lunes, 26 de mayo de 2008

Against All Odds

.
¿Y quedarme con una sola sensación?

Hay más lugar en éste corazón.

Cuesta demasiado, ¿no? Tal vez no pueda hablar por los dos, pero te digo que acá todo se ha vuelto sorprendente. No es que he perdido la fuerza, pero sí he recibido un cachetazo de lo ya vivido, diciéndome con ésa palma "no te me vas a escapar tan fácil". Mierda, me siento de acá para allá, rebotando como tantas pelotas sufridas... Los recuerdos, las alegorías, las costumbres, el sentimiento... todo es un baldazo de agua fría cuando busco calor...

Y sabés, vos, sí, vos, Mariana, ésto no durará para siempre. Y si nuestra relación no durará para siempre, tampoco el dolor lo hará. Es bien sabido que se perderá la intensidad... repito que me ha tomado por sorpresa, pero, me remito a la famosa frase "todos los caminos llevan a Roma". Eventualmente las cosas cambiarán. Eventualmente nos podremos mirar sin vergüenza. Sin restricción. Sin cansancio en el corazón. Cuesta, cuesta todo diez veces más, hay veneno y sal en las heridas. No somos iguales a aquellos que se olvidan tan rápido o reemplazan más fácil. Somos diferentes.

Y eso, es lo que nos vuelve, en cierto aspecto, mejores.

Sé que dirás que no lo somos.

Doble mérito Marian, doble mérito. Esto empezó como un escape a tanto dolor y a tanta soledad, el costumbrismo estaba haciendo estragos. Yo, desde un principio supe que no iba a encontrar amor, pero fui a por todo, por todas esas cosas que se consiguen solamente enamorándote de mí. Jamás pensé en buscarte de manera superficial. Y ahora, me parece increíble lo que estamos logrando. No lo sé, siento que estás para mí más de lo que esperaba... estás llegándome de una manera tan distinta... Veo claramente que estás remando a la par mía y eso me produce más ganas. Esto de superar a nuestro peor enemigo, nosotros mismos, está dándole un sabor especial. ¿Oíste? Dije especial. Porque puede no haber un "te amo" ni un título definido, pronto lo habrá, estoy seguro, pero sabés, hay amor en pequeñas dosis y cada una, se siente como si fuera en concentrado.

No veo la hora de verte otra vez.

Gracias por hacerme ver la vida desde un costado diferente.

Y mejor.

Te quiero, mucho más y más cerca del...

Gabriel

28

.
Y pensar que era yo el más seguro...

Y ahora soy yo el que evita los eventos. Y ahora soy yo el que siente culpa. Y ahora soy yo el que aún siente dolor. Y soy yo el que aún piensa. Y soy yo el que la nombra. Y soy yo el que no la supera. Y soy yo el que habla más de lo que tiene que hablar. Y soy yo el que pierde su tiempo. Y soy yo el que se estanca. Y soy yo... yo... yo...

BASTAAAAA!!!

¿Es que acaso no sabés quién soy?

No voy a prometerte, sí a decirte que hoy mismo dejo de evitar cada alegoría hacia vos. Que dejo de evitar pensar en vos. Que dejo de no extrañarte. Que dejo de evitar no borrarte. Que dejo de evitar cocinarle lo mismo. Que dejo de evitar ser como yo quiero ser. Que blah.

Hoy mismo, aprendo a vivir sin vos.

Y sabés muy bien que puedo.

Mi vida no duró solamente tres años. Duró veinticinco más.

Gabriel

miércoles, 14 de mayo de 2008

La misma pirueta de siempre

.
Y no, con el tiempo no se vuelve siempre más fácil y llevadero.

Odio estos días, en los cuales atacan repentinamente los recuerdos y todo se vuelve un desfile de cachetadas, una tras otra, la conciencia ni el corazón pueden soportarlo. Y es ahí cuando queremos huir a ningún lado, al punto donde todo se vuelva blanco. O sencillamente gritar, gritar tan fuerte que el mundo entero te escuche y se de vuelta para mirarte.

Tengo miedo de abrir mi corazón nuevamente. ¿Quién sabe lo que guardo ahí? Tendré que abrirlo y hacerle lugar a inminentes sentimientos, cosas que se sienten sin saberlo, que se vienen como un huracán y sin refugio más que ése para esconderse... o dejarse volar... ¿Por qué? Porque hay cosas que aún viven ahí, llenas de polvo pero que aún te miran, que te reprochan con sus ojitos grandes café lo que hiciste mal. Y sé, a ustedes les digo, que sí, que hice muchas cosas mal y me lamento hoy, no me arrepiento, pero sí me lamento no haber hecho lo correcto. Incluso llego a pensar que las cosas buenas de las que fui capaz se opacan... quedan como granitos de arena insignificantes ante tamaños errores. ¿Y es que pude haberme equivocado tanto?

No lo sé.

Sí sé que no le cagué la vida a nadie. Yo me tuve que bancar las decepciones ajenas y chillé, chillé mucho, todos me oyeron y cuando volví... nada era distinto. Ya no tenía ganas. Y lo siento. Realmente lo siento. No quiero que eso opaque mi vida, soy una persona con muchas cualidades y buenas, calidad antes que cantidad. Pero no quiero que queden ahí, olvidadas por un par de errores que cometí, es que, ¿acaso alguien es capaz de juzgar a otro sin mirarse primero a sí mismo? ¿Quién está limpio?

Odio poner en duda mi propia forma de ser.

Supongo que se me pasará.

O no.

Gabriel