, que nuestro héroe...

El ego es nuestro peor defecto.

Este post es sobre nada y sobre mucho, tengo tantas ideas acumuladas y pocas ganas de expresarlas que siempre hago esto, luego de un tiempo, sin forma ni nombre... bueno, un título seguro consigo después y hasta tradición, digo... coherencia, lógica. Lo que quiero decir, con todo este barullo es estoy más acostumbrado a la rutina y a la tradición que a lo inesperado de una charla con terceros. Ya sea por un secreto mal guardado, por un juicio mal hecho o por un impulso propio de un animal con cerebro: cada nueva generación afloja las cuerdas limítrofes y esto no hace más que demostrar que el instinto nada tiene que ver con el pensamiento. Cada generación se flagela más con las experiencias y absorbe a otros porque puede, porque ayuda a ocultar o porque... no se, porque tampoco lo sabe.

Al menos el instinto eso es: naturaleza, comportamiento justificado e intachable.

Al contrario de la lógica, necesaria y corrompible.

Quiero decir abiertamente que no soy uno de esos amigos que solamente escuchan. Siempre elegí ser de los que se arremangan pero, lamentablemente, mis últimas amistades no lo han inspirado o incluso, algunas lo han empeorado.

G

viernes, 15 de abril de 2016

Testamento

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No planeo crear un legado extenso ni plantarte una moraleja o decirte qué podés hacer con mis palabras. Esto es algo para que leas en un rato o dentro de diez años, se muy bien que hoy carecés de sentido común para ver nuestra "amistad" de manera objetiva y no creo que lo tengas por un largo tiempo, cuando te suelten la correa y empieces a pensar por vos misma.

La cuestión es... como dije, no tengo mucho para decir pero si puedo comenzar por la manera en que canalizás tus enojos. NO ME MOLESTA A QUIEN QUIERAS, NO SIENTO CELOS, NO SOY GUARDABOSQUES, NO TENGO SENTIMIENTOS MÁS ALLÁ DE UNA AMISTAD HACIA VOS. NI SIQUIERA "LO" DETESTO. Sólo que no me gusta lo mal que te hace o lo que tenés que fumarte, es algo con lo que lidié mucho tiempo y no logré sobrellevar. Pensá, PENSÁ, siempre me senté a interactuar con él, siempre lo saludé, jamás le hablé mal, hasta le encargué cosas de su laburo, PENSÁ. Sin embargo, jamás te basureé un plato de comida pero si te he mandado a la mierda con palabras caretas, me he enojado, te he levantado la voz, he reprobado las decisiones que te lastiman... te he dicho que buscás migajas... (releé lo que digo, no lo cambies a conveniencia) De esas cosas sí soy culpable y en los últimos tiempos, hasta te abandoné como amigo, es cierto. Llevo algunos años dejándote a tu suerte y de eso sí soy culpable.

Es más, puede que hasta no merezca tu amistad por cansarme de ir, por no darte bola o reprobarte, por RENDIRME a pesar de las circunstancias. Sabés, eso es algo que hasta yo lo recrimino, no me siento cómodo siendo el portador de dicho defecto.

Esta es la parte donde vienen los porqués y sin ganas de seguir, quisiera que leas mi autocrítica, que entiendas lo que es compartirte, lo que es leer o escuchar siempre una excusa para no buscarme, que el PUTO whatsapp sea la única manera leerte un "buen día", a menos que me tomé el colectivo. Me, me, yo, me, sep, soy una mierda porque sólo pienso en mi, pero da la casualidad que si no es en un lugar cómodo para vos, no movés el culo. Plus, parece que soy el único que tiene la voluntad para intentarlo una vez más e ir, a pesar de los palos y tu manera de mirar las cosas con la mano tapando un ojo y que, por lo general, son tapadas cosas buenas. Las pocas veces que te dignaste a decirme algo de frente, recordaste de la mitad para adelante, como si todo fuera un sueño y no entendieras porqué empezó la discusión. Insultaste a mi vieja, por un enojo HACIA MI. ¿recordás? ¿Valió la pena? Puede que tengas razón: luego de eso, me resulta difícil no sentir rencor. Y pensar que todas las veces que decidí ir a verte recordé lo bueno; usé del más caro combustible y me tomé el bondi, aunque fuere cada muerte de obispo. Fui a verte, eligiendo olvidar lo malo y quererte.

Quererte, con lo frágil que es hoy en día.

Puede que ni siquiera haya valido la pena.

Pffff...

Es mejor que me veas como un matón, la ceguera mental tiene cura, por suerte, pero las cicatrices las llevaremos otros. Sin embargo, en éstos últimos tiempos descubrí una parte de vos con la que no quiero compartir mis días y como no querés escucharlo personalmente, lo dejo como testamento en el blog. Y acá es donde termina mi legado hacia vos, con la cuenta en cero, sin algo que heredarte.

Yo no me preocuparía mucho. Ni por el futuro, ni por este post, ni por lo que se te pase por la cabeza. Lamento no haber sido objetivo, las cartas están sobre la mesa y con cada elección tomada, vemos un poquito menos desde fuera. El amor es una evolución de la necesidad y me encuentro en un punto donde puedo manejarlo a gusto, donde QUIERO elegir cuando no dar más. Después de todo, no es la primera vez que decido terminar con una relación tóxica.

Para olvidar, la soberbia es casi tan buena como el vino.

G

miércoles, 10 de febrero de 2016

Hacer historia

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Como siempre, el cerebo come porquerías y se llena de materias grasas, ocasionando que cada tanto quiera escupir todo lo que le hace mal.

En contrapartida, no todo lo que ingiere enferma sus ideas.

No tengo una mente serena. Quisiera tantas veces poder disfrutar de la frialdad que muchas personas poseen ante ciertas situaciones, no dejar que mis impulsos de vayan por las ramas y terminen con resaca en alguna esquina llena de mugre, culpas y resentimientos. Es por eso que tantas veces escribo en el blog, procurando salir de mi papel subjetivo y enfocar el problema como tercera persona, sin emociones de por medio. Claro que, no siempre me sale aunque, por lo general, me conforman los resultados.

Muchas veces doy cuenta de los resultados y me siento tranquilo porque he llegado a ellos. Sin embargo, mi carácter provoca alejamientos y varias veces, el cambio de ambiente. La cuestión es que me siento seguro de mis pensamientos y ciertas personas tienden a ignorar las verdades que les acontecen. O incluso, a negar que las historias merecen contarse de frente, sin caretas, sin verdades a medias. Y aunque me aleje de los entornos, esa parte dudosa ha quedado atrás, dandole la bienvenida a las paredes que yo decida mirar, no a las que otros me impongan.

No quiero ser hipócrita, no soy mártir, no quiero que me adoren ni que me crean un sabio de antaño. A veces, criticamos lo ajeno sin darnos cuenta de lo que vemos en nosotros mismos, mucho de eso pueden verlo en mi blog y, sin embargo, jamás van a dejar de escucharlo de mis dedos: no me siento orgulloso de mis errores pero siempre pongo la mejilla para entender a los que perjudico. Tampoco voy a explicar el chiste, muchas veces se ha malentendido determinado post y yo, como empleado de esta empresa gratuita, lo hago por amor a la escritura, no para conformar a quienes no pertenecen a este club.

Dicho así, llego al punto en el que abro mi cabeza y recito que no quiero tener más que ver con el puterío mundano, dicho con palabras. He pasado tanto tiempo leyendo pelotudeces tanto en Facebook, como en blog, como en Twitter y tantos lugares más que le perdí el sabor. Como cuando mirás una serie y de pronto, estalla en popularidad y todo el mundo comienza a verla. No estoy exento del montón, pasé mucho tiempo abusando de sus cualidades, inmerso en lo peor de la adicción interneteana (cagastellano). Lo que quiero hacer, hoy por hoy, es escribir porque me gusta y es probable que no corte el blog, es probable que siga careteando o escupiendo la verdad dentro de ese silencio lleno de palabras y formar algo que una de mis otras treinta y cinco personalidades quieran leer. Quiero escribir, ya estoy escribiendo, pero no más que para la literatura y para quien prefiera leerla, sea buena, sea mala, sea infinita. Quiero terminar con este ambiente que tan poco me queda.

Muy pronto, voy a hacer lo mismo con el ambiente laboral, aunque ese se lleve algo más de mi tiempo, ya que el mundo tiene reglas que arrastra desde el origen de los tiempos y aún no se da cuenta de que el dinero es una falsa ilusión de poder. Hay que trabajar...

Tal vez abra el paraguas antes de tiempo, tal vez escriba uno de esos "basta" y quede como un fanfarrón. O tal vez, estire la mano hacia lo que quiero o merezco, de una buena vez.

Porque me veo, día a día, rodeado de gente a la que solamente les preocupa su bienestar y un ambiente que te absorbe, que no te deja ser.

Que te vuelve común.

Al final, me doy cuenta de que lo único que me importa es el legado, hacer historia.

G

sábado, 6 de febrero de 2016

Vapor

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Te das cuenta de que los defectos forman parte del primer ítem que pasamos de largo, en la lista.

