domingo, 27 de diciembre de 2015

Un enojo de calidad

.
Trilogía: parte uno.

Llego enojado al veintiséis.

Y el humor no mejora para el domingo veintisiete, la falta de atención gratificante en el ámbito laboral pone la cereza del postre o, ¿serán los testigos de jehová que me encuentro al volver a casa, mientras pateo baldosas? (Ahora ofrecen conocimiento por internet)

Piden que no me enoje pero llego enojado a las fiestas, cumplí con casi todas las demandas que el mundo me pidió pero el mundo se mantuvo igual. Me alejé, me mantuve en secreto, llevé conmigo todas las ridiculeces y egocentricidades que tanto molestaban. Decidí cerrar el pico, dejar que otros hablasen, despojar al prójimo de mis malas intenciones. No amé nuevas mujeres, no busqué nuevos amigos, no formé nueva familia, no me compré nueva casa, no tanteé nuevo trabajo, no trabajé los abdominales; simplemente mandé la mente a trotar, la obligué a transpirar todo el alcohol que llevaba en sus neuronas y que no le permitían pensar con sobriedad. Dejé mis ideales colgados en una soga y secándose al sol, aburriéndose ante la falta de práctica. Hasta tomé clases de comportamiento y vals con la soledad, la mejor maestra de egos que jamás haya existido. Pero el mundo, no. El mundo se mantuvo igual.

Y eso me enoja, mucho.

Volver al ruedo y ver que el mundo nunca se detuvo fue un bocado difícil de digerir y aún así, el universo sigue sin girar sobre mi eje: puedo escribir en él y elevarlo más que al infinito; sin embargo, jamás te metas en el bolsillo de quienes se sienten sobre vos en imaginarias y poco autoestimadas escalas sociales. Quienes carecen del talento buscan destruir a quienes sí lo poseen. Eso mismo me hace creer que a veces, socializar se remite a ponerse un preservativo, descargar unos cuantos hilos de conversación, vestir de nuevo el rostro e irse, sin dejar un teléfono anotado o siquiera un "adiós".

Admito que aún sostengo un mapa sobre terreno social y que me encuentro preguntando direcciones pero... llega fin de año y la plata vuelve a preocuparme, porque a otros les preocupa. Pienso en dinero porque existen personas que no saben decir "gracias" y esperan que entiendas esa falta de agradecimiento, porque no son pacientes, porque llevan miles en sus bolsillos y yo, setenta pesos. Porque saco el billete igual, porque no tengo bonos ni aguinaldos ni vacaciones pero si un jefe que se olvida de que no falté un sólo domingo a laburar, en más de un año. Porque quiero preparar lo que tanto me gusta cocinar y aún no se si me van a pagar por adelantado, aunque sean chauchas y palos. Tengo bronca porque la gente se preocupa por tanto y se olvida que otros tenemos memoria y actuamos con desinterés porque es naturaleza.

Será que el mundo sólo aprendió a pisar al siguiente en la lista.

Llego enojado a la segunda parte, claro que sí: las conexiones representan algo más que palabras por whatsapp y estoy cansado de elegir el peor momento para decirlo por centésima vez.

Será que ya nadie cree en mi, que los hechos pasados siguen culpando con el dedo fiscal de los más queridos seres.

Estoy enojado, porque confío, porque soy leal, porque digo la verdad, porque estoy, porque viajo, porque me la banco, porque no puteo, porque mato chismes, porque no tengo vueltas, porque soy como soy y todos ven nada más que ése soy. Porque soy auténtico.

Porque no sé cómo conformar a esa parte del mundo que me obliga a compartir.

Porque no estoy seguro de entender si necesito compartir tanto o algo.

O vals.

O no.

Johnny B. Good.

G

sábado, 5 de diciembre de 2015

La mano objetiva y el estornudo emocional

.
Je, pensás que cambié de etapa, ¿no? Pensás que soy un panqueque, que la política me ganó, que no puedo ocultar más mis sentimientos, que nadie puede mantenerse objetivo por tanto tiempo.

Jaja, estoy re loco.

Admito que he visto a pocas personas ser objetivas con ciertos temas y llevar adelante sus vidas por otro costado, separando de manera impecable sus laburos de la familia o dos entornos muy distintos entre sí. De mi lado, estoy en el momento crucial, donde todos mis escritos se ponen a prueba. O incluso, mi juicio.

¿Quién se pone el traje de juez?

36.

Chiste interno.

Si partimos de la base donde el ser humano tiene la obligación NECESARIA de respetar el espacio del siguiente, debería de encontrar con facilidad la forma de separar sus sentimientos de las responsabilidades. Claro que, pocas veces se cumplen los requisitos y no todos los seres humanos poseen el mismo temple. Aún así, con el paso del tiempo y la cantidad de información que asimilamos (a comparación de otras épocas, sin internet ni tv) es monstruosa, incluyendo las opiniones que no pedimos. Sabemos, podemos, las herramientas están al alcance pero al final, depende de la voluntad de cada uno.

Qué difícil es emitir juicio sin involucrarse a nivel personal, ¿no? Aún así, cada cuestión, moral, idea o consecuencia se deben al origen que las engendra y como usuarios, eso nos convierte en dioses de nuestro mundo privado, donde debemos elegir cuándo expresar los sentimientos y cuándo usar la lógica. Si escribís una carta de amor, también sos capaz de redactar en la columna de un diario y de manera objetiva.

Porque la gente que influenciás merece vivir el mismo punto de vista, limpio y sin contagio emocional.

En fin... a veces no puedo evitar imaginar que la vida fue creada y luego montada por científicos ancestrales, quienes calcularon vivirla en algo llamado "planeta"... como si fuéramos ratones y vagabundos dentro un laberinto.

G

PD: Por eso quise crear otro blog, más subjetivo: cuando la cordura vuelve y los silencios se tornan aburridos, es mejor dar un paso hacia la negrura, recuperar la memoria y animarse a vivir, de nuevo.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Alérgico a las monedas.

.
Estoy molesto, bastante.

Primero, conmigo mismo, porque no siempre puedo llevarme alzada la ciclotimia y controlarla a gusto o placer. Segundo, porque tengo una amiga que cuando le cuento un problema o una inquietud, me habla de ella. Ya no escucha como antes.

Vamos al punto: el escritor no carece de la cualidad de escuchar a terceros pero tiene incrustado en el adn un gen que lo obliga a hablar mucho de sí mismo y sobre todo, lo hace cuando llega la soledad o el exilio, como le toca vivir hoy. Es una persona que puede prescidir de ciertas necesidades físicas pero no de las sociales, por más que haya aprendido a vivir mejor solo que mal acompañado. Repito... puede escuchar y por lo general, apela a consejos simples pero efectivos...

Y sin embargo...

Cuando una persona posee la necesidad diaria de comunicarse, aunque fuese para decir huevadas o desentrelazar teorías ridículas o alpedíficas, su cabeza respira aire, como si de una casa ventilada se tratase. En cambio, si lo que vive a diario es silencio, es como si la misma estuviese herméticamente cerrada y alguien dejase la llave del gas abierta. Imagínense cuando alguien se acerque y abra la puerta.

El escritor no es hipócrita, sabe que la acumulación de ideas es la otra cara de la moneda que eligió lanzar: se alejó de todo y de todos pero no sin pagar el precio del abandono social. Una cosa no puede vivir sin la otra, socializar es como aceptar el matrimonio y donde uno vive con lo bueno, con lo malo, con lo feo. La gente es egoísta, lo se, pero también tiene "ése no se qué" necesario para nuestro organismo mental.

Sin embargo, si queremos algo de la gente, debemos tener algo que ofrecer, a cambio.

Se que ella no lo hace adrede, porque necesita hablar y sacar, también. El problema radica en que ambos necesitamos atención y la pedimos en el lugar equivocado.

Eso.

O algo más, como alergia a las monedas.

No sé.

G

viernes, 16 de octubre de 2015

Mente en círculos (lectura y grabación)

.
La minita está más flaca.

Se nota que ya está soltera.

Vuelta al ruido, vuelta a las bocinas, vuelta a los empujones y a la ciudad que solamente puede entenderse a los gritos. "Hay más viento que odio" rezó un paisano, en Mosconi. Acá sería "más caprichos que celulares".

