miércoles, 18 de abril de 2018

Tiempos de necesidad

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Hace no mucho tiempo, me encontraba sentado en medio de la oscuridad, sentado en una silla y fumando de un cigarrillo casi invisible. No tan lejos de mi, admiraba los contornos de una mujer, perfectos al amanecer en el horizonte. Pensaba mientras, en todos aquellos momentos felices que viví junto a otras tantas, en la capacidad que cada ser humano posee para crear y superpoblar la vida con tantos recuerdos felices. Este momento en particular no se trataba de algo fugaz, pero sí tenía mucho de pasión y dudas pasajeras, la típica lotería en tu cabeza que elige consecuencias al azar, mientras tu cuerpo se relaja en un rincón de la habitación.

Y a oscuras.

Hablaré en presente, como si estuviera explicando el chiste.

...

"Las horas pasan, evolucionan en más tiempo, el arte de la repetición no encierra más que instantes que se reciclan una y otra vez, porque el reloj sólo sabe contar hasta doce. Anoche, cuando la abstinencia nos nublaba la cabeza, discutíamos sobre la evolución de cada mitad, dónde nos veíamos a la hora siguiente, cuando en realidad teníamos entre manos lo mejor del mundo y preferíamos encontrarle nuevo significado. ¿Éramos como viciosos de los apodos? ¿Teníamos que cambiárselo al amor sí o sí? Porque nunca entendí eso de los espacios y el cansancio que reemplaza las incontenibles ganas de hasta tener hijos o firmar un estúpido papel que le dice a los demás que estamos unidos por el resto de nuestras vidas... digo, nunca lo entendí, porque siempre salió de las mismas bocas, vos sos la única y distinta a las demás, ninguna es como vos, pero insistís en decir las mismas generalidades que el resto dijo más de una vez, usando ése tono banal e insensible, como si de repente vos querés otra cosa y ya no importa más que las relaciones son sociedades, donde al menos dos personas buscan el mismo fin y comparten las ganancias, repartiendo también la responsabilidad de las pérdidas, ¿no? Digo, si yo no puedo tener hijos, vos tampoco, ¿no? Y viceversa."

Podemos mandarle todas las etiquetas que elijas, el título y la naturaleza siempre son las mismas: necesidad. Creo en el amor, pero también tengo los pies sobre la tierra y se que te necesito ahí, dejando que la luz bordee los contornos de tu cuerpo o escuchando lo que sea que tenga para contarte. Es necesidad, es algo egoísta, es exactamente lo mismo que vos querés del resto del mundo y esa necesidad no viene sin costo alguno, sino que vos y yo, el vecino, la panadera, la senadora, el presidente, la loca de Belgrano, el ljkasdfjklasdjkfjasdlfjsalkdfjjskldfj mundo entero es todo lo que tenés para compartir. No existe algo más en el universo que puedas alcanzar y sea tan sublime como el aire que respirás.

Sino, estarías leyendo libros o mirando Orgullo y Prejuicio.

O The Notebook, vos elegís.

Todos queremos que el "amor" dure para siempre, pero existen demasiados/as cavernícolas que aún no se enteraron que estamos en el año 2000, que somos esclavos de feisbú en el celular y adictos a los chismes ajenos, en la televisión. Entiendo que te gusta cuando beso tu cuello, que es el movimiento que primero deseás que tome y que el ritmo lo adivine directo de tu mente... UDIOFIUSDKLJFSDLKJFSDJKLF.

Ni vos ni yo somos marionetas.

Sólo se trata de encontrar un compañero.

Y no de perder el tiempo.

Terminamos por hoy.

G

jueves, 5 de abril de 2018

Egoísmo solidario

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Nunca glorifiques a las mujeres.

Jajaja.

Bueno, en realidad nunca glorifiques a las personas, a excepción de aquellos que dedicaron su vida a tu formación... pero siempre gana "el hombre experimentado" (TM) e imagina que ser directo es sinónimo de valentía.

¿Muchas interrogaciones? ¿Soy demasiado metafórico? ¿Creés que debería de ser más directo? Mejor creé que este no es lugar para débiles o mentes genéricas. Es cierto que leerme requiere técnica "entre líneas" o al menos, conocerme, pero el mundo también está plagado de vagos y brutos.

Si digo "vagas y brutas", siento que el mundo se viene abajo...

NO GLORIFIQUES.

Jaja.

No pongas en el pedestal, porque está bueno decirle cuán mejor sos cuando estás con ella, pero no cuando ya no está. Entendemos que la necesitás, hasta el punto en el que te duele o te volvés caprichoso; sin embargo, la vida está llena de reemplazos y así como hoy escuchás cumbia, mañana escuchás tango... hoy te llevás una nuez al paladar, mañana un pezón... y bueh, nunca sabés lo que te espera a la vuelta de la esquina...

¡CUIDADO! ¡METÁFORA POPULAR! ¡INTENTE DE NUEVO, POR FAVOR!

A veces, tengo ganas de escribir PORFABOR y saber qué se siente estar del otro lado.

Alzar a la otra persona está bien, aunque no como un elevamiento propio, no necesitamos que alguien sea más alto que nosotros, así nos sentimos bien a su sombra. Somos todos iguales, los hijos se hacen de a dos, mantener una casa se mantiene de a dos, no sólo la plata o el lavado de platos lleva a que siga adelante. ¿Te encanta salir con un galán? ¿Me encanta que tengas altas gomas? ¿Te gusta elevarme? ¿Me gusta pensar que sos un objeto invaluable? Son todas banalidades, así como nos gusta comprar cosas de marca, porque se ven mejor o duran más.

Necesito una testigo en mi vida, no un ejemplo a seguir.

Te voy a regalar flores y hasta darte poesía, pero nunca creas por un segundo que sos más importante que la vida misma... porque las relaciones nacen en un acto de necesidad propia, egoísta. Te quiero porque "necesito", nada más.

El resto, lo pone nuestra personalidad.

¿Entendés o querés que te explique el chiste?

G