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Descendí muchas veces a lo más profundo de la imperfección humana. Pero
existen días en los que me pregunto si hablar en éste lugar de mis
sentimientos, tal vez de manera indirecta pero hablar... es hacerlo
voluntariamente.
¿Querés volver a esos recuerdos inertes sobre ex parejas? ¿Querés volver
a ver "Eternal sunshine..."? ¿Querés volver a escuchar una canción
otrora prohibida? Lo sé... hoy no lo vivís, mañana o ayer, tal vez,
pero hoy no, ya que siempre van a estar ahí, esperando a que piques el
señuelo nostálgico. Nunca se van a ir.
El escritor lo dijo múltiples veces, con peligro de cansancio: los
errores forman parte de uno mismo y luego hablaré de cuánto se
diferencian de los ajenos pero... existen ocasiones en las que la
compañía es necesaria y no así las rupturas, que nos acompañan junto a
las amplias chances de equivocación. Mejor vivir, aunque los momentos
duren un suspiro (cliché) y las nostalgias sean eternas. Al escritor, el
desequilibrio de momentos, lo lleva al encierro.
El placer físico jamás puede faltar. Todos necesitamos ser humanos o
animales, según el instinto del burro reaccione. Y sabemos turnarnos con
tal o cual persona, con quién nos conviene más o con quién no nos
importa estar. Las circunstancias ajenas no nos importan, lo que importa
es seguir al instinto y decir luego que la mente se encuentra en paz,
tranquila, descargada. Ahora, eso no significa que uno quiera repetir
los fracasos, el minuto en el que una sociedad perfecta se divide
nuevamente en dos y convierte a la "soledad" en el resultado de la
ilógica suma de uno más uno.
- "No quiero volver a llevarme la ropa del cajón."
- "No quiero volver a lo de mis viejos."
- "No quiero recurrir a otra persona para llenar un hueco."
- "No quiero prohibir más canciones."
- "Etcétera."
¿Será entonces tan poderoso eso que ustedes llaman "amor" como para unir
tantos años apostados, luego tirados a la basura? ¿A dónde vamos, en
realidad? Si todo es repetición, barrer bajo la alfombra, clavos y
buscar con la mirada un paisaje más agradable. Es un capricho, lo sé, el
escritor sigue siendo un ser humano pero... eso del egoísmo será para
otra ocasión.
Al final de cada post, el escritor pasa la gorra, siempre.
El caos, sin embargo, inventa una sensación de voluntad más impropia y tirana que justa.
Algunos le llaman "autosabotaje".
G
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