viernes, 24 de diciembre de 2010

Ni título se me ocurre cuando sonrío

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Bueno, en realidad no hay mucho para decir, Gabriel sí tiene mucho para decir pero... es que últimamente prefiero no atarme a las impulsivas confesiones con las que me acostumbré a convivir en éstos últimos tres años.

Y ahora estamos a punto de entrar al cuarto año.

Lo más importante que quiero recalcar es que dejé de lado los insistentes puntos suspensivos, ahora los uso con fines más gramaticales que abusivos... (xD)

Por otra parte, estoy saliendo del cocoon y todas las ideas están volviendo a su lugar, lamento decirles a todos ustedes que el encierro premeditado me sirvió y mucho, sobre todo para encontrar de nuevo el hilo que dejé tirado cuando decidí aventurarme dentro del laberinto del minotauro.

Ahora Gabriel asoma y entorna los ojitos por la fuerte luz (shhh... no le digan que se ve feo). Pero bien, los cataclismos ajenos ofrecen aperturas a uno mismo y así puedo obtener un nuevo camino...

Esperen, ya estoy cursileando. Nah, mejor me voy a escribir a fotolog.

Gabu