domingo, 23 de febrero de 2020

Repetición en blanco y negro

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No se si quiero reflexionar un domingo.

Pero escucho este tema, Admiration y me trae recuerdos. O sea, en principio lo pongo y digo "uh, qué temazo", pero enseguida escapa una blasfemia de mis labios y me río como estúpido, recordando lo genérico que se vuelven las conexiones, cuando arranca la repetición. Digo, no todos los días queremos lechuga y tomate, pero tal vez esa persona no la compartió con esa otra persona y vos, pasás a ser la sombra del viento, ese recuerdo que flota invisible, cuando vagamente recordás que algo olvidaste.

Aunque a veces, ponés Admiration y tocás sin querer esa vieja muela, que siempre dolió, pero que aprendiste a esquivar con la lengua.

Pero mi punto no va de recuerdos sino, una vez más, de repetición. Creamos una sociedad, luego recuerdos nuevos, momentos épicos que van a quedar grabados sobre piedra, bla bla bla... recordás Admiration y es un instante único, uno que incluso compartís con alguien más, algo más allá de toda sensación, el aroma del papel en sus labios, el vacío paradójico en el que dejamos a la soledad, el universo rendido entre dos pliegues...

... cuando llega el momento en el que descubrís que son tres.

O cuatro.

O seis.

O un millón.

Repetición.

No me importa la pérdida del simbolismo e incluso, de la falta de gravedad entre esos recuerdos. Con el pasar de los años, la capacidad de colisión de los momentos pasados se torna inexistente; nos movemos hacia nuevos territorios, aprendemos a ignorar, reemplazamos, repetimos... cantamos la misma canción pero elegimos un nuevo acompañamiento. Al final, importa una mierda lo significativo que fue, otrora.

Perdón, no odio al pasado ni a sus creadores, aunque sí al ser humano, capaz de destruir más de lo que construya.

Este post me hizo putear.

Esa maldita canción me hizo putear, porque representa todo lo que en la vida me contradice. Ahora tengo plata, casa y nuevas influencias pero el mundo sigue siendo el mismo: inconsistente, desleal, repetitivo. Mis valores están intactos y tanto gente vieja como nueva aprovechan de mis virtudes (tuve que descartar peso muerto para recuperar velocidad), que les juro, sabe bien el día a día. Un poco cansado, físicamente, más que nada por la cantidad de laburo que tengo aunque, feliz en general, relajado, muy. PERO... pero...

... pero...

... tanta repetición lava el color de los objetos.

Está bien, todo está más que bien.

Posta.

Tengo los lápices justo acá, a mi lado.

La pregunta es, ¿el mundo cambió desde la última vez que le di color?

G