lunes, 17 de noviembre de 2008

To Your Soul

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It's too late.

Gabriel

lunes, 20 de octubre de 2008

Ser de palabras y no de hechos

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Las cosas se tergiversan cuando mi lado "bestia" (como M lo citó en el post anterior) se cree el dueño de la razón y no escucha opiniones ajenas pero importantes.

No lo sé... odio discutir, si tengo que plantarme un segundo, enfriar ésta cabeza que me quema detrás de los ojos, se antepone el Gabriel exigente, el que espera reacciones naturales para reacciones gabrielianas naturales. El tema se complica cuando decido hacerlo en el momento más erróneo, acá puedo hacer otro alto... y decir que nunca tomo con malas intenciones una actitud natural y sencilla, simplemente la hago porque es fiel a mí y sucede que a veces me doy cuenta de que no estoy siendo tan yo, tan Gabriel... tan tan... de a dos. Y dudo, por tomar esa actitud sin entender si me discuten porque tengo o no razón, algo que no me gusta (simplemente no dudar, estar seguro de si la tengo o no). Aquí es cuando dudo también de si elegí el peor momento o el menos, si voy porque quiero demostrar sin zaña alguna una buena acción, ¿por qué dejo de entender a la otra persona si lo único que pretendo es robarme una sonrisa? Sumemos a ésto el hecho de lo poco paciente que soy, lo fácil que me enojo en estas circunstancias, lo poco que entiendo situaciones, la sonrisa estúpida que se me dibuja porque estoy cansado de discutir por una boludez...

Todo esto forma un cóctel que más tarde será fiesta para mi ciclotimia.

Y el punto es que estoy cansado de lastimar y lastimarme, a veces no sé cómo detener ciertas malas actitudes o conseguir algo de paz continua. Me pregunto si el problema es que los dos somos inestables, si el único problema soy yo o es ella. Claro que primero me echo la culpa a mí, lo primero que hago al quedarme solo es tirar abajo toda mi entereza y lamentarme de lo que hice, con o sin mi culpa, porque en el fondo, después de una discusión, lo único que me importa es lo lejano que me siento de continuar...

Lo único que termina importándome es perder a la única persona que hoy por hoy me trae sonrisas la mayor parte de mi día.

Y que encima quiero de la manera más especial.

Ven, ya me odio por decir una "a" de más al empezar una discusión.

Por eso, me merezco estar solo.

Gabriel

viernes, 10 de octubre de 2008

2 x 1 (negocio)

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Tratando de hacernos feliz me di cuenta de que la mitad de mi cabeza no está de acuerdo con eso.

Inverbe, egoísta, egocéntrico, endulzante, alternativo, punzante, demostrativo, genial, aplastante, bueno, natural, sencillo, sincero, ciclotímico, insultante, destructivo, saboteador, reconfortante, despreciable, acompañable, desesperante, talentoso, nato, casi perfecto, imposible de llevar...

A veces... simplemente quisiera que la gente me tapara la voz con sus propias historias.

I am the one who chose my path.
I am the one who couldn't last.
I am alive full of pain.
I feel the anger changing me.

Ayer me di cuenta de que no controlo esa mitad.

Malinterpretalo.

Gabriel

viernes, 3 de octubre de 2008

¿La Pluma O La Espada?

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A veces, querer decir algo con palabras no es la mejor manera de expresarlo.

Gabriel

viernes, 12 de septiembre de 2008

Quince Minutos De Fama

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Existen personas que siguen siendo iguales luego de los veintiún años. Puede que no exactamente a esa edad cada persona forje su carácter y se prepare para ser adulto, pero a rasgos generales uno es cuando obtiene esos grandes cambios que la definen por el resto de su vida.

¿A qué voy con ésto?

A medida que pasan los años y uno va tomando consciencia de la gente que lo rodea, se va dando cuenta de lo mal que terminan algunos. Y no necesariamente porque lleguen a ser realmente malos (como la palabra lo define de manera sencilla), sino que se vuelven egoístas y erróneos, comienzan a tener equivocaciones que perjudican a los más cercanos. Pero, ¿por qué a los más cercanos? ¿No se supone que son los que más importan, a los que más se les debe respeto? ¿Cómo es que personas de bien se transforman en manipuladores de nuestros estados de ánimo? No lo sé... simplemente pasa. Y nadie se sienta dos segundos a responder el porqué, ni siquiera la misma persona que hace daño de manera consciente o no, solamente se dedica a abrir la boca o a mover las manos en perjuicio de un amigo, un familiar, una pareja. Y así, todo se va al tacho.

Pero claro, queda la gente a la que sí le importa lo que está pasando. Lo que le está pasando a ellos mismos. No la gente que tiene depresiones o ataques de rabia, celos o envidia, malicia y hasta desolación... que perjudiquen a ajenos. La gente que hace bien, que realmente hace bien y que no se merece ése tipo de descuidos es injustamente atacada, dejándolos desprovistos de sueños y esperanzas, preguntándose porqué alguien que supuestamente los quiere puede hacerles eso.

Y saben, estoy hasta las pelotas de que se caguen en uno mismo.

El único consuelo que tengo es la consciencia que todos, malos y buenos, tenemos. Que algún día nos llegará a todos y nos juzgará, con creces, sin dudar, sin objetar, sin malinterpretar. Y cada persona buena que soportó malas afrentas gratuitas ni siquiera se acordará de reírse por venganza, porque estarán disfrutando la vida lejos de ellos.

Y sí, suena triste, conocer gente, confiar en ellos plenamente, confiarles la propia vida misma, para que luego nos obliguen a perderlos.

Sin embargo, mi vida, vos, sí, vos... no estás sola.

Así como hubo y hay gente que te decepciona, te rodearás siempre de gente que te sepa querer.

Gabriel

viernes, 22 de agosto de 2008

Abuelos

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Ayer murió mi abuelo. Poco más de un mes después de la muerte de mi abuela, la mujer de todo su vida. Estuvieron casados por más de sesenta años, cantidad que hoy en día suena generalmente utópica para el día de mañana, para nuestra generación de insolentes rutinarios. Mis abuelos de crianza, ellos me han ayudado tanto que jamás podré retribuirlo, probablemente a mis propios nietos (solo para entendidos) pero no creyendo de la misma cantidad... o calidad... Es con el tiempo y la experiencia que aprendemos a valorar esas cosas de manera profunda. Y si bien he procurado ayudarlos en sus últimos momentos (que a excepción de mi abuelo, no pude verlo de antemano), fue cuando me di cuenta de que no importaban todas las diferencias y los errores que cometieron...

Aunque el único gran error que hayan cometido haya sido el de malcriar a mi viejo.

Mi abuela siempre molestó con su religión, me ha enchufado hasta el hartazgo volantes y revistas, predicándome lo que nunca llegué a creer. Incluso ha criticado tantas cosas que he hecho, la mayoría buenas y la he mandado (literalmente) a la (censurado). Pero en los últimos tiempos llegamos a hablar más y no ha perdido la oportunidad de agradecérmelo, siempre pretendiendo que termine el secundario, que armara una vida económica fuerte pero más que nada, de bien. Le he visto la satisfacción en la cara al verme trabajar nuevamente y al verme hablar con entusiasmo sobre retomar los estudios. Siempre "comete un tomate" o "hay que tener fe en Dios", entre otras tantas cosas. Como enseñarme siempre las mismas fotos sobre su casamiento y posteriores viajes por el interior del país o sus muñecos, peluches y de plástico, cual niña de diez años que nunca vió una en su vida, por haber pertenecido a una familia pobre...

Y pensar que la última vez que la vi no podía levantarse siquiera.

Mi abuelo siempre se comportó como mi abuelo. Me hizo hincha de Independiente. Me llevaba de muy chico a todas partes, pasábamos horas en la estación de trenes de Flores mirándolos pasar y pidiéndole que viéramos sólo uno más, ante su pedido de "¿vamos?". O cuando me llevaba a la cancha para ver los últimos partidos de Bochini con la camiseta del rojo o íbamos juntos a Ferro para probarme como jugador (nunca me importó quedar, sólo me divertía). Me ayudó quinientas veces cuando necesité viajar al fin del mundo y no tenía para pagar mi viaje. Me enseñó quinientas veces su carnet de socio diablo. Me dijo que la abuela me quería mucho y que sólo quería verme superar lavida de mierda que mi viejo me dió.

La última vez que lo vi ya no tenía ganas de vivir.