Te das cuenta, también, de que hablar en primera persona o señalar con el dedo no tiene caso: existen personas que no atienden a críticas o ignoran consejos, aún si vienen de personas idealistas o bien intencionadas. Claro que, existe el viceversa, la mala intención y es común del ser humano el pensar que otros pares poseen maldad antes que aristas.

El escritor no filtra y tantas veces lastima con las palabras... se ha visto en perspectiva y da cuenta que aquello es algo que le viene de familia. Aún así, no posee justificación; si se diera cuenta de antemano, no llegaría al punto donde pierde tacto. Sin embargo, vuelve a patear la misma piedra, una y otra vez.

Entonces, te das cuenta de que no importa cuán útil puede ser escucharlo hablar, tu autoestima atraviesa un momento de endurecimiento y es natural, dada tu manera de pensar y de victimizarte ante los menores detalles. Es común, el escritor entiende, es natural que no estés conforme con el entorno que te rodea y que no puedas codearte con lo mejor de la sociedad (según tus propios gustos) pero la vida es así y cada uno elige dónde tenderse a descansar. O las palabras de quién escucha. No es mundo para uno solo, lamento que sea así pero lo es.

Te das cuenta de que sopa es lo único que hay y no de que siempre estuviste en el medio, tergiversando las historias, desarrollando complots donde no existieron. Reconozco tu "casi sincericidio" pero también tus mentiras, justamente de las que no dejan referencia ni un teléfono donde se las pueda llamar. Andá a saber... reconozco que también puedo sacarte la ropa y hacer de vos lo que prefiera, sin que un centímetro de tu cuerpo prefiera decir que no pero ya sos una persona caratulada como persona y me quedó claro, te juro que me quedó claro, de que prefiero el tacto de una desconocida que volver a saludarte otro día.

Y te das cuenta de que si no te saludo, ni saludás.

¿A quién le gusta la palabra "final"? Sin embargo, te das cuenta de la cantidad absurda de guionistas que hay y de las películas que no vimos porque no eran de tu gusto, de libros que ni hablamos, de todas esas pequeñas cosas. Yo se de magia, tal vez no de opiniones, pero fue un llanto al que le diste la espalda y una actitud vale más que, ¿cuántas palabras? Te das cuenta de que un hombre jamás llora... jamás... por dios, todos tienen que parecerse a nuestros padres... fuertes, intachables, perfectos, con esa imagen de ogro protector... digo, no se, tal vez exagere... tal vez me equivoque... y luego, pueda seguir con esto, infinitamente.

Te das cuenta de la incertidumbre, al dudar de si hablo de vos o de alguien más, que es es inadecuada pero es lo que hay. Nada de pan: incertidumbre y luego, bronca. Cuando finalmente llegue la aceptación, te vas a dar cuenta de que hasta ahí pensé, que hasta ahí dudé.

Es como es: hoy estamos, mañana no.

Y me doy cuenta de que sin vos en el medio, puedo disfrutar.

G

lunes, 1 de febrero de 2016

A lo que vinimos

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Trilogía: parte tres.

2

     Entró al bar impetuosa y rápidamente sus ojos verdes desafiaron cualquier distracción. Se había teñido el pelo pero no la sonrisa, ambas del mismo tono que llevaba en sus venas y todos los que voltearon hacia ella, confiaron en que el día había valido la pena. Caminó lento hacia la barra, bordeada de música y murmullos, mientras los pecadores ocupaban tantos metros cuadrados como tuviera el lugar; al llegar hasta ella, pidió un Jeyo seco y se sentó a esperar que el infierno hiciera su propia jugada. Habían cuentas que pagar.

     La bebida no se hizo esperar y cuando tuvo la copa entre sus labios, bebió despacio, con un sorbo casi invisible. Unos pocos se permitieron ver sin reparos el primer espectáculo, ya que el del escenario había quedado relegado al segundo lugar, permitiéndoles al resto de los cobardes disfrutar de reojo un arte tan antiguo como irreemplazable. Nadie reparaba en su vestido largo y azul… ¿o era celeste y corto? La gente hablaba cada vez más fuerte y con la voz vidriosa, apenas ocultado tales ideas, donde solamente el color de la piel importaba y el orgasmo, en su nombre. Pasaron varios minutos sin que nadie se le acercase llegando a preguntarse ella si se había olvidado de colgar la indiferencia antes de entrar y estaba espantando clientes, cuando un caballero interrumpió sus pensamientos con una frase trillada pero bienvenida.

