martes, 4 de septiembre de 2012

Dos días después

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Hoy sufro las consecuencias de mi post anterior y del encuentro con aquella mujer. Sabía que llegaría finalmente a éste estado, todo es cuestión de tiempo, de causa y efecto, de exponerse y aceptar la lluvia de balas...

Gaby por dentro me decía "no está bien, te va a castigar" pero yo nada, seguía en la mía. Siempre hago lo mismo y siempre caigo en el mismo pozo. Tal vez, en ésta ocasión, no me sienta tan extremo como para transformar mi alrededor en un desastre pero aún así, me siento tirado y con un humor depresivo. Para colmo, ayer tuve un sueño gabrieliano y me desperté llorando, algo que no sucedía en décadas de mi vida. No puedo salir y es porque estoy detrás de una mujer que ya sobrepasó sus sentimientos y yo, como un idiota, sigo detrás... aceptando las limosnas que me da. Dios, estoy tan cansado de vivir así.

Y lo peor de todo es que no me decido a cambiar las cosas.

La esperanza mal depositada me está matando.

Sigo sin ser fuerte ante las circunstancias y sigo sin decir que no.

G

lunes, 3 de septiembre de 2012

Pregunta sobre ayer

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A éstas horas, no me siento muy sano como para escribir un nuevo post, pero tengo cosas en mi cabeza y prefiero descifrarlas, aunque sea un poco y solamente yo lo entienda... Bueno, al menos que una persona más pueda reflexionar conmigo...

Me pregunto qué fue lo que sucedió ayer.

Siempre estamos cerca, siempre nos abrazamos, siempre cedemos a más, siempre terminamos en el mismo lugar. Conozco infinitos casos de ex que solamente comparten cama pero... de a ratos, es tan perfecto que no quiero que te vayas. Claro que, no pienso decírtelo, prefiero quedarme inmutable y que veas una nueva coraza, la que te dice cuando se le da la gana que no y al final, admitir que quiero algo de vos pero siempre, siempre, manejando mis propios tiempos. Eso no me disgusta pero... cuando llegamos al punto en el que ni el sexo ni el roce ni nada importa o contrariamente, importa solamente lo bien que la estamos pasando... Ayer fue algo distinto, fue un paneo sobre el futuro que siempre quise para los dos, el futuro de una relación seria.

Ambos nos encontrábamos en el lugar que debíamos y fuiste vos, como siempre, la que rompió el hielo (era cuestión de tiempo). Pero fue distinto y disfrutamos, al menos yo disfruté como hacía tiempo no lo hacía. Y todo fue dándose naturalmente, como si todo lo que sucedió a continuación estaba estipulado. Ojalá entendieras todo lo que estoy tratando de decir con éstas palabras.

Pero faltó algo, ¿no? Todo tenía que quedar en el momento. Después de todo, llegaste hasta ahí porque alguien más te había dejado colgada... Algo faltó y fue la apuesta. Claro que, yo no pensaba en ése tipo de cosas y sin embargo, Gabriel me preguntaba por dentro (una y otra vez) si lo que hacía estaba bien. "Mirala, está disfrutando de mi compañía" le contesté y no lo escuché más. Pensamientos, bien guardados adentro quedaron.

Y me doy cuenta de algo pequeña. Que te sigo amando y que pienso guardármelo hasta que sea el momento de dártelo por completo o dejarlo morir en las manos de un nuevo amor. En la mayoría de las veces, quisiera que no fueras tan liberal pero eso no quita lo mucho que te quiero en mi vida. Si en algún momento, encontráramos el punto en el cual ambos pensemos lo mismo y sigamos solamente al corazón (siempre y cuando sigas amándome)...

Quiero destacar que siempre pudiste haber partido, que el dinero se pudo haber ahorrado. Me ofreciste hasta el tipo de ayuda que no te concernía, algo que suena completamente inverosímil hacia un "ex". No sé, estás cambiando y puede que todo eso sea simplemente un acomodamiento de ideas.

Nos vemos enana.

G

jueves, 23 de agosto de 2012

Sin capitular

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¿Por qué siempre tienen que volver cuando estás bien?

