domingo, 19 de febrero de 2017

Cuadro altruista

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No se preocupen, no es el escritor, sino un remanente de sus pensamientos.

Al final, no traté el altruismo en la trilogía, sino que dediqué mis recursos literarios a corregir ciertos factores externos y que afectaban mi cabeza. Fue por eso que al final, me sentí incómodo con sus resultados, retirando los vidrios rotos y guardando la cinta en un cajón.

Sep, siempre uso la alegoría del cajón.

Esta es la parte donde cualquier persona normal preferiría hablar de otra cosa, ya que todo lo ajeno a uno es excusa para no criticar lo propio y sobre todo, el comportamiento de uno mismo. Pero... ¿quién sería yo si no hiciera autocrítica? Tengan cuidado, igualmente... puede que dentro de lo "constructivo" encuentre la manera de saltar más alto.

Primero un mate.

Si me preguntás, me sentí solo la mayor parte de mi vida, como todo ser humano se encuentra al nacer y cómo marcha en gran parte de su existencia. Voy a tomarme la libertad de ser un tanto hipócrita y diré que con una sola persona me sentí en buena compañía, agregando que lo demás fue como fragmentos de buenos momentos. Y es la realidad, el amor te quita la soledad, te da el sentir más intenso y no hablo de la mujer que se haya enamorado uno, sino del estado que uno mismo siente cuando experimenta dicha situación. Personalmente, he tenido varios intentos, todos han sido "prometedores", aunque sólo uno duró lo que tuvo que durar. Pido disculpas, sé que me estoy desviando... En fin, volviendo a lo de sentirse solo, puedo encarar tímidamente el costado de la incomodidad, afirmando que muchas personas poseen muchos talentos y muchos otros poseen lo mismo pero saben aplicarlo con eficacia. Es por ello que durante un tiempo, me dediqué a explorar esos atributos y dejé que mi personalidad explotara, socialmente hablando, ganando autonomía altruista y todos esos accesorios que viene por separado.

El tema es que uno siempre descuida otros aspectos y cuando llega a cierta edad, se da cuenta de que hay actitudes propias que ya no se pueden reparar u otras cuestiones que marchan solas, sin mirar atrás. Y todo lo que nos queda es el ego, esa pared que sólo se derrumba cuando nosotros mismos explotamos una granada dentro o dejamos pasar a la persona equivocada. Podemos crear una imagen imponente de nosotros, contar historias increíbles y dignas de leyenda, pero... al final, nos vamos a dormir con la realidad encima y tal vez, con la consciencia molestándonos con el dedo en la nunca o en la sien.

Ojo, podés fanfarronear o crear mentiras para esquivar una o dos balas y cuando llegue el balance, vas a guiñar el ojo y a burlarte de la estúpida situación.

Creo que eso es aún más inteligente.

En fin.

Me voy, aún sabiendo que en mi cabeza, dejo el plato a medio terminar. Sin embargo, les pinto este cuadro y dejo tirados dos o tres pinceles, para que se imaginen el resto del paisaje.

No sean tímidos, que no muerden.

Creo.

G

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