     “Una mujer tan bella como…”

     No escuchó el resto, sino que dedicó su atención a la imagen del hombre, a su sombrero, a su traje y a la enorme billetera que llegó a imaginar. Sus modales eran refinados y acompañaban cada palabra en la medida justa: no se movían un centímetro de más y esto cautivó rápidamente a Bella.

     Un instante después, sus ideas eran desplazadas por un susurro de placer. El cliente había dejado su nombre dentro del cajón en la mesa de luz, junto a sus llaves y la tan preciada billetera. Las oraciones quedaron rápidamente de lado y sus besos comenzaron a manchar la piel de ella, contagiando el ambiente con aroma a brandy. El placer se le antojaba sugerido, algo más que una actuación pero menos que el paraíso. El caballero se abandonaba a los instintos básicos, el primero de una cuenta ya perdida y lo hacía pero de cuerpo; su mente sumaba la cantidad de cosas que compraría al final de la jornada. Mientras Juan Pérez tomaba lo que creía suyo, la pelirroja recordaba cuánto le hacía falta para la cuota mensual de la escuela de su hijo Daniel y de la diálisis de su madre por pagar.

     El hombre podría ser refinado frente al mundo, pero embestía como si ella fuera de madera, y lanzando groserías, sabiendo que los objetos no escuchaban. La habitación pasaba desapercibida pero tenía en el techo un espejo de pared a pared y ese detalle le gustaba a ella, aunque los movimientos torpes de Juan lo volvieran algo estúpido y aislado. Nunca elegía ése cuarto pero él había insistido: juró hacerle cosas que ni siquiera con su esposa se animó y Bella sonrío de manera tonta, respondiéndole que nunca se iba a olvidar de ese rato. Los gritos del hombre alborotaban el lugar cada vez más y ella se sintió incómoda, sin razón alguna. Las piernas se quedaban dormidas en nombre de su rutina y se preguntó de repente porqué le molestaba tanto barullo, algo común de sus días laborales. Tenía el cuello con olor a Malt y saliva, un colchón endurecido en donde apoyaba su espalda y un hombre anónimo dentro de su dignidad. Pasaron varios minutos dando vueltas en su cabeza y cuando creyó no aguantar un segundo más, el instante se fracturó inesperadamente y Juan alcanzó la eternidad. Por inercia, ella contó los segundos antes de apartarse y luego de hacerlo, envió al hombre a limpiarse.

     "Y faltan varios caballeros refinados más", pensó.

     Tomó un instante para dejar el cuerpo respirar, haciendo caso omiso de ése pensamiento.

     Se oyó repentinamente un barullo fuera de la habitación y la puerta se abrió. Un hombre entró al lugar y se encontró con la mujer, desnuda sobre una cama de sábanas grises, cual Venus posando en una pintura erótica. Su mirada era tranquila y con la misma empezó a tomar fotos de todo el lugar. Un joven fotógrafo, ataviado de un sombrero marrón y lentes enormes entró detrás y lo imitó pero con flashes reales, murmurando cada tanto palabras de asombro, a las que el detective no les prestaba atención. Se acercó a ella y su cuerpo se encontraba tibio, camino a tomar ese frío que nunca más se iría: Bella llevaba muerta varias horas, apuñalada hasta el cansancio en el estómago y sus pechos, logrando que la sangre de sus labios se derramara por doquier.

     - ¿Quién quisiera matar a un ángel, así?- llegó a oírle decir al fotógrafo.
     - A Karla.- contestó, sin vacilar.
     - ¿A quién?- volvió a preguntar el joven, dejando en claro que era un novato en cuanto a noticias recientes se refería.
     - Al hombre que me va a asesinar.

     El detective sacó un cigarrillo de su bolsillo, lo observó varios segundos y deseó que no le faltase uno el día de su muerte.

martes, 5 de enero de 2016

(título cliché)

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Trilogía: parte dos punto cinco.

No recuerdo cómo fue que la idea de prejuicios vino a mi cabeza. Si hago memoria, creo que tiene sus raíces en una charla con una amiga y que luego, se extendió de manera viral por toda mi mente, viviendo instantes de original pobreza y otro poco de rica fanfarronería. Forzando la memoria, llego a entender que viene de la idea de "opinar" sobre las acciones de mis queridos terceros.

Antes que nada, ¿somos extraños? ¿Venimos al mundo para ignorar nuestros defectos? ¿De qué manera podemos mejorar si creemos que todo lo que hacemos está bien? ¿Por qué enojarnos, entonces? Hipócrita el escritor, no. Fuera de su cuerpo, seguro. Digo lo de enojarme porque siempre que analizo tópicos, mi "ser" humano forma parte del espectro observado.

