domingo, 6 de noviembre de 2016

Melodía, vieja amiga

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Llevaba unos siete años sin escuchar Kiri, porque ciertas circunstancias convirtieron la canción en olvidable, como sucede con tantas otras y cuando involucra parejas ya disueltas. No es que fuera mala o algo terrible pasó en el medio, creo que la cuestión pasó por falta de compromisos y eso... volvió cada monumento plural en muchos recuerdos singulares, sin peso.

Esto es, intrascendente, fácil de olvidar.

Historia corta: he tenido algunas buenas como estandarte de relaciones y que luego, mis exs las han convertido en nuevos buenos momentos con otras parejas, dejando que esas mías o "ex" nuestras se pudrieran en el fondo de un cajón. Es algo de momento, no es que dure una eternidad, aunque intensos momentos son... pffff, situación de vida o muerte... (?) Puro melodrama, que con el tiempo se convierte en tragicomedia. Y por supuesto, de una tensión rayando lo insoportable y de título "infelicidad".

Hoy mismo, escuché Kiri en brazos de ella y, contrario al ejemplo anterior, pasó de ser tabú a convertirse en un recurso valioso. Me perdí con los ojos cerrados, preguntándome qué pensaba ella mirándome tan distendido, si se preguntaba a sí misma mi inconsciencia es todo lo que necesita para sentirse completa. Bueno, puede que haya sido un divague mío, aunque los gestos no traicionan, dicen algo... forman nuevos pedestales, nuevos estandartes. Confuso, ¿no? Puede que la espiral en la que incurro en este instante sea "el todo", lo que me importe en este blog.

Puede.

Tantas veces me han robado canciones que jamás me pertenecieron, que sentí Kiri era bienvenida a formar parte de la nueva familia.

Ouch, ella me va a matar.

Siempre tendré tiempo para revanchas.

G

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