domingo, 9 de julio de 2017

Modo volcán

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Reconozco el momento en el que paso de largo el límite de mi paciencia. Lo se bien, porque todo empieza a molestarme, no tolero los malos comentarios, me encierro lejos de todo. Antes no cortaba lo social pero ahora, cierro los grilletes y me la banco en solitario, esperando que todo el veneno se escurra por la rejilla.

A la vez, es cuando empiezo a notar todas las falencias de mi entorno. Es cuando quito la sonrisa que veo el libertinaje de todos aquellos a los que les gusta señalarme con el dedo, el respeto perdido por aquellos que dicen ser familia o al menos, apreciarme. Y me enoja mucho más, me satura, me lleva a niveles de locura donde no quiero llegar, me convierte en una persona de personalidad caótica y oscura, negativo a todo, descreído de lo bueno.

Sin embargo, lo del respeto me molesta más, por sobre el resto. No estoy hablando de que no me traten con respeto militar, me refiero a la manera en que la gente deja de tratarte. Por ejemplo, si voy a trabajar todos los días, gastando viaje de mi bolsillo y cuando llega la fecha exacta de cobro, no te pagan por la razón que fuere, te postergan, siento que no aprecian realmente lo que estoy haciendo en eso que llamo "responsabilidad" y no "hobby". Porque no vamos a trabajar porque nos gusta, en la mayoría de los casos, sino que lo hacemos por necesidad, porque tenemos que sobrevivir y sin dinero, nos morimos de hambre, no nos vestimos, etc. Tal vez te respeten a modo de "trato", pero no a nivel de laburo. Lo mismo con la familia o las parejas, tal vez no tengan que contarte todo, pero hablar mal de vos a tus espaldas o guardarte secretos que afectan esa sociedad es insultar a la inteligencia del prójimo y más de aquellos con los que compartís la misma sangre o la posiblidad de futuro. La gente, en general, no piensa en eso, sino en sus propias aspiraciones, primero. La frase "la necesidad de muchos supera a la de unos pocos" no existe, aunque si la de "primero vos antes que el resto".

Me toca vivir a diario muchas huevadas (porque son huevadas) que desgastan los contactos, como todos, lo se. La cuestión se vuelve importante cuando soy el único que tiene que lidiar consigo mismo, porque todos critican, incitan, provocan pero luego, nadie se hace cargo del problema que crearon. Entonces, cuando el escritor explota, es un histérico, problemático, alguien al que "mejor dejamos solo". Recuerdo tantas discusiones que he tenido con mis ex parejas, de las cuales sólo remarcaban el momento en el que yo me re calentaba pero NUNCA cuando empezaba la discusión. Hipocresía y de la buena, señoras y señores, de la mejor.

Y creo que esta es la razón por la cual tardo tanto en postear, en ciertas épocas. Porque no me interesa llegar acá y hablar de lo que hizo mal tal o cual persona, sino de exponer una situación que no entiendo y procurar llegar a la razón, a encontrar la lógica de cierto proceder. Pero a veces... a veces quiero gritarle en la cara a la persona que está haciendo eso mal o tirarlo por un barranco... xD Pero sucede que me la banco, porque prefiero evitar hablarle a la pared o pedirle peras al olmo.

Porque recuerdo que la vida es un búmerang y que todo lo malo que hacemos, tarde o temprano nos vuelve.

Entonces, me queda un sólo predicamento: encontrar la manera de soportar tanta ignorancia a mi alrededor.

Y en consecuencia, se acabó el Gabriel simpático, para la mayoría.

G

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