Es decir, soy una rata más, perdida en el laberinto.

Varios me han dicho, de manera sutil o frontal, que soy una persona prejuiciosa y en todos los casos me dio gracia. Tienen razón, claro está. Sin embargo, el simple hecho de que te planteen con actitud esa crítica "de""constructiva" (si, las dos separadas con comillas) otorga un juicio sobre tu persona. A ver: nacemos llenos de prejuicios y los aplicamos durante el resto de nuestras vidas; si no fuera así, usaríamos todo tipo de ropa, nos gustarían todo tipo de música, no contemplaríamos entre bien y mal, nos casaríamos y divorciaríamos sin culpa ni responsabilidad... Hasta dejaríamos de usar el etcétera. Somos individuos que crean juicios constantemente y que luego se transforman en gustos, placeres, enojos, negaciones, vicios, deseos, metas, METAS... sí, metas. Y puedo seguir enumerando.

Metas.

Quiero decir, sin prejuicios somos entes que aprueban toda acción que el ser humano comete. Sin ellos, no sabemos lo que nos disgusta y, por asociación, lo que nos gusta. No justifico la constante actitud de criticar a los ajenos pero, sin juicios, no lograríamos ver lo que está mal.

Aún así, resulta difícil encontrar el punto medio, como siempre. La imperfección nos rodea y nos contamina, los seres humanos estamos acostumbrados a equivocarnos y luego, obligados a aprender de esos errores.

So... enojate cuando emitan una opinión sobre vos o algo que hacés pero nunca dejes de analizar los varios porqués.

Ya terminando, quiero decir que lo sé: pienso demasiado, lo se. Aún así, agradezco tener éste blog y por momentos, la cabeza fresca para mantenerlo. Me ayuda y mucho, dándole un espacio a mis dudas y un camino para llegar a conclusiones, más allá de que sean erroneas o correctas.

Me sirve.

Y quién dice, tal vez a uno/a más.

G

PD: no se si está de más decir pero, PREjuicio es emitir opinión sin conocer a la persona que se juzga. Hoy en día, se usan los dos términos sin diferencia y puede que haya cometido el mismo error, en el post.

lunes, 4 de enero de 2016

Un ladrillo gastado

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Trilogía: parte dos.

Cuatro de enero y tarde para el post...

¿Tarde? ¿Quién escribe? ¿El súper yo? Andá a lavarte elsldjklsdljkfsdjklfljkdkljfdljkdfkljfdkljld.

Orto.

Tengo sensaciones que me obligan a caminar sobre el límite que separa al instinto de la paranoia. Esas sensaciones tienen que ver con el comportamiento de ciertas personas allegadas a mí y sucede que la duda es uno de los defectos que más odio de mi persona, por lo que llevo a plantearlo aquí o allá, donde me escuchan, donde me leen y donde me ignoran.

¿Cuán seguro puedo estar de mis corazonadas? Admito que mi paciencia se ha vuelto del tamaño de una pasa de uva y que mi comportamiento visceral provoca ácidas respuestas por parte de terceros. La cuestión es que noto cierta incomodidad entre amistades (no entre todas) y una especie de "cola de paja"; tal vez, siendo imparcial... veo "un cansancio hacia mi persona", aunque no puedo precisar como quiero. Lo curioso de la cuestión es que sucede con dos personas que, cuando están conmigo por separado, no les sucede y los ratos fluyen con normalidad. Curioso.

Esto nace de dos hechos aislados sobre discusiones incómodas en fin de año y otro tanto, de mi paranoia "sincupoporpartedeterceros" y que tanto rompe las pelotas entre conocidos. Soy una persona que medita demasiado sobre ciertas cuestiones y puede que no pretenda criticar a la gente que vive su vida como puede aunque sí escribo sobre momentos que tienen que ver conmigo. La mezcla de egos tiene un principio, un áuge y un final: éste último suele llegar sin aviso y hasta pasarnos de largo. Cuando sucede, nos encontramos en compañía de personas que nos molestan o se sienten huecas de respeto; el problema nace cuando se trata de gente a la que apreciamos...

Sólo divago, quiero decir. Es una de tantas conjeturas.

No puedo evitar que la valentía del impulso o que los brazos torpes del autoestima me alejen del mundo. He vuelto, claro que sí y con la cabeza "quieta" pero no como yo esperaba... Puede suceder que no haya encontrado la manera correcta de insertar mi presencia en la vida de los demás y que, más allá de apreciarme durante tantos años, mis amistades ya no crean que merezca credibilidad.

Eso o la paranoia es ajena al escritor.

U otro extremo.

Y van...

G