No se de qué hablar. Bueno, tengo un mix de cereales en mi cabeza pero no defino cuál de ellos es el más nutritivo para el blog. Por ejemplo, pienso en lo ruidosa que es la gente o en la necesidad que tiene de gritarse, cuando quiere algo. También pienso en todos los que no se destacan en algo e invierten el esfuerzo en envidiar a los que sí lo hacen. Puede que también quiera mencionar aquel momento en el que te dije "si te vas, no voy a buscarme otra", jodidamente cierto, hoy por hoy, pero...

Admito que me gustó la manera literaria con la que lo dije y no la sentimental.

¿Recuerdan toda esa magia ignorante? De la jovialidad que nos impulsó siempre al vacío del amor, de las promesas que fácilmente se deshicieron al mojarse con agua. ¿Cuántas veces sacamos la rosa de la galera o cortamos el alma en dos? Para el deleite de otros, digo, la energía adolescente nos maneja y nos empuja hacia donde quiere, sin medir las consecuencias o tener la mínima decencia de pensar en nuestro futuo bienestar. Te sube a la montaña rusa pero no te acompaña cuando te bajás.

Pobre adultez, se lleva todas las decepciones y las piedras de los malos caminos que tomamos. Pfff...

Siendo adultos nos damos cuenta de que la vida no es inmune a las resacas. Dejamos de creer en tantas cosas, achicamos los círculos de amigos, perdemos contacto con parientes, aprendemos a hablar a espaldas de otros... Un adolescente tiene energía pero no experiencia y el adulto, viceversa, así como el primero actúa y el segundo, elige.

Recuerdo las primeras épocas en que salieron los cds, donde uno marcaba la diferencia entre lectora y grabadora por su velocidad de lectura: la grabadora, al girar con menor velocidad, lee sectores con mayor detalle, a la vez que la lectora los omite, al girar cuatro o cinco veces más rápido. Pienso que los adultos somos como grabadoras... analizamos "tal vez demasiado" las cosas y no siempre actuamos, más allá de luego equivocarnos o no. El adolescente omite las consecuencias, esos pequeños detalles que afectan el funcionamiento de nuestra vida diaria.

El adolescente lee la vida, el adulto la graba.

Cliché.

Me voy a levantar de la silla, pero no voy a mirar hacia atrás.

Bah, como tantas veces lo hice en blog.

G

lunes, 28 de septiembre de 2015

Un "crack" en la mente

.
Hoy tengo un día subjetivo.

Una de las principales razones por las cuales me siento distinto del mundo que me rodea es la falta de necesidad de conflictos. De hecho, es algo que me produce alergia y me aleja de las personas, llevándome la sabrosa conclusión de lo necesarios que se han vuelto para muchos... digo... existe gente que necesita de conflictos y si no los tiene, los genera.

A nivel personal, tengo demasiados ejemplos pero no sería subjetivo si hablara de mis errores, hoy...

Conviví varios años con una mujer que me cargó en mi cuenta varios problemas sociales y, más allá de mis propios errores (que no fueron pocos), sí tuve que lidiar con su falta de responsabilidad hacia ellos. A veces, ése tipo de cruzada nace sin desearlo y uno debe hacerse cargo, aunque no lo quiera. Ella no lo hacía pero sí dejaba que los demás nos preocupáramos. Al final, quedé en una posición más comprometida que la del origen y nunca más pude limpiar mi imagen.

Admito que tampoco me interesó hacerlo.

En el presente, me cruzo con un compañero de trabajo al que le gusta hacer chistes sobre mi sueldo, sobre los días que tengo franco y porqué llego diez minutos tarde. Hasta ahí es crítica "constructiva" peeeeero... cuando la situación se revierte, en la vereda de enfrente no soportan las "sugerencias" y él termina por ofenderse. Y eso que le lleva chismes a mi jefe... Le encanta generar conflicto, se apega a él como si fuera agua para el sediento.

El problema no radica en la generación de los mismos, sino en su posterior proyección hacia terceros. Por regla general, no medimos el alcance de nuestros derechos ni mucho menos respetamos el territorio que ocupan los ajenos (por eso es que alguien se te cruza en el camino) y tendemos a mezclar otras personas sin razón aparente o justificable. Es natural "necesitar" de lo que fuere, no así el creer que somos el centro del universo y que cuando entramos a un lugar, todos los que estén allí tengan que callarse la boca y prestarnos atención.

Hoy charlaba sobre algo laboral con ése mismo compañero y una clienta apareció de la nada, pidiendo X producto y luego preguntando si nos estaba interrumpiendo.

- La verdad es que sí, estás interrumpiendo.

- Qué divino que sos.

- Señora, si no está preparada para escuchar una respuesta sincera, no pregunte.

Los conflictos, a veces, proceden de orígenes insignificantes y vuelven creíble el efecto mariposa.

Por mi parte, no necesito de ellos, adoro mi tranquilidad. Claro que, salir al mundo me exime del derecho a obviarlos pero bueh, repito: puedo elegir a quién saludo y a quién no.

Es sólo una observación, mi curioso planeta Tierra.

G

viernes, 18 de septiembre de 2015

La mirada de los otros

.
A veces, cuesta admitir que existen tantas variaciones de personalidad o, lo que es peor, admitir que existe alguien que te odie por odiar o te desee el mal.

"Existen personas a las que solamente les gusta ver el mundo arder."

Aún así, prefiero ver más allá, no buscándole el porqué justificativo, el que me deja dormir por las noches. Y no tardo en llegar al punto de revelación: el problema, muchas veces, radica en la errónea canalización de energías... Como cuando nos enojamos con la persona equivocada, pero elevado a la décima potencia.

En éstos últimos años, experimento un caso de ensañamiento gratuito por parte de un familiar directo, generado ante la falta de juicio de un tercero. Digamos que, a esta altura de mi vida, no me arrepiento de mis errores ni lamento los ajenos, pero se trata de un ejemplo del segundo tipo, donde el sujeto pierde la capacidad de juzgar correctamente a medida que suma años, convirtiéndose lentamente en un ser miserable y al que muchos evitan.

La matriz del problema es el resultado de la falsa guía que el tercero dedicó, tornando el ambiente familiar en dos secciones completamente opuestas, creando una herencia inexistente de sentimientos. Claro que, los adolescentes (el familiar ensañado) no tienen verdadero juicio a la hora de determinar si lo que dice un tercero es cierto o un desliz: recuerdo que una vez fui al colegio y dije en el medio de la clase que despreciaba a cierto tipo de gente, cuando todo lo que hice fue repetir lo que alguien más dijo... ¿Qué podía hacer? Era un salamín sin criterio, una servilleta debajo de una fritura... jaja. Papel secante.

Me llevaron a la psicóloga de la escuela, por supuesto.

Hoy en día, veo que el tema de la política está insertado de lleno en la sociedad, aunque no haya mucho que opinar, realmente. Y veo también que muchos repiten lo que terceros dicen, sin formar antes un pensamiento de lo que oyen, ni análisis o segundas ideas. Hablé hace no mucho de los clichés, no estoy repitiéndome, digamos que mi tópico se queda observando la mirada de los demás sobre vos, esa mirada que fue pintada por alguien más.

Así es que llego al punto donde uno crece y se aisla de ciertos comportamientos. A quien le importe como uno es por dentro más que por susurros, las acciones hablan pero los círculos sociales se vuelven diminutos o desaparecen. Por suerte, el escritor no se preocupa si los demás lo ven como algo que no es, ya que su criterio es de paladar fino y no se sienta con quienes se dejan llevar en falso juicio.

Digo, es mejor ser selecto que una letra más del abecedario.

Informate, leé, analizá.

Se original.

G

sábado, 5 de septiembre de 2015

Caos a voluntad

.
Descendí muchas veces a lo más profundo de la imperfección humana. Pero existen días en los que me pregunto si hablar en éste lugar de mis sentimientos, tal vez de manera indirecta pero hablar... es hacerlo voluntariamente.

¿Querés volver a esos recuerdos inertes sobre ex parejas? ¿Querés volver a ver "Eternal sunshine..."? ¿Querés volver a escuchar una canción otrora prohibida?  Lo sé... hoy no lo vivís, mañana o ayer, tal vez, pero hoy no, ya que siempre van a estar ahí, esperando a que piques el señuelo nostálgico. Nunca se van a ir.

El escritor lo dijo múltiples veces, con peligro de cansancio: los errores forman parte de uno mismo y luego hablaré de cuánto se diferencian de los ajenos pero... existen ocasiones en las que la compañía es necesaria y no así las rupturas, que nos acompañan junto a las amplias chances de equivocación. Mejor vivir, aunque los momentos duren un suspiro (cliché) y las nostalgias sean eternas. Al escritor, el desequilibrio de momentos, lo lleva al encierro.

El placer físico jamás puede faltar. Todos necesitamos ser humanos o animales, según el instinto del burro reaccione. Y sabemos turnarnos con tal o cual persona, con quién nos conviene más o con quién no nos importa estar. Las circunstancias ajenas no nos importan, lo que importa es seguir al instinto y decir luego que la mente se encuentra en paz, tranquila, descargada. Ahora, eso no significa que uno quiera repetir los fracasos, el minuto en el que una sociedad perfecta se divide nuevamente en dos y convierte a la "soledad" en el resultado de la ilógica suma de uno más uno.

- "No quiero volver a llevarme la ropa del cajón."
- "No quiero volver a lo de mis viejos."
- "No quiero recurrir a otra persona para llenar un hueco."
- "No quiero prohibir más canciones."
- "Etcétera."

¿Será entonces tan poderoso eso que ustedes llaman "amor" como para unir tantos años apostados, luego tirados a la basura? ¿A dónde vamos, en realidad? Si todo es repetición, barrer bajo la alfombra, clavos y buscar con la mirada un paisaje más agradable. Es un capricho, lo sé, el escritor sigue siendo un ser humano pero... eso del egoísmo será para otra ocasión.

Al final de cada post, el escritor pasa la gorra, siempre.

El caos, sin embargo, inventa una sensación de voluntad más impropia y tirana que justa.

Algunos le llaman "autosabotaje".

G

sábado, 8 de agosto de 2015

Caos y repetición

.
La vida, el arte de la repetición.

Pero un día te levantás y decidís no volver a repetir, elegís vivir de lo arbitrario, de lo original, de lo único. Elegís mantener una sola relación estrecha, cuidarla, entenderla en su tal vez, darle lo mejor de vos... si es que hay algo mejor que sentirse superior, gracias a esa persona.

Caminás tiempos infinitos y nunca cambia el desequilibrio tirano de lo malo, pero lo bueno... lo bueno pesa más e ignorás los resultados, siempre y cuando despiertes a tu manera, con ella al lado, con él, con quien quieras. Caminás y la vida se vuelve una rutina más acorde a tus gustos y nada importa, podés ceder intensidad que el resultado siempre será el mismo.

Sin embargo, se termina. Se esfuma, como tierra que removés del hombro. Pero... no querés repetir, la vida es un arte que ya no practicás, sino que vivís bajo tus propias reglas y necesidades. Te obligan a afrontar las consecuencias, te quitan algo a lo que ya te acostumbraste. O lo perdés, se lo regalás a la colectividad mundana, porque tus defectos fueron un reflejo del montón. No todos/as soportan los malos ratos de uno... nada está por delante del egoísmo humano.

Y te desacostumbraste a repetir. Sabés cómo... no querés. Nunca faltan los desfiles, ni las llamadas de atención, hay mundo suficiente como para hacer que sueñes siete días pero no... repetir ya no va con el menú. No existe clavo suficientemente grande o martillo pesado que hunda el clavo anterior.

Es un estado caótico, el de los pasos difíciles.

Todo tiene un tiempo, escritor. A veces, el orden universal no tiene un porqué pero sabe elegir los momentos. Existen dos tipos de personalidad: la del distinto y la del colectivo. En la primera se cree que forma parte del segundo y por eso es que se equivoca, cuando la lógica puede saborear el momento indicado, si no es cien por ciento acertado, pero un acento para el instinto. Las que pertenecen al segundo grupo, enriquecen ferreterías, compran clavos al por mayor y muchas veces, eligen vivir en la ignorancia.

De ahí el dicho.

Ninguno de los dos estados es villano, el arte de la repetición es más un punto de vista objetivo sobre lo que está bien y lo que está mal.

Solamente tenés que... elegir, elegir a qué bando pertenecés, por naturaleza.

G

martes, 21 de julio de 2015

El juego de la verdad

.
No se si posea en este instante el humor como para desmenuzar el porqué de las mentiras, tan así que prefiero establecer la siguiente afirmación:

"Los mentirosos son cobardes."

Los escritores somos grandes mentirosos y nos movemos bien dentro del juego de la verdad pero, la vara nos mide distinto: si somos cobardes, dependemos del grado de encierro en el que vivamos. Y no todos son encierros físicos, algunos son mentales, en compañía de ideas toscas y obtusas.

En términos sociales, la mentira nace de un "miedo"... el miedo a la reprobación, tanto hacia la personalidad del interlocutor como hacia la del oyente. No existe algo mejor que la pura verdad, una "cosa" que no te oculta secretos, que te deja saber, que comparte con vos su transparencia. Sin embargo, existen cuentos que no agradan a todos y más cuando tratan sobre defectos, diferencias o adicciones. El ego de una persona posee distintos niveles de autocrítica y cuando son rebalsados, tienden a recurrir al juego de la verdad, aquel donde las mentiras pueden sentirse legales.

Evitar las críticas o las reprobaciones puede convertise en un vicio; cuanto más nos cuesta admitir que nos equivocamos o que merecemos un "castigo moral", más nos adentramos en el mundo del subterfugio. Es un camino fácil, ya que nuestro cerebro piensa de manera más rápida mentiras que verdades, como si sólo desease un mundo perfecto naciendo de nuestras acciones...

Hemos sido grandes mentirosos/as durante gran parte de nuestras vidas y pocos deciden confiar plenamente en la verdad. No seamos hipócritas: admitir que fuimos, somos y seremos seres humanos imperfectos, llenos de defectos... no es fácil. Aún así, nuestras almas no merecen ser teñidas con aristas que pretenden ser definiciones de un diccionario y no son más que opiniones individuales.

Mentiras, madres de secretos.

Plus, no saben medir el peso de la dignidad.

G

viernes, 3 de julio de 2015

Tan feo como escribir "incongruente"

.
No me vengas a decir que me equivoco, que en treinta y cinco años tuve tiempo de sobra para asimilar todas las teorías.

Mi amiga no logra entender muchos conceptos condicionantes en mi manera de pensar. Yo creo que, si se tomara un colectivo más seguido y deseara sentarse a desglosar cada parte de su "amistad", le resultaría pan comido. Pero es algo de parejas, ¿no? Tal vez me tenga que comportar como uno de esos hombres genéricos y deba acostarme con ella.

La idea que da vueltas mi cabeza está nublada, nublada por la bronca que siento, por momentos, sobre todo aquel que no usa el sentido común al socializar. Creo que... tiene que ver un poco con lo fácil que se ven las raíces de esos problemas extensos, otro tanto con la falta de ganas a la hora de solucionarlos y una pizca final de REAL egoísmo.

Ahí está, le tengo alergia al egoísmo.

Cuando un animal te rompe una bolsa de basura y te desparrama por doquier lo que luego tendrás que limpiar, te da bronca pero terminás pensando de que es un animal, de que no piensa, no razona. Y lo dejás estar, porque es un animal.

Es un animal, claramente.

El ser humano no lo deja estar porque "es un animal", lo deja estar porque es "ser humano", una creación egoísta y llena de errores, que en principio cree en su bienestar y luego, en el del que sigue. La misma psicología te lo enseña, a entendimiento del que lo absorba pero... te enseña que primero tenés que estar bien con vos mismo antes de estar bien con los demás. Lo que la psicología no contempla, es que existen personas a las que a veces llamamos "las que no quieren estar solas" que realmente saben cómo funciona el trabajo en equipo y eso es todo lo que necesitan. Existen personas que trabajan mejor de a dos, de a tres, de a diez, que separadas. Esas mismas personas pertenecen a una minoría, cuando el egoísmo es quien lleva el mando, la corriente y la ansiedad.

Y esas mismas personas saben estar bien consigo mismas, a la par de estar bien con otras.

Estaba escribiendo un pasaje de mi novela "El cazador y el demente", cuando entré en conflicto con el protagonista, porque debía aceptar el perdón de una persona que hace años le hizo daño y, en su conflicto al ser "humano", quería perdonarla pero resultaba lógicamente incorrecto. Al final, optó por dejarlo estar, resignando dignidad fomentada desde su condición "imperfecta". Y dejó de gustarme lo que escribí, hasta puteé al protagonista. xD

Aún así, dejé el párrafo como originalmente lo escrbí.

En éste msmo instante, no puedo estar más seguro de que no existen los verdaderos lazos, pero sí niveles de prioridad.

G

jueves, 18 de junio de 2015

Explicación del chiste interno

.
"La mente muda y sus diez cuerdas vocales."

¿Tengo que explicarlo?

Lo sé, a veces hago "chistes internos" y es algo que he visto en muchas canciones de compositores argentinos, donde escriben algo y solamente ellos entienden. "Es sobre Malvinas", "es sobre la dictadura", "es sobre un melocotón del tamaño del Planetario". Algunos tienen éxito o se vuelven populares (que no es lo mismo).

Por lo pronto, me conforma saber que puedo escribir la mejor literatura que mi cabeza desea como lector. Claro que, no siempre es la literatura que los demás prefieren y puede que sea triste, a nivel narcisista, pero se supone que uno arranca con ésto de escribir porque le gusta y prefiere que las historias se cuenten a su manera. Luego viene lo del egolatrismo y el poder del escritor.

"El poder del escritor" se equipara a la ambición del aficionado. Al hambre de gloria, dicho de manera épica. Y no muchos poseen la capacidad de obtener lo que sueñan en grande. Existen críticos que destrozan una nueva novela cuando ellos no pudieron publicar la propia; escritores talentosos que trabajan en puestos de diarios; dibujantes que se conforman con arreglar uñas ajenas; grandes músicos que venden artículos de librería... o psicólogas que son buenas entendedoras del comportamiento humano pero que se dejan llevar por promesas poco serias, en nombre del amor.

El punto es... saber que la rutina nos lleva por caminos aburridos pero obligatorios y, sin embargo, dejar de medir la vida por las responsabilidades que contraemos y luego, tomar esa guitarra, componer un gran tema y CREER lo que vale. A veces, nos aplasta el día y lentamente, dejamos de creer en todo lo que de adolescentes soñamos. El tema es... que está, ahí, mezclado entre tanta mierda que no queremos y no podemos ignorar. Es parte del todo, hay que saber separar.

Qué digo... ya estoy divagando.

Muchas veces abro éste blog y posteo un nuevo tópico ante la necesidad de no abandonar la escritura. Escribo y mucho, pero siempre termino pensando que tengo tiempo para publicar y entonces, todos los ".txt" o los ".doc" van a parar a la carpeta G PROJECT, que tanto empiezo a odiar...

Hace un año, aproximadamente, un fallido profesor me dijo que el problema no es ser vago con el talento, sino que la realidad "común" te aplasta, te saca de cuajo del lugar que le corresponde a tu mente, te obliga a no creer en tus musas (bueno, lo dijo de una manera más simple). Ahora pienso que tenga razón, tal vez, que solamente necesitemos empaparnos de lo que nos gusta y hacerles un lugar, junto a las responsabilidades diarias.

Porque, otrora, le hicimos un lugar a éste tipo de obligación entre nuestros sueños adolescentes, ¿no?

Y volver a creer, a creer que pisamos fuerte y sabemos cómo dejar una huella.

Una huella de las que brillan.

Largá las uñas, haceme caso.

G

domingo, 7 de junio de 2015

Amanecer a la mitad de un sueño

.
Hay lugares de mi mente que respiran sólo cuando te tienen lejos.

Sueño con vos más de lo que debo, tal vez tres o cuatro veces por semestre; suficiente como para dejarme frente a tu huella, imposible de olvidar.

El problema no es soñar con un fantasma inmemoriable, etéreo, fútil, eterno en un "tal vez" e inobjetable en su función de inmadura. El quid de la cuestión radica en el catalizador que representa y sobre la misma idea, siempre: nuevas caras, nuevos recuerdos, nuevas vivencias, nuevos clavos... Veo a mi alrededor y es lo que LA MAYORÍA hace o exige... se consigue un reemplazo.

¿Es lo que viene después? Digo, ¿que todas mis ideas se aclaren? ¿Que recupere la cordura? ¿Que me de cuenta de lo malo que es para la lógica tener sentimientos? ¿Que vuelva la experiencia de haberte conocido un momento efímero más en la rueda universal del tiempo? Porque me resulta fácil ignorarte dentro de mi cabeza, mientras me las rebusco con la play o miro una serie completamente opuesta a tus gustos. Sin embargo, cuando tengo un rato para pensar, encuentro tus asuntos sin terminar, que no duelen pero molestan...

Y llego al punto de querer llamarte, de preguntarte cómo estás, demás etcéteras y blah blah blah.

No obstante, hay una parte de mí que se niega a creer en que tus recuerdos "buenos" no aceptan una sólida respuesta, que no tienen derecho a solución. Me pongo como "maniático", de seguro lo creerías, pensando y repensando en la manera de encontrar un "fix" a tanta melancolía, sin recurrir a tantos clavos ni pasamediotiempos...

Todo pasa por falta de mezcla social. Si bien nací como un ser solitario y me arreglé la mayor parte de mis treinta y cinco años solo, cada vez que decido darle intensidad a una relación redescubro lo GIGANTE que soy. Es decir, se cómo arreglármelas sin ayuda pero es sólo la mitad de mi personalidad. La otra mejor parte funciona únicamente cuando doy todo de mí por alguien más.

Y extraño eso.

Parece que, a veces, mi día empieza a la mitad del último sueño.

Hoy en día, confío en casi nadie como para volver a dar "el todo" o volver a "hablar de nada" y, si bien no siento culpas ni apuros, éstos sueños tocan un nervio al que le cuesta mucho volver a bajar decibeles.

Será cuestión de seguir buscando. O de seguir esperando.

Ya ni me acuerdo.

I see my vision burns,
I feel my memories fade with time.

G

jueves, 7 de mayo de 2015

Gente con principios

.
Podés extrañar a tu ex pareja todo lo que quieras, pero no sentís su falta hasta que lo/la ves con nueva compañía. Ahí es cuando te das cuenta de lo que es haber perdido, haya sido de manera injusta o no, hayas sido quien se quedó o se fue.

Sin embargo, éste golpe de realidad no es el eje central del post. Antes de pensar en la entrada, una frase vino a mi mente: "hay personas a las que les gusta vivir solamente comienzos."

Tenemos la vida llena de bifurcaciones, de consecuencias inprevisibles; vivimos en una burbuja caprichosa y que no perdona nuestras decisiones. "Ser" humano envuelve un paquete con mente de dios y corazón animal, avanzamos, logramos grandes metas pero siempre fallamos en la socialización. El único buen resultado es el de los hijos, quienes continúan la herencia humana y se hacen cargo del alquiler planetario. La consciencia... pffff, la consciencia es otra historia...

Es factor común la negación y, por ende, la reinvención mental de consecuencias. Existen personas que toman riesgos incalculables y que luego, no poseen la responsabilidad suficiente como para sobrellevar los actos fallidos. Entre ellos, se encuentra un grupo de gente que prefiere barrer la suciedad bajo la alfombra o, como el término general lo dicta, "sacar a un clavo con otro". Eligen reducir cualquier tipo de seriedad con la no aceptación de las propias equivocaciones. La vida tiende a darnos hojas sin renglones, infinitamente... ya lo sabemos, siempre resultando en una práctica interminable del vivir y en convertir al error en arte.

La vida es así, error y prueba, poca lógica y mucho corazón (de nombre solamente). Esa misma gente prefiere ignorar lo que sucede a su alrededor y enfocarse en paisajes agradables, olvidándose de guardar los anillos y de seguir remando. No quiero ser hipócrita, hay situaciones que no merecen solución, pero he visto al mundo y la mayoría ama únicamente los comienzos.

De ahí tanta infidelidad.

Hay personas que perdonan y permiten que los "principiantes" vuelvan a sus vidas. Difícilmente se dan cuenta de lo inútiles que representan los casos perdidos para la gente productiva. Y no piensan en aquellos que están en el medio, los verdaderos apostadores y que no vivís otro comienzo, sino que continuás respirando, buscando soluciones. Pocos creen en que los problemas deben de solucionarse, no en ignorarlos.

Existe gente que prefiere encontrar principios frescos, repetidos pero con sabor a nuevo... (iba a decir "libro", pero no quise insultar a la literatura) xD Creo que es mejor para ellos dejar de lado la parte oscura de terceros y observar cómo sale el sol del otro lado del planeta. La negación es un poderoso insecticida contra moscas y malos recuerdos, no lo olviden.

Saben... no hay razón que justifique críticas hacia ellos, cada personalidad se acomoda dentro de su caja. Aún así, a nadie le viene mal un poco de exposición...

(Tos inesperada)

Supongo que, existiendo tantos seres humanos en el planeta, la tasa de equivocación colectiva trepa a la cima del ranking social, justo por delante del sexo.

G

domingo, 26 de abril de 2015

Cantidad limitada de maná

.
"El tiempo cierra todas las heridas, el tiempo lo cura todo."

Bullshit.

Puede que en mi blog, el escritor se dedique a la búsqueda de puntos de vista alternos y que a veces, resulten en acciones redundantes, que logren trabajar el cerebro ajeno pero no sirva más que para llenar un espacio vacío de minutos... Bueno, de pasar el rato, eso.

Sin embargo...

Estaba pensando en Juggenaut, un personaje del Dota: está gozando de popularidad, hoy; sin embargo, su debilidad es la corta cantidad de maná máximo que posee y que no le permite el uso rutinario de sus excelentes habilidades. Entonces, los grandes jugadores deciden descartar una de sus mayores habilidades y dedicarse a maximizar sus pasivos, junto a la mejora de los atributos. Así, Jug puede seguir subiendo niveles, equipándose y teniendo peleas contra otros personajes sin problema alguno.

Y luego, trasladé ése mismo ejemplo a la vida real.

Uno se preocupa por una cierta cantidad de hechos diarios. En el momento de mezclarse con otras personas, se apuesta el temple en buenas o malas experiencias (según resulte cada sociabilización), formando preocupaciones de todo tipo. Cuando esas preocupaciones perduran a través del tiempo y se convierten en rutinas, el ser humano tiende a acomodarse dentro de ellas, a no desviarse, a mantenerlas lo más fieles posibles a sus gustos. Pero cuando alguien te obliga a vivir sin ellas...

Salteemos la parte en donde la pasamos horrible.

Pasa el tiempo, las heridas cierran, el corazón se cura y... bullshit, again.

Quitamos esa preocupación del medio. No dejamos de querer o "desear" ése objeto o persona, decidimos que es momento de vivir sin su utilidad. Puede que no encontremos un buen repuesto, un reemplazo que equipare la comodidad que nos hizo sentir en el pasado, pero amanecer sin la necesidad de tenerlo/a se vuelve sublime. Volvemos a ser independientes.

Entonces, si tengo al Jug sin giro, pero con los atributos inflados, puedo meter lindos críticos y usar el poco maná máximo que tengo sobre su mayor habilidad: Onmislash.

Entonces, si los días pasan sin esa preocupación en mi cabeza y los pulmones me funcionan de la misma manera, recupero la cordura y vuelvo a tener las ideas frescas.

Porque el corazón posee una cantidad limitada de maná.

Un pensamiento al pasar.

G

martes, 21 de abril de 2015

Chiste interno

.
El título completo sería "Chiste interno: una burbuja autocomplaciente".

Pocos logran encontrar el balance correcto entre vivir y sentire vivo. Es por eso que recurren a la gracia que solamente uno mismo entiende: como el poeta, que pinta la vida con metáforas coloridas o bellas de palabra, al menos.

Sin embargo, nuestra manera de ser es agridulce... elige saborear lo social y mezclarse en ello, mientras convierte toda la basura que el cuerpo de la mente vomita en algo gracioso. Ahí es cuando entra en juego el chiste interno: convertimos una crítica negativa hacia terceros o aspectos propios de nuestra experiencia diaria en bromas llevaderas y descartables, pero que sólo uno entiende.

Ahora, ¿tan grande es la necesidad de quitarle intensidad a todo aquello que no tragamos o nos convierte en simples humanos? La naturaleza "animal" parece albergar niveles de inteligencia menores o inconsciencias mayores, donde esconder la voz que critica a los demás es común y sobrada en cobardía.

Porque, al final, se trata de asumir o no nuestras opiniones.

Como dije, es natural pensar mal de una persona o de un grupo entero y luego, no hacerse cargo de esas ideas. ¿Y qué tiene de malo? Es quién somos y cómo nuestras experiencias se transforman en ideales, condicionando todas las acciones por el resto de nuestras vidas. ¿Quién te dijo que está mal ser racista o machista? El concepto se torna en vicio cuando se usa para perjudicar lo ajeno, no cuando se llama "idea" en tu cabeza. Disfrutar viendo al mundo arder no te convierte en un villano, sino en alguien que pulió su cabeza desde un ángulo distinto.

Vamos, más de uno quiso que le fuera mal a una ex o que se prendiera fuego algún ladrón falopero.

No necesitamos escondernos detrás de chistes para uno solo, simplemente debemos asumir lo que existe en nuestra cabeza y aprender a restar importancia sobre lo que los demás piensen de nosotros, de nuetras acciones... para que, al final, dejemos de usar máscaras y demos un paso importante hacia la aceptación.

Pffff, no veo mejor final que ese.

G

lunes, 6 de abril de 2015

Palabras abstractas

.
Hace un tiempo, conocí a una mujer que pintaba cuadros y de manera brillante. El único punto negativo es que había llegado tarde: ya no lo hacía, cuando empezamos a salir y, por lo tanto, no pude darme el orgullo de verla pintar. Una lástima, porque tenía obras que deleitaban la vista, ojos felinos que cautivaban al observador, una noche tan profunda que daba sueño, un jarrón lleno de almas con flores.

O viceversa.

Una de las primeras ideas que pasaban por mi cabeza era la de desconocer la verdadera razón ante su falta de inspiración y peor aún, mi entrega completa no alcanzaba para producir el milagro. Era una pena que guardaba en silencio, jamás llegué a expresarle mi inquietud, aunque nuestra época juntos fue menos que efímera. Aún así, soñaba con que algún día volviera a pintar, tal vez no para mí, sí para ella o al vacío, para quien se le antojase, que pintase, nada más.

Ya no compartíamos días, solamente inmadurez y fue cuando sumé años que me regaló una camisa, con un dragón tribal, ejecutado con la precisión del cariño y de la musa que disfrazó al egoísmo. Al día de hoy poseo la prenda pero no la uso, está amarillenta e impresentable ante terceros. Pero está, se los aseguro.

¿Voy a alguna parte con tanta introducción?

Recuerdo lo bueno que era yo dibujando y estudiando contabilidad; me veo hoy, entre todo ese cablerío de textos e ideas, preguntándome si al final las etapas de la vida no son más que sexo con desconocidos, donde la inspiración es el punto cúlmine y la ópera prima, un recuerdo... Las experiencias nos marcan y el disparador adecuado provoca al arte por donde fuere: dedos, observación, voz, tacto, corazón... Pero nada como el testigo que nos admira y se acuerda de aquellos tiempos en los que éramos artistas. Hoy, mañana, en otra vida, ya no recuerdo cómo dibujar, sí que ella pintaba cuadros y camisas con dragones tribales.

Recuerdo su arte.

Me pregunto si alguien, Vanina, Pablo, el otro Pablo, el seguridad del Burger, su hermano de Salta, Juan Manuel o el herrero, tal vez Eduardo, digo... se acuerden del viejo arte que nacía de mí.

Sólo pregunto.

G

jueves, 2 de abril de 2015

Valer menos que un perro

.
Prestar atención: la connotación hace referencia a lo que todos creemos del animal... que es una mascota, nada más. Como tal, no razona y nos hace compañía pero, como valor intelectual, se ubica dentro del calificativo cuasi "racista".

O sea, menos que un perro.

Veinte visitas el treinta y uno, sin post nuevo de excusa. ¿Quién anduvo releyendo?

Hoy recibí el peor título despectivo y por parte de un miembro de mi familia. El incidente envolvió al perro en cuestión y al que escribe: en cuanto se oyó el grito quejumbroso del animal, un tercero preguntó porqué le pegué y que si mi gato se acerca a la cocina, "no te quejes si recibe un golpe, también".

"- ¿Le das la razón al perro antes de preguntarme si le pegué o no? ¿Ni el porqué?"

Fue como la versión bizarra y absurda de una tragedia de Homero, sin vergüenza al actuarse.

