viernes, 15 de marzo de 2013

Llamada no entrante

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"Si no llevara la cruz a cuestas, ¿me volverías a amenazar con el manicomio, como hiciste aquella vez en que no paré de llorar por Willie? Cuando te demostré cómo era en realidad un corazón roto..."

Poco menos de ocho años de mi vida te di y no se te ocurre llamarme un sólo día para preguntarme cómo estoy.

Siempre fuiste igual, siempre desdoblaste la atención para no preocuparte.

Te llamé tantas veces para saber como estabas, me preocupé otro tanto de más por vos y por tu futuro, por tu dignidad... Y sin embargo, hoy siento que todo aquello que hicimos dentro de nuestra ya pasada relación siquiera importó.

Sad times, I know.

G

sábado, 9 de marzo de 2013

Confesión insomnia

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Probablemente me quede sin pilas a mitad del post pero, es lo que hay.

Me confieso. Últimamente creo que no me hacen falta tanto las mujeres, sino que la prioridad a la hora de entretenerme recae en mi vicio desde nacimiento. Siento que la mayor parte del tiempo me complementa y si bien no me encuentro en posición de emitir opinión, lo vengo pensando desde hace ya un par de años.

La cuestión es que, también necesito de la interacción social pero cuando los recuerdos de fallidos intentos de inserción se hacen presentes, prefiero plantar retirada y resguardarme en el mundo que menos me lastimó de todos. Incluso, la gran Kevin Spacey se presenta como solución más sencilla en el complejo vitamínico diario y será lo mejor que pueda suceder en el día (en cuanto a alcances íntimos y emocionales se refiera). El amor te vuelve débil, te hace pedazos, expone tus debiidades, te vuelve suave, te cambia, te mancha, te convierte en quien no sos, te vuelve celoso, etc, etc, ETCÉTERA ETCÉTERA. Blah blah blah, también te puede mejorar... pero la lucha de egos se vuelve complicada si se cruza con la emoción más fuerte de todas, el amor. Te pone en dilemas y nos hace dudar de nuestros propios principios, de nuestras propias ideas e incluso, de nuestras propias crianzas. Blah...

La gran Kevin Spacey no me hace dudar después de si todo fue bien y quedó satisfecha. Pero no quiero ser repetitivo, hablo en forma metafórica, más que nada porque todos estamos acostumbrados a no ir de frente y luego, los que tenemos conciencia, nos quedamos viviendo la vida como vessels de dioses omnipresentes, dejando de lado que alguna vez creímos que el cuerpo humano nos quedaba chicos.

Creo en el amor y en la interacción social, en su necesidad. Pero no creo en sus consecuencias ni en el color que toma cuando se mezcla conmigo.

Machete arriba for the games.

G