domingo, 1 de enero de 2017

El eco siempre vuelve

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Trilogía: parte dos.

"Miro las casas y las luces que tienen dentro. Miro las sombras que aparecen cuando las agitás desde fuera con la mente y anhelo algo que aún no llego a pensar, el corazón se pone triste antes de saber por quién derramar la lágrima. Ignoro el sentimiento, aunque proyecto en ellas mis acciones, mis experiencias, mis recuerdos apenas imaginados, toda esa periferia que produce el milagro de saber caminar. Miro los autos estacionados, el camión que pasa y derrama un poco de agua, miro los destellos que producen mis ideas y postergo sobre cada estrella. Miro a mi familia, a través de las paredes, como siluetas que rellenan un cuadro pintado con herencia y colgado como trasfondo."

"Miro al escritor y deseo que el paisaje sea distinto. He luchado en mi vida sólo para comer y gastar respiro. Y que termine el año no significa que uno puede empezar también, como lo hace el nuevo, aunque nos envolvamos en alivios y sorpresas. No puedo borrar lo que deja el último, si acaso preguntás. Nadie puede."

"Quiero cosas que no tengo, cosas que nunca busqué y por falta de interés. Cumplí con ciertas obligaciones y una fama me forjé. Pero el silencio se pone intenso cuando no estás y se obsesiona con encontrar todos esos tesoros, porque él tiene la ambición que yo no. Quiero cosas y supongo que debo dejar de suponer: la mano escribe y las letras se van de más, poniendo en evidencia la falta de práctica. Quiero cosas y las quiero, a través de mi escritura."

"A veces no llego a medir el alcance de mis errores. Lo juro, no puedo ver más allá de esos insultos. Por eso me bajo la voz y mantengo mi postura, dejando ir el año entre personas que no saben callarse mientras escribo, honrando la memoria de los que se fueron a través de su herencia indiferente, un cuento sobre brujas malvadas y hombres de la bolsa. En ese punto es que me siento incapaz de influir más que con una sonrisa en la que ya nadie cree."

"Me duele la mente y gracias a todas esas enfermedades que contagian mi personalidad. Quiero tantas cosas nuevas pero más quiero entender lo que hago, adónde voy. Y luego, hacerles entender el porqué, a mí y al resto de las treinta y seis. Miro el cielo, los autos, las siluetas, a mí mismo... y me doy cuenta de las veces en que escribo una "e", pensando que es una letra "c"."

El fin de año resultó muy distinto a esta sensación "pre" parte dos, aunque en esencia fue la misma. Quise brindar, soltar algunas palabras aunque no encontré la manera de arrancar entre tanta gente hoy desconocida. Fue bueno y nada más.

En teoría debí de postear algo más acorde a como realmente me sentí, aunque el texto de más arriba fue cómo realmente sentí que se fue el año, deseando cosas que hace rato no deseo. Será que tal vez hoy sí tengo con quién compartir un objetivo.

Ah... y me faltó tu beso.

G

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