El episodio no representa más que un combo gargantuezco de insultos, perpetuados con el pasar de las décadas (dos, precisamente) y me hace recordar que alguna vez les enseñé a todos sobre esperanza y hasta me tragué las tragedias ajenas. Hoy tengo algo de esa esperanza, aún sintiéndome ahogado en alcohol o gritando a través de un vidrio. La gente suele aconsejarme de que no viva en el pasado, pero son esas mismas personas las que no resuelven sus conflictos conmigo y me convierten en el escritor caprichoso, en el insoportable, en quien pierde su propósito. Es entonces cuando todos miran al perro y le dan la razón, porque quien discute por capricho no merece respeto.

Si arrancamos desde la vanidad, ¿le daríamos la razón al que contradice nuestras acciones más seguras, más allá de que se equivoque o no?

Ahora, dicen que las acciones del presente son las que marcan al ejemplo y aún así, pareciera una afirmación momentánea y conveniente.

Obviemos el ejemplo de más arriba, el del familiar que no pregunta antes de culparme porqué el perro chilló a mi lado.

No puedo engañarme, tener amigos para contarles de mis victorias no merece ser amigo/a mío y menos si llega a pensar que si discuto es sólo por capricho. No soy estúpido, llevo años estudiando el comportamiento humano y se "un poquito" de reacciones o maneras de decir las cosas. Honestamente, me siento cuerdo gracias a mis encierros y a sus consecuentes replanteos, que desembocaron en una falta de nuevas aventuras por contar y en una paz interior que llevaba años sin tantear; es natural que tantas veces hable de lo mismo y, sin embargo, cuando planteo reveses...

So...

No me voy a tirar atrás ni menos a cambiar mis opiniones porque no encuentre la manera de hacer razonar a mis amistades. La realidad es que una a una se fueron alejando, tanto por mí manera de caminar hacia atrás o porque ellas mismas siguieron adelante; al final, ninguna va a quedar, porque conozco sus huecos y no valgo en acciones más de lo que vale el perro: en sus espejos, mi reflejo muestra a una persona que puede pasar tres años encerrado en el vacío sin siquiera provocarle una reacción a mamá Teresa, dejando que yo mismo encuentre mi psicología y salga adelante.

Pues...

... no vine al mundo para vivir solo ni mucho menos, para dejar que los demás celebren mis logros personales de arriba. No hice amigos para únicamente saludarlos desde la distancia o contarles trivialidades que poco enriquecen ciertos momentos. No pude ni puedo seguir vivir con esa sensación , la de ser un objeto inmóbil a los ojos de los demás, de todos aquellos a quienes nombré "importantes" y prefirieron ocultar diariamente sus egoísmos personales, con excusas estúpidas.

Estoy cansado de esperar motivos.

El perro no tiene precio.

Ni yo.

G

PD: con la mano vendada sigo escribiendo en blog.

domingo, 22 de marzo de 2015

El bueno, el malo y el gris

.
Quiero hablar del problema sin ser subjetivo y me insisto tanto en lograr un imposible que la mitad de la cara se me oscurece.

Puede que no exista la manera, pero voy a seguir intentando.

La vida te lleva por caminos inesperados e ineludibles y las consecuencias están firmadas por cada decisión que tomamos con respecto a ellas. Finalmente, es la experiencia quien termina de modelar nuestro carácter, nuestros recuerdos y todos esos fragmentos de emoción que se dispersan dentro del ser. La vestimenta le queda chica y no existe un nombre más burdo que el de "humano". Sin embargo, es ése combo de decisiones, caracteres y emociones lo que nos permite subirnos al pedestal de la "diferencia individual".

No obstante, existen tres extremos en la vida. Sí, tres, no dos. Jugando con los estereotipos, podemos decir que existe uno bueno, uno malo y uno gris (nuevito, recién sacado de la caja). Todos, pero ABSOLUTAMENTE TODOS son dignos de respetar: a pesar de tener un poco del blanco y del negro, el gris consigue tratos únicos sobre lo inconcebible; es quien negocia, quien reconocilia, quien revela las virtudes olvidadas de los otros dos. Puede que el buenazo perdone todo y no castigue, que con el malote sea inquisidor. En cambio, el policromático siempre recuerda. Siempre.

Aún así, resultan incompatibles entre sí.

Y la lealtad es víctima en primera fila.

Siento que ya no es requisito obligado en la amistad y, lamentablemente, también me dejo influenciar por los resultados negativos que obtuve sobre ciertas inversiones desinteresadas. Hoy por hoy no tengo derecho a reclamar siquiera un alfiler, se que me he vuelto el perfecto ejemplo de quien no cree en la confianza ni en la lealtad ajena, pero no puedo justificarme porque ya no me juego por los demás. Me he vuelto un hablador, un fanfarrón que indentifica su problema: quiero ser bueno o malo, nunca gris, quiero tener seguridad en mis convicciones; no me siento cómodo siendo amigo de dios y del diablo, no puedo saludar a aquel que traiciona o lastima a quien aprecio. Va más allá de mi comprensión y de mi penitencia, no es algo que pueda evitar. Así soy.

Como dije más arriba... incompatibles.

Sabés, me siento como el fumador que quiere dejar su vicio y no puede, porque siempre tiene al lado alguien que le ofrece cigarrillos. Puedo hablar veinticinco horas de ella, pero jamás recibir un cambio inteligente de tema de tu parte.

Y siempre tengo que solucionar todo solo.

¿Para qué mierda tengo amigos o amigas? ¿Para contarles luego cómo fue ganarle a la vida sin ayuda?

G

viernes, 20 de marzo de 2015

Razonamiento inentendible pero imperfecto

.
Si la solución empieza por darse cuenta uno de las culpas... ¿puede aprender una persona de esos errores si jamás se molesta en prevenirlos? Tal vez no quiera... tal vez no lleve en su sangre el gen de la autosuperación. Tal vez no es su oficio.

Jdksllfkjsdjlfdkj.

A otra cosa, ¿sabían que las arañas te pican cuando se sienten amenazadas? Y algunos piensan que lo hacen porque son bichos.

Existen personas que tienen el cerebro tan pequeño que actuan igual, por instinto. Mencioné algo en el post anterior: la lógica no es para todos, ser humano ya es difícil de por sí y usar la cabeza, lo es aún más. En la otra cara de la moneda, se encuentra el tipo de gente que se molesta en pensar las cosas de manera correcta y luego, en aplicar sobre los demás esos "pensamientos correctos" pero en forma consejos. Claro que, no todos "los demás" aceptan una ayuda cerebral externa con facilidad.

Como los perros con un hueso, defienden el sustento autoestimativo (cagastellano) con recelo, aunque su carne sea invisible y ya no tenga sabor. Mientras tanto, los que aconsejan, proveen sus propios grados de humanismo y proyectan... No es un secreto a puertas cerradas: la "crítica constructiva" o "desinteresada" nace del ideal que proyectamos sobre nuestras vidas. Si algo no sale como lo esperado, es difícil de aceptar que el concepto aplicado es erróneo, así que decidimos guardarlo en un cajón, para futuros experimentos. Más tarde, volverá a la luz en forma de consejo y será más que una idea usada pero insistente, que buscará justificar la manera de pensar de su dueño.

(Puede que últimamente vea al ser humano como un ser más allá de lo individual: puramente egoísta.)

"Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, las tildes se vuelven tácitas y dejan de tener valor, es cuando empiezo a desglosar al mundo por su simpleza, por la misma idea de individualismo y su contraria complicidad. Me abandono a la proyección del egoísmo sobre las opiniones y evalúo el comportamiento colectivo, el porqué de defender un hueso que ya no tiene ego ni carne, el porqué de quienes observan y luego escriben, que necesiten justificarse..."

Y tener que poner en cursiva frases que son obvias para un ávido lector.

Porqué entender la manera de ser de cada uno, porqué.

Tal vez me sobre el tiempo, tal vez.

G

PD: Quería probar un punto, no se si ustedes se dieron cuenta de cuál fue.

martes, 17 de marzo de 2015

Desastre natural

.
- Vos sos lo que se dice "una zorra".- afirma él, con una sonrisa en la comisura.- Pero en el nivel menos peligroso de tu instinto. No sos como las demás, aquellas zorras que te arruinan la vida por conveniencia.

- Eso es bueno, ¿no? No me siento tan mal.- responde ella, suspirando de alivio.

- Nunca dije que las zorras fueran buenas para el hombre.