Es una maldita regla y que sucede a menudo. Te digo, en la mayoría de los casos que he vivido, cuando mis ex volvían (y les juro que volvían), les pegaba una tremenda patada. A cara de piedra, les hablaba con altura (aunque tuviera que ocultar el dolor de seguir queriéndolas) y les cerraba la puerta en la cara o al menos, me disculpaba discretamente con un "mirá, a éstas alturas creo que estamos mejor separados, que nos va mejor, que juntos nos hacíamos mal, que sacábamos lo peor de los dos, blah blah blah"... Siempre el mismo discurso y me iba bien, re bien. Sufría pero me la bancaba, no volvía a jugar apuestas perdidas y seguía con mi vida como si nada.

Pero tuve que finalmente decidir dejar volver a una.

Y eso arruinó todo. Arruiné todo. Decidí no mandarla a la mierda, la dejé volver, volví a apostar, una y otra vez, repitiendo los mismos errores, volviendo a ser el mismo imbécil de siempre, el que nacía naturalmente delante de ella y de todos sus estúpidos e inmaduros defectos. No importa ahora la razón, que si era muy chica para mí, que si me dejó de querer o nunca supo cómo, que si nos fue mal o yo fui demasiado "Laroca" (sólo para entendidos). La cuestión fue que dejé que eso arruinara todas mis ganas, mis metas, mis grandes talentos, todo, TODO. Y al final, se fue otra vez, como casi siempre lo hizo, se tomó el palo y yo me quedé, una vez más, como un PELOTUDO, el mismo pelotudo que siempre la dejó volver y se dejó arrastrar por una estúpida mujer. Sep, asumo la mayor parte de la culpa, pero aún así, tengo tanta bronca e impotencia, (superada solamente por una inmensa depresión) que quiero golpear mi cabeza contra la pared y hasta que deje de pensar en todo eso.

Quiero... no vivir más con éstos recuerdos. Con ella en mi cabeza y en mi corazón.

Entonces... ¿para qué la deje volver? ¿Importó alguna vez si jamás pensé en dejarla? (excepto la vez en que la dejé por aquella) Casi jamás lo pensé, lo juro, tenía broncas pero siempre quise tenerla para el resto de mi vida. Y ella no, cada vez que volvió fue para arruinar la estabilidad que hasta ése momento, HABÍA CONSEGUIDO SOLO. Siempre volvió para arruinarme los planes... Me obligó a vivir sin ella, después de tanto tiempo juntos y de tantas cosas vividas para luego volver, hacerme apostar por ambos otra vez y después, patearme nuevamente. Me dejó como un pelotudo... el más idiota de todos.

Vuelve por razones egoístas, claro está. Porque cuando estoy mal, ni la hora me da. Ni me pregunta si estoy bien o si me hace mal saber que anda con otros, que son mejores, que le producen ganas de hacer cosas que conmigo no hacía (odio tus uñas). ¡CALLATE! Dejá de hablar... dejá de buscarme cuando alguien más no te da lo que yo te di...

Vuelve siempre que estoy bien y nunca me atiende cuando estoy mal. Pero yo sigo diciéndole que si y dejando que, de a ratos, me arruine la vida.

G

Viejos buenos ratos

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Este post no ofrecerá un camino predeterminado, probablemente termine en cualquier parte.

Aunque, de eso se trata "la absoluta continuidad", right?

Hay momentos en los cuales me pregunto a dónde van a parar los buenos ratos. He vivido muchos y de los cuales siento el orgullo de haber pertenecido a ellos, cosas de las que nunca quise desprenderme y deseé que volvieran o que se convirtieran en eternos. Pero no, llegaron los malos y luego, los peores. Entonces, continuaron sin fin, pisotéandome hasta más no poder, hasta que sólo me dediqué al silencio o a lo que fue peor: a dejar de querer a Gabriel. Y cuando todo lo malo se sucedió hasta el cansancio, cuando al fin la tormenta cedió y pude respirar un poco, no me gustó lo que vi: una imagen gabrieliana bastardeada, un ser formado por pedazos de excelentes aptitudes y otro tanto de defectos completamente desechables. Para nada me gustó lo que quedo de mí.

