lunes, 22 de junio de 2009

Final

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¿Qué se supone que debo hacer ahora?

Debería morirme por arruinarte la vida, eso debería. Qué lejos estoy del cuchillo y del valor que tenía antes para hundirlo sobre mi piel. Pero cuando llegue a casa, seguro lo encontraré de nuevo y me lastimaré, me lastimaré tanto que pagaré en una sola noche todo lo que hice. Pensé... tantas veces en fumar algo más fuerte, los diez cigarrillos ya no me hacen efecto, compré otros diez y esperan darme batalla. Pero no, ¿por qué no tengo algo más fuerte? ¿Por qué no tengo de esas pastillas que se toman para dormir? Porque ya no quiero enfrentar a la realidad, ya con sus días y meses me ha castigado tanto, ya no puedo hacerle frente. ¿Las pastillas de mi viejo? ¿Qué podría hacerme una? Tengo la receta aún guardada, esa que nunca usé para comprarle pastillas... no valía caras... Así le abriría la puerta a un nuevo mundo, al mundo de los exiliados, un porro tal vez me lleve a él o algo más, en éste mismo momento me siento tan frágil como para hacerlo y sé que más allá de hablar solamente, me siento hoy capaz, más que nunca, porque no puedo reparar, no puedo reparar lo que hice, no tengo siquiera la oportunidad de arreglar...

Menuda equivocación me mandé.

Nunca me había equivocado y sin embargo, siempre se terminaba. Y cuando debí no equivocarme, lo hice, de la peor manera. De la peor manera. Con quien no debía.
Si pudieras perdonar a éste condenado, te dedicaría la vida a hacerte feliz... Te hice feliz una vez y ¡Dios! ¡Me conocés! Aunque... ya no quieras conocerme. Ya desvarío y suelto a antojo de la locura lo que me sale de dentro, estoy desesperado y no sé cómo terminar la noche. Intenté leer y no pude, intenté no llorar y me salió igual, intenté atender a Fer otra vez y no me animé. Intenté comer y vomité todo. Todo menos el cigarrillo, como si fuera a prueba de todo.

Si por un día pudieras olvidar lo que pasó... si pudieras volver a creer en mí, en Gaby, Gaby, Gaby, GABY!!! Gabriel, ¿dónde quedó? ¿Cómo puedo volver a ser él siendo el que soy ahora? Te necesito Gabriel, te necesito. Vos tenías valores, vos sabías cómo llevar adenlante a una mujer. Vos sí que sabías hacerla feliz. Me odio, me odio tanto que ya siento la sangre saltando delante de mis ojos. Hablo demasiado. Debería ir de una y hacerlo. No tanto hablar. Pero es que... Gaby una vez habitó en éste cuerpo, Gaby nunca se equivocaba. Gaby siempre tenía la razón. Gaby sabía lo que hacía. Sabés, en mis sueños lo veo pero detrás de tu nombre y es por eso que siempre termino a tu alrededor.

Es gracioso cómo ahora tengo toda la culpa encima y encima el amor también, saber que te amo tanto y que se convirtió en mi propia condena. Supongo que solamente tengo que caminar derecho y soportar todo, ¿no? No llorar, no nada. Odio ser yo. Odio no tener algo fuerte para evadirme de esta asfixia. Odio tanto vivir así. No quiero vivir más así.

Ya no quiero más ser yo.

Gabriel

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