jueves, 24 de julio de 2008

Un Giro Radical

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Y si, creo que ya me tocaba, ¿no?

Hace años que me quejo por problemas menores. La separación con Fer, la ida de mi casa, el viaje frustrado a Miramar, los laburos que no funcionaron... Chan... "menores"...

Mi vida es un circo, mi familia es un circo, mejor expresado. Claro que mi medidor de cambios es muy exigente, prácticamente tengo que salvar al mundo para ser un héroe y no al gatito que se dió cuenta de que sufría vértigo pero después de treparse a aquel árbol. Muy exigente. Me han pasado, en los últimos seis años, muchísimas cosas que fueron forjando mi carácter y de hecho, terminaron por sacarme de la burbuja. Todas esas cosas fueron importantes, claro que sí, pero he estado esperando hasta el día de hoy el momento en el que mi vida dé un giro radical, tal vez no por el bien de mi ser interior, sí por el ser a mi alrededor... el mundo que me rodea a diario. Mi vida ha sido un tanto común, me han faltado tantas cosas y el resto las he conseguido. No he tenido grandes metas, por ende, no he vivido grandes éxitos, pero sí he conseguido todo aquello pequeño que sólo unos pocos saben para qué sirven...

... para ser feliz.

Y claro, he sido feliz por ratos largos que han durado poco. He llorado más de lo que una mujer quisiera ver en un hombre. No me he puesto de rodillas pero me he sentido patético. He dado todo de mí en cada mañana y en cada despedida. He reído de todo el dinero que me he gastado, hasta puesto nervioso por haber conseguido algo y haberlo disfrutado a la vez que sentido miedo a perderlo. Me han pasado tantas cosas que se me fueron cayendo del montón que llevo entre mis brazos. A la mayoría las recuerdo. Al resto, saludos.

Pero al día de hoy, como si fuera a cambiar de trabajo o de colegio. Como si fuera a saltar al vacío sin saber lo profundo del hoyo. Sin la consciencia suficiente para aferrarme a lo viejo y conocido, sin caradurez para todo aquello de lo que me podría aprovechar. Así me siento hoy, al saber que mi vida dará un giro radical, que deberán acabarse los malos vueltos y el boludeo. Es hora de comenzar. De verdad. Y más allá de que todo siga dando vueltas en mi cabeza, sé que todo resultará bien. Siempre salgo bien, a pesar de mi extraña, pero muy extraña suerte.

Ah... lo olvidé, qué paja me da igual...

Gabriel