Y desde ése mismo estado es que ahora pienso en qué quedaron los buenos momentos. Quedan tantas cosas buenas por hacer, pero últimamente, desde el corazón roto. No logro establecer una rutina de ánimos de piedra, a prueba de recuerdos y viejos errores. Peor aún, odiosos y dolorosos. Entonces. ¿qué puedo esperar de mis actuales puntos de vista? Quiero darles a mis viejos buenos ratos un lugar de inmunidad dentro de Gabriel pero no logro siquiera mantenerlos entre mis manos por más de diez segundos. Queman y lo que sería mejor no mencionar... alimentan la ansiedad. Quieren recuperar lo bien que se vivió y salir del agujero, amén de aquellos que insisten con "pero tenés que salir solo" o "vos sos lo suficientemente fuerte para salir adelante"... blerg. Quiero vomitar cada vez que pretenden alentarme con palabras mundanas y no porque sus intenciones no sean buenas, sino porque a mi personalidad eso no le sirve.

Llegados éstos casos, de humores extraños, los viejos buenos ratos cobran sentido y se vuelven filosos. Uno empieza queriendo recuperarlos o queriendo encontrar nuevos y mejores pero todo desde la silla donde apoyamos el culo... No es que uno deba levantarse e ir a buscarlo, después de todo, la fe está quebrada (eso es algo que reservo para el siguiente episodio), pero... a veces, de tanto buscar, estaría bueno que lloviera un poco del color que uno quiera.

No me hablen de lo bien que estaré en un futuro proximo, lo que vivo es el ahora. Y ahora mismo, me siento mal. ¿Mañana? No lo sé.

Buenos ratos, váyanse a la mierda.

Que con extrañar a la enana no avanzo y vuelvo a lo peor de mí.

G

domingo, 5 de agosto de 2012

No incumbe pero importa

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No importa mucho, tan sólo lo que quiera decir desde dentro. Pero es repetitivo para otros, lo sé, suerte que pueden mirar hacia otro lado o mirar a otros, sino... tendría que dar explicaciones y sentirme obligado a cumplir con demandas que a nadie más que G le sirven...

A veces... la veo tan confundida y a veces, tan decidida, como si tuviera el panorama claro sobre lo que quiere pero no admite que es X persona, buena o mala, puta o santa, blanco o negro... La mayor parte de sus acciones se ve envuelta por un estado gris que no la deja ver a sus alrededores y que, casualmente, es lo que realmente vale. Hoy pienso y recuerdo a varias mujeres que han dejado su huella sobre mi nombre y que no decidían qué hacer, acaso porque soy mucho y a su vez, no lo suficiente, pero siempre me mantienen cerca o al menos, eso pretenden. Y sin embargo, la absoluta continuidad se extiende hasta dignidades quebradas y roces insospechados, hasta que la dura realidad toma las riendas y nos patea duro en las partes bajas.

Puff... dije eso sin respirar y siempre me voy por las ramas cuando lo hago. Claro que me importa, ella me importa pero no deja que sea eso relevante, simplemente quiere que la toque y la haga sentir completa, que le de lo que un gran error inconsciente no puede. Nunca termina de equivocarse y parece gustarle eso, por un lado quiere tomar lo que quiere y sin responsabilidades pero por el otro... quiere que las consecuencias no resulten tan duras con ella... Es una mujer a la que a veces odio y odio que se haya cruzado en mi camino porque, así como es ahora, me sirve solamente para rememorar buenos momentos y destrozarlos... rozando la piel con otro.

Y por otro lado, la quiero, más que ninguna otra.

No creo que, en mucho pero MUCHO tiempo, ella llegue a entender lo mal que está haciendo las cosas, aún si ya no me ama pero, se va a dar cuenta de lo lejos que sus decisiones la van a llevar y que, su falta de madurez va a hacerle pagar un precio muy alto. No hay problema, yo la dejo equivocarse, pero quererla puede significar que yo no pueda quedarme de brazos cruzados mientras ella sigue golpeándose su hermosa cara contra la pared.

¿Cuántas, cuántas veces más van a tener que usarte y volver a tirar para que te des cuenta de que hay ciertas cosas que no se mezclan?

No te preocupes, yo ato mis manos. Al menos hasta que alguien nuevo y con agallas, sepa cómo desatarlas. Otra vez.

G

sábado, 21 de julio de 2012

La vida después del amor

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Al final, termino no sabiendo de que va todo esto, de que se trata el amor. Uno va hacia adelante, con todas sus ideas y sueños, sus grandes cuadros y mejores canciones, hasta que nos topamos con esa relación, la gran relación, la que durará siglos y nos marcará para siempre. Apostamos fichas y seguimos camino, ponemos en práctica todas nuestras mejores ilusiones y maneras de ser, improvisamos incluso aquello que consideramos perdido. Somos ganadores, la vida es simple y bella, nos volvemos felices, nada podrá ser mejor.

Pero el amor... el amor es una gran lotería y sabiendo bien cómo es el azar... puede irnos bien, puede irnos mal.

Por un instante, miro desde fuera y dejo de lado éste mal momento que estoy pasando. Observo desde fuera y entiendo que los tiempos de cada persona no siempre coincidirán con los de uno. Que la rutina nunca será de la misma forma en la que uno mismo la diagrama, cada día. Que uno ve a su pareja y que si llega a pensar que toda la vida va a vivirla junto a ella, tal vez la persona que esté frente a vos no piense lo mismo o ni siquiera lo piense. Que tal vez te produzcan las ganas que duren para siempre pero vos no le produzcas lo mismo. Y que, dicho otra vez, no se de cuenta o siquiera lo sienta. No importa si es para vos o no. Pueden pasar dos años, siete tal vez, o peor aún, cincuenta y de pronto, llega ese maldito día en el cual te das cuenta de que ambos no se encuentran ya en sintonía y que todo lo que compartieron hasta ése mismo instante, cosas únicas e irrepetibles, pasarán a formar parte de lo vivido, del consuelo que todos llamamos "recuerdos". Nada más ni nada menos.

Pero resulta que, siempre habrá otra persona que le haga sentir lo que vos no pudiste, a pesar de lo maravilloso que fuiste. Fuiste tan asombroso y sin embargo, no lograste atarla a vos para siempre.

Dentro de éstas palabras que escribo, quedan fuera los errores propios y los de enfrente, ya no importan las estupideces ni los momentos en que uno u otro decidió arruinar lo bueno que tuvimos, aún a costa de perder años de nuestras vidas tratando de encontrar el punto de quiebre, donde todo se fue a la mierda o, dicho de una manera más bella, "donde un malnacido mató a la mariposa en el otro lado del mundo".

Y si bien los momentos van y vienen, así siempre será, (mañana me encontraré mejor y hasta en los brazos de una nueva apuesta) hoy por hoy prefiero encerrarme dentro de mí mismo y pensar que sólo nos queda pulir nuevamente nuestras mejores virtudes para volver a jugar esa ruleta rusa llamada "amor".

G

jueves, 19 de julio de 2012

Siempre para Gabu

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El problema es... que ya no resulto sorpresa para quien me conoce. Gran parte de los miembros de mi familia, ex amigos, ex novias, ex etcéteras, blah... ya no me ven con respeto. Lo sé, el respeto se gana pero... veo también que la gente me ha dejado de respetar porque yo he DEJADO de hacerme valer. O sea, dejé de ser quien siempre mejor fui.

El otro día me dijeron "vos tendés a alejar a las personas, vendés algo que ya no sos". Y me lo dijo la persona en el mundo que más calificada se encuentra y a su vez, quien no. Sobre éste punto, pienso que no he traicionado a la gente, más bien ellos no han sabido cómo tratar conmigo y lo que es peor, han "dramatizado" sobre cuestiones que sólo requerían de dos personas sentadas y charlando amenamente. Me he equivocado... tantas veces, he confiado en tantas personas y he jugado tantas apuestas. Incluso, he dejado de lado mis mejores trucos y tan sólo me he vuelto un ilusionista, nada más que eso, una persona que promete cosas y no cumple, ya sea por su GRAN falta de suerte o por sus GRANDES malas decisiones.

Sep, soy repetitivo, pero no le hablo a la gente, le hablo a Gabriel y conociéndolo bien... quien requiere de cierta fama y con el sabor a que los demás puedan leer...

Estoy mejorando, estoy trabajando, estoy pensando de manera "casi" egoísta, como al mundo le gusta, de la manera en que nunca quise seguir. Y la razón por la cual pienso que aún así, no tengo el respeto de los demás, es por la siguiente situación:

Salí con alguien y en lo primero que reparé fue en el hecho del respeto mutuo, no me conocía... y eso me dio tranquilidad, tan sólo me dediqué a disfrutar de la salida en cuestión. Ella no tenía para juzgar más que lo que iba escuchando de mis labios, de lo que mi cuerpo iba expresando, de las consecuencias que mis acciones brindaron. Ese mismo respeto se forjó a medida que iba siendo yo mismo y no tenía todo un pasado Gabrieliano lleno de errores al cual mirar de antemano. En cambio, dejo que a mis alrededores troten personas llenas de rencores y envidias, llenas de errores y vacías de respeto. Me pregunto, si en algún momento hice tanta maldad como para que ciertas personas fueran así conmigo...

Particularmente, para el hijo de puta de mi hermano, a quien nunca le quise romper la trompa porque simplemente es mi hermano. Y me ha dicho las peores cosas, no me respeta y cuando ponga los ojos en blanco, voy a pegarle hasta que me pida perdón por cada vez que me cagó la vida.

O para Fer, quien siempre me busca para salir domingos y lunes.

Que se yo... sigo pensando que elegí mal a la gente y que mis acciones debieron resultar más egoístas, ya que si hubiese pensado más en mi, hubiese dependido menos de los demás y no hubiesen tenido tan poco respeto que devolverle a Gabriel.

Me cansé de hablar.

Gabu entiende.

G

miércoles, 4 de julio de 2012

Al pasar

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A veces, no llego a entender porqué ciertas personas hacen lo que hacen.

Pero aún menos entiendo porqué pierdo tiempo pensando en eso.

G

martes, 3 de julio de 2012

Sin bronca

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Ahora que tengo internet, puedo volver a enfermar la red con mis palabras... jeje.

Y pensando en todo, TODO, lo que tengo para decir, llegué a la conclusión de que llevarme por la bronca y hacia aquellos que la merecen, me lleva a nada.

La cuestión pasa, dicho de una manera política, por mezclarme con gente que me tira para atrás. Si bien la interacción de uno mismo con el presente y sus futuras consecuencias son responsabilidad de UNO mismo, me gusta siempre agregar que, al resultar indispensable interactuar con otros, se vuelve importante la frase "Dime con quién andas y te diré quién eres." Jaja, ya sé, me hago el distraído y le echo la culpa a los demás, indirectamente, pero no se trata de eso. Se trata de hablarme a mí mismo y decirme las cosas como son, aunque otros quieran leerme y no acepten mi verdad. Está bien, es mi verdad, siempre tendrán la opción de no leer o de discrepar.

Cola de paja... xD La cuestión es que ahora, he permitido que me basurearan, que me echasen de sus vidas y con una increíble soberbia... Y bueh, yo lo permití. Pero ha resultado para bien, ahora mismo no están las cosas de diez, pero entiendo que arrancar depende de mi y a su vez, que debo elegir mejor a las personas que me rodean... No porque sean todos mierda y yo un santo, digamos que somos distintos y que nuestras personalidades, en conjunto, no funcionan. ¿Mejor así?

Las pruebas están a la vista, hay quienes se conforman con lo que tienen y hay otros que van por más. Resulta que llevo siete años siendo quien amaga a ir por más y se conforma con lo que tiene. Bueh, se conformaba con lo que tenía.

Nada, eso.

Y que hay gente que resulta nociva para los demás.

Pero como estoy solo... no puedo tirar piedras, ¿no?

Recuerdo bien el momento en el que decidí alejarme de todos y dejar de lado la buena vida social que siempre tuve.

Sin bronca Gaby.

G