domingo, 17 de noviembre de 2013

Lectoescritor

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Un post corto.

Siempre leo el diario Olé en el laburo y hoy, me detuve en la columna de un ex futbolista de Boca, Diego Latorre. Leí su opinión sobre un tema X y me terminó interesando su estilo de narrativa y la manera de opinar que tiene. Dice buenas frases también.

Rápidamente me reflejé en su lugar de redactor y me di cuenta de que, transitando el mismo camino de idea-reflexión, escribo al menos, igual de bien. O incluso, mejor.

En otras palabras y circunstancias, hoy mismo escribo para Olé y Latorre me lee.

G

sábado, 16 de noviembre de 2013

El codo y el jarrón

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Éste es un mundo lleno de aparadores con jarrones.

Hay momentos en la vida en los que atravesás una especie de duda generalizada sobre lo que sos, lo que decís, lo que influís... tu poder sobre los otros... Bien, ahora, cuando los resultados de ésa interacción "experimental" o rutinaria son negativos, nos volvemos dubitativos (siempre y cuando nos importe). Y esos resultados son consecuencia de la interacción de varios factores importantes: la misma sociabilidad, los humores propios y ajenos, las circunstancias, las maneras de hablar, las proyecciones, la confianza, el amor por los demás...

Si vamos por partes y hablo de mí, digo que me siento como si caminara por un pasillo angosto, lleno de aparadores con jarrones. Tengo que andar con cuidado y no carezco de tal, pero soy una de esas personas que cometen errores cuando dejan de prestar atención y... suelo distraerme seguido... Por tanto, a veces no quiero mirar atrás y descubrir cuántos jarrones tiré. ¿Por qué jarrones? Porque la recepción ajena es de porcelana y defino ésto con objetividad: quien declara una frase que puede involucrar subjetivamente al que la oye, éste no resulta ser más que un punto de incertidumbre y si los canales no involucran las expresiones completas (ejemplo, por mensaje de texto, solamente palabras), las variables se multiplican exponencialmente. Tomemos de ejemplo el aconsejar a una amiga a la que la pareja dejó: por más que lo hayamos vivido, que conozcamos la experiencia, que seamos comprensivos y todo lo que se les ocurra, no podemos determinar si el consuelo o el consejo va a terminar siendo considerado o aceptado, porque la receptora puede sentirse incomprendida (con o sin razón), inconformista, incapaz de centrarse, depresiva, a cara de piedra, etc. Estamos ahí pero... el resultado de un comentario, es como un jarrón a centímetros del codo, respectivamente.

Los humores, la manera de decirlo, la confianza... y el respeto. No me olvido de tan importante detalle. Y a no confundirse, porque amar no inquiere respeto asegurado. En la mayoría de los casos, van de la mano, pero eso no significa que surjan diferencias y terminen peleándose a muerte.

Qué se yo... ahora mismo pienso que también el ego de uno tiende a creerse indomable en situaciones comunes, sin sentido. Otra variable.

Y cuando nos queda entre manos el resultado, para nada positivo, lo único que se puede hacer es tomar responsabilidad y acarrear con las consecuencias, solucionarlas, agachar la cabeza si se debe, ser conciliador, no dejar que los egos manden. Y blah blah blah. ¿Por qué? xD Porque no estoy acá para darles soluciones. Solamente escribo para desmenuzar cuestiones estúpidas tan frágiles que merecen ser señaladas con el dedo.

Como dije, jarrones.

Qué difícil es interactuar con el mundo, a veces. Hasta entrar en puntas de pies puede ofender a quien no debe. Todo es muy relativo, nada ni nadie es obviedad. Lo único obvio en todo ésto es quien piensa lo que dice dos veces y, aún así, continúa ofendiendo a terceros.

G

viernes, 8 de noviembre de 2013

Words that kill

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Estoy llegando a un punto en mi vida donde ciertas tuercas necesitan ajustes urgentes.

Una de esas cosas tiene que ver con la reacción que ciertos allegados a mí demuestran cuando les pido que no tengan actitudes que puedan molestarme, a la larga. Como cuando uno deja que lo boludeen pero pide que no se pasen y se pasan igual... por ejemplo. Tengo muchos de esos y de carácter reciente, que provienen de gente que se toma muy a pecho que les diga "no presionen dicha tuerca".

El quid de la cuestión recae más en mi, porque uno procura pedir las cosas sin que los demás se ofendan y si bien no siempre lleva a una charla entre dos seres humanos, en la mayoría de los casos procuro ser elocuente, sin atisbos de discusión. Sin embargo, la gente se ofende igual. No se si tendrá que ver con la euforia que se traen al boludearte o la costumbre que tienen de que no les reproches siquiera un alfiler, pero se terminan ofendiendo y hasta incluso teniendo actitudes completamente extremas. Entonces, ahí es cuando te preguntás si realmente te tienen en estima o respeto, si no se están dando cuenta de lo mucho de mambo que se están yendo o el dolor que te está causando que te sigan retorciendo el brazo.

Como sea, el ejemplo más reciente es el de mi viejo, Norberto, ayer. Fui a pedir que no entren a mi habitación sin mandarme un mensaje (quieren jugar a la ps3 los más chicos), tan sólo eso, un mensaje pedí y se terminaron ofendiendo terriblemente. Bueno, menos mal que era mi habitación... que no sabés si está ordenada o dejo plata por ahí, si se rompió algo de la cama, si a mi gato se le ocurrió mandarse una cagada, etc. Preguntar, nada más. No voy a negarme, eso es seguro.

O pedís que se moderen con los chistes y siguen... También que no te llamen de cierta manera delante de otros y lo hacen igual. Que no te cuenten cosas de ciertas personas, te las cuentan igual y después se ofenden. O aquellos casos en los que das consejos sanos y se ofenden porque "sos un metido", a pesar de llevar más de diez años de amistad. Blah...

El punto es, que a partir de hoy dejaré de pedir disculpas por lo que tenga que ajustar ni tampoco pienso seguir dando explicaciones. Diré lo que tenga que decir y a quien no le guste, mala leche viejo, la gente crece, madura y cambia. Tal vez, en el proceso, se vuelva más fuerte.

Saben bien que no soy una persona de carácter débil.

G

PD: decidí hacer el post en primera persona porque quería que sonara más fuerte en experiencia, pero he visto que le pasa a mucha gente y no lo admite.

martes, 5 de noviembre de 2013

Inercia, con I de ícono

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Sí, aún tengo cosas para decirte.

Pero van a quedar dentro del único lugar donde no entrás.

Inercia, sabés bien lo que significa. Vivir por inercia, dejar el piloto automático, seguir los instintos (aunque nos lleven por caminos mal consecuentes), decir que sí... porque sí. En el fondo, nuestras vidas no se diferencian tanto, si hablamos de consecuencias, la razón escondida detrás de tantos años de convivencia y querer. Podemos odiarnos, "dejar" de querernos, estar con otras personas, cambiar... pero jamás combatir la razón de fondo, la que nos trajo una y otra vez al mismo punto, donde ambos nos abrazábamos por la cintura e inventábamos legiones de defectos mutuos. Sep, no crecíamos estando juntos pero siempre estábamos. Siempre estamos.

Mi cabeza está con vos, porque nadie más llama mi atención. Tu cabeza está acá, porque todo eso que te gusta es superficial y no dura para siempre.

Inercia, con I de ícono. ¿Sabés lo que son las cuentas pendientes? Claro que sí, pero preferís mirar hacia otro lado y esperar que la suerte te de mejores cosas. Preferís jugar a la mujer responsable enamorada, aquella que pretende tener un hombre al lado que le de la seguridad que todas las mujeres quieren a nivel material, siempre y cuando no se olviden de quitar las sábanas que te separen de él. Suena perfecto, isn't? Resulta que también a mi me va mejor...

Recuerdo que me corregiste la última vez que hablamos, sobre una palabra en inglés. Es impresionante que jamás te tomaste el trabajo de aprender ése idioma estando conmigo y ahora, cuando tenés alguien cerca que también sabe, sabés más. Supongo que se trata de quién inspira y de quién no, ¿me equivoco? Pity... Porque no importa la suciedad bajo las uñas de Dios, imperios caen y nuevos se levantan, personas comunes se inmortalizan al morir y los genios, tildados de locos e incapaces de entender a la gente.

Importa, lo suficiente para que te sueñe y tenga que suplantarte con mucho trabajo, juegos y espacios en éste blog. Mi catarsis se transformó hoy en día en algo comercial pero ahí está, donde estás, con otro nombre pero con tu sabor y con tus actitudes, sobre cada escena donde brille una mujer.

Tantas ideas emocionales y tan pocas reflexivas.

I'm fine.

G