martes, 12 de julio de 2016

La misma voz invisible

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"Pero no ignoro del todo la respuesta. Estoy a punto de cumplir los cuarenta. No puedo seguir fingiendo que el mundo me es desconocido, o que me gusta la mayor parte de las cosas que he visto. Soy el hijo de mi padre. Esa es mi herencia, la sombría certidumbre de que hay más crueldad de la que nuestro entendimiento puede comprender. No puedo pretender que mis sufrimientos hayan sido legión. Pero he visto mucho. Vi el alma coja de mi padre, lisiada por uno de los grandes crímenes de la historia. He visto el tormento y la necesidad; la rabia ciega y apasionada que provoca comportamientos desviados de muchas maneras, todas ellas horribles, en nuestras mismas calles. Como fiscal he intentado combatirlos. Declararme la espada enemiga de los espíritus mutilados que cometen sus fechorías con la fuerza y las armas pero, desde luego, me han vencido. ¿Quién puede observar este triste panorama tan negativo y mantener un aliento de optimismo? Sería más fácil si el mundo no estuviera lleno de infortunios casuales. Golan Scharf, uno de nuestros vecinos, tiene un hijo ciego de nacimiento. Mac y su marido, en un momento de diversión, torcieron una esquina y se precipitaron al río. E incluso si la suerte, y solamente la suerte, nos libra de lo peor, la vida, sin embargo, arrastrará a muchos. Hombres jóvenes de talento presa del abatimiento bebiéndose sus vidas. Mujeres jóvenes, llenas de esperanza, traen hijos al mundo, ensanchando las caderas y ven sucumbir su espíritu cuando la mediana edad se les va de las manos. Toda vida, como todo copo de nieve, me pareció entonces única en sus miserias y en la rareza y nimiedad de sus placeres. Las luces se apagan, se hacen tenues. Y un alma no puede soportar tanta oscuridad. Yo fui tras Carolyn. Con toda deliberación e intencionalidad. No puedo decir que fuera un accidente ni una casualidad. Era lo que yo quería. Lo que yo quería hacer. Yo fui tras Carolyn."

"Se presume inocente", fragmento.

G

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