viernes, 27 de junio de 2008

No me des a elegir

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Es un karma cada vez que tengo que conseguir trabajo.

Si hago un balance de mi vida desde que entré a trabajar en la ferretería donde trabajaba mi abuelo, puedo decir que ocupé el 70% desde ahí hasta el día de hoy en trabajo. El resto fue tiempo en espera. Ha resultado un ida y vuelta, a grandes rasgos nunca he ganado mucho haciéndolo, por el simple hecho de que sólo me importaba ocupar mi tiempo ganando algo de dinero para mantener las boludeces que mi familia nunca me pudo dar. Y sí, nací en cuna de oro pero me tuve que arremangar igual y salir a trabajar. Se puede decir que no he tenido mucha suerte, he tenido más de diez laburos y la mayoría cerraron por falta de clientela, dejándome en la calle. El resto, garcas que banqué el mayor tiempo posible y a los que les he devuelto el favor de cagarme.

¿Qué sudece hoy? Una sola cosa: de pronto todos expresan su opinión. No he estado buscando trabajo de manera intensiva, de hecho he colgado mucho. Admito, antes de decir algo que ofenda, que entiendo a todos y sé que tienen razón, que en el fondo es por mi bien y que nadie puede mantenerme. No me lo digan todos una segunda vez, junto diez y son veinte reproches. Sé que tengo 28 años, ME PESAN, no me siento orgulloso de tenerlos, pero a veces quiero irme a la mierda y simplemente no darle cargas a nadie. Me deprime que me insistan, aunque sea en pequeña medida (1+1+18=20 repito). Además, estoy estudiando y de pronto, queda relegado en segundo lugar. Para mi es un enorme logro haber sacado adelante unas ganas que hace tiempo estaban enterradas por el trabajo, SIEMPRE PERO SIEMPRE RELEGUE EL ESTUDIO POR TRABAJAR y porque ahora me doy cuenta de lo estúpido que fui al pensar que era más importante tener unos mangos en el bolsillo que abrir más mi cabeza a futuro...

Sé que lo dicen por mi bien (a excepción de mi viejo, que me dice que tengo que laburar y él vive hace tiempo mantenido por mis abuelos, perdón, mi abuelo porque a mi abuela la terminó matando a malasangres) pero a veces hay que detenerse a ver cómo se dicen las cosas... Me hace mal que desestimen el estudio porque ya me da bastante vergüenza tener que terminar el secundario a los 28 años. No me siento bien conmigo mismo y sumado al hecho de que no estoy bien mentalmente, completamente ciclotímico y sensible, o sea, un pelotudo, todo se va al tacho enseguida.

Por eso es que tengo ganas de arreglármelas solo.

Saben, yo tengo una manera diferente de decir las cosas. En muchas tiro palos de los que no doy cuenta, pero cuando tengo que pedir algo, al menos guiño el ojo.

Eso es un comienzo.

Maldito mundo globalizado.

Gabriel

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