martes, 25 de octubre de 2016

Cuando yo crezca

.
Cuando yo crezca, quiero aprender a generar mis propios pensamientos.

Hace algunos años, decidí tomar el camino fácil, con respecto a mi familia. Claro que algunos aspectos fallaron, como el de formar la mía propia y armar un futuro estable, económicamente hablando. La manera fácil, la de restarle importancia a los asuntos más apremiantes, a las discusiones, a las críticas. Me volví casi inmune a sus influencias o peor aún, indeleble a su sangre, la que te contagia una enfermedad si la compartís o te envuelve en éxitos, si te encontrás lo suficientemente cerca. Ni una cosa ni la otra, escapé y miré hacia el horizonte, donde otros seres pudieron tomar huella en mi destino.

Tremendamente cursi, aunque poderoso, si levantás el puño en alto. (?)

Este es el momento en el que decido hacia dónde va el post.

...

...

Adoro el sonido de las teclas, cuando escribo con velocidad.

Uno no elige a la familia, pero quiere que salga adelante, tanto colectiva como individualmente. El enojo, como la indiferencia, se disipa rápidamente y te deja ÉSE MAGNETISMO que, a veces, se siente como debilidad y conformidad, cuando se comparte un momento juntos. Me pasa con las amistades o con las viejas amistades: muchas veces he vuelto a hablarles, he agachado la cabeza porque los extraño, hoy por hoy los extraño y al final, esa atracción social no es más que debilidad por el impulso y la falta de lógica. Veo a mi vieja procurando acarrear las partes que dejó el fallecimiento de mi viejo como si tuviera enfrente un rubik, con limitado temple y escasa psicología. Algunos piensan que está loca, por falta de respeto o de sentido común, elijan una, pero se olvidan que ella también perdió a un marido, que puede ser la mujer más insana del planeta tierra pero se ganó el título de MADRE, a costa de acciones y no de palabras. Esto me lleva a repudiar o abandonarme en la esquina del "quiero que entiendas pero sos demasiado bruto", porque hace años que tomé el camino fácil y ya no doy explicaciones, así como ya no doy explicaciones a mis viejas amistades. La familia es poderosa pero sin tu vieja, no sos más que un bastardo, una paria, sin TUS VIEJOS no sabés de dónde venís ni podés llegar a entender a dónde vas.

Así que deberías de tener más respeto por ella.

Hablamos de infinitivos, ¿no?

Existen momentos en los que quiero que la gente deje de pensar en lo que hago y realice una sola buena acción, ni siquiera para mí, sino para los demás.

Querés escuchar críticas positivas, querés agruparte con gente que solamente te de la razón, lo entiendo. Al final, no importa lo que te digan los demás, la verdad es lo ÚNICO que te enseña. Deberías reparar menos en odiar a quien se te enseñó a odiar y encontrar tus propios pensamientos, entender que el otro ya se puso en tu lugar de discrepancia y que ahora te falta hacer lo mismo, porque la lógica no pica ni contagia enfermedades, incluso te vuelve más interesante...

Ya estoy balbuceando, esta es la señal para mi retirada.

Aaahhh... adoro el sonido de las teclas...

Me fui a buscar un abrazo.

G