martes, 7 de enero de 2014

Cuestión de megapíxel

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¿Cuántas veces miraste hoy para arriba?  No, no es un mensaje religioso, pero sí sobre el uso de "la mínima importancia".

Hace más de un mes que la película "Batman Inicia" salió en dvd con una edición especial y al módico precio de cincuenta pesos. En el puesto, el exhibidor de ése tipo de ediciones está arriba, pero justo debajo de las luces, en un lugar accesible a la vista humana, sin complicación alguna.

Jamás me preguntaron por la película o cualquier otro dvd que lo acompañara en el exhibidor.

Casi sin darme cuenta, hoy coloqué el dvd a un costado de la vidriera, un metro más abajo de lo acostumbrado y los resultados fueron reveladores: un gran número de personas me preguntaron por él...

Tampoco se trata de marketing.

La rutina es buena, mantiene un orden, pone las cosas donde siempre se pueden encontrar, no sobresalta. El problema se crea cuando dejamos de tomar responsabilidad en la búsqueda de las diferencias y permitimos que nos absorba dentro su espiral tiránica. Ahí es cuando mirar hacia arriba deja de importar. ¿Cuándo fue la última vez que descubriste que te observaban desde un balcón? ¿Cuándo fue la última luna llena? ¿Dolió ése golpe en la coronilla? ¿Alguna vez se te ocurrió ver con qué tipo de suela te pisa cada gota de lluvia que cae?

Bueno, el último fue exagerado...

Y no solamente mirar hacia arriba, sino más allá. ¿O acaso vale solamente que nos llame la atención? Ésta misma pregunta pide alzar la vista y hacernos meditar sobre la cantidad de pequeños detalles cotidianos que existen pero decidimos pasar incoscientemente por alto: el estado de ánimo de alguien que apreciás, el billete perdido que no levantás, el semáforo en rojo que pasás, la mirada que dijo tu nombre sin saberlo y no advertiste... Y tantos ejemplos más, que ustedes mismos tendrán.

Y todo eso de un puñado de personas que descubrieron Batman Inicia.

A veces, la vida lleva a la gente a pensar de manera egoísta o a no importarle dicha cuestión. A esos, hoy, solamente los menciono, porque cada quien tiene su razón de ser.

Digo, darse cuenta de que existe algo más que la rutina o la sencilla meta que nos acapara veinticuatro horas la mirada. Después de todo, somos seres de carne y hueso pero con la mente de un dios. Digo...

... que hay que prestar más atención y parpadear menos.

G

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