lunes, 29 de noviembre de 2021

Gúelve

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Hacía tiempo que no le decía a alguien que me gusta la lectura, la escritura y el buen cine. Esto de rodearme de gente, me atrae al pozo de la cotidianeidad y por añadidura, al grupo selecto de los que hablamos solos. Dicen que cuando lo hacés, es un síntoma de soledad y como que la personalidad se te escapa a través de las palabras, escribís tus opiniones en el aire y como no hace falta papel, tampoco hace falta hacerlas un bollo y tirarlas al cesto.

"Bienvenido al club", me dijo el espejo, pero era ella quien me hablaba. No se su nombre, todas tienen distintos parecidos pero en su mirada reptaba la misma ansiedad de obtener lo que la escuchaba, mucho más cerca que de un viaje de boca a oídos.

Pero, otra vez, el destino es quien se come mis uñas.

El otro día soñé con una que no aparece mucho, su recuerdo es casi imperceptible. Soñé con ella y al despertar, su recuerdo fresco me dejó sentado en la cama, pensativo, como si aún no me hubiese quitado la toalla y el pelo, chasqueando los dedos, en señal de impaciencia. "Dale, que el cerebro no se enfría solo." Lo miré con una mueca de labio y me incorporé, aunque la idea de ella... no, de la situación que se había presentado con ella, persistía y formaba ramificaciones en mi fábrica de zapatos.

Ella era así, yo era así y otros eran así. Muchas veces, por no decir SIEMPRE, creo fervientemente en que no veo cuáles son mis defectos. Me pinto como un villano bueno, alguien que hace cosas malas y no se da cuenta. Y me da bronca, porque por más que quiera ver a qué me refiero, no tengo ojos en la nuca. Lo que sí se juzgar es la mirada y actitud de otros, las "reacciones" que tienen ante mis propias. No sé si quiero llegar al punto en el que diga que quiero cambiar, porque vos y yo tenemos grandes deseos de que otras personas aprovechen mejor su talento pero no está en nosotros, es como es, es como necesita ser, soy como me sale y cuando sea viejo, puede que todos me crean una persona buena y no les voy a decir lo que ellos mismos van a experimentar: vivir la vida como les salga.

Pensaba y pensaba en esa persona, aunque casi ni le prestaba atención a esos deseos viejos, todos deshilachados, simplemente asumía que no existía otra manera de vivir para esa persona, es como es, lo que necesita ser. Irónicamente, ella tenía una estúpida frase y que en cierta forma, es verdadera pero que la define y no: "soy lo que quieras que sea."

Soy de otra manera, de otros pensamientos. No me preocupa mi salud mental ni los agujeros en mi mente, ya tengo demasiado cargando mis defectos, aplicados a la vida cotidiana. Pero de lo que sí estoy seguro, es de que voy a curar estas lagunas mentales que tiene el blog. No debo permitir que la escritura abandone la memoria presente. Ugh, eso fue cursi, se ve que estoy oxidado.

Por eso, creo que la trilogía debe volver.

Necesito ponerme en perspectiva, aunque los huesos me tapen.

Y de paso, decirle al destino que se coma sus propias uñas.

G