martes, 25 de julio de 2017

A través de mis ojos

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Demasiado tiempo entre posts, ¿no es así? Se olvidan que es la época, cuando llego a mitad de año todo se calma y prefiero pasar el invierno en paz, aún perdiendo una relación en el medio y a doña Elena.

No se si quiera hablar realmente de la pérdida mayor, salvo que me impactó ver a uno de los enterradores pedir propina o ver tumbas cavadas en serie... Es como un negocio y a la vez, es una obligación insensible, que nos obliga a aceptar que tenemos fecha de caducidad.

Y eso es todo lo que quiero decir.

No estoy hibernando pero estoy bien. La groupie se fue y por más que me llame no la he atendido. ¿Por qué? Porque soy consciente de los idas y vueltas, de lo inútil que vuelve las oportunidades. Seguro lo va a leer en éste momento, seguro esperó hasta este post para enterarse de lo que pienso, aunque lo sabe y aún así, me peleó igual. Yo soy una persona grande, conozco mis defectos y procuro no desatarlos, porque quiero seguir siendo una persona con uso de razón y no un miembro viril que persigue pechos y bocas porque tiene la sangre subida a la cabeza. No me siento un mono salido de 2001, donde formo parte de la evolución pero golpeo el suelo con el palo, esperando que lo que sea que yo desee, suceda. Hay reglas que uno establece, con el pasar de los años, reglas que protegen a uno y a los demás, de mis propias falencias. Cuando una persona saca lo mejor de mi y a la vez, lo peor, es evidente de que le erramos por un tantito así y no significa que pueda seguir intentándolo, porque es insano, porque voy a intentar lo mismo una y otra vez, obteniendo el mismo estúpido resultado.

Es por eso C, es por eso.

Y lo más sorprendente es lo bien que estoy. Me estoy enfocando en otras cosas pero cuando analizo la pérdida de una relación, es la primera vez que me siento cómodo con mi decisión. Sin vuelta atrás, sin terceras oportunidades, sin vueltas ni debilidad. Aprendí a la fuerza, creo que arranqué pedazos de mis virtudes cada vez que perdoné errores ajenos o elegí al amor por sobre la lógica y cuando comencé a salir con ella, la groupie, me aseguré por dentro que no iba a sucederme de nuevo. Claro que, he dejado pasar un par de sucesos, ella lo sabe bien, cosas que incluso... con el corazón joven, hubiera arrancado pedazos de tela pintada al mundo que me rodea, hubiera partido el marco y dejado el cuadro como algo irreconocible, algo de lo que no me hubiere sentido orgulloso. No fue así, miré las cosas con la lógica pero desde fuera, mientras el corazón amontonaba datos, experiencia. Y fue bueno, porque volví a sacar lo mejor de mi, todo eso que ninguna pensó que tenía bajo la camisa, eso que las amigas fugaces siquiera se atreven a imaginar, porque nunca lo van a conocer. Je, hasta yo me río fugaz, sabiendo que tantas personas piensan mal de mi porque me he atrevido a equivocar, o sea... a vivir o porque he elegido dejar de dar lo mejor... les digo, escribo esto con una sonrisa en la boca (dónde más, sino)...

¿No te gusta perder al potencial escritor? A veces, solamente tenés que acompañar. ¿Por qué lo digo? Porque existen personas que quieren brillar pero en la vida de otros y no PARA otros. Quieren robarse lo que miran otros ojos y no entienden que cada uno graba su propio video, extenso, personal, en bruto. No es así, tengo maravillas para enseñarles pero lo haré bajo mis términos y a quien yo quiera. Es mi vida, mi grabación y no hay mejor director para dirigir mi biografía que yo mismo.

No se si terminar con un "¿quedó claro?" o un "espero que hayan entendido".

De cualquier manera, la sonrisa sigue estando.

Salud.

G

domingo, 9 de julio de 2017

Modo volcán

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Reconozco el momento en el que paso de largo el límite de mi paciencia. Lo se bien, porque todo empieza a molestarme, no tolero los malos comentarios, me encierro lejos de todo. Antes no cortaba lo social pero ahora, cierro los grilletes y me la banco en solitario, esperando que todo el veneno se escurra por la rejilla.

A la vez, es cuando empiezo a notar todas las falencias de mi entorno. Es cuando quito la sonrisa que veo el libertinaje de todos aquellos a los que les gusta señalarme con el dedo, el respeto perdido por aquellos que dicen ser familia o al menos, apreciarme. Y me enoja mucho más, me satura, me lleva a niveles de locura donde no quiero llegar, me convierte en una persona de personalidad caótica y oscura, negativo a todo, descreído de lo bueno.

Sin embargo, lo del respeto me molesta más, por sobre el resto. No estoy hablando de que no me traten con respeto militar, me refiero a la manera en que la gente deja de tratarte. Por ejemplo, si voy a trabajar todos los días, gastando viaje de mi bolsillo y cuando llega la fecha exacta de cobro, no te pagan por la razón que fuere, te postergan, siento que no aprecian realmente lo que estoy haciendo en eso que llamo "responsabilidad" y no "hobby". Porque no vamos a trabajar porque nos gusta, en la mayoría de los casos, sino que lo hacemos por necesidad, porque tenemos que sobrevivir y sin dinero, nos morimos de hambre, no nos vestimos, etc. Tal vez te respeten a modo de "trato", pero no a nivel de laburo. Lo mismo con la familia o las parejas, tal vez no tengan que contarte todo, pero hablar mal de vos a tus espaldas o guardarte secretos que afectan esa sociedad es insultar a la inteligencia del prójimo y más de aquellos con los que compartís la misma sangre o la posiblidad de futuro. La gente, en general, no piensa en eso, sino en sus propias aspiraciones, primero. La frase "la necesidad de muchos supera a la de unos pocos" no existe, aunque si la de "primero vos antes que el resto".

Me toca vivir a diario muchas huevadas (porque son huevadas) que desgastan los contactos, como todos, lo se. La cuestión se vuelve importante cuando soy el único que tiene que lidiar consigo mismo, porque todos critican, incitan, provocan pero luego, nadie se hace cargo del problema que crearon. Entonces, cuando el escritor explota, es un histérico, problemático, alguien al que "mejor dejamos solo". Recuerdo tantas discusiones que he tenido con mis ex parejas, de las cuales sólo remarcaban el momento en el que yo me re calentaba pero NUNCA cuando empezaba la discusión. Hipocresía y de la buena, señoras y señores, de la mejor.

Y creo que esta es la razón por la cual tardo tanto en postear, en ciertas épocas. Porque no me interesa llegar acá y hablar de lo que hizo mal tal o cual persona, sino de exponer una situación que no entiendo y procurar llegar a la razón, a encontrar la lógica de cierto proceder. Pero a veces... a veces quiero gritarle en la cara a la persona que está haciendo eso mal o tirarlo por un barranco... xD Pero sucede que me la banco, porque prefiero evitar hablarle a la pared o pedirle peras al olmo.

Porque recuerdo que la vida es un búmerang y que todo lo malo que hacemos, tarde o temprano nos vuelve.

Entonces, me queda un sólo predicamento: encontrar la manera de soportar tanta ignorancia a mi alrededor.

Y en consecuencia, se acabó el Gabriel simpático, para la mayoría.

G