sábado, 3 de diciembre de 2016

Puntos ciegos

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Cincuenta y trés visitas a Inocencia Perdida. Noviembre fue un buen mes para postear.

Por otra parte, he tenido un par de semanas donde posteé más de cinco veces pero es común... a medida que llega fin de año, me dan más ganas de escribir en blog que en el resto del año y no encuentro mejor manera de entrenar para la trilogía.

Ella me pregunta porqué me resulta tan fácil contestar tranquilamente ante conflictos inminentes o desacuerdos, a lo cual respondo que no siempre fue así. Es más, puede que no resulte siempre así. Existe una parte de mí mucho más bulliciosa e impulsiva, donde reacciono más como la brújula de Jack Sparrow, que sabe donde apunta pero pocos saben leerla... aunque no siempre sea de ayuda para el resto.

El punto se halla donde uno deja de preocuparse por la estabilidad de ciertos lazos, cuando uno deja de mirar con ojos dulces a los que uno está acostumbrado a tratar. Y yo, pasé la parte más difícil, que fue la de aprender a sobrellevar a mi familia, con sus escondidos y profundos problemas de entendimiento. Superada la prueba mayor, el resto me pareció algo rutinario. Dejás de mirar hacia ciertos puntos, como cuando una persona no mira lo que realmente le gusta, para no quedar en evidencia, con la salvedad de que no lo hace porque no le interesa. O ponés barritas negras, de manera que puedas mirar alrededor pero no en el centro, donde sabés que hay algo que no te conviene ver... Es carne muerta, dicho de una manera abrupta y, si bien llegan los momentos en los que uno se plantea si es correcta esa manera de proceder, nada podemos hacer en contra del entrenamiento de la raza humana... nada se puede hacer con el animal que se acostumbra a comer sobre la mesa.

La comparación es exagerada, aunque tomo el concepto, el "infinitivo", para denotar que muchas veces la flecha apunta hacia adelante y nuestra naturaleza la sigue sin poner objeciones.

Pffff.

Por otra parte, le confieso que mi primer pensamiento fue mucho más soberbio y amargo, para terceros.

"Puedo ponerme a la altura de otros, aunque otros no puedan ponerse a mi altura."

De mi falso narcisismo hablaré en mi próximo post.

Por ahora, me voy con un golpe en el hombro.

G

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