Una de las cuestiones que más repito en éste lugar es la de los papeles que cada persona cumple en la vida de otros. Y más allá del egoísmo que todos traemos bajo el brazo cuando nacemos, ¿a qué apuntamos realmente cuando elegimos lo efímero? No puedo evitar pensar que no existe más que ese egolatrismo disimulado y la ventaja que esperamos obtener de lo pasajero...

... ya que escasean los buenos momentos de la vida, vienen a cuentagotas y se van sin previo aviso, como un orgasmo intenso que se evapora en segundos. ¿Por qué no buscar más? Si poco duran y son adictivos...

Me pregunto porqué es más importante la cantidad que la calidad: si invirtiéramos energías en estirar en vez de repetir, la puntería tomaría estilo, se afinaría con la práctica y el sacrificio invertido pagaría mejor. Sin embargo, este mundo está acostumbrado a desechar lo que no le sirve y pocas veces se detiene a reparar lo que realmente vale la pena. El instinto es bueno y suele acertar con las emociones, pero no tiene cerebro para la lógica y si les digo que es mejor procurarse momentos felices extensos, es porque estoy demasiado loco...

... o tal vez tenga razón.

Ya se, parezco pastor de iglesia universal.

Significado... cuando me tocan buenos ratos, busco la manera de que duren, de que se aten a mí, de que quieran volver. Busco "calidad", porque el arte de la repetición no funciona para todos y algunos terminamos desgastando la consciencia, de tanto equivocarnos.

Para cerrar, quiero aclarar que con el diálogo de más arriba quise aludir a todos aquellos/as que toman lo malo y revuelven hasta encontrar granitos de cosas buenas, que duran nada y se pierden en un parpadeo (otra vez, enfocamos para el lado incorrecto). Existen experiencias que no te dan segundas oportunidades o, si por casualidad te las dan, suele ser cuando ya no tenés las mismas ganas o cambiaste de gustos.

"El ser humano es el peor vicio que la naturaleza posee."

Excepto por su parte lógica.

G

lunes, 2 de marzo de 2015

Espejismo cerebral

.
Pensá lo que quieras, más nunca te arrastres por algo efímero.

La vida es, ¿me equivoco?

Nada mejor que la seguridad del corazón para vivir sin inconvenientes emocionales. E insuperable la idea de no tener problemas económicos. Ambas cuestiones conforman una palabra que pocos usan pero la aplican a la idea de futuro: "utopia". Existen personas que creen en un futuro utópico, de esos en los que todos nos amamos, nos respetamos y demás etcéteras, donde también dejan de existir los problemas y la gente vive de sus sueños, en vez de soñarlos. Sin embargo, como la misma palabra lo indica, vivir una utopía no escapa a los mejores relatos de ficción, porque eso mismo es.

A ver, no se confundan ni la relacionen con esperanza o fe; el mismo nombre fue medido para determinar una realidad inalcanzable, inexistente.

Por eso es que muchos creen que el soñador se diferencia del resto. Aún así, tener esperanza no lo vuelve un creador de imposibles. Tener fe no lo convierte en un profeta elegido por el destino ni dios. Para ser "diferente" debemos marcar el terreno con hechos, acciones o consecuencias (según preferencia personal), jamás de la boca para adentro. A veces... no, casi siempre... elegimos confiar en quien tenemos enfrente, dejamos que esa misma esperanza actué por acto de fe... (ops) Y cuando no se logra esa "utopía", le echamos la culpa a la familia, al vecino, a la religión, al mendigo y a los cuarenta ladrones.

"Pero... pero... si no existen las utopías... o... ¿no son alcanzables..?"

Bullshit, no se inventó la palabra "increíble" para luego creer en ella.

- ¿Querés cambiar el planeta? No te conformes con poner "likes" a fotos de ballenas empetroladas, tomate un avión y hacelo vos mismo.

- ¿Querés levantarte esa mina a la que ni te animás a hablarle? No practiqués el discurso entero, decile "hola".

- ¿Te lamentás de no ir a visitar a tus viejos? Mové el culo, invertí el tiempo en viajar, no en quejarte.

- ¿Querés dejar de ser un empleado random en aquel bar? Estudiá, hacete el tiempo, redirigí el sacrificio.

No existen las utopías alcanzables, sí los resultados conseguidos al arremangarse y trabajar en eso que tanto queremos. Demasiada gente deposita sus esperanzas o su fe en alguien más, cuando todo se encuentra al alcance de la razón y de la lógica. ¿Querés ser diferente? Dejá de ponerle títulos a los imposibles y apuntá el talento hacia el lado correcto de la vida.

Ya de por sí ser humano encierra una ENORME cantidad de equivocaciones y remordimientos. No transformemos el cerebro en un lector de diario amarillista.

Mejor ponerlo a dirigir nuestro futuro.

Y dejemos de molestar a la utopía, que sentadita ahí no jode.

G

lunes, 23 de febrero de 2015

Extraño punto de vista sobre autoestima

.
Curiosa es la manera de cerrar el círculo de las virtudes y defectos, curiosa.

Más allá de la confianza que me falta a la hora de socializar, es poco lo que demuestro de mi verdadero yo a personas que recién conozco. Una de las pirámides que se construyen en base a cada interrelación encierra en sus cámaras una maldición: la comparación de experiencias.

Es sabido que cada persona genera una opinión superficial cuando conoce a alguien, que algunos llaman "prejuicio", pero que nos permite analizar incoscientemente o no lo que el de enfrente dice, cómo lo hace, la manera de expresarse con gestos y hasta el vestir. Es algo que no podemos controlar conscientemente y que su fin provoca lo que sale de nuestras bocas a la hora de comunicarnos.

Sin embargo, he notado que, más allá de uno ser comunicativo y cordial, muchos prefieren desestimar las historias que cuento. Cuando le pregunto a la experiencia sobre ésta situación, ella me contesta que va más allá de ser interesante o no, de ser creíble o mentiroso; me revela que se centra en la comparación de vivencias entre ambos. O sea, que no existe persona que quiera sentirse menos que otro, en cuanto a su vida diaria. El oyente siempre se comparará con alguien "igual o mejor".

No sé si estoy en lo cierto o me equivoco. Aún así, no suena tan descabellada la idea de que alguien compare sus experiencias con el escritor (el que viajó a la luna que habita en la eternidad o se escondió detrás de una bruma lluviosa) y que no acepte ése otro mundo. Vuelvo a lo mismo, no me lo reprochen, cada quien tiene sus mambos y problemas que sobrellevar: cuidar a un hijo, pagar un alquiler, darse un gusto. Eso no significa que podamos usar la autoestima para romper la credibilidad de aquel que está dispuesto a contarte una historia real y diferente.

Sólo digo... me llama la atención ver a tanta gente compararse únicamente con experiencias realistas y desestimar el "supuesto" inalcanzable; a veces, sus realidades no les permiten palpar ideales o sueños que puedan lograrse con sólo redirigir el sacrificio.

Curioso experimento social.

No es que siempre tenga la razón, claro está.

Para eso tengo éste blog.

G

martes, 17 de febrero de 2015

Una aguja en el pajar

.
A un tiempo punzante y expansivo, las palabras siempre acuden a la invisibilidad, jamás en el momento indicado.

A veces, vuelven lazos del pasado, aunque sea momentáneamente. Y ahí es cuando me subo a un árbol y observo el camino que dejé detrás, la cantidad de experiencia que acumulé sobre cada pisada. A veces sobre el barro y otras tantas, sobre la nada.

Más de la que siempre imaginé.

Me pregunto qué tan efímera es la vida y luego, vuelvo sobre lo mismo: hacia dónde voy con tantas emociones vividas en el bolsillo. Dentro de mi mente perfecciono cada instante, proyecto el ideal para cada situación y jamás dejo de encontrarle la vuelta a todo ésto de mezclarse con la gente, aún a pesar de sentir que soy una aguja en el pajar. Y tal vez sea ésa la cuestión... o el resultado final de todo lo que predico como persona.

Sobre la lealtad.

Sobre el sincericidio.

Sobre la magia.

Sobre la originalidad.

Probablemente se trate de coincidencias, de momentos en los que chocamos contra otros o no. No siempre puedo disfrutar de la tranquilidad que brinda el estar en perpetua charla con el silencio. A veces busco tangibilidad y no puedo evitar formar juicios que encasillan a cada persona, tal vez... a razón de tanta experiencia contenida. Ésto es: más allá de haber regresado la cordura, no puedo decir lo mismo de la confianza y aún guardo con recelo mis mejores actitudes.

Será que somos tantos...

Por lo pronto, improvisaré.

Se me da bien.

G

miércoles, 21 de enero de 2015

G

.
"¿Alguna vez te pusiste a pensar porqué el tiempo es el único que tiene la razón? ¿Miraste hacia atrás y te diste cuenta de quién verdaderamente retrocede hacia el futuro y quién asume su pasado? No puede un chisme convertirse en tu única verdad... Ciertamente te conocí el día que te dejé."

Trilogía: Parte 3

Casi todas mis exs buscaron un reemplazo a manera de escape. Elijo éste ejemplo porque es lo primero que me viene a la cabeza cuando quiero decir lo siguiente: en la mayoría de los casos, elegí el exilio en solitario, llegando a un acuerdo con mi locura y dejando que hiciera berrinche el tiempo que considerase necesario. Aunque se tomara una vida. A cambio, me permitió retomar las riendas, una vez agotadas sus energías. Es por eso que, a punto de cumplir treinta y cinco años, me siento en control del escritor, de sus pensamientos y de sus emociones.

Sin embargo, escucho noticias desde costas lejanas en otros continentes que marcan una diferencia en madurez alcanzada. Asumir mis errores, dar la cara ante quiénes correspondió y aceptar las consecuencias, todo formó parte de la nueva meta. A diferencia del mundo, que prefiere jugar el papel de mártir y defenderse de las equivocaciones repartiendo siempre las culpas. En éste mismo instante no puedo apostar el alma que me he vuelto un gurú de la vida ni dejar de admitir que no puedo pasarme cada minuto nuevo lamentando lo que hice mal, pero sí puedo sonreírte cuando me preguntás "cómo estoy". No necesito más que la verdad para mantener una vieja consciencia limpia.

Todos los huecos en los que me escondí, todas las experiencias que me dejaron sangrando y unas pocas migajas de recuerdos felices traen consigo una seguridad que hace milenios no siento.

Hoy me toca respirar.

Al fin.

A vos, a vos y a vos también... les digo: piensen en cómo socializan, en cómo se comportan los demás y no duden de quiénes son, del camino que recorrieron y en cómo van a encarar lo que se venga.

Después de todo, existen impulsos que se alegran de "alejar" o, mejor dicho, de "espantar" malas inluencias, cuando en realidad se encuentran ante un imposible... porque huir de la propia e inofensiva arrogancia no se puede.

Tengo sueño, pero la mente intacta.

G

viernes, 16 de enero de 2015

Trilogía 2: Historias breves

.
Traigo enrolladas bajo el brazo dos cuestiones, pero voy a hablar de la primera y guardaré la segunda para el siguiente post.

"Recategorización"

La primera nace de un repentino acontecimiento, pero que me viene dando vueltas hace años, ya que envuelve a todo ese tipo de gente que tiene amistades para contarles lo que les conviene, volverse mártires de sus historias y en el proceso, hacerle la vida más difícil a los demás.

Yo los llamo "hologramas".

A diferencia de los egocéntricos, altruístas y ególatras, el "holograma" sufre de un vacío enorme al nacer y que consta de la falta de ego. Como si le faltara un testículo, no posee grandes capacidades para suplirlo más que con pastillas o inyecciones peeero... se da cuenta rápidamente de que vive igual siendo una criatura que rompe cosas y que luego le echa la culpa a su hermano menor. El holograma no puede vivir cargando con esa misma culpa ni con cualquier otra, por mínima o insignificante que resulte ser y rara vez agacha la cabeza para admitir que se equivoca. Esa GIGANTE falta de autoestima los deja casi sin recursos a la hora de sociabilizar y, como no poseen la madurez ni el criterio necesarios para balancear sus cabezas, recurren a las mentiras, dejando en claro siempre que es mejor para ellos sentir que no se equivocan a que realmente puedan admitir un error.

Y por lo general, se equivocan.

MUCHO.

So... Autoestima baja, detalles omitidos, mentiras y consecuencias. ¿Cómo aprenden si no quieren ver la equivocación interna? Peor aún, ¿qué tipo de consecuencias generan?

Para ellos, son malas inversiones a largo plazo y claramente no ven más allá de treinta centímetros, lo que abarcan sus egos. A corto plazo, malo para terceros: luego de haber vivido una cantidad considerable de años, aprendí que en poco tiempo no llegan a perjudicarse con sus malas acciones o que, simplemente, no dan cuenta de esas consecuencias malditas; en cambio, la gente que los rodea sufre de constantes decepciones, fallos y hasta "embrujos", ensuciando el nombre de sus allegados desde un nivel tan bajo que, para gente con consciencia, resulta absurdo y totalmente infantil.

En fin.

Voy a ser directo: ALÉJENSE de ése tipo de personas. A ellos no les importa si ensucian la imagen o personalidad de quien sea, lo único que tienen en la cabeza es una razón caótica y obtusa cuando hablan de sí mismos. No respetan los espacios ajenos ni los límites, tampoco se dan cuenta de su falta de criterio. Les digo... la malicia pierde el género en sus mentes y la utilizan como si estuvieran cien por ciento justificados.

Just saying.

G

PD: "Sail away, it's time to leave. Rainy days are yours to keep."

La frase: "Les digo... la malicia pierde el género en sus mentes y la utilizan como si estuvieran cien por ciento justificados."

martes, 6 de enero de 2015

Un verdadero escritor

.
Trilogía: Parte 2

Una vez me preguntaron si había sido "también" astronauta.

Bueno, básicamente... (paréntesis anticursi)

Y si, la referencia nace cuando pienso en aquellos momentos en los que conté historias que realmente viví y quienes escucharon no creyeron en dichas palabras, por mejor contadas que fueran o inteligentemente entretenidas se inventaran.

La trama se confunde cuando buscamos el comienzo de todo, donde el escritor recuerda solamente que perdió el rastro de la madre inspiradora: la confianza. Puede que haya tomado su tiempo para recuperarse de un amor sin latencia, pero la seguridad de su ser fue esquiva, aún hasta el día de hoy.

Porque... digamos que la única manera de sentirse seguro uno mismo es basándose en los "buenos resultados", ése denominador común de cada persona. Ahora... existen factores externos que afectan para mal el funcionamiento del ego, que incluso lo descomponen y lo hacen descender hasta el más bajo de los niveles infantiles.

So...

¿Qué pasa cuando al fin regresás desde el fondo de la baja autoestima?

"La mezcla del inspirador con el mundo no tarda en llegar y los humanos vuelven a caminar junto a él. Pero le cuesta, sus intereses ya no son los mismos que los del resto. Claridad ante superficialidad, destino sobre necesidad. Yacen los recuerdos aún vívidos sobre la mesa pero pocos creen. Pero el escritor decide creer en ellos, sabe que son ciertos: lleva consigo la sensación de haberlos pintado con decisión y de haberlos madurado en consecuencias."

Dejemos de lado las metáforas.

Puedo ser astronauta, si quiero. Incluso si la vida decide por mí. Cada vez que abro la boca y hablo sobre mis experiencias vividas, todas son ciertas: el simple hecho de que pocos crean no las convierte en mentiras y lo mismo te digo: jamás, pero JAMÁS DEJES DE CREER EN VOS NI EN EL PODER DE TUS DECISIONES, simplemente porque OTROS NO TE CREAN.

Si fuiste a la Luna y regresaste para contarlo, que tus ojos brillen cuando decidas compartir la historia. Siempre tené en cuenta que pocos se animan a vivir lo que muchos sueñan. Además, el mundo está lleno de hipócritas que prefieren escucharte hablar de cuando no te va mejor que a ellos o incluso, convencerte de que cuando ellos no pueden... vos tampoco.

Dejá entonces que sigan soñando, mientras tus experiencias te convierten en un verdadero escritor.

Lo importante es que vos creas y crees.

Siempre.

G

PD: Primera aclaración, el escritor soy yo y sos vos, si te identificás con lo que escribo o tenés en claro cómo tomar cada decisión en la vida, más allá de que te salga bien o mal. En otras palabras, si tenés la cabeza fría o ves al mundo con "distintos" matices. Ya lo hablaré en detalle.

La frase: "... el simple hecho de que pocos crean no las convierte en mentiras..."