domingo, 7 de junio de 2015

Amanecer a la mitad de un sueño

.
Hay lugares de mi mente que respiran sólo cuando te tienen lejos.

Sueño con vos más de lo que debo, tal vez tres o cuatro veces por semestre; suficiente como para dejarme frente a tu huella, imposible de olvidar.

El problema no es soñar con un fantasma inmemoriable, etéreo, fútil, eterno en un "tal vez" e inobjetable en su función de inmadura. El quid de la cuestión radica en el catalizador que representa y sobre la misma idea, siempre: nuevas caras, nuevos recuerdos, nuevas vivencias, nuevos clavos... Veo a mi alrededor y es lo que LA MAYORÍA hace o exige... se consigue un reemplazo.

¿Es lo que viene después? Digo, ¿que todas mis ideas se aclaren? ¿Que recupere la cordura? ¿Que me de cuenta de lo malo que es para la lógica tener sentimientos? ¿Que vuelva la experiencia de haberte conocido un momento efímero más en la rueda universal del tiempo? Porque me resulta fácil ignorarte dentro de mi cabeza, mientras me las rebusco con la play o miro una serie completamente opuesta a tus gustos. Sin embargo, cuando tengo un rato para pensar, encuentro tus asuntos sin terminar, que no duelen pero molestan...

Y llego al punto de querer llamarte, de preguntarte cómo estás, demás etcéteras y blah blah blah.

No obstante, hay una parte de mí que se niega a creer en que tus recuerdos "buenos" no aceptan una sólida respuesta, que no tienen derecho a solución. Me pongo como "maniático", de seguro lo creerías, pensando y repensando en la manera de encontrar un "fix" a tanta melancolía, sin recurrir a tantos clavos ni pasamediotiempos...

Todo pasa por falta de mezcla social. Si bien nací como un ser solitario y me arreglé la mayor parte de mis treinta y cinco años solo, cada vez que decido darle intensidad a una relación redescubro lo GIGANTE que soy. Es decir, se cómo arreglármelas sin ayuda pero es sólo la mitad de mi personalidad. La otra mejor parte funciona únicamente cuando doy todo de mí por alguien más.

Y extraño eso.

Parece que, a veces, mi día empieza a la mitad del último sueño.

Hoy en día, confío en casi nadie como para volver a dar "el todo" o volver a "hablar de nada" y, si bien no siento culpas ni apuros, éstos sueños tocan un nervio al que le cuesta mucho volver a bajar decibeles.

Será cuestión de seguir buscando. O de seguir esperando.

Ya ni me acuerdo.

I see my vision burns,
I feel my memories fade with time.

G

No hay comentarios: