lunes, 9 de mayo de 2016

Lógica nociva

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(¿En serio pensaste que era una declaración de amor retrasada? Sabés... siempre tuve la idea de que leías el blog, no de que lo entendías.)

Después de cuatro años, terminé con el rubro de diarios. Diversos factores me llevaron a renunciar, ninguno por conflictos internos (aunque sí existieron) y si tengo que nombrar la razón principal, fue la de no volver a levantarme sábados y domingos a las cuatro de la mañana... xD

Pero el ambiente... un lugar donde nadie menciona un libro o compra la colección de Julio Verne para amontonarla y usarla de mesa improvisada. Así como alguien te cuenta que espera no cometer una infidelidad y a los cinco minutos, exclama que no sabe cómo mantener a flote su costado de la relación. Son todos malos entendidos, el teléfono descompuesto hoy es representado por Whatsapp o cualquier otro medio social online, un cigarrillo al que muchos están acostumbrados y quieren que el resto también se envicie. Yo leo, mi ex encargado apila libros, yo respeto su propiedad, él me critica por lanzar un comentario nacido inconscientemente en inglés. La mente es cerrada y aún peor el futuro.

Peor, porque cada generación es más viciosa que la anterior y menos simplista. La vida es para vivir, trabajar, servir, amar y demás etcéteras que simplifican el respirar. Sin embargo, bajo las banderas de la psicología, del sobrepensamiento, de la filosofía y de la falta de sentido común, nos encontramos delante de la peor definición de seres humanos que podemos hoy conseguir. La gente de antes bebía porque les gustaba y hoy, bebemos para emborracharnos o para olvidar; se lee para aprender a vivir, no para conocer una historia fantástica y maravillosa o simplemente para disfrutar. Las charlas más simples se complican porque las personas no sabemos elegir los momentos para contar ciertas cosas o a quién le contamos qué; ocultamos nuestros defectos criticando los ajenos o justificamos los abandonos, aún cuando fuimos artífices de los mismos. Y damos explicaciones... más explicaciones de las que debemos o las damos porque las exigen, porque es un vicio, porque somos menos y queremos ser más, más que un familiar, que un amigo, que nuestro héroe...

El ego es nuestro peor defecto.

Este post es sobre nada y sobre mucho, tengo tantas ideas acumuladas y pocas ganas de expresarlas que siempre hago esto, luego de un tiempo, sin forma ni nombre... bueno, un título seguro consigo después y hasta tradición, digo... coherencia, lógica. Lo que quiero decir, con todo este barullo es estoy más acostumbrado a la rutina y a la tradición que a lo inesperado de una charla con terceros. Ya sea por un secreto mal guardado, por un juicio mal hecho o por un impulso propio de un animal con cerebro: cada nueva generación afloja las cuerdas limítrofes y esto no hace más que demostrar que el instinto nada tiene que ver con el pensamiento. Cada generación se flagela más con las experiencias y absorbe a otros porque puede, porque ayuda a ocultar o porque... no se, porque tampoco lo sabe.

Al menos el instinto eso es: naturaleza, comportamiento justificado e intachable.

Al contrario de la lógica, necesaria y corrompible.

Quiero decir abiertamente que no soy uno de esos amigos que solamente escuchan. Siempre elegí ser de los que se arremangan pero, lamentablemente, mis últimas amistades no lo han inspirado o incluso, algunas lo han empeorado.

G

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