miércoles, 11 de enero de 2023

Con el blanco en mente

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Trilogía: parte 2.

Podrías darme la trama más aburrida del mundo y te juro, le pongo el nombre más brillante y te la vendo, en cuestión de segundos. Pero qué tiene este mundo que pueda interesarme.

Y te preguntarás "a éste, quién lo invitó." Así es, la falta de empatía te hace cuestionar viejos valores, donde estar cerca era más importante que no estar solo. Nunca fui una persona brillante pero estaba ahí, las veces en que mi coraje tomaba las riendas de la situación. Te reíste y descubriste nuevas cosas, que el mundo era un pañuelo pero de colores, en el bolsillo correcto. Me pediste que no me fuera, tan sólo con una cerveza más o una canción, Adoraste el momento en el que te devolví el mate y disfrutaste de mi compañía.

No obstante, las acciones tienen consecuencias y no siempre, buenas. Luego de vivir, de amontonar años en el cuero cabelludo, sabés que ciertas decisiones te llevan por el mismo camino. Prendé el ventilador, si querés, aunque ese viento fresco no borra malos sabores; estamos como estamos porque no fuimos mejores, todo el tiempo.

Qué difícil es serlo, todo el tiempo.

Por eso, esta segunda parte, es igual que la primera.

Veremos si la tercera nos trae una épica conclusión.

G