Ambos ya no pueden verme lograr mis metas. Hay gente que usa "metáforas" o "creencias" para decir que ya no sufren más o que me miran desde arriba. A mí, entre lágrimas y una triste sonrisa, me gusta pensar que otra vez están juntos y que su amor de más de sesenta años podrá durar para siempre.

Mi viejo me privó de ver una última vez a mi abuela, al ocultarme que estaba internada en un sanatorio. Mi viejo me privó de ver una última vez a mi abuelo, al ocultarme que estaba internado en el mismo sanatorio que yo lo interné y que nunca fue a verlo. No es que quise despedirme, no, nunca despedirme... pero al menos quise hablar una vez más con ellos, decirles que los quería y darles las gracias por haberme querido tanto. Ahora ya no puedo hacerlo, mi viejo arruinó todo, como todo lo que tocó en su miserable vida. Sé que no debo ponerme a su altura y ser rencoroso, todo lo que ha hecho lo pagará estando vivo pero de algo estoy más que seguro: algún día nos cruzaremos, algún día me lo voy a encontrar y será en ese momento cuando le haré pagar el haberme dejado el solo recuerdo de sus rostros enmudecidos en vida por la misma muerte.

Gabriel

jueves, 24 de julio de 2008

Un Giro Radical

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Y si, creo que ya me tocaba, ¿no?

Hace años que me quejo por problemas menores. La separación con Fer, la ida de mi casa, el viaje frustrado a Miramar, los laburos que no funcionaron... Chan... "menores"...

Mi vida es un circo, mi familia es un circo, mejor expresado. Claro que mi medidor de cambios es muy exigente, prácticamente tengo que salvar al mundo para ser un héroe y no al gatito que se dió cuenta de que sufría vértigo pero después de treparse a aquel árbol. Muy exigente. Me han pasado, en los últimos seis años, muchísimas cosas que fueron forjando mi carácter y de hecho, terminaron por sacarme de la burbuja. Todas esas cosas fueron importantes, claro que sí, pero he estado esperando hasta el día de hoy el momento en el que mi vida dé un giro radical, tal vez no por el bien de mi ser interior, sí por el ser a mi alrededor... el mundo que me rodea a diario. Mi vida ha sido un tanto común, me han faltado tantas cosas y el resto las he conseguido. No he tenido grandes metas, por ende, no he vivido grandes éxitos, pero sí he conseguido todo aquello pequeño que sólo unos pocos saben para qué sirven...

... para ser feliz.

Y claro, he sido feliz por ratos largos que han durado poco. He llorado más de lo que una mujer quisiera ver en un hombre. No me he puesto de rodillas pero me he sentido patético. He dado todo de mí en cada mañana y en cada despedida. He reído de todo el dinero que me he gastado, hasta puesto nervioso por haber conseguido algo y haberlo disfrutado a la vez que sentido miedo a perderlo. Me han pasado tantas cosas que se me fueron cayendo del montón que llevo entre mis brazos. A la mayoría las recuerdo. Al resto, saludos.

Pero al día de hoy, como si fuera a cambiar de trabajo o de colegio. Como si fuera a saltar al vacío sin saber lo profundo del hoyo. Sin la consciencia suficiente para aferrarme a lo viejo y conocido, sin caradurez para todo aquello de lo que me podría aprovechar. Así me siento hoy, al saber que mi vida dará un giro radical, que deberán acabarse los malos vueltos y el boludeo. Es hora de comenzar. De verdad. Y más allá de que todo siga dando vueltas en mi cabeza, sé que todo resultará bien. Siempre salgo bien, a pesar de mi extraña, pero muy extraña suerte.

Ah... lo olvidé, qué paja me da igual...

Gabriel

viernes, 27 de junio de 2008

No me des a elegir

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Es un karma cada vez que tengo que conseguir trabajo.

Si hago un balance de mi vida desde que entré a trabajar en la ferretería donde trabajaba mi abuelo, puedo decir que ocupé el 70% desde ahí hasta el día de hoy en trabajo. El resto fue tiempo en espera. Ha resultado un ida y vuelta, a grandes rasgos nunca he ganado mucho haciéndolo, por el simple hecho de que sólo me importaba ocupar mi tiempo ganando algo de dinero para mantener las boludeces que mi familia nunca me pudo dar. Y sí, nací en cuna de oro pero me tuve que arremangar igual y salir a trabajar. Se puede decir que no he tenido mucha suerte, he tenido más de diez laburos y la mayoría cerraron por falta de clientela, dejándome en la calle. El resto, garcas que banqué el mayor tiempo posible y a los que les he devuelto el favor de cagarme.

¿Qué sudece hoy? Una sola cosa: de pronto todos expresan su opinión. No he estado buscando trabajo de manera intensiva, de hecho he colgado mucho. Admito, antes de decir algo que ofenda, que entiendo a todos y sé que tienen razón, que en el fondo es por mi bien y que nadie puede mantenerme. No me lo digan todos una segunda vez, junto diez y son veinte reproches. Sé que tengo 28 años, ME PESAN, no me siento orgulloso de tenerlos, pero a veces quiero irme a la mierda y simplemente no darle cargas a nadie. Me deprime que me insistan, aunque sea en pequeña medida (1+1+18=20 repito). Además, estoy estudiando y de pronto, queda relegado en segundo lugar. Para mi es un enorme logro haber sacado adelante unas ganas que hace tiempo estaban enterradas por el trabajo, SIEMPRE PERO SIEMPRE RELEGUE EL ESTUDIO POR TRABAJAR y porque ahora me doy cuenta de lo estúpido que fui al pensar que era más importante tener unos mangos en el bolsillo que abrir más mi cabeza a futuro...

Sé que lo dicen por mi bien (a excepción de mi viejo, que me dice que tengo que laburar y él vive hace tiempo mantenido por mis abuelos, perdón, mi abuelo porque a mi abuela la terminó matando a malasangres) pero a veces hay que detenerse a ver cómo se dicen las cosas... Me hace mal que desestimen el estudio porque ya me da bastante vergüenza tener que terminar el secundario a los 28 años. No me siento bien conmigo mismo y sumado al hecho de que no estoy bien mentalmente, completamente ciclotímico y sensible, o sea, un pelotudo, todo se va al tacho enseguida.

Por eso es que tengo ganas de arreglármelas solo.

Saben, yo tengo una manera diferente de decir las cosas. En muchas tiro palos de los que no doy cuenta, pero cuando tengo que pedir algo, al menos guiño el ojo.

Eso es un comienzo.

Maldito mundo globalizado.

Gabriel

miércoles, 11 de junio de 2008

...

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No se trata de enamorarse o no. No se trata de saber qué vas a sentir mañana. No se trata de cuántas peleas evitemos. No se trata de quién tiene la culpa. No se trata de si superaste al que se robó tu entereza. No se trata si te las inspiro yo o no. No se trata de tener un título. No se trata de mantener el control. No se trata de los buenos ratos que no te pueda dar. No se trata de vivir por inercia. No se trata de faltas, no se trata de vacíos, no se trata de ganas, no se trata de con probar no se pierde nada.

Se trata de que nunca me acostumbraré a perder.

Lloro, más por vos que por mí mismo.

Gabriel

miércoles, 4 de junio de 2008

Detrás de Freud

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Hay algo que no entiendo.

Pero cómo han cambiado los tiempos. No soy una persona que cree en que la mujer debe ser esclava del hombre, para nada. Me gusta que sea libre y que crea en sus propios logros. Una persona de igual a igual, a mi lado.

Pero... a veces... por no decir hasta ahora nunca, he hallado una mujer que destile ésa misma forma de pensar y a la vez, sea compañera hasta la muerte.

En definitiva, una amante y una amiga.

Será que no existe.

O yo perdí la capacidad para llevar adelante una amistad con derechos.

Cómo envidio a aquellos grandes de la historia que alguna vez tuvieron a una mujer incondicional que apoyó cada paso, cada idea, cada genialidad. Por más estúpida que pareciese.

Gabriel

lunes, 26 de mayo de 2008

Against All Odds

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¿Y quedarme con una sola sensación?

Hay más lugar en éste corazón.

Cuesta demasiado, ¿no? Tal vez no pueda hablar por los dos, pero te digo que acá todo se ha vuelto sorprendente. No es que he perdido la fuerza, pero sí he recibido un cachetazo de lo ya vivido, diciéndome con ésa palma "no te me vas a escapar tan fácil". Mierda, me siento de acá para allá, rebotando como tantas pelotas sufridas... Los recuerdos, las alegorías, las costumbres, el sentimiento... todo es un baldazo de agua fría cuando busco calor...

Y sabés, vos, sí, vos, Mariana, ésto no durará para siempre. Y si nuestra relación no durará para siempre, tampoco el dolor lo hará. Es bien sabido que se perderá la intensidad... repito que me ha tomado por sorpresa, pero, me remito a la famosa frase "todos los caminos llevan a Roma". Eventualmente las cosas cambiarán. Eventualmente nos podremos mirar sin vergüenza. Sin restricción. Sin cansancio en el corazón. Cuesta, cuesta todo diez veces más, hay veneno y sal en las heridas. No somos iguales a aquellos que se olvidan tan rápido o reemplazan más fácil. Somos diferentes.

Y eso, es lo que nos vuelve, en cierto aspecto, mejores.

Sé que dirás que no lo somos.

Doble mérito Marian, doble mérito. Esto empezó como un escape a tanto dolor y a tanta soledad, el costumbrismo estaba haciendo estragos. Yo, desde un principio supe que no iba a encontrar amor, pero fui a por todo, por todas esas cosas que se consiguen solamente enamorándote de mí. Jamás pensé en buscarte de manera superficial. Y ahora, me parece increíble lo que estamos logrando. No lo sé, siento que estás para mí más de lo que esperaba... estás llegándome de una manera tan distinta... Veo claramente que estás remando a la par mía y eso me produce más ganas. Esto de superar a nuestro peor enemigo, nosotros mismos, está dándole un sabor especial. ¿Oíste? Dije especial. Porque puede no haber un "te amo" ni un título definido, pronto lo habrá, estoy seguro, pero sabés, hay amor en pequeñas dosis y cada una, se siente como si fuera en concentrado.

No veo la hora de verte otra vez.

Gracias por hacerme ver la vida desde un costado diferente.

Y mejor.

Te quiero, mucho más y más cerca del...

Gabriel

28

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Y pensar que era yo el más seguro...

Y ahora soy yo el que evita los eventos. Y ahora soy yo el que siente culpa. Y ahora soy yo el que aún siente dolor. Y soy yo el que aún piensa. Y soy yo el que la nombra. Y soy yo el que no la supera. Y soy yo el que habla más de lo que tiene que hablar. Y soy yo el que pierde su tiempo. Y soy yo el que se estanca. Y soy yo... yo... yo...

BASTAAAAA!!!

¿Es que acaso no sabés quién soy?

No voy a prometerte, sí a decirte que hoy mismo dejo de evitar cada alegoría hacia vos. Que dejo de evitar pensar en vos. Que dejo de no extrañarte. Que dejo de evitar no borrarte. Que dejo de evitar cocinarle lo mismo. Que dejo de evitar ser como yo quiero ser. Que blah.

Hoy mismo, aprendo a vivir sin vos.

Y sabés muy bien que puedo.

Mi vida no duró solamente tres años. Duró veinticinco más.

Gabriel

miércoles, 14 de mayo de 2008

La misma pirueta de siempre

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Y no, con el tiempo no se vuelve siempre más fácil y llevadero.

Odio estos días, en los cuales atacan repentinamente los recuerdos y todo se vuelve un desfile de cachetadas, una tras otra, la conciencia ni el corazón pueden soportarlo. Y es ahí cuando queremos huir a ningún lado, al punto donde todo se vuelva blanco. O sencillamente gritar, gritar tan fuerte que el mundo entero te escuche y se de vuelta para mirarte.

Tengo miedo de abrir mi corazón nuevamente. ¿Quién sabe lo que guardo ahí? Tendré que abrirlo y hacerle lugar a inminentes sentimientos, cosas que se sienten sin saberlo, que se vienen como un huracán y sin refugio más que ése para esconderse... o dejarse volar... ¿Por qué? Porque hay cosas que aún viven ahí, llenas de polvo pero que aún te miran, que te reprochan con sus ojitos grandes café lo que hiciste mal. Y sé, a ustedes les digo, que sí, que hice muchas cosas mal y me lamento hoy, no me arrepiento, pero sí me lamento no haber hecho lo correcto. Incluso llego a pensar que las cosas buenas de las que fui capaz se opacan... quedan como granitos de arena insignificantes ante tamaños errores. ¿Y es que pude haberme equivocado tanto?

No lo sé.

Sí sé que no le cagué la vida a nadie. Yo me tuve que bancar las decepciones ajenas y chillé, chillé mucho, todos me oyeron y cuando volví... nada era distinto. Ya no tenía ganas. Y lo siento. Realmente lo siento. No quiero que eso opaque mi vida, soy una persona con muchas cualidades y buenas, calidad antes que cantidad. Pero no quiero que queden ahí, olvidadas por un par de errores que cometí, es que, ¿acaso alguien es capaz de juzgar a otro sin mirarse primero a sí mismo? ¿Quién está limpio?

Odio poner en duda mi propia forma de ser.

Supongo que se me pasará.

O no.

Gabriel

sábado, 19 de abril de 2008

El dulce aroma a infierno

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Como dije en otras partes, ángel y demonio en mi propio mundo ciclotímico.

Quisiera hablar con libertad, quisiera tirar nombres, pero es que cobarde me vuelvo a la hora de reflexionar... Probablemente por miedo, pero no por miedo a una tercera, sí por miedo a mí mismo, porque soy y seré siempre el artífice de mi propia destrucción. Siempre seré mi peor enemigo. O la sombra de mi padre. Lo que más prefiera para mi desolación. Soy masoquista por naturaleza, curioso por estúpido, husmeo donde no me correspond y me doy cuenta nuevamente de lo reemplazable que soy, que de tanto que he dado nada queda como recuerdo... Sólo el amargo sabor a soledad y el aroma nauseabundo del infierno.

Más explícito. Dar y no recibir. Ser puro de sentimientos y claramente reemplazado cuando ya nada alcanza, cuando el amor se termina. Te vas y las cosas quedan tal cual las dejaste, estancadas, muertas sin explicación, abducidas por todos esos monstruos a los que tanto temo... Los que llevan el nombre del fracaso. Hoy día no demostrás más que yo decido por los dos y termino siendo un bastardo pero fácil de olvidar...

Claro que duele.

Pero, ¿qué pasa con mi presente?

No lo sé. Y no lo sé porque realmente es algo nuevo. Quisiera en éste mismo instante dejar de pensar en los errores que cometí y enfocarme en lo que tengo por delante. Mi forma de proceder es de manera diferente, en extremo referido a aquella niña... Yo no quemo etapas. Yo no busco despecho. Yo no busco sexo fácil. Grandes valores que muchos han perdido... Aún así, me caigo. Porque soy débil. Porque soy caprichoso en vez de sonriente. Te tengo a vos y husmeo a aquella. Probablemente hagamos lo mismo, somos animales por naturaleza. Nos golpearemos la cabeza hasta sangrar y luego desmayar, para despertar luego y darnos cuenta de lo estúpidos que fuimos...

Yo siempre voy para adelante y siempre seré complaciente. Pero... a veces dudo de mi propia suerte...

No dejaré de escribir para vos. Hace casi un mes que ya sos parte de mi vida y quiero que de ahora en más, seas aún más de mí.

No dejes de escucharme. Yo nunca te voy a faltar.

Te necesito.

Gabriel

jueves, 17 de abril de 2008

La verdad que debe doler

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Tengo la mejor frase para vos.

Sí, para vos, la persona a la que no quiero nombrar porque me da bronca hacerlo. Pero tengo la última frase, ¿última? ¿Que acaso le quiero dar suspenso a ésto? Nah... me gustan los buenos finales.

Voy a hacerla corta. Sabelo. En un principio no te di bola, por la bonita burbuja en la que yo vivía. Con el pasar del tiempo me demostraste ser una persona impulsiva, con buenos valores, pero impulsiva... Con el tiempo te fuiste haciendo más viejo y más choto, más mierda, tus jugadas terminaron siendo sucias y con doble sentido... Con el tiempo terminaste siendo artífice de tu propio egoísmo, creaste un mundo de personas que sólo te adoraran a vos... Con el tiempo te olvidaste de los que no llevaban tu nombre, aquellos que también fueron abandonados y hasta nunca reconocidos... Y sabés, hoy, te digo, con toda la calma del mundo que me hartaste, me HARTASTE!

Y voy a terminar con ésa última frase, la que hoy y así como me lo hace ver, me hace sentir que no te alcanza con ser buena gente.

No te alcanza.

Gabriel

miércoles, 9 de abril de 2008

Podrías (You & I both)

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Podrías servirte esta noche en una taza de café. El viento de afuera golpea con fuerza la ventana, siente el frío pero aquí no es bienvenido, somos dos y tenemos corrientes propias, un inminente huracán y los besos, que giran en círculos, plagiándose mútuamente, una y otra vez, como si la sed no faltara.

Podrías darle un nombre a lo nuestro y luego reír de nada, perder el tiempo con papeleos mientras mis manos hablen tus mejillas. Podrías besar mis dedos hasta que no queden huellas y echarlos a andar sin rumbo por toda tu piel, trazando su propio camino, dejándote marcas de inspiración, volviéndote visible ante lo oscuro, sudor y estrellas, bocas de miel saboreando la perfección.

La curiosidad mató al gato y volvió intenso al observador. Haré contigo hoy lo que me plazca pero siempre te haré el amor. Podrías alzarte sobre mi mundo y susurrar fuerte una poesía al aire. Podrías quemar noviembre con tu aliento, desatar la ira del silencio con tus gritos, podrías serme infiel besando mi sombra y ofender a los dioses con tu perfecta desnudez. Podrías beberte todas mis ganas y romperme en mil pedazos, podrías dejarme morir si así nunca detuvieras el demoníaco vaivén que hoy se estremece sin fin...

Más aquí estaré cuando todo termine. Abrazándote, abrazando el infinito y sonriéndole al pasado. Saltarás al vacío y querrás aprender a volar, pero al fondo llegarás y allí, una vieja caja encontrarás, con besos que te devuelvan a mí. Y serás mía, del suspiro, de la redención. Podrás contarme historias y luego guardarlas sin miedo a perder. Podrás quedarte y usar los anillos que prefieras. Podrás esconderte de mí y al fin, reír de ti misma...

Podrías servirte la noche, hoy, ¿querrías la taza?

Gabriel

lunes, 7 de abril de 2008

Palabra pequeña si la hay

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- Como caído del cielo...
- Nunca te he visto volar junto a mí.
- Porque nunca antes te había conocido.
- Cursi...

"Como si fuera la cosa más pequeña del universo pero un instante blanco en el cielo llamado estrella. Como si fuera el consejo que nunca tomarás pero será la solución a todos tus problemas. Como si fuera la arena que frena el mar, la hache en palabras mudas o la mirada que corta el aire en dos cuando me miras. Es un segundo que deja de ser común. Es una rama que guarda la última hoja de otoño. Es sencillo pero complejo, es como un beso que nadie ve. Las palabras se ven más bellas y la vergüenza más divertida, la cara olvida dónde usar labial y se dibuja toda de roja, los oídos sonríen y la boca escucha... Es la primera letra de un te quiero... algo estúpido pero inigualable. ¿Tú sabes de qué hablo?"

De ser cursi.

Poco a poco te contagiarás, lo juro.

¿No lo creés?

Gabriel

sábado, 5 de abril de 2008

Negativo o no tanto?

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¿Qué es lo que exactamente esperás leer acá?

No soy más que una cabeza llena de pensamientos, que a su vez se dividen en problemas e histeriqueo, que a su vez se dividen en paranoia, autodestrucción, ser negativo y ansioso, que a su vez...

Ves que no paro. Lo más curioso es el carácter negativo, que llegado a tal punto, no es tal. Pienso todo el tiempo en que las cosas van a salirme mal, que no voy a tener siquiera una recompensa a todo esfuerzo que ponga, que nadie se va a acordar de mí en unos años, que no existe la mujer que decida ir tras de mí... Pero... pero... sigo adelante, no me detengo, si tengo en mi cabeza una idea, no paro hasta conseguirla o incluso mejor, no dejo de pelear por ella hasta conseguir demostrarme que estoy luchando por lo que tanto quiero. O sea, de la boca para afuera el mundo está contra mí, pero mis acciones demuestran que voy por aquello que necesito... o quiero...

Pero no alcanza. Quiero decir con esto que depende mucho de la persona que tenga enfrente. De que ella pueda compartir las mismas luchas, los mismos sentimientos, la misma pasión por la pareja, la misma soltura y el mismo corazón... podría seguir pero terminaría mañana... Quiero decir que depende de dos... no de mí solo. Y es por eso que a veces termino recriminándome la capacidad de elección hacia una mujer, punto que se torna ya estúpido y aburrido. Pero bueh, aún no he alcanzado la plena confianza hacia la otra persona y sé que más allá de lo que pueda suceder a futuro, de los tanto fracasos a los que aún no me acostumbré... llegará.

Porque si no, creer en mí, será haber gastado una vida gabrieliana al pedo.

Gabriel

viernes, 4 de abril de 2008

Gabriel, no servís

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¿Qué tanto podés demostrarme que estoy equivocado?

No lo puedo creer.

Sencillamente "chau".

Hubiese sido más fácil que me dijeras de mala gana las cosas, así al menos me hubiese quedado la bronca y las ganas de pelearte, de mandarte bien a la mierda. Me doy cuenta de que te falta muchísima autoestima, que te falta tanto pegarte contra paredes, una y otra vez, hasta que sangres feo, hasta que te desmayes y que cuando al fin despiertes, te des cuenta de lo fácil que es suicidarse en ésta vida quedándose quieto.

¿Y yo?

Fracaso tras fracaso. Me da tanta bronca, te juro, tanta bronca equivocarme, dar y no recibir, tratar de demostrarle a la persona que tengo enfrente que es más fácil ponerle ganas que quedarse quieto haciendo nada. Pero no puedo, no tengo llegada, no logro que la gente entienda lo que digo, gasto saliva al pedo (digo ésto y asoman lágrimas). Todos terminan demostrándome que no sirve de nada ser como yo, un maldito soñador que siempre está dispuesto a agachar la cabeza y poner la personalidad de los demás antes que su ego. Y estoy cansado... tan cansado... por dentro estallo de ira y de tristeza, quisiera estar yo tres metros bajo tierra.

Pero sé que no tengo el valor para hacerlo.

Vivo porque no me queda otra más que vivir.

Gabriel

lunes, 31 de marzo de 2008

Remolino Remolino

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Fragmento hallado el 31 de marzo de este año.

"Un basural, así encontré mi cabeza al abrir la puerta. Las llaves quedaron en el suelo, mis manos perdieron la consciencia, se desvanecieron cual sombra triste rodeada de luz. Etéreos ante mi mirada, insectos revolotean sobre ideas carcomidas por el uso, desgastadas por exigidas, devastadas por las inacabables guerras que llevo a cabo entre pensamientos."

Que cansado estoy de mi cabeza. Piensa a más no poder, no se queda quieta, tengo ganas de darle unos buenos golpes, como si de un saco de arena se tratara, con el plus de una foto mía puesta... para que se sienta mejor... No puedo evitar los mambos, ya forman parte de mi vida, son la atracción turística principal en mi forma de ser. A veces logran su libertad al volverme impulsivo, se salen con la suya y el mundo entero tiembla. Pero por otro lado...

... cansa también pensar en los demás. Que quiero hacer las cosas bien para no lastimar, que quiero cuidar... y al final termino siendo el hijo de puta más grande, el menos recordado de todos por mis logros... pocos, pero suficientes. O no, por lo que hoy veo. ¿Cómo puede ser que de tantas cosas buenas que di hoy sólo cuenta lo que no di? ¿Cómo es que existe una persona en el mundo que valore tan poco mis sentimientos como para permitirse enamorar de otro? Creo que no es exactamente el punto en el que soy reemplazado, pero sí donde me convierto en el villano. Me da la pauta de que en cierto punto no vale la pena ser bueno y dar todo de mí mismo por una relación, ya que, el día de mañana, van a abandonarte, sin importar todo eso. Y cuando las cosas vuelvan a ser como antes, vos tengas dudas y decidas cambiar tu vida en un solo chasquido, no vas a tener el perdón. ¿Cuándo podré hacer algo malo sin que me digan que está mal? ¿Quién es quién para decirme lo que estoy haciendo... mal?

Por otra parte, contenerme cuesta. La suerte de que sea sólo por mi cabeza alivia un poco, pero el miedo a perder persiste. Debería de estar tan contento por todo lo que se me está dando y no... siento que es más fuerte que mí. ¿Es que acaso nací para ser una María Magdalena? ¿Seré tan masoquista? ¿Tanto me gusta estar triste? Tengo paciencia pero a veces bombean tanto que tengo que gritar que paren. Y luego tengo que escribir. Y finalmente hacer temblar al mundo. Al menos el de unos cuantos. Así son las cosas.

Tengo que lavar mi camisa.

No tengo remedio.

Gabriel