miércoles, 31 de julio de 2013

Ambición ciclotímica

.
No se cómo definirme, cuando pienso que mi manera de ser está dividida en dos tipos de comportamientos específicos. No se por cuál inclinarme más.

Por un lado, pienso que soy ambicioso. He alcanzado metas buenas, he conquistado mujeres imposibles, he enamorado varias veces, he hecho llorar de felicidad, he escritos trescientos poemas, he trabajado por años, he comprado muchas cosas, he tenido una casa, he tenido demasiados amigos, he sido varias veces el centro de esos grupos, he tenido pensamientos que han inspirado a muchos, etc... etc... y etc... Si la oportunidad se presenta, voy para adelante y no pierdo las agallas; simplemente tomo lo que se me ofrece y voy por más, procuro incluso mejorar esa proposición y descubrir que siempre se puede más.

Por otra parte, me siento conformista. ¿Las razones? Ocho años con quien nunca mereció tanto y tantas oportunidades que siempre desaprovechó; volví a vivir con mis viejos; tengo un laburo inestable y de poca paga; si tengo novia bien y sino, prefiero quedarme en casa jugando; tengo inteligencia como para no haber terminado más que el secundario y un puñado de ideas novelísticas, que aún esperan final. Tuve tantos y tantos amigos, (como dije antes) que jamás colmaron mis expectativas pero los tuve igual. Y además, me conformé tratando con gente que muy pocas veces tuvo huevos para decirme cosas en la cara. Gente que quise y mucho.

Al final, resulta... contradictorio.

Éstas dos cuestiones tienen mucho que ver con mi interacción con el mundo. Ambición que afecta a otros, invadiendo sus alrededores. Conformismo, porque conocen a alguien fácil de olvidar. Si soy quien se autocritica, me siento conforme con lo que soy y aún así, las situaciones se suceden sin que mi existencia las altere, hoy en día. Camino a través de ellas sin dejar huella. Siempre quiero más, siempre lo quise y siempre fui a buscar lo que todos desearon y no nunca lograron tener. Pero, luego, elegí darle oportunidad a cuestiones que jamás me inspiraron crecimiento personal (me da igual qué piensen, pero yo creo fervientemente que sería genial relacionarse con "consecuencias" que sí te inspiren a ser mejor). Y perdí todo, porque quise o mejor dicho, porque no quise ser mejor, porque al final del camino, existía éste blog, lleno de inconformismos y de quejas, fácilmente inflamables. Creo en mi ambición, quiero ser conformista, pero lo que tiene el mundo para mí, no me alcanza.

Jamás me alcanzó.

Eso, me llena de inconformismo y a su vez, me quita ambición.

Hubo gente que creyó en mí, hace tiempo. Pero nunca me llenó con sus ganas, porque esperé que fuera algo más que eso. Ni tampoco me inspiraron. Qué se yo, mi carácter ambicioso siempre quiso sacar a esa gente de sus respectivos pozos y fue por una cuestión de reciprocidad que nunca tuve problemas para meter mis brazos dentro de sus huracanes pero, sus pensamientos colectivos resultaron ser más fuertes: salir por sí mismo. Al final, no se si me siento "fracasado", por estar rodeado de gente desconfiada e incapaz de volverse distinta o porque yo mismo, represento el aspecto más conformista de la ambición.

Dentro de poco, voy a perder la memoria y tenderé a vivir únicamente por mí mismo. Y eso... me aterra.

G

PD: probablemente esté equivocado, ya que, el comportamiento desabrido de la gente es lo que manda y una sola persona no puede tener la razón, entre tantas. O tal vez, dramatice de más.

martes, 23 de julio de 2013

Imagen o semejanza

.
¿Tiene que ver con el pelo? El autoestima, digo, eso de dejárselo largo y descuidado, de pronto cortárselo, etc etc. Pero... si lo dejo crecer, sin ser descuidado... nah, no se para qué lo pienso tanto, no tiene que ver con el pelo, sino con el simbolismo que decido darle, como si decidiera creer en cualquier religión, en nombre de mi fe.

No suelo mirarme con detenimiento. Prefiero adoptar una rutina ordenada y la sigo de manera automática, sin desviarme mucho de su línea principal. No obstante, las distracciones suelen desviarme aún mucho más de lo acostumbrado, justamente cuando decido dejar de pensar en mí y, al perder ésa distracción, recuerdo que soy mucho más que un "ex" o un simple ser humano.

Y el pelo... ah, el pelo, decía...

El pelo suele crecerme bastante y no es un detalle que me pertenece exclusivamente, sino que lo he visto en muchas otras personas, cuando dejan de prestarse atención. Bueno, en realidad no importa tanto, no siento que ésto sea algo de vital importancia y más para un post, pero, mirándome al espejo... hoy, pienso que todos me ven igual como un pendejo, que tengo que cuidarme el pelo con gel, que tengo que mantener el corte (crece muy rápido) y preocuparme de mis remolinos (bueno, ésto último es más una cuestión de ovejas negras que de otra cosa), ETC ETC.

Bueno, eso, que la vanidad es al pedo, que la levantada de moral también, que todo tiene que ver con un cambio de actitud y no de imagen, que no soy una persona descuidada, soy ordenada y de mantener ése orden, que solamente tengo que sonreír y seguir siendo el dandy.

¿O era el Daddy?

Siempre lo dije, adoro mi lacio. Que vuelva.

G

sábado, 20 de julio de 2013

Consecuencias

.
Al final, sí que importa.

La cuestión es: ¿cuánto?

A veces, me pregunto si la gente espera que escribas cosas con las que se identifiquen y sino, no te leen. O te siguen en momentos importantes, cuando están mal; cuando pasa, dejan de hacerlo o se olvidan y jamás te escriben una reseña, un comentario. No dejan huella, leen al pasar. Así sucede en general en Facebook. A veces, me pregunto si tiene que ver con lo que escribo, con lo que digo, con lo poco interesante que puedo llegar a ser y la verdad es que mucho. Entonces, no seamos hipócritas, todo es pasajero y conveniente.

Y eso que tantas veces me planteé la siguiente duda: ¿me falta colaboración, integración y sociabilización? ¿Comprensión? ¿Buen comportamiento? Un poco de todo eso, lo sé, pero tampoco soy EL traidor, todos cometemos errores groseros y hasta disparamos flechas sin mirar a quién le pegamos. Pero en éste mundo, en la mayoría de los casos se mira primero el error ajeno y no el propio. Posta, he visto pocas personas que hacen meaculpa primero.

En cuanto a mí, me cuesta un huevo salir. Luego de mi deserción, todos quedaron preguntándose dónde me había metido o, mejor dicho, quién carajo había tomado mi lugar. Y ahora que vuelvo, siento como si pasaron cien años y nadie se acuerda de Gabriel.

Y lo peor de todo, es que me importa.

Quisiera que no.

G

jueves, 4 de julio de 2013

Sueño de gitana

.
Soñé que me enamoraba de una gitana. Pero de una mujer de sangre gitana. No vestía como las tradicionales, su familia tampoco y sin embargo, sus costumbres se intuían en cada cosa que hacían. A veces mencionaban palabras que para mí, eran desconocidas. A veces, traían platos que dejaban sobre una mesa y que nunca había probado. Bailaban, bailaban como en las películas pero mejor, entre risas eternas e irrompibles. Pero ella... para mí, bailaba más que los demás.

Tenía ojos negros y mi asombro reflejados en ellos. Y una sonrisa con la que sostener todo su exótico rostro. Era todo lo que importaba, no le veía más que la cara (a causa de la ebriedad que me había causado soñarla) y sus manos, con las que cerraba toda frase, como si fueran el último comentario inteligente. Pero con sus manos, que sabían en qué momento posarse y en dónde.

Me comporté como un caballero gabrieliano. Me dejé llevar por su entradora forma de ser y comencé un tibio juego de seducción. Pero no insinué, simplemente distraje, como si de un espectáculo que de amor no tenía nada. La miré, me siguió, sonreímos y disfrutó de la calidez mutua: el momento no podía ser tan perfecto. Cada frase era acompañada por la expectativa de la réplica, aunque fuera de manera trivial. Ah si... la química y la reciprocidad se vestían de elegante al lado nuestro.

Al final, desperté y ella se había ido, sin dar explicaciones. Pero aún seguía en el sueño. La busqué por miles de rincones y hasta dentro de mis escritos. Borré unos cuantos párrafos (de los finales malos), grité su nombre pero sin saberlo. Suspiré, llevando mi mano a la frente, como esperando que todos se hubiera escondido dentro de un absurdo pero no, se había ido. Ella y toda su familia.

La casa era tan grande que solamente recordaba su cara y el resto, era océano. Un gran océano de nada.

¿Podría dilucidar que sin perfección no sería un sueño? ¿Cómo tener por cinco segundos el dedo de dios? ¿Cúando saber si el respeto que mantengo sobre ellas lo confunden con inexperiencia? ¿Debería importarme?

A veces, me pregunto, de qué lado están mis sueños.

G

miércoles, 3 de julio de 2013

Invitando la próxima ronda de bajones

.
Es una sensación inexplicable. Un gatillo que funciona al 100%. Todo lo que viene de vos me activa y para mal, me pone en un estado depresivo-compulsivo-maniático, que nadie puede controlar y que todos prefieren dejar de lado. No entiendo porqué resulta mejor no preocuparse porque no me suceda eso, si todo lo que procuro sobre vos (hoy en día) es recordar lo mucho que te quise y te quiero.

Es un hecho, el NO sale de manera rotunda cuando pienso en volver. Estoy plenamente convencido. No obstante, una parte de mí que quiere recordarte sobre lo bueno o como mínimo, por lo bueno que sucedió en mi. Y lo mucho que te quise, que te quiero aún. No quiero dar explicaciones al respecto, pero siento que así debo mantenerme por dentro. Y hablando de mis adentros... no se cómo sobrellevar esa parte tuya con la cual sobrevivo, día a día. Es una presencia que se mete en mi cabeza y explota con el menor roce, ya sean recuerdos, charlas, actitudes, silencios...

Necesito encontrar el punto de quiebre y repararlo. No puedo seguir luchando por ser menos "Laroca", volverme una persona estable y de bien, algo que me cuesta todos los santos días de lograr y para que, con una simple mala contestación, se venga todo abajo. Porque es así, todo se me viene fácilmente abajo. Y no quiero que siga pasando. Pero debo lograrlo solo, no me queda otra ya que, la parte de enfrente, no demuestra el menor interés en mí y no porque la haya traicionado o la haya bastardeado: sino porque es bien en el fondo una mierda como persona, intrascendente, poco profunda. Es una lástima querer tanto a una persona así.

Soy... ciclotímico, histérico, impulsivo, neurótico, depresivo, paranoico. Tengo todos esos defectos a la orden del día y sin embargo, en menor intensidad, gracias a la poca madurez que conseguí golpeándome en éstos últimos ocho años. No obstante, son como vicios que no puedo dejar y a los que vuelvo con una rapidez sorprendente, cuando se trata de ella. Si, de ella.

No se. No se cómo terminar éste post con algún tipo de reflexión o frase bien construida, sintiéndome tan "vulnerable". Tal vez deba prender la tele y jugar a algo... dejar que el tiempo pase, hasta mañana, cuando la tenga que ver nuevamente y pueda recuperar al verdadero yo que siempre dio la cara por ella.

G