jueves, 18 de junio de 2009

Tres, el número perfecto

.

Tres, el número perfecto

Es una pena que terminemos siempre mirando una foto y recordemos buenos momentos, que sólo nos quedemos en eso, que suspiremos después de unos segundos y nos lamentemos de que ya no sea así todo... tan bueno, tan unido, tan precioso, tan único...

¿A qué llegamos hoy? A nada, reducimos a cenizas todo lo bueno que representó. Nos volvimos el mismo triángulo de las bermudas para todos aquellos males que acechaban a nuestros alrededores. Por momentos recuerdo que fueron pocos los días, minutos, segundos, ideas o pensamientos apenas, pero fuertes como el roble, como el mármol que sólo Gaby sabe romper... xD Volviendo a lo serio, fue lo mejor que tuvo el año pasado, a mi entender lo mejor de todo, incluso que el de haber tenido el placer de amar a una de las personas del triángulo. Y aún a pesar de todo, llegamos a nada, nos quedamos con las manos vacías.

Una relación tripartita que parecía ser infranqueable. Incluso yo, pensaba que en mi relación con ella los únicos enemigos que podíamos tener éramos nosotros mismos y así fue, así fue como nos hicimos mierda. No pienso repartir culpas de manera precisa, hoy por hoy, el pasado está hecho para ser contado y ser verdad en la boca de quien se anima a enfrentarlo, cada uno le da el tinte que mejor parado lo deja. Y justamente a eso quiero llegar, a las razones por las cuales todo se desbandó... Repitiendo la decisión de no comentar en detalle, caímos en dudas, peleas, diferencias grandes, traiciones, descuidos, falta de comprensión. Como eje principal mi relación con ella, todo se afirmó sobre esa columna y fue generando más peso al cataclismo inminente. Todo se fue al cuerno y nos quedamos con las consecuencias.

Es increíble cómo algo tan maravilloso pudo arruinarse tan fácil...

Ahora estamos acá, viéndonos como podemos, seguimos viviendo, nos seguimos viendo, pero sin la magia de por medio. ¿A dónde fuimos a parar? ¿Cómo es que lo permitimos? A veces me pregunto porqué no decidimos dejar nuestros malos impulsos de lado y preferimos luchar por ésto, ¿por qué no? Yo me siento en gran parte culpable, sé que no merezco siquiera tener toda la culpa pero me siento así. Hoy por hoy me pregunto si aún es posible que se reparen ciertas cosas y luego, dudo demasiado, dudo demasiado porque las soluciones no dependen de mí, claro que... si me disculpan la soberbia... si fuera así lo solucionaría, pero, ahora que me detengo a pensarlo bien, los tres, en su propia posición, podría hacerlo...

Y me resulta ridículo terminar mirando ésta imagen que al principio indiqué como link, me resulta ridículo porque jamás creí más conveniente quedarme deprimido por algo que pertenece al pasado, porque de mi lado hay título de "hacedor de imposibles", porque nos volvemos cada vez más grandes, porque no quiero que toda la vida seamos títeres de dueños que se divierten con nuestros remiendos y movimientos torpes, porque me doy cuenta de que al final, recuerdos como éste, son sólo demonios en la mente de cada recordador que decide volver imaginariamente en el cansado pensar y dejarse atormentar por ellos.

Ya tomé dos decisiones y me falta una tercera. Nada volverá a ser lo mismo y sin embargo, los tres tenemos el poder de que vuelva a ser el triángulo un arma de bien. No me atrevo a soñar del todo, porque antes dije que no dependía solamente de mí pero... con toda timidez, como si alguien alguna vez pudiera leer mis pensamientos, apenas miro dentro de mis esperanzas y digo... tal vez, no sé... podría que... con algo de poder... ese poder que se merece de pureza, total pureza y convicción... no lo sé...

Algo dentro de mí aún cree pero... ¿en ustedes?

No voy a estar toda la vida lamentándome lo que perdí.

Gabriel

No hay comentarios: