miércoles, 9 de abril de 2008

Podrías (You & I both)

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Podrías servirte esta noche en una taza de café. El viento de afuera golpea con fuerza la ventana, siente el frío pero aquí no es bienvenido, somos dos y tenemos corrientes propias, un inminente huracán y los besos, que giran en círculos, plagiándose mútuamente, una y otra vez, como si la sed no faltara.

Podrías darle un nombre a lo nuestro y luego reír de nada, perder el tiempo con papeleos mientras mis manos hablen tus mejillas. Podrías besar mis dedos hasta que no queden huellas y echarlos a andar sin rumbo por toda tu piel, trazando su propio camino, dejándote marcas de inspiración, volviéndote visible ante lo oscuro, sudor y estrellas, bocas de miel saboreando la perfección.

La curiosidad mató al gato y volvió intenso al observador. Haré contigo hoy lo que me plazca pero siempre te haré el amor. Podrías alzarte sobre mi mundo y susurrar fuerte una poesía al aire. Podrías quemar noviembre con tu aliento, desatar la ira del silencio con tus gritos, podrías serme infiel besando mi sombra y ofender a los dioses con tu perfecta desnudez. Podrías beberte todas mis ganas y romperme en mil pedazos, podrías dejarme morir si así nunca detuvieras el demoníaco vaivén que hoy se estremece sin fin...

Más aquí estaré cuando todo termine. Abrazándote, abrazando el infinito y sonriéndole al pasado. Saltarás al vacío y querrás aprender a volar, pero al fondo llegarás y allí, una vieja caja encontrarás, con besos que te devuelvan a mí. Y serás mía, del suspiro, de la redención. Podrás contarme historias y luego guardarlas sin miedo a perder. Podrás quedarte y usar los anillos que prefieras. Podrás esconderte de mí y al fin, reír de ti misma...

Podrías servirte la noche, hoy, ¿querrías la taza?

Gabriel

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