sábado, 19 de abril de 2008

El dulce aroma a infierno

.
Como dije en otras partes, ángel y demonio en mi propio mundo ciclotímico.

Quisiera hablar con libertad, quisiera tirar nombres, pero es que cobarde me vuelvo a la hora de reflexionar... Probablemente por miedo, pero no por miedo a una tercera, sí por miedo a mí mismo, porque soy y seré siempre el artífice de mi propia destrucción. Siempre seré mi peor enemigo. O la sombra de mi padre. Lo que más prefiera para mi desolación. Soy masoquista por naturaleza, curioso por estúpido, husmeo donde no me correspond y me doy cuenta nuevamente de lo reemplazable que soy, que de tanto que he dado nada queda como recuerdo... Sólo el amargo sabor a soledad y el aroma nauseabundo del infierno.

Más explícito. Dar y no recibir. Ser puro de sentimientos y claramente reemplazado cuando ya nada alcanza, cuando el amor se termina. Te vas y las cosas quedan tal cual las dejaste, estancadas, muertas sin explicación, abducidas por todos esos monstruos a los que tanto temo... Los que llevan el nombre del fracaso. Hoy día no demostrás más que yo decido por los dos y termino siendo un bastardo pero fácil de olvidar...

Claro que duele.

Pero, ¿qué pasa con mi presente?

No lo sé. Y no lo sé porque realmente es algo nuevo. Quisiera en éste mismo instante dejar de pensar en los errores que cometí y enfocarme en lo que tengo por delante. Mi forma de proceder es de manera diferente, en extremo referido a aquella niña... Yo no quemo etapas. Yo no busco despecho. Yo no busco sexo fácil. Grandes valores que muchos han perdido... Aún así, me caigo. Porque soy débil. Porque soy caprichoso en vez de sonriente. Te tengo a vos y husmeo a aquella. Probablemente hagamos lo mismo, somos animales por naturaleza. Nos golpearemos la cabeza hasta sangrar y luego desmayar, para despertar luego y darnos cuenta de lo estúpidos que fuimos...

Yo siempre voy para adelante y siempre seré complaciente. Pero... a veces dudo de mi propia suerte...

No dejaré de escribir para vos. Hace casi un mes que ya sos parte de mi vida y quiero que de ahora en más, seas aún más de mí.

No dejes de escucharme. Yo nunca te voy a faltar.

Te necesito.

Gabriel

No hay comentarios: