sábado, 21 de julio de 2012

La vida después del amor

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Al final, termino no sabiendo de que va todo esto, de que se trata el amor. Uno va hacia adelante, con todas sus ideas y sueños, sus grandes cuadros y mejores canciones, hasta que nos topamos con esa relación, la gran relación, la que durará siglos y nos marcará para siempre. Apostamos fichas y seguimos camino, ponemos en práctica todas nuestras mejores ilusiones y maneras de ser, improvisamos incluso aquello que consideramos perdido. Somos ganadores, la vida es simple y bella, nos volvemos felices, nada podrá ser mejor.

Pero el amor... el amor es una gran lotería y sabiendo bien cómo es el azar... puede irnos bien, puede irnos mal.

Por un instante, miro desde fuera y dejo de lado éste mal momento que estoy pasando. Observo desde fuera y entiendo que los tiempos de cada persona no siempre coincidirán con los de uno. Que la rutina nunca será de la misma forma en la que uno mismo la diagrama, cada día. Que uno ve a su pareja y que si llega a pensar que toda la vida va a vivirla junto a ella, tal vez la persona que esté frente a vos no piense lo mismo o ni siquiera lo piense. Que tal vez te produzcan las ganas que duren para siempre pero vos no le produzcas lo mismo. Y que, dicho otra vez, no se de cuenta o siquiera lo sienta. No importa si es para vos o no. Pueden pasar dos años, siete tal vez, o peor aún, cincuenta y de pronto, llega ese maldito día en el cual te das cuenta de que ambos no se encuentran ya en sintonía y que todo lo que compartieron hasta ése mismo instante, cosas únicas e irrepetibles, pasarán a formar parte de lo vivido, del consuelo que todos llamamos "recuerdos". Nada más ni nada menos.

Pero resulta que, siempre habrá otra persona que le haga sentir lo que vos no pudiste, a pesar de lo maravilloso que fuiste. Fuiste tan asombroso y sin embargo, no lograste atarla a vos para siempre.

Dentro de éstas palabras que escribo, quedan fuera los errores propios y los de enfrente, ya no importan las estupideces ni los momentos en que uno u otro decidió arruinar lo bueno que tuvimos, aún a costa de perder años de nuestras vidas tratando de encontrar el punto de quiebre, donde todo se fue a la mierda o, dicho de una manera más bella, "donde un malnacido mató a la mariposa en el otro lado del mundo".

Y si bien los momentos van y vienen, así siempre será, (mañana me encontraré mejor y hasta en los brazos de una nueva apuesta) hoy por hoy prefiero encerrarme dentro de mí mismo y pensar que sólo nos queda pulir nuevamente nuestras mejores virtudes para volver a jugar esa ruleta rusa llamada "